¿Seguirá la ciudadanía tragándose los cuentos y chismes que esparcen unas pocas manos interesadas en sembrar la discordia?
Luego del escándalo que se generó en torno a la supuesta mansión de millones en que viven el presidente Enrique Peña Nieto y su familia, el mandatario finalmente ofreció una respuesta.
Según el presidente, será su esposa quien explique la procedencia de la mansión y del dinero que se usó para comprarla.
Ante este anuncio, no faltaron los malquerientes que censuraron al presidente.
Sin embargo, contra lo que muchos dicen, si el presidente deja en manos de la Primera Dama este asunto –a pesar del escándalo y de la controversia–, la lógica dicta que no hay nada oculto y no existe nada irregular.
De hecho, en este espacio creemos que la llamada “casa blanca” –al igual que la supuesta crisis de Estado y de que Peña Nieto sería responsable por los crímenes en Guerrero–, son parte de una campaña de desprestigio en contra de la autoridad presidencial.
De hecho, el mismo Peña Nieto reconoció el intento desestabilizador en una declaración reciente.
Por eso, no está de más preguntar, ¿hasta cuándo seguirán creciendo los rumores y versiones infundadas con el objetivo único de polarizar y debilitar a la administración actual?
¿Seguirá la ciudadanía tragándose los cuentos y chismes que esparcen unas pocas manos interesadas en sembrar la discordia?
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