Rubén Cortés |
La encuesta de Reforma, ayer, es más que fehaciente: el DF es desde el año 2000 territorio de AMLO, no del PRD. Con partido nuevo hace sólo cinco meses, encabeza las preferencias para asambleístas, con el 26 por ciento, seguido del PRD con un 22 por ciento. Pero tapan el sol con un dedo quienes ven a AMLO sólo como contendiente a nivel capitalino. La verdad es que puede ser Presidente en 2018 y cancelar la democracia con cambios a la Constitución decididos a mano alzada en el Zócalo… al más puro estilo de Hugo Chávez. Lo más indicado es que Morena y AMLO, como el partido y el político que mejor han sorteado la actual crisis doméstica, registren una proporción similar a nivel nacional, teniendo en cuenta lo bien que le ha ido al tabasqueño en estos tiempos. Además, es el político nuestro que más votos cautivos tiene: en las elecciones presidenciales de 2006 obtuvo 14 millones 756 mil 350 y en 2012 sumó 15 millones 896 mil 999; y el único que ha recorrido un par de veces los dos mil 457 municipios del país, más las 16 delegaciones del DF. La encuesta de Reforma no hace más que apuntalar lo anterior: De julio a la fecha, Morena tiene en el DF 26 por ciento de las preferencias para integrar la Asamblea Legislativa, seguido del PRD (22 por ciento), PRI (18 por ciento) y PAN (14 por ciento). Ya con el control de los diputados locales, su candidato al GDF en 2018, Ricardo Monreal, será favorito. En las preferencias para Jefe Delegacional, el partido de AMLO pasó, de julio a la fecha, del 14 al 22 por ciento de las preferencias, situándose 7 puntos por debajo del PRD, que actualmente cuenta con un 29 por ciento de apoyo. Hace cinco meses la diferencia era de 18 puntos. El PRI y el PAN van en tercer y cuarto lugares, con el 15 y 12 por ciento, respectivamente. Al potencial natural de AMLO en las preferencias electorales hay que sumar dos apuntes: 1.- Tiene recursos, pues Morena ya le quitó 150 mil militantes al PRD y desde agosto cuenta con 337 millones de pesos de financiamiento del INE, más 133 millones extra (obligatorios para partidos con registro) y otros 204 millones para gastos ordinarios. 2.- El sistema de partidos y los políticos tradicionales sufren actualmente una aguda crisis de credibilidad y la economía se deteriora a pasos constantes: es en momentos históricos como éstos cuando ganan espacio los iluminados y los populistas que dicen todo aquello que la gente quiere escuchar. Es decir, el electorado voltea hacia quienes ofrecen, gratis, el frasco de las soluciones. Hacia AMLO, pues. ruben.cortes@razon.com.mx Twitter: @ruben_cortes |
Ayer en la asamblea del Consejo Nacional Agropecuario una señora le exigió a gritos al presidente Peña Nieto que pidiera perdón por los 43 muertos o desaparecidos de Ayotzinapa. Se trata de una demanda absurda y fuera de lugar.
Hay muchos motivos para que esta administración corrija el rumbo porque los resultados han sido malos, pero no tiene pies ni cabeza que pida perdón por los desaparecidos de Ayotzinapa.
Es como pedirle a Felipe González que se disculpe por los asesinatos de la banda terrorista ETA durante su gobierno en España.
Hay responsabilidad del actual gobierno en la mala situación económica, pues nos endeudamos más, no crecemos, el salario alcanza para menos, hay más pobres, pagamos más impuestos y la gran mayoría de la población piensa que le va a ir peor el próximo año.
Hay responsabilidad del gobierno en el clima de inseguridad existente en el país, al haber bajado la guardia en el combate a la delincuencia.
Pero, ¿pedir perdón por los desaparecidos de Ayotzinapa?
Dirigentes de la escuela Isidro Burgos mandaron a estudiantes de primer ingreso a Iguala, a más de 200 kilómetros de Ayotzinapa, en autobuses robados, a boicotear el evento de una aspirante a la alcaldía, que a la vez era cabeza de una banda criminal.
¿Peña Nieto tiene que pedir perdón por ello?
Los dirigentes de la normal de Ayotzinapa tienen vínculos con el grupo criminal Los Rojos, y con la guerrilla que opera en una parte del estado de Guerrero.
¿Quién debe pedir perdón? Los líderes de Ayotzinapa que mandaron a esos jóvenes al matadero. Son unos criminales.
A los normalistas los secuestraron y asesinaron sicarios del cártel Guerreros Unidos, que formaban un conglomerado criminal con el alcalde de Iguala, su esposa y sus hermanos. Ese alcalde fue candidato de tres partidos, a pesar de ser conocidos sus lazos con grupos delictivos.
Quienes tienen que pedir perdón son los que hicieron candidato a Abarca, no obstante que no tenía el consenso para obtener la nominación por la alianza PRD-PT-MC. ¿Abarca compró la candidatura? ¿Qué otras candidaturas financió?
Vimos a Abarca y a su esposa abrazados con López Obrador, y en el templete de la manifestación el exaspirante presidencial pidió apoyar a Abarca para ser candidato a la alcaldía. De eso ¿tiene la culpa Peña Nieto?
Al finalizar el mitin dos personas se le acercaron a López Obrador para pedirle que reconsiderara su apoyo a Abarca, le entregaron documentos y no hizo caso. Semanas después uno de los que le hizo la petición, Justino Carvajal Salgado, apareció muerto.
Sí hay quienes tienen que pedir perdón por la tragedia de Iguala, y no es Peña Nieto.
Deben pedir perdón los dirigentes de la normal Isidro Burgos de Ayotzinapa, y luego tienen que ser procesados porque abusaron de estudiantes de primer ingreso al mandarlos a robar camiones y luego llevarlos a Iguala a la boca del lobo de Guerreros Unidos, a enfrentarse con ellos.
Tienen que pedir perdón los que apoyaron a Abarca, los que lo hicieron candidato, los que recibieron dinero de su parte para hacer campaña. Ellos, no Peña Nieto, son los culpables de la tragedia.
Estelas.
Por vacaciones, esta columna regresa el primer lunes de enero. Felicidades a cada uno de ustedes.
Twitter:@PabloHiriart
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