Morena y su líder deberían pedirle perdón a México por el daño que le hacen con el caso Ayotzinapa. Sobre la desgracia y el oportunismo político.
Le entregaron el poder a los narcos en la alcaldía de Iguala y ahora reclaman por los daños que ha producido esa decisión política de López Obrador, al apoyar a un mafioso como candidato.
El PRD ofreció disculpas por el error de haber llevado a un criminal como candidato a la alcaldía de Iguala, pero López Obrador se ha montado en la tragedia para pedir la renuncia del procurador, del presidente, y culpar al gobierno federal por los homicidios que sus seguidores cometieron.
El gobierno no mató a los normalistas ni los secuestró. Fueron ellos, Morena, PRD, PT y MC, los que pusieron a un alcalde asociado con delincuentes y homicidas.
Abarca no llegó de las nubes a la candidatura en Iguala, sino que fue impuesto por el dedazo de Lázaro Mazón, el precandidato único de Morena al gobierno del estado.
Ahora López Obrador dirige una ola de agitación para desestabilizar a México, con el fin de satisfacer su insaciable apetito de poder. ¿El motivo? Los crímenes de los normalistas perpetrados por su alcalde, sus policías y sus socios los narcos.
El daño que le infligieron a los normalistas parece irreparable. Y el daño que le hacen a Guerrero y a México aumenta todos los días en desprestigio internacional.
En el exterior no se detienen a reparar que el alcalde que ordenó atacar a los normalistas es de la coalición PRD-PT-MC, a la que pertenecía López Obrador.
Tampoco hacen énfasis (porque no tienen por qué hacerlo) en que los policías que entregaron a los normalistas a Guerreros Unidos obedecían las órdenes del alcalde de ese conglomerado partidista que encabezaba López Obrador.
Ni en que los asesinos o encargados de desaparecer a los normalistas, eran socios del alcalde de Iguala.
Afuera sólo se dice que en México se masacra a estudiantes y que la culpa es del gobierno.
Saben perfectamente el daño que hacen, y por eso insisten en su perfidia: “fue el Estado”, cuando ellos son los responsables de esos muertos y desaparecidos.
Lo mismo hicieron en Michoacán: culparon “al Estado” por los asesinatos, secuestros y balaceras de Los Templarios, cuando entre sus líderes estaba el hermano del gobernador, al que metieron escondido en una camioneta a la Cámara de Diputados y guardaron en la oficina de su coordinador parlamentario hasta darle fuero y permitirle escapar.
No tienen vergüenza ni disimulan su intento por confundir a la población, porque su objetivo es hacerle daño a México.
El diario afín a Morena publicó ayer como noticia principal de portada, a grandes letras: “De los restos en seis fosas, 24 no son de los 43”. Se trata de la misma información que dio hace semanas la PGR.
Es evidente su intento por confundir con los nuevos hallazgos en basureros de Cocula, derivados de las confesiones de los sicarios.
No quieren a México. Sólo lo quieren si les dan el poder.
Ahora atacan con todo para desprestigiarlo en el exterior, confundir a la población adentro y afuera del país, y no se conduelen por la muerte o desaparición de 43 normalistas a manos de sus sicarios aliados, de su policía, y por órdenes de su alcalde.
Twitter: @PabloHiriart
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