Ubaldo Díaz |
Un ejemplo de lo que pudiera ocurrir si Andrés Manuel López Obrador llegará a triunfar en el 2018, se puede ver cómo gobiernan las delegaciones políticas de la Ciudad de México, o cómo administró la capital el propio tabasqueño. En ambos casos dejan mucho qué desear en los resultados obtenidos en seguridad, transparencia, economía o desarrollo social y urbano. En ningún caso son ejemplo de un buen gobierno. No han hecho algo que valga la pena, porque de lo contrario ya lo hubiera presumido el hombre de Macuspana. Las administraciones morenistas a las que nos referimos no han entregado buenas cuentas a los ciudadanos. Eso sí muchas promesas y sobre todo se han dedicado a repartir culpas de su ineptitud para gobernar. Lo que no pueden hacer culpan al Gobierno federal o al gobierno central de la Ciudad de México. Nunca aceptan su responsabilidad. Siempre han sido buenos para evadir lo que les corresponde. Se entendería que las delegaciones morenistas de Azcapotzalco; Cuauhtémoc; Tláhuac; Tlalpan y Xochimilco, serían un ejemplo de gobernanza, pero no. Y se supondría que esas demarcaciones serían un ejemplo de cómo gobernarían el país, y si es así, qué lamentable sería. Qué futuro esperarían a los mexicanos, porque en ninguna de esos territorios pueden presumir haber terminado con los graves problemas que han persistido en gobiernos priistas, perredistas y hoy morenistas. En todas esas delegaciones sabemos de los cochupos de sus funcionarios; las mismas calles mugrosas, los mismos basureros; las mismas tranzas en oficinas; el mismo nepotismo de otras administraciones y el favoritismo para familiares y amigos. Nada o casi nada ha cambiado, sólo los nombres de sus funcionarios y sus banderas. López Obrador dice en su libro “2018. La Salida” que una vez que llegue a la casa presidencial, se acabará la corrupción. Su promesa suena como arte de magia. Si el tabasqueño tiene la fórmula de acabar con la corrupción, con la impunidad, con la inseguridad y con la marginación y la pobreza de los mexicanos, entonces les debería recomendar sus estrategias a los delegados de su partido y seguramente así los mexicanos verán que sus propuestas tienen razón. Pero si su partido y él piensan gobernar en su caso como lo hacen sus delegados políticos, pues mejor nos quedamos con lo que tenemos o votamos por otra opción que no sea la de su partido. Tampoco su paso por el Gobierno de la Ciudad de Gobierno fue un ejemplo de una buena administración, sólo le sirvió de trampolín para saltar a donde hoy lo vemos. No entregó buenas cuentas en seguridad. Nunca tuvimos una ciudad en paz. Su gestión estuvo marcada por la corrupción, como lo mostraron los casos de Bejarano y Ponce, entre otros, o cómo olvidar la calificación de pirrurris a miles y miles de ciudadanos que marcharon para que se terminara la violencia en la Ciudad de México. Entonces, cómo confiar en sus promesas de hoy, si los hechos de ayer lo condenan. Igual que a los gobiernos de sus delegados políticos, que no hay uno que se pueda decir que son un ejemplo de su territorio. Entonces está claro que lo único que quiere es el poder por el poder. Sin duda el sueño más grande de su vida que hoy siente que está cerca, como lo ha sentido en el 2006 y en el 2012, donde pensaba que ya tenía en las manos la silla presidencial y luego se le cayó. Y entonces dijo que se la robaron sin presentar pruebas. López Obrador debería presumir cómo han gobernado en sus delegaciones que tienen en su poder. Sin embargo, no lo hace porque no tiene nada qué presumir. Sabe que es más fácil prometer que cumplir. Si sus delegados fueran tan buenos y que se viera una gran transformación en sus territorios, entonces no habría duda que serían un ejemplo a seguir, pero no han hecho algo que no hayan hechos sus antecesores del PRI y del PRD. El senador Miguel Barbosa, fue acusado por Alejandra Barrales, de haber filtrado la información sobre el departamento que adquirió en una zona turística de Miami. Y ahora señalado por la presidenta del partido del sol azteca como el causante de su último descalabro mediático y político. La perredista dice que “no le parece que sea una casualidad que precisamente en este momento que estamos litigando temas importantes en el Senado, efectivamente puede haber senadores que pueden no estar de acuerdo con mis planteamientos, se filtre esta información y sobre todo que se pretenda dar un manejo como objeto de una investigación exhaustiva cuando es algo que yo vengo proporcionando desde hace dos años”, dijo en el programa de radio de Joaquín López Dóriga. En síntesis, agregó: no descarta que la filtración de su propiedad en Miami sea parte de una guerra sucia emprendida por Miguel Barbosa en su contra. La cadena Univisión difundió anteayer que Alejandra Barrales es dueña de un departamento en Miami que podría costas sobre el millón de dólares. Las tribus se dan con todo, la pelea por los dineros y el poder están a la orden del día. +++ A nombre del grupo parlamentario del PRI en la Cámara de Diputados, la legisladora Araceli Guerrero Esquivel se pronunció en favor de reformar el artículo 25 de la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia para que, en los casos de alerta de violencia de género, se notifique a los ayuntamientos implicados. La diputada federal por el estado de Zacatecas, aseguró que con dicha propuesta se coordinarán las autoridades de los tres órdenes de gobierno, en las tareas de prevenir, sancionar y erradicar conductas que atenten contra la integridad de la mujer. “Vigilar el pleno ejercicio de los derechos de las mujeres, requiere de una mayor coordinación entre todas las autoridades”, enfatizó. ubaldodiazmartin@hotmail.com hombresdelpoder.com |
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miércoles, 22 de marzo de 2017
¿Los gobiernos de Morena, son ejemplos a seguir?
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