Enrique Peña Nieto aceptó que existen manos interesadas en desestabilizar al país, provocar desorden social...
A 55 días del 26 de septiembre –cuando policías de Iguala mataron y secuestraron a normalistas de Ayotzinapa–, Enrique Peña Nieto aceptó que existen manos interesadas en desestabilizar al país, provocar desorden social y, sobre todo, atentar contra su proyecto de gobierno.
Dijo que a pesar de la violencia y desestabilización, su gobierno no retrocederá. “Pareciera que algunas voces, unidas a ésta violencia y a ésta protesta, fueran aquellas que no comparten éste proyecto de nación y que quisieran que el país frenara su desarrollo”.
Además, el presidente se refirió al vandalismo, saqueo y caos provocados por anarquistas que infiltran manifestaciones de protesta y a grupos radicales como la CNTE, la CETEG y otros vinculados a grupos políticos como Morena y a sectores clandestinos como el EPR y ERPI, que lo mismo han quemado palacios municipales como el de Chilpancingo, que prendieron fuego a la puerta central de Palacio Nacional, secuestran personas, vandalizan tiendas de autoservicio, queman y golpean policías.
También, Peña Nieto denunció el maniqueísmo discursivo de los radicales que no sólo responsabilizan de la crisis de Iguala a todo el Estado sino que culpan al presidente Peña Nieto, a sabiendas de que la tragedia de Iguala fue producto de una cadena de errores políticos de todas las izquierdas y del PAN, que impulsaron candidatos estatales de todos contra el PRI.
Sin embargo, Peña se quedó en un mero evento discursivo. ¿Por qué? Porque si bien es la primera ocasión que Peña Nieto acepta que existen manos interesadas en el fracaso y la desestabilización de su gobierno, también es cierto que desde hace años los tres órdenes de gobierno han insistido hasta el cansancio que “no habrá impunidad ni se tolerará la violencia”. Sin embargo, y a pesar de los reiterados discursos, nada pasa.
¿Quién quiere tirar a Peña Nieto?
Todos los mexicanos saben que, por ejemplo, durante casi dos años, la CNTE, la CETEG y sus distintos rostros han tomado media plaza de la República, en el DF, sin que nadie haga nada, a pesar de que han convertido el Monumento a la Revolución en nido de ratas, de dos y cuatro patas; a pesar de que todos saben que Oaxaca está en quiebra y los niños oaxaqueños siguen perdiendo años completos de estudios básicos; a pesar de que desde hace 55 días –luego del 26 de septiembre–, se han cometido por lo menos 35 eventos violentos, como quema de alcaldías, de camiones, casetas de cobro, camiones y quema de instalaciones de partidos. Y el único que se salvó de la quema y las agresiones es Morena. Y es que la CNTE parece dispuesta a vengar la derrota política de la reforma educativa.
Pero además, identificar a grupos anarquista que van por Peña Nieto no requiere más que localizar en la red los comunicados de octubre de “Los Grupos Autónomos Armados Guerrillas-Negras”, conocidos como “anarquistas”. Según ese grupo, “la lucha está en un momento coyuntural, los caminos y las condiciones están aptas para pasar a la acción..”.
Por eso, llaman “a combatir desde cada trinchera al enemigo de manera frontal, con todos los medios posibles y a su alcance, acciones directas, sabotajes, huelgas, paros, incendios; asesinando policías y militares, quemando bancos y transgrediendo los espacios de la burguesía; paralicemos el país, su economía, sus escuelas, derrumbemos las estructuras de poder y su política inservible, agudicemos la lucha y generalicemos la insurrección”. ¿No sabe el Estado mexicano quién está detrás de la desestabilización?
A su vez, el comunicado #42 del ERPI –fechado el 17 de octubre–, dice: “El Estado mexicano encabezado por Enrique Peña Nieto no es neutral sino parte activa en los homicidios y desapariciones de los estudiantes de Ayotzinapa, pues Peña es el jefe de todas las Fuerzas Armadas del Estado mexicano incluyendo por supuesto todas las policías municipales del país”. Es decir, el ERPI, igual que AMLO, culpa a Peña Nieto de la tragedia.
Así, o más claro. Al tiempo.
EN EL CAMINO.
Por cierto, ejecutivos de MVS explicaron que la línea editorial de su informativo estelar de radio es responsabilidad de su conductora, no de la empresa. ¿Se manda sola..? A su vez, ejecutivos de Grupo Carso se deslindaron del activismo político de su socio, Epigmenio Ibarra. “Ni compartimos ni avalamos su ideología y no nos interesa desestabilizar al gobierno”. En la empresa Argos, Carso tiene el mismo porcentaje accionario que Televisa. Y Carso va por la televisión de paga. Explicaron. Importantes aclaraciones, sin duda.
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