lunes, 24 de noviembre de 2014

Carta dirigida a los mexicanos enemigos de México

Estimados enemigos:

Muchos mexicanos que queremos a México ya estamos hasta la madre de todos ustedes, por aprovechados, por cobardes, por maricones (no gays) que esconden la cara para dañar a México. Sí, cobardes de quinta que ya no les vamos a permitir más.

Empezaré por los cinco grupos de “jóvenes anarquistas“ en el Distrito Federal, que cobardemente se tapan la cara para destrozar todo lo que se les pone enfrente. Sí, ustedes, bola de infelices, que lo único que quieren es destruir en vez de construir. Sí, ustedes, bola de malditos, que un día van a perder la vida en una confrontación contra la policía y que a sus jefes —otra bola de maricones— les valdrá madres y ni se darán por enterados. Sí, ustedes, que se aprovechan de la buena voluntad de los protestantes para incorporarse a sus manifestaciones y a nombre de ellos, destruir comercios, puertas o lo que se les ponga enfrente.

Me da mucho coraje que estos “jóvenes“ no tengan cerebro. Me da mucha pena que sean una bola de borregos que por unos centavos arriesguen su vida para satisfacer a sus jefes. En fin, allá ustedes. Son tan idiotas y cobardes que para el colmo, ni conocen las causas. También quiero incorporar en esta sección a los “jóvenes normalistas” de Guerrero, que roban gasolina, bloquean la Autopista del Sol, secuestran 20 camiones y queman los palacios municipales de Chilpancingo y de Iguala. Tengo la impresión que estos “jóvenes“ ni son tan “jóvenes“ ni son tan normalistas.

Y ahora me dirijo a los políticos que quieren sacarle jugo a esta tragedia. Nunca en mi vida había visto yo tanta hipocresía junta de parte de ustedes. ¡Nunca! Sobre todo por algunos grupos de la ingeniosa izquierda.

Ahora resulta que nadie conoce ni postuló a los Abarca ni al prófugo jefe de la policía de Iguala. ¡Nadie! Nadie ha metido las manos por ellos y nadie se hace el responsable de sus actos. No es posible que se queden callados y que nada más vean pasar la bolita.

Y hablando de hipocresía: ¡Vaya que los hay! Me refiero a los periodistas enemigos de México: ¡Son de lo peor! Querer echarle la culpa al Presidente de la República por algo que él no hizo, ¡es no tener madre! Sí, ustedes periodistas que saben perfectamente a quién me refiero, se escudan atrás de una computadora para tratar de destruir la paz y de generar más violencia para que sus patrones se aprovechen de esta tragedia y lleven agua para su molino.

Porque ustedes saben que esta masacre sucedió en un municipio entre dos bandas enemigas, apoyadas por las autoridades locales, fue lo que ocasionó todo esto. Ni el gobierno federal, ni el Presidente de la República, tuvieron nada que ver en esta tragedia. Al contrario, están tratando de resolver estos asesinatos lo más transparente posible. No es justo que sigan incitando más la violencia con sus mentiras y con sus intereses. Quieran más a México. Y quieran más a los mexicanos.

La tragedia ha sido terrible. El conflicto que ocasionó todo esto está clarísimo. La esposa del presidente municipal de Iguala iba a volver a ser boicoteada —por segunda vez— en su informe del DIF. Ella no lo iba a permitir, ni su marido tampoco. Ellos dieron la orden al jefe de la Policía Municipal que parara esa bronca. El maldito prófugo la paró. Desgraciadamente, 43 normalistas están desaparecidos. Esa es la esencia. ¡Ya basta de culparnos los unos a los otros! ¡Ya basta de mentirle a la sociedad! Y ¡ya basta de tanta violencia física y escrita!

carlos@alazraki.com.mx

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