Por: Francisco Martín Moreno
Después de analizar algunas de las declaraciones de López
Obrador del 2002 a nuestros días, confirmé un contenido proteico en las mismas,
lo cual no me impidió dar con un común denominador imprescindible para elaborar
los siguientes mandamientos:
PRIMERO: Predicarás ideas que sabes falsas entre personas
que sabes idiotas. ¿Ejemplo? La furiosa diatriba en contra de “La mafia del
poder”, a la misma que AMLO aministiaría de llegar a la Presidencia. ¿Qué…?
(Agosto del 2016)
SEGUNDO: Jamás aceptarás que el populismo es tramposo por
más que sus raíces se encuentren en la palabra “pueblo” ni admitirás que los
únicos beneficiados de esta espléndida bandera política son sus líderes,
adoradores de la demagogia. ¿Ejemplo? ¡Maburro!
TERCERO: Rechazarás la racionalidad y la prudencia.
Organizarás marchas callejeras con personas que no entienden ni por qué
protestan, para impresionar a la autoridad y al electorado. Es claro que Vox
Populi, no es Vox Dei, sino Vox Buey. ¿Ejemplo? ¡El Brexit!
CUARTO: Recurrirás a la manipulación de la opinión pública
para que las masas te contemplen como a un dirigente esclarecido, infalible e
indestructible… ¿Ejemplo? AMLO se dijo indestructible. (Octubre 2003)
QUINTO: Buscarás que el pueblo te profese una idolatría
cuasi-religiosa especialmente eficaz en la manipulación de muchedumbres.
¿Ejemplo? Erigirse como un líder, ahora espiritual, por medio de una “República
Amorosa” orientada a regenerar la vida del país por medio del amor… ¿No…?
SEXTO: El populismo desprecia a la democracia. De ahí que
debas convertirte en una especie de Papa político, posición que te permitirá
contar con los pretextos necesarios para dirigir tu gobierno hacia el
autoritarismo. ¿Ejemplo? “Por el bien de todos, Primero los pobres”, sí, pero
sobre la base que AMLO se constituya en el intérprete máximo de la voluntad de
los pobres, a los que quiere tanto que los multiplicará por doquier.
SÉPTIMO: Dominarás sin representar, recurriendo a la
coerción o al chantaje emocional. A las masas se les dirige con sentimientos e
impulsos, nunca con argumentos. ¿Ejemplo? Mussolini las controlaba con
emociones, de la misma forma, decía “el Duce”, que los cowboy conducían al
ganado al matadero entre balazos disparados al aire y ladridos de perros
feroces. De lo último que se trata es de razonar.
OCTAVO: Rechazarás las decisiones del Poder Judicial. En un
país de machos y de reprobados o de ambos, reporta enormes dividendos políticos
el hecho de desafiar a la autoridad. Desafíala y te encumbrarás. ¿Ejemplo?
Mandarás al diablo a las instituciones de la República, salvo al INE que te da
cientos de millones pesos que nunca nadie auditará como en cualquier partido
político. Esa institución republicana la respetarás por sobre todas las cosas.
NOVENO: Sabotearás la operación del Poder Legislativo para
evitar la promulgación de disposiciones contrarias a los intereses del pueblo,
o sea, los tuyos propios. Tomarás la tribuna o impedirás los accesos de los
representantes populares a sus respectivas cámaras para que no voten leyes que
atenten en contra de tus planes políticos. A quien te llame golpista etiquétalo
como pirruris. ¿Ejemplo? Las huestes de AMLO secuestraron las instalaciones del
Senado de la República en diciembre del 2013 cuando se legislaba una ley
opuesta a sus intereses políticos.
¿Más? ¡Claro…!
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