Guste a quien le guste, mano firme Rubén Cortés

Los asambleístas de la izquierda son los culpables de que el Distrito Federal sea rehén de una minoría que se hace llamar “anarquista”, porque desde que ésta apareció, arropada por AMLO, modificaron la Ley para bajar de 30 a 2 años las penas por el delito de ataque a la paz pública, y salieran libres. Durante su presentación en sociedad, el 1 de diciembre de 2012, a los “anarquistas” se les vio en TV lanzando un camión contra vallas de la Cámara de Diputados, robando combustible en una gasolinera de Eje 1 Norte y Joaquín Herrera, incendiando bancos, cafeterías y restaurantes en el Centro. Los 14 detenidos confesaron en la Agencia 50 de la PGJDF que recibieron 300 pesos para evitar la toma de protesta del Presidente Enrique Peña. Pero estuvieron sólo dos semanas presos porque la izquierda cambió la Ley a su favor. AMLO condenó entonces que “no había motivo para usar la fuerza bruta contra los estudiantes”, que resultaron ser golpeadores profesionales con perfil sicológico similar al de los terroristas del Estado Islámico, y presumen fotografías de camaradas con él en Facebook. Dos años después, esta minoría consiguió manchar cuanta movilización pacífica hay en el DF, como las convocadas en solidaridad con las familias de los 43 normalistas desaparecidos en Iguala por orden de un alcalde del PRD, para que no sabotearan un acto político de su esposa. ¿Por qué pueden mantener al DF como rehén? Porque la ALDF se niega a reformar el Código Penal que les permite salir bajo fianza. El único delito que no contempla fianza es el de “homicidio doloso en contra de elementos de instituciones policiales”. El resto les permite salir libres, incluidas las lesiones a policías que tarden en sanar más de 70 días, propinadas en “marchas, conmemoraciones, o cualquier evento público”. En cambio, la izquierda en la Asamblea Legislativa congeló un punto de acuerdo para conmemorar cada 20 de junio a los 12 fallecidos durante el operativo policiaco en la discoteca News Divine. ¿Por qué? Porque eran adolescentes pobres y los mató la Policía de Marcelo Ebrard. Mientras, los “anarquistas”, además de los destrozos del 1 de diciembre, tomaron las rectorías de la UNAM, UAM y UACM y han vandalizado la ciudad en reiteradas ocasiones, todo lo cual divulgan en mensajes en sus perfiles de las redes sociales. El jueves la policía capitalina, a cargo de Jesús Rodríguez Almeida, tuvo que desarmarse y ni siquiera usar radios o claves verbales, para impedirles que hicieran estallar una pipa cerca del aeropuerto e incendiaran, otra vez, la puerta de Palacio Nacional. Puro estado de derecho, pues. Algo digno de elogios. Porque las minorías sin ley no nos pueden imponer su capricho. ruben.cortes@razon.com.mx Twitter: @ruben_cortes http://razon.com.mx/spip.php?page=columnista&id_article=237367