jueves, 30 de marzo de 2017

Los dictadores de hoy: AMLO, Trump y Maduro

Ricardo Alemán 27/02/17 1:00 AM

Cuando una democracia está en peligro de retroceder en dirección a una dictadura, el síntoma más claro de esa desviación —y al tiempo el más peligroso— es el ataque a la libertad emblema de la democracia: la libertad de expresión.
Y es que el ataque a los medios y en general a la libertad de expresión no viene de la sociedad, sino de reputados actores políticos de la democracia víctima del proceso de demolición.
Y por absurdo que parezca, en el México del siglo XXI, uno de los principales actores políticos —Andrés Manuel López Obrador— es la mayor amenaza a la democracia mexicana. ¿Por qué?
Porque todos los días nos regala muestras de que su futuro en el poder es el de un dictador. Dicho de otro modo: AMLO confirma todos los días que pretende imponer una dictadura en México y acabar con la democracia.
¿Lo dudan?
A estas alturas está claro para el mundo entero que en Venezuela impera una dictadura, encabezada por el déspota Nicolás Maduro. Y todos saben que los primeros pasos de Chávez y Maduro para imponer su dictadura y para destruir la democracia fue, precisamente, la destrucción de la prensa y los medios independientes, al grado que hoy solo existe una prensa oficial en Venezuela.
Pero además, hace días, Maduro decretó la expulsión de la cadena CNN de su país; la última voz independiente en Venezuela. De esa manera, el mundo entero entendió que no hay marcha atrás a la dictadura venezolana.
En Estados Unidos el sátrapa Trump inició una feroz guerra para tratar de callar a la prensa crítica de su gobierno —acusó a los periodistas de enemigos de los ciudadanos y de la libertad—, lo que provocó una feroz advertencia de los propios republicanos, que alertaron sobre el riesgo dictatorial de Trump.
El senador y ex candidato presidencial republicano John McCain afirmó: “Los dictadores empiezan reprimiendo a la prensa”, luego que Trump dijera que algunos medios son “el enemigo del pueblo”.
McCain recomendó: “Si quieres preservar la democracia como la conocemos, tienes que tener una prensa libre y, muchas veces, adversaria. Sin ella, me temo que perderíamos muchas de las libertades individuales con el tiempo. Así es como empiezan los dictadores”, insistió en entrevista con NBC.
Pero al gobierno de Trump le valió madre la crítica y días después, el pasado viernes, la Casa Blanca utilizó las mismas tácticas de Hugo Chávez y Nicolás Maduro: impidió la entrada a CNN, The New York TimesLos Angeles TimesDaily MailPoliticoNew York Daily y Buzzfeed, a una conferencia de prensa de Sea Spicer, vocero del gobierno de Trump, mientras la prensa más conservadora, como Breitbart NewsFoxOne America NewsThe Washington TimesABCCBSNBC Bloomberg sí estuvieron presentes en el evento. Es decir, Trump se comporta de manera idéntica a los déspotas dictadores bananeros de Venezuela y Cuba.
En México, un candidato presidencial que realiza proselitismo de manera ilegal, Andrés Manuel López Obrador, intentó censurar a los medios de comunicación a través de la eliminación parcial de la Ley sobre el Derecho de Réplica. Es decir, trató de cancelar la libertad de expresión.
Pero ese fue solo un intento. AMLO no da entrevistas, si no es a modo. Y cuando se ve obligado a responder a los periodistas en un evento callejero, los acusa de “ser periodistas maiceados”, como ocurrió recientemente en gira por Veracruz, cuando reporteros le cuestionaron la inmoral alianza de Morena con Javier Duarte.
Pero tampoco ahí termina la historia. El 19 de febrero el escritor y periodista Martín Moreno publicó en El Universal una severa crítica a las mentiras y engaños de AMLO, bajo el título “Por qué no votaré por López Obrador”, en la que prueba que Obrador sigue los pasos de dictadores como CastroChávez y Maduro.
Furioso, Obrador respondió con insultos que dejaron ver su talan dictatorial, al calificar al autor de: “Un mal escritor, dedicado a explotar el conservadurismo y la ignorancia de la sociedad”. Lo traicionó la posverdad.
Todo esto ocurrió mientras ForbesMéxico eliminó de su edición digital un artículo de Sergio Negrete, en donde el autor documentaba que la propuesta electoral de AMLO es un engaño. Curiosamente la censura se produjo cuando Forbes publicó una extensa y elogiosa entrevista a Alfonso Romo, uno de los financistas de AMLO.
Y, por si lo olvidaron, en los previos a 2016 —y a través de su esbirro, Federico Arreola— el señor Obrador pidió a dueños de los diarios en los que trabajaban algunos de sus críticos —como el autor del Itinerario Político—, que los despidieran. ¿La razón? Elemental: AMLO siempre ha sido un dictador bananero. ¿Así o más claro?
Al tiempo.

martes, 28 de marzo de 2017

KPMG desnuda lo malaleche de los empresarios

Carlos Mota - 28 de marzo 2017. El Financiero.

El día de ayer la firma de asesoría KPMG México dio a conocer los resultados de su encuesta Perspectivas de la Alta Dirección, que año con año revela. Es un ejercicio muy sólido que muestra la forma en la que piensan los empresarios del país. Este año tiene resultados que incluyen la medición de lo que todos los días hemos estado escuchando recientemente: a las empresas en México les está yendo muy bien, pero la gran mayoría de los empresarios evalúa mal al gobierno. 

Un sinsentido en la mente de los empresarios que KPMG logra medir con claridad. Veamos.

De todos los empresarios encuestados, el 51 por ciento reveló que su rentabilidad se ha incrementado en los últimos tres años, y 34 por ciento dijo que se ha mantenido. Si sumamos ambas cifras, tenemos que a 85 por ciento de las empresas les está yendo bien o muy bien en este sexenio.

No obstante lo anterior, la encuesta de KPMG revela que 30 por ciento de los empresarios encuestados piensa que el gobierno federal tiene una actuación frente al entorno económico que califica de pésima, mientras que 65 por ciento piensa que es regular o mala. Si sumamos estas dos cifras, tenemos que 95 por ciento vive en la creencia de que el gobierno hace mal las cosas.

Esta yuxtaposición de respuestas en los empresarios me hace pensar dos cosas: o son muy ignorantes o son muy malaleche. Pero, sabiendo que son muy listos y que están bien informados como para mantener o incrementar la rentabilidad de sus negocios, no queda más que pensar que son lo segundo.

Es muy mezquino no reconocer lo que ha hecho el gobierno, particularmente cuando a las empresas les va muy bien: ahí están las reformas estructurales que hace cinco años anhelábamos; las emisiones de México en los mercados internacionales; la estrategia de contención del canciller Videgaray y del secretario Guajardo por la que Donald Trump le ha bajado dos rayitas a su retórica antimexicana; el boom del turismo; el incremento del empleo…

Pero nada de eso los convence. Viven engañados, sin opinión propia, en la lógica de solo exigir y acumular. Quién sabe qué leen, qué estación de radio sintonizan o dónde se informan.

¿Más contradicciones entre los empresarios? Dice KPMG respecto al arribo de Donald Trump a la presidencia de Estado Unidos: “57 por ciento de los encuestados afirma que la rentabilidad de sus empresas se mantendrá, mientras 30 por ciento considera que disminuirá, y sólo 13 por ciento que se incrementará”.

Si con el PRI y el PAN no estuvieron contentos —a pesar de que a sus empresas les fue muy bien—, todo indica que los empresarios quieren probar qué se siente que nos gobierne la izquierda. Así son ellos. Gracias a KPMG, por darnos a conocer la medida de lo que algunos sospechábamos.

Twitter: @SOYCarlosMota

La excomunión de José Narro

Se encendió López Obrador porque José Narro Robles realiza actividades partidistas y fue el orador en el aniversario luctuoso de Luis Donaldo Colosio en el PRI. Lo excomulgó.

“El que fue rector de la UNAM, ahora convertido en un matraquero del PRI”, dijo en gira por Veracruz, al referirse a José Narro.

Qué falta de respeto. López no tolera a nadie que no esté con él. Así sea su hermano o el exrector de la UNAM.

¿Va a actuar diferente en caso de que gane la presidencia? Claro que no. Vamos a tener a la intolerancia con todo el poder del Estado en sus manos.

Narro siempre ha estado en el lado progresista del PRI. De ahí sus citas a Reyes Heroles, a Colosio y a Carpizo en la ceremonia de la semana pasada.

Pero como AMLO cree tener el monopolio de las posiciones progresistas, entonces insulta a Narro. Marca territorio. Una vulgaridad total.

Tal vez le molestó la cita de José Narro a una parte del célebre discurso de Colosio hace 23 años en el Monumento a la Revolución, en que el extinto candidato presidencial señaló que “México no quiere aventuras políticas. México no quiere saltos al vacío. México no quiere retroceder a esquemas que ya estuvieron en el poder y probaron ser ineficaces. ¡México quiere democracia pero rechaza su perversión: la demagogia!”.

Narro fue presidente de la Fundación Colosio. ¿Por qué llamarlo “matraquero del PRI” si realiza actividades de partido, de su partido? Tiene tanto derecho a hacerlo como AMLO.

Además, qué refrescante es oír, en un partido político, discursos como el de Narro la semana pasada en el PRI.

No por las palabras, sino porque aún quedan políticos cultos que conocen México y sus raíces, independientemente del partido que sean.

El exrector citó a Octavio Paz, y entendía lo que decía: “Pensar el hoy significa, ante todo, recobrar la mirada crítica. Por ejemplo, el triunfo de la economía de mercado –un triunfo por default del adversario– no puede ser únicamente motivo de regocijo. El mercado es un mecanismo eficaz pero, como todos los mecanismos, no tiene conciencia ni tampoco misericordia… Una sociedad poseída por el frenesí de producir más para consumir más tiende a convertir las ideas, los sentimientos, el arte, el amor, la amistad y las personas mismas en objeto de consumo”.

También citó a De Gaulle y a Torres Bodet en un contexto adecuado, con conocimiento y autoridad.

Lo anterior desató la ira de López Obrador, al grado de llamar a Narro “matraquero del PRI”.

Estemos de acuerdo o no con él, Narro tiene toda una vida al servicio del país. Vive de lo que ha trabajado y, como toda persona en una democracia, tiene derecho a militar en el partido que le venga en gana.

Porque fue rector de la UNAM, ¿tiene Narro que estar con AMLO?

Es cierto que otro exrector, Juan Ramón de la Fuente, estuvo con López Obrador en sus dos candidaturas presidenciales (más en 2006 que en 2012), a lo que también tiene pleno derecho.

Pero de ahí a considerar que el pensamiento crítico y la cultura deben estar siempre de su lado, es de un engreimiento inaceptable.

En los regímenes totalitarios así sucede: los que no se alinean al ideario del líder van a archipiélagos Gulag, al exilio o a la cárcel.

Aquí –todavía– tenemos una democracia en la que se respeta la diversidad cultural y el pluralismo ideológico.

Pero como AMLO no es un demócrata, ya excomulgó al exrector Narro.

Twitter: 
@PabloHiriart

jueves, 23 de marzo de 2017

Los tropiezos de Andrés


En una mesa de debate realizada hace semanas, escuché de un académico prestigiado una frase que describe las virtuales e irrenunciables victorias de Andrés Manuel en el pasado. Ante la pregunta expresa de si López Obrador iba a ganar las elecciones en 2018, el investigador respondió: “Todos hemos visto cómo Andrés también falla penaltis”.

Me pareció ampliamente descriptiva de los momentos 'inminentes'
–escuché decir más de una vez– en que Andrés se convertiría en presidente de la República.

A juzgar por los números de hoy, la ventaja de AMLO en términos de preferencia electoral hacia 2018 es considerable; cada semana se suman empresarios y líderes de distintos sectores a su campaña, a su grupo de seguidores y simpatizantes, además de que él adopta
–indistintamente– tonos diversos a partir de la metralla que recibe o las pifias que comete.

En torno a estas últimas, la más reciente insinuación de que el Ejército estuvo vinculado con el inacabable caso de Ayotzinapa le abrió un nuevo frente de confrontación: las Fuerzas Armadas.

Citando a los clásicos: 'pero qué necesidad'.

Al señalamiento directo de un ciudadano –cuya identidad era desconocida en ese momento para AMLO– durante su reciente visita a Estados Unidos, resultó desafortunada y visceral como suele hacer el líder de Morena cuando le inquieren sobre temas o datos incómodos en su agenda o su pasado. ¿Cuál era su relación con Ángel Aguirre?, ¿cuál su relación con los Abarca? Preguntó un hombre con fotografías del propio Andrés Manuel con esos personajes, un ciudadano que después resultó –agravante ético y social– padre de uno de los desaparecidos.

La respuesta de Andrés de inquirir al presidente o a las Fuerzas Armadas fue un deslinde claro, una insinuación de responsabilidad, pero sobre todo, una evasión a la pregunta central: ¿Qué tiene usted que ver con estos personajes?

El incidente me llevó a recordar el rosario de errores y pifias de 2006, una elección que perdió en las urnas –por estrecho margen– y que nunca en más de 12 años se pudo comprobar el hipotético fraude que él sostuvo durante años.

Andrés es el peor enemigo de Andrés, porque en el calor del debate, de la plaza pública –que con frecuencia domina y subyuga– a veces surgen 'provocadores', ciudadanos que preguntan, se quejan, señalan y da la impresión de que AMLO no es capaz de procesar con templanza y articulación las voces distintas o discordantes. No es la primera vez.

Pero si quiere llegar en 2018 tendrá que refrenar las reacciones viscerales y de mecha corta, las que producen la distancia de los electores, la desconfianza de los votantes, quienes aprecian una vena intolerante en el experimentado político.

Para hablar de hechos, no existe una sola evidencia –a pesar de la muy ideológica campaña de los padres, sus patrocinadores, sus abogados y todos quienes han sacado beneficio del tema– que vincule la participación del Ejército esa trágica noche en Iguala.

Más bien, se puede criticar su omisión o su falta de intervención, pero no son la policía, como muchas veces se ha dicho.

La respuesta formal del Ejército, a través del general responsable de los derechos humanos, agrega un ingrediente de presión a un proyecto de ley que los legisladores no acaban de terminar. El marco jurídico para la acción y operación de las Fuerzas Armadas en labores de seguridad interna, lucha contra el crimen organizado, etcétera. La ley sigue atrapada en los pasillos del Congreso con muy pocas posibilidades de que pueda salir.

Andrés Manuel intentó suavizar las asperezas con el Ejército desde el domingo en Querétaro y San Luis Potosí, y después mediante un mensaje en redes señalando nuevamente los ataques de siempre desde la mafia del poder. Es decir, lo de siempre: Yo no me equivoco, se equivocan quienes leen y desvirtúan mis afirmaciones porque pertenecen a la mafia del poder. Lamentable.

Fue un error, hay que asumirlo y aplicar control de daños, en vez de defender la postura por los ataques 'de los malos'.

Imagine usted a AMLO en una declaración pública reconociendo que el Ejército no tuvo nada que ver en Ayotzinapa, que las investigaciones demuestran tales hechos y que faltan precisar más elementos. ¿Tendría un costo electoral entre sus seguidores?

Esa es la causa por la que es mejor no aclarar posturas, sino mantenerse en los linderos de lo indefinido, para no defraudar a ningún seguidor duro o a otro potencial votante.

La ruta al 2018 deberá reducir y de ser posible eliminar todo tropiezo, o veremos una historia repetida y conocida: el ya merito.

Twitter: @LKourchenko

AMLO, Chávez, empresarios y banqueros

Pablo Hiriart

El súbito acercamiento de López Obrador al sector privado es público y notorio, y algunos piensan que se trata de un sincero cambio de actitud del próximo candidato presidencial mientras otros opinan que es una estrategia para llegar al poder.
Su nuevo discurso me recuerda una entrevista de Jorge Ramos a Hugo Chávez en diciembre de 1998, poco antes de las elecciones presidenciales en Venezuela, que vale la pena volver a ver (www.youtube.com/watch?v=8zp647hF4QY) o a leer.

Jorge Ramos: Comandante, déjeme hablarle sobre el miedo que usted genera en muchísimas personas, en el exterior hay gente que le tiene miedo.

¿Usted sabe eso, no?

Hugo Chávez: No sé por qué, je je je…

Ramos: Bueno, primero, dicen que no es demócrata. ¿Usted está dispuesto a entregar el poder después de cinco años?

Chávez: Claro que estoy dispuesto a entregarlo. No solamente después de cinco años, yo he dicho que incluso antes, porque nosotros vamos a proponer aquí una reforma constitucional, una transformación del sistema político, para tener una democracia verdadera, mucho más auténtica. Si, por ejemplo, yo a los dos años resulta que yo soy un fiasco, un fracaso o cometo un delito, un hecho de corrupción o algo que justifique mi salida del poder antes de los cinco años, yo estaría dispuesto a hacerlo.

Ramos: ¿Nacionalizaría algún medio de comunicación, algún medio privado?

Chávez: No. Basta con el medio de comunicación que tiene el Estado hoy. El Estado tiene el canal 8, Venezolana de Televisión, hay que repotenciarlo, ponerlo a trabajar en función de la educación nacional, de los valores nacionales. Los demás canales ­yo tengo la mejor relación con ellos, con los medios de comunicación­, deben seguir siendo privados. Más bien estamos interesados en que se amplíen, se profundicen.

Ramos: ¿No hay intención de nacionalizar absolutamente nada?

Chávez: No, absolutamente nada. Incluso hemos dicho: nosotros estamos dispuestos a darle facilidades, aún más de las que hay, a los capitales privados internacionales para que vengan a invertir en las más diversas áreas: agricultura, agroindustria, petroquímica, industria gasífera, todo lo que es el desarrollo del país. Vea que tenemos un proyecto bastante ambicioso que necesitará de la inversión privada. Yo aprovecho para hacer un llamado a todo el mundo: yo no soy el diablo (sonrisas), yo soy hombre que va con los mejores lazos de hermandad a trabajar conjuntamente con todos los países de América Latina, de Norteamérica y del mundo entero.

Ramos: La última pregunta, de Cuba es ésta: Si para usted Cuba es una dictadura o no es una dictadura.

Chávez: Sí es una dictadura. Sí, pero no puedo yo condenar a Cuba, sabes que hay un principio de derecho internacional que es la autodeterminación de los pueblos. Los pueblos deben darse sus gobiernos o deben hacer sus propias historias. Yo no puedo desde Caracas, sentado aquí, empezar a juzgar a los gobiernos y a los pueblos del mundo.

Bueno, esas respuestas ¿le suenan conocidas?, ¿le recuerdan el discurso de alguien?
Como se sabe, Chávez expropió los medios de comunicación, las empresas, las agroindustrias, encarceló a opositores, no dejó el poder hasta la muerte, controló al Poder Judicial y gobernó por decreto.

En México López Obrador ha dado un giro en su relación con el sector privado. Usted dirá si es un cambio genuino en su forma de ver al país y al mundo o es estrategia electoral como la de Chávez.


¿Qué cree?

Claudia Sheinbaum judia esposa de Carlos Imaz

Carlos Loret de Mola

Miércoles 08 de agosto de 2012
Pocas personas le han sido tan fieles a Andrés Manuel López Obrador como Claudia Sheinbaum: fue su secretaria de Medio Ambiente responsable de los segundos pisos que fue la obra más relevante de su sexenio, fue su vocera en la primera campaña presidencial de 2006, se convirtió en su más activa denunciante durante ese conflicto postelectoral, aceptó un cargo en el gabinete del “gobierno legítimo”, fue el cerebro técnico detrás de su lucha contra la reforma energética de Calderón, se empleó a fondo en la segunda contienda rumbo a Los Pinos, la propuso como parte de su eventual equipo de ganar el 2012 y está hoy en la primera línea de combate del segundo conflicto postelectoral presidencial. Ha peleado batallas indecibles, defendido al líder político en el que cree.
Son notables sus credenciales académicas, nacionales e internacionales. Hace poco tiempo, según cuentan fuentes en la izquierda, la doctora Sheinbaum llegó hasta López Obrador con un reproche.
El reproche tuvo nombre y apellido: Alfredo Jalife‐Rahme, periodista, analista y académico de la UNAM, nombrado asesor en temas internacionales del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena). Claudia Sheinbaum Pardo no profesa activamente ninguna religión, pero tiene origen judío.
Alfredo Jalife‐Rahme está acusado públicamente por intelectuales de todo el espectro ideológico de verter en Twitter y en sus colaboraciones en medios de comunicación comentarios abiertamente racistas y violentos contra los judíos, que invitan al odio antisemita.
La doctora Sheinbaum no fue la única voz que se quejó del lenguaje del doctor Jalife: es bien sabido que un poderoso grupo de empresarios de origen judío han logrado grandes negocios inmobiliarios durante las gestiones de López Obrador y Marcelo Ebrard en el Distrito Federal; son simpatizantes y financiadores del movimiento que encabeza el tabasqueño y ellos también elevaron su protesta a través de Evelyn Daniel, integrante activa de la comunidad judía con gran cercanía y acceso al candidato izquierdista.
López Obrador, señalan las mismas fuentes, optó por tomar distancia de Alfredo Jalife y mandar dos mensajes a la comunidad judía: a través de Twitter escribió que los enemigos de sus amigos no son sus enemigos (entiéndase como que los judíos enemigos de su amigo Alfredo Jalife no son sus enemigos) y de manera privada abundó que él nunca se iba a pelear con la comunidad judía de México.
Las quejas contra el doctor Jalife no sólo tienen que ver con el tema de los comentarios racistas —le abrieron un expediente en el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), donde tiene un asiento Tribuna Israelita, el despacho mediático de la organización judía mexicana— sino también con cuestiones postelectorales: otro de los más leales a López Obrador, el legislador petista e integrante directivo de Morena, Mario Di Costanzo, entró en abierta pugna con él por diferencias en torno a la denuncia contra el coordinador de campaña de Enrique Peña Nieto, Luis Videgaray.

miércoles, 22 de marzo de 2017

Exige el Ejército “pruebas” sobre abuso militar


Sin mencionar a AMLO, el director de Derechos Humanos señala que “actores de la sociedad” especulan y difaman, lo cual genera una percepción equívoca de la realidad.

IGNACIO ALZAGA

México
La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) exigió a “actores de la sociedad” presentar pruebas de las “injurias” y “ofensas” con las que han intentado responsabilizar al Ejército de la desaparición de normalistas y de supuestas masacres, “sin la más mínima evidencia”.
Sin mencionar a Andrés Manuel López Obrador, el general brigadier de Justicia Militar, José Carlos Beltrán, director de Derechos Humanos de la Sedena, dijo anoche, en una inédita conferencia de prensa, que el Ejército ha sido “difamado” al pretender relacionarlo con actos de represión.
“Si alguna persona considera contar con pruebas que sustenten las supuestas quejas o acusaciones de las que se ha especulado, se le hace una atenta invitación a que las presenten ante la autoridad competente, para que éstas procedan conforme a derecho”, puntualizó.
De manera tácita, Beltrán se refirió al caso de los 43 estudiantes de Ayotzinapa y de las investigaciones que realizaron la Procuraduría General de la República (PGR) y el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI).
“Se han mencionado estas supuestas responsabilidades sin la más mínima evidencia sobre hechos investigados no solo por autoridades judiciales nacionales, sino por grupos de expertos que han presentado conclusiones que desvinculan a personal militar de los hechos delictivos que fueron materia de su análisis. Inclusive se ha difamado sobre actos de represión que ofenden al instituto armado y también a la sociedad”, indicó.
En las instalaciones centrales de la Sedena, el general afirmó que “actores de la sociedad han afirmado o publicado señalamientos de que integrantes de las fuerzas armadas violentan indistintamente los derechos humanos de la población, especulando sobre la responsabilidad de miembros del Ejército y Fuerza Aérea mexicanos, sin que se cuente con elementos de convicción que así lo demuestren; esto genera una percepción equívoca de la realidad”.
Manifestó que, ante estas declaraciones, “hemos dado (en la Sedena) muestras de tolerancia y prudencia, en un sinnúmero de ocasiones, desde agresiones físicas a instalaciones militares e integrantes del Ejército y Fuerza Aérea, hasta injurias y ofensas provocadoras”.
Enfatizó que la Defensa Nacional rechaza de manera contundente estos señalamientos de diferentes orígenes. El instituto armado “no tolera ni encubre ninguna conducta de algún elemento castrense que atente contra los derechos fundamentales de las personas, facilitando la intervención de las autoridades competentes para la investigación y sanción que en cada caso proceda”.
El general negó que los militares pretendan un marco legal —Ley de Seguridad Interior— “a modo para poder transgredir los derechos humanos, lo cual es total y absolutamente falso, generando opiniones totalmente contrarias a nuestra naturaleza al servicio del pueblo”.
Aseguró que el respeto a los derechos humanos es prioridad en todos los niveles, lo que ha permitido una reducción en el número de quejas sobre supuestos abusos, 68 por ciento en 2016 respecto a 2012.
“En diversos medios de comunicación se han establecido diversas afirmaciones que, de manera expresa, categórica y clara, agreden no solo a la sociedad, también a las fuerzas armadas.
“Estas acusaciones carecen de elementos que lo demuestren, consecuentemente son falsas hasta que una autoridad, en el ejercicio de sus facultades, demuestre que ocurrieron o que algún militar es responsable”, respondió a MILENIO.
CLAVES
LAS ACUSACIONES
En febrero, tras el operativo en que murió el líder de los Beltrán Leyva, AMLO acusó a la Marina de masacrar a jóvenes, algunos menores de edad.
De gira por Nueva York, el 13 de marzo le dijo a uno de los padres de los 43 que preguntara al Ejército sobre la desaparición de normalistas.
El domingo pasado, de gira por Querétaro y San Luis Potosí, afirmó que corresponde al Presidente aclarar el caso y que “respeta a las fuerzas armadas”.

¿Los gobiernos de Morena, son ejemplos a seguir?


Ubaldo Díaz
 
Un ejemplo de lo que pudiera ocurrir si Andrés Manuel López Obrador llegará a triunfar en el 2018, se puede ver cómo gobiernan las delegaciones políticas de la Ciudad de México, o cómo administró la capital el propio tabasqueño. En ambos casos dejan mucho qué desear en los resultados obtenidos en seguridad, transparencia, economía o desarrollo social y urbano. En ningún caso son ejemplo de un buen gobierno. No han hecho algo que valga la pena, porque de lo contrario ya lo hubiera presumido el hombre de Macuspana.
Las administraciones morenistas a las que nos referimos no han entregado buenas cuentas a los ciudadanos. Eso sí muchas promesas y sobre todo se han dedicado a repartir culpas de su ineptitud para gobernar. Lo que no pueden hacer culpan al Gobierno federal o al gobierno central de la Ciudad de México. Nunca aceptan su responsabilidad. Siempre han sido buenos para evadir lo que les corresponde.
Se entendería que las delegaciones morenistas de Azcapotzalco; Cuauhtémoc; Tláhuac; Tlalpan y Xochimilco, serían un ejemplo de gobernanza, pero no. Y se supondría que esas demarcaciones serían un ejemplo de cómo gobernarían el país, y si es así, qué lamentable sería. Qué futuro esperarían a los mexicanos, porque en ninguna de esos territorios pueden presumir haber terminado con los graves problemas que han persistido en gobiernos priistas, perredistas y hoy morenistas.
En todas esas delegaciones sabemos de los cochupos de sus funcionarios; las mismas calles mugrosas, los mismos basureros; las mismas tranzas en oficinas; el mismo nepotismo de otras administraciones y el favoritismo para familiares y amigos. Nada o casi nada ha cambiado, sólo los nombres de sus funcionarios y sus banderas.
López Obrador dice en su libro “2018. La Salida” que una vez que llegue a la casa presidencial, se acabará la corrupción. Su promesa suena como arte de magia. Si el tabasqueño tiene la fórmula de acabar con la corrupción, con la impunidad, con la inseguridad y con la marginación y la pobreza de los mexicanos, entonces les debería recomendar sus estrategias a los delegados de su partido y seguramente así los mexicanos verán que sus propuestas tienen razón.
Pero si su partido y él piensan gobernar en su caso como lo hacen sus delegados políticos, pues mejor nos quedamos con lo que tenemos o votamos por otra opción que no sea la de su partido.
Tampoco su paso por el Gobierno de la Ciudad de Gobierno fue un ejemplo de una buena administración, sólo le sirvió de trampolín para saltar a donde hoy lo vemos. No entregó buenas cuentas en seguridad. Nunca tuvimos una ciudad en paz. Su gestión estuvo marcada por la corrupción, como lo mostraron los casos de Bejarano y Ponce, entre otros, o cómo olvidar la calificación de pirrurris a miles y miles de ciudadanos que marcharon para que se terminara la violencia en la Ciudad de México.
Entonces, cómo confiar en sus promesas de hoy, si los hechos de ayer lo condenan. Igual que a los gobiernos de sus delegados políticos, que no hay uno que se pueda decir que son un ejemplo de su territorio. Entonces está claro que lo único que quiere es el poder por el poder. Sin duda el sueño más grande de su vida que hoy siente que está cerca, como lo ha sentido en el 2006 y en el 2012, donde pensaba que ya tenía en las manos la silla presidencial y luego se le cayó. Y entonces dijo que se la robaron sin presentar pruebas.
López Obrador debería presumir cómo han gobernado en sus delegaciones que tienen en su poder. Sin embargo, no lo hace porque no tiene nada qué presumir. Sabe que es más fácil prometer que cumplir. Si sus delegados fueran tan buenos y que se viera una gran transformación en sus territorios, entonces no habría duda que serían un ejemplo a seguir, pero no han hecho algo que no hayan hechos sus antecesores del PRI y del PRD.
El senador Miguel Barbosa, fue acusado por Alejandra Barrales, de haber filtrado la información sobre el departamento que adquirió en una zona turística de Miami. Y ahora señalado por la presidenta del partido del sol azteca como el causante de su último descalabro mediático y político.
La perredista dice que “no le parece que sea una casualidad que precisamente en este momento que estamos litigando temas importantes en el Senado, efectivamente puede haber senadores que pueden no estar de acuerdo con mis planteamientos, se filtre esta información y sobre todo que se pretenda dar un manejo como objeto de una investigación exhaustiva cuando es algo que yo vengo proporcionando desde hace dos años”, dijo en el programa de radio de Joaquín López Dóriga.
En síntesis, agregó: no descarta que la filtración de su propiedad en Miami sea parte de una guerra sucia emprendida por Miguel Barbosa en su contra. La cadena Univisión difundió anteayer que Alejandra Barrales es dueña de un departamento en Miami que podría costas sobre el millón de dólares. Las tribus se dan con todo, la pelea por los dineros y el poder están a la orden del día.
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A nombre del grupo parlamentario del PRI en la Cámara de Diputados, la legisladora Araceli Guerrero Esquivel se pronunció en favor de reformar el artículo 25 de la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia para que, en los casos de alerta de violencia de género, se notifique a los ayuntamientos implicados. La diputada federal por el estado de Zacatecas, aseguró que con dicha propuesta se coordinarán las autoridades de los tres órdenes de gobierno, en las tareas de prevenir, sancionar y erradicar conductas que atenten contra la integridad de la mujer. “Vigilar el pleno ejercicio de los derechos de las mujeres, requiere de una mayor coordinación entre todas las autoridades”, enfatizó.
ubaldodiazmartin@hotmail.com
hombresdelpoder.com

martes, 21 de marzo de 2017

Los mandamientos de López Obrador

Por: Francisco Martín Moreno

Después de analizar algunas de las declaraciones de López Obrador del 2002 a nuestros días, confirmé un contenido proteico en las mismas, lo cual no me impidió dar con un común denominador imprescindible para elaborar los siguientes mandamientos:
PRIMERO: Predicarás ideas que sabes falsas entre personas que sabes idiotas. ¿Ejemplo? La furiosa diatriba en contra de “La mafia del poder”, a la misma que AMLO aministiaría de llegar a la Presidencia. ¿Qué…? (Agosto del 2016)
SEGUNDO: Jamás aceptarás que el populismo es tramposo por más que sus raíces se encuentren en la palabra “pueblo” ni admitirás que los únicos beneficiados de esta espléndida bandera política son sus líderes, adoradores de la demagogia. ¿Ejemplo? ¡Maburro!
TERCERO: Rechazarás la racionalidad y la prudencia. Organizarás marchas callejeras con personas que no entienden ni por qué protestan, para impresionar a la autoridad y al electorado. Es claro que Vox Populi, no es Vox Dei, sino Vox Buey. ¿Ejemplo? ¡El Brexit!
CUARTO: Recurrirás a la manipulación de la opinión pública para que las masas te contemplen como a un dirigente esclarecido, infalible e indestructible… ¿Ejemplo? AMLO se dijo indestructible. (Octubre 2003)
QUINTO: Buscarás que el pueblo te profese una idolatría cuasi-religiosa especialmente eficaz en la manipulación de muchedumbres. ¿Ejemplo? Erigirse como un líder, ahora espiritual, por medio de una “República Amorosa” orientada a regenerar la vida del país por medio del amor… ¿No…?
SEXTO: El populismo desprecia a la democracia. De ahí que debas convertirte en una especie de Papa político, posición que te permitirá contar con los pretextos necesarios para dirigir tu gobierno hacia el autoritarismo. ¿Ejemplo? “Por el bien de todos, Primero los pobres”, sí, pero sobre la base que AMLO se constituya en el intérprete máximo de la voluntad de los pobres, a los que quiere tanto que los multiplicará por doquier.
SÉPTIMO: Dominarás sin representar, recurriendo a la coerción o al chantaje emocional. A las masas se les dirige con sentimientos e impulsos, nunca con argumentos. ¿Ejemplo? Mussolini las controlaba con emociones, de la misma forma, decía “el Duce”, que los cowboy conducían al ganado al matadero entre balazos disparados al aire y ladridos de perros feroces. De lo último que se trata es de razonar.
OCTAVO: Rechazarás las decisiones del Poder Judicial. En un país de machos y de reprobados o de ambos, reporta enormes dividendos políticos el hecho de desafiar a la autoridad. Desafíala y te encumbrarás. ¿Ejemplo? Mandarás al diablo a las instituciones de la República, salvo al INE que te da cientos de millones pesos que nunca nadie auditará como en cualquier partido político. Esa institución republicana la respetarás por sobre todas las cosas.
NOVENO: Sabotearás la operación del Poder Legislativo para evitar la promulgación de disposiciones contrarias a los intereses del pueblo, o sea, los tuyos propios. Tomarás la tribuna o impedirás los accesos de los representantes populares a sus respectivas cámaras para que no voten leyes que atenten en contra de tus planes políticos. A quien te llame golpista etiquétalo como pirruris. ¿Ejemplo? Las huestes de AMLO secuestraron las instalaciones del Senado de la República en diciembre del 2013 cuando se legislaba una ley opuesta a sus intereses políticos.

¿Más? ¡Claro…!

jueves, 16 de marzo de 2017

AMLO, dos strikes en un mes

Carlos Urdiales
Cero y van dos. Andrés Manuel López Obrador pone a prueba su fortuna política, su posicionamiento como quien, inevitablemente, ganará la Presidencia en 2018.
El de Macuspana señaló que cuando marinos mexicanos abatieron durante un enfrentamiento a Isaac Silva, El H2, a Juan Francisco Patrón, El H9, y a 13 personas más del cártel de los Beltrán Leyva el 9 de febrero en Tepic, Nayarit, los uniformados habían “masacrado” a menores de edad inocentes.
Es más, fue prolijo en la acusación al expresar que se habían truncado vidas y futuros por las políticas neoliberales. Así lo expuso.
López Obrador, en su gira por Estados Unidos, le dijo en Nueva York a Jorge Antonio Tizapa, padre de uno de los 43 desaparecidos de Ayotzinapa, que le reclamara la muerte de su hijo al Ejército mexicano, al Presidente Peña Nieto, no a él.
Como aquel ¿y yo por qué? de Vicente Fox. Lo menos malo del episodio neoyorquino fue callar al padre. En el video completo se ve cómo AMLO aguantó hasta que lo traicionó su pensamiento profundo, no su carácter, por demás templado en el oficio de candidato indeleble.
En un mes el puntero de encuestas no ha tenido empacho en sembrar en el imaginario colectivo, por partida doble, que las fuerzas armadas del Estado mexicano andan matando y desapareciendo gente a tontas y locas.
Que los huérfanos de hijos de Ayotzinapa no lo son por culpa de una policía municipal de Iguala entregada al servicio de Guerreros Unidos; no, según el fraseo de AMLO, su luto eterno es culpa del Ejército y, por añadidura, de su comandante supremo.
De acuerdo con la encuesta México: confianza en instituciones 2016, de Consulta Mitofsky, las universidades, la Iglesia y el Ejército, junto con la Marina, ocupan los tres primeros lugares en cuanto a su prestigio social. La Presidencia, las policías, los partidos políticos y los sindicatos están al fondo de la tabla.
¿De verdad AMLO cree que las Fuerzas Armadas están en las calles masacrando y desapareciendo jóvenes? Jugando con su idea de inevitable triunfo en 2018, a López Obrador sólo le falta descalificar a la del Tepeyac y decir que sólo su Morena es legítima y milagrosa.
- ADN40. La Reinvención de TV Azteca, que comanda Benjamín Salinas, se manifiesta ahora con ADN40, el primer canal 7x24 de noticias, análisis y opinión en televisión abierta nacional.
ADN40 es la evolución de la plataforma de Proyecto 40, señal que llega cada semana a más de 19 millones de personas En tiempos en que todo dato puede ser falso, ADN40 nos ofrece saber qué sí se dijo y qué sí sucedió, con la confiabilidad como marca. Desde un espacio con la más alta tecnología televisiva, ADN40 busca posicionarse a la vanguardia de la información, el análisis y la opinión de especialistas.
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López, en las entrañas del imperio

JORGE FERNÁNDEZ MENÉNDEZ
16 de Marzo de 2017
La gira de Andrés Manuel
López Obrador
 por Nueva York y Washington está exhibiendo, otra vez, el peor rostro del candidato de Morena. Ya se ha hablado y mucho del exabrupto de intolerancia con Antonio Tizapa, padre de Jorge Antonio, uno de los jóvenes desaparecidos de Ayotzinapa que cometió el grave pecado de mostrar la relación que mantuvo López Obrador con el matrimonio Abarca y con el exgobernador Ángel Aguirre.
Los padres y sus seguidores se han manifestado contra todo el mundo, han llegado incluso a atacar, ellos o sus seguidores, un cuartel militar. Cuando hicimos el documental La noche de Iguala, iniciaron una virtual campaña de linchamiento contra quienes cometimos el pecado de insistir en que los jóvenes fueron secuestrados y asesinados por una banda de narcotraficantes que manejaban las policías de Iguala y Cocula. Cada vez que el presidente Peña viaja fuera del país por ahí aparecen algunos de estos grupos que acusan al Estado, sin mostrar prueba alguna, de ser los responsables de la desaparición de los jóvenes. Nadie ha acusado a los padres de provocadores ni ha buscado un enfrentamiento con ellos. Se entiende que aunque haya intereses ajenos a ellos manipulándolos, están en su derecho de reclamar por sus hijos.
Pero cuando a López Obrador lo exhiben (¡en Nueva York!) en dos fotos con los Abarca y con Aguirre, cancela el evento y termina encarándose con violencia contra los padres y repitiendo aquello de “cállate chachalaca” que tanto le costó en 2006, al padre de Jorge Antonio Tizapa, quien le preguntaba por los jóvenes desaparecidos, le grita: “Cállate, provocador, pregúntale a Peña, pregúntale al Ejército”.
O sea que para López Obrador, primero, los padres de Ayotzinapa son provocadores y segundo, no puede aceptar que lo critiquen sin caer él mismo en la provocación y lo hace fuera de México, donde el sentido político demanda siempre mayor prudencia. Pero más grave aún: por lo dicho, López Obrador cree, porque lo dice, que los jóvenes fueron desaparecidos por el Ejército y por Peña. Y lo hace sin prueba alguna, sin siquiera con un razonamiento detrás. Adiós al discurso de moderación, adiós a buscar los acuerdos, a la amnistía y el perdón a todos si gana las elecciones.
Pero políticamente hay algo mucho más delicado. López Obrador ha sido, desde el día uno, absolutamente, indulgente con el gobierno de Donald Trump. El día posterior a la elección dijo que no pasaría nada, que todo se arreglaría. Repentinamente decidió comenzar a ir a Estados Unidos para atender a los migrantes, pese a que en los 11 años de campaña anterior nunca lo había hecho (y por eso la frialdad con que ha sido recibido). Pero en Nueva York y Washington, López Obrador ha dejado en claro que no quiere ningún avance con Trump hasta que él esté en Los Pinos. Que Trump, los migrantes, el muro, el Tratado de Libre Comercio de América del Norte esperen a que llegue a Los Pinos.
Ayer informó que buscará un acuerdo con Trump para que éste no construya el muro en la frontera. No dice cómo llegará a ese acuerdo o con base en qué lo hará. Sería un detallazo que nos explicara cómo lo hará.
Después fue a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos a presentar unas denuncias contra las órdenes migratorias de Trump y dijo “no va a aceptar una actitud sumisa” del gobierno mexicano, pero agregó que “vamos a convencer al gobierno de Estados Unidos, de que lo mejor es un buen acuerdo, un buen entendimiento, sobre la base de la cooperación para el desarrollo (sic)”. ¿Qué quiso decir? En la Casa Blanca se deben estar carcajeando.
Sobre el Tratado de Libre Comercio, ese mismo tratado que ha denunciado en infinidad de ocasiones, ahora dice que hay que defenderlo y aseguró que espera “que no se vaya a cometer el error de hacer una revisión apresurada. Pienso que no va a alcanzar el tiempo, que no se va a llevar a cabo ninguna revisión comercial antes de las elecciones en México, porque tanto en Washington como en México las cosas caminan despacio”. En otras palabras, no quiere una actitud sumisa con Trump, pero quiere que pase el tiempo sin hacer nada porque en México y Estados Unidos “las cosas caminan despacio”. Por cierto, muy probablemente la renegociación del Tratado comenzará en agosto o septiembre.
Con todo respeto, Andrés Manuel no tiene idea de estos temas, no sabe cómo moverse en lo internacional ni las consecuencias de sus dichos. Por principio no se va al exterior a abordar temas de agenda interna; no se le grita y califica de provocador al padre de un joven desaparecido porque lo cuestiona; no se acusa al Ejército mexicano (al que ya había acusado de cometer “masacres” en Tepic) de secuestrar jóvenes sin una sola prueba; no se le puede pedir al gobierno de Trump que se espere casi dos años a que él llegue al poder para negociar, la migración, el muro o el Tratado de Libre Comercio de América del Norte. Ni modo. Una cosa es pueblear y declarar lo que sea sin ser cuestionado y otra exhibirse en Nueva York y Washington. Son otras ligas.
http://www.excelsior.com.mx/opinion/jorge-fernandez-menendez/2017/03/16/1152319

AMLO y Trump, aliados involuntarios

Visto desde Nueva York
Jorge Suárez­Vélez 16 marzo 2016.

Las narrativas de AMLO y de Trump son espejo una de otra. Viniendo de historias personales diametralmente opuestas, ambos hablan de las mafias del poder, ambos dudan de resultados que no los favorezcan, ambos aseguran complots en su contra, ambos critican al sistema electoral, ambos tienen soluciones mágicas y sencillas a problemas extraordinariamente complejos. Ambos cuentan con seguidores incapaces de tocarlos —o dudarlos—“con el pétalo de una rosa, o con el agravio interior de un pensamiento”, para éstos, sus mesías son infalibles.
Ambos han convencido a gente con reputación razonable de venderle su alma al diablo para estar cerca del poder, a pesar de no estar necesariamente de acuerdo con sus ideas. A diferencia del primero, el segundo ya está teniendo que lidiar con una realidad que neciamente se rehúsa a rendirse ante sus recetas simplistas.
Habiendo tenido a AMLO en Nueva York en estos días, constato además que fue incapaz de reunirse con críticos potenciales. Escogió con pinzas a quienes iban a sus eventos, ya fueran 'líderes comunitarios' o 'empresarios', fue una producción teatral. Dios lo libre de tener que enfrentar la crítica real, o tener que responder preguntas serias. Hasta Enrique Ochoa se expuso en esa ciudad a situaciones difíciles al asistir a eventos no 'censurados'.
Pero, los mesías no tienen por qué codearse con mortales.
Si de por sí la situación económica y política del mundo está en un punto históricamente crítico, cuando salimos de la peor crisis desde la Gran Depresión, hay que lidiar además con la personalidad de líderes ególatras que buscan fortalecerse a partir de inflar enemigos, reales o ficticios, para asustar y mostrarse como el héroe capaz de guiarnos a la tierra prometida. Citando a Carlos Elizondo, apuntalan su popularidad en 'La nostalgia del pasado'.
Irónicamente, es el propio Trump quien más fortalece a AMLO. No faltará quien lo vea como el macho nacionalista capaz de defendernos de Masiosare , pero más que eso, los tiempos de la Casa Blanca nos afectan.
Wilbur Ross, secretario de Comercio estadounidense, dijo que la negociación del TLCAN comenzará a fin de año, buscando concluirla a mediados del que viene.
Muchos dicen que prefieren ese calendario porque nos debilita; yo dudo que tengamos tanta importancia. Más bien, nos están mandando a la cola. En este momento enfrentan temas infinitamente más pesados: trumpcare y la reforma fiscal.
El reciente dictamen del CBO, la oficina presupuestal no partidista del Congreso, pronosticando que hasta 24 millones más de estadounidenses perderán su acceso a seguro médico como resultado del plan propuesto, es una bomba. Pone a la administración Trump en colisión directa no sólo con senadores y representantes demócratas, como sería natural, también con buena parte de los republicanos.
Algunos de ellos querían ver que simplemente se derogara el obamacare y se empezara de cero, otros querrían que lo reemplace una solución radicalmente diferente y mucho más cimentada en las fuerzas del mercado. En vez de eso, se propone una solución muy parecida a la existente, pero que afecta gravemente a la parte más pobre de la población, y a los mayores de 65 años, como estrategia para reducir su costo fiscal.
Además, el país en general, y los mercados financieros en particular, se mantienen en espera de la muy cantada reforma fiscal que reducirá fuertemente la tasa impositiva a corporaciones y a individuos, eliminando quizás el impuesto a la herencia, y simplificando drásticamente el régimen fiscal. ¿Cómo hacerlo sin detonar un déficit fiscal mucho mayor? El diablo está en los detalles, y a muchos les urge analizarlos.
Estas dos batallas campales se comerán el calendario legislativo del segundo semestre. Mientras tanto, continuarán las deportaciones, licitarán la construcción del muro, y seguirán cumpliendo promesas de campaña que carezcan de costo político. Pero no hay espacio para una batalla legislativa alrededor de temas comerciales.
Si la negociación se pospone al año que viene, ocurrirán dos cosas: Primero, se pospondrán decisiones de inversión nacionales o extranjeras en México en áreas potencialmente afectadas por cambios al TLCAN (es decir, todas). Eso reducirá pronósticos de crecimiento, favoreciendo a AMLO.
Segundo, los tiempos electorales, tanto en México como en Estados Unidos (que también tendrá elecciones de medio término, muy cuesta arriba para los demócratas, por tener más asientos en juego), harán infinitamente más enredada la interacción legislativa en ambos lados del río Bravo.
Afortunadamente, se van alineando los esfuerzos de cabildeo de empresas en sectores potencialmente afectados en Estados Unidos, particularmente aquellas que exportan productos agropecuarios, pero la incertidumbre electoral, la posibilidad de que legisladores en funciones sean amenazados por elecciones primarias de sus propios partidos, y la influencia de fuerzas de cabildeo mayores (como las que inciden en trumpcare), hacen mucho más incierto el panorama.
Si, además, surgiera cualquier conflicto geopolítico en los próximos meses ­algo cuando menos posible­, peor aún.

Quién iba a decirlo. Además de parecerse, resulta que Trump será el mejor aliado de AMLO.

http://www.elfinanciero.com.mx/opinion/amlo-y-trump-aliados-involuntarios.html

Vínculos AMLO ­Abarca lo zarandean en EU

Pablo Hiriart. 16 de marzo 2017.

Fiel a su costumbre de no admitir errores, López Obrador volvió a etiquetar de “provocador” al padre de uno de los normalistas asesinados en Iguala, que lo encaró en Nueva York.
Durante la conferencia de prensa ofrecida ayer en Washington, insistió en atacarlo.
En su momento, Peña Nieto se reunió por más de seis horas con los padres de los desaparecidos, en Los Pinos, después de la tragedia.
Lo acusaron de todo y no los llamó 'provocadores'.
En su sexenio, Felipe Calderón se reunió en el Castillo de Chapultepec con los más acérrimos opositores de su política de seguridad pública que lo criticaron sin cortapisas, y no los llamó 'provocadores'.
AMLO, que ni siquiera es presidente, no pudo soportar el cuestionamiento de un solo padre de un desaparecido que lo cuestionaba.
“¡Cállate!”, le dijo. “Eres un provocador”.
Él es integro, y el que lo dude que se calle.
El punto va más allá de reconocer un error y ofrecer disculpas –como haría casi cualquier persona sensata–, pues AMLO debe, desde hace tiempo, una explicación por sus vínculos con los secuestradores y asesinos de los 43 normalistas de Ayotzinapa.
Lejos está aquel domingo 26 de octubre de 2014, cuando en un mitin de López Obrador en el Zócalo capitalino pasaron lista a los 43 y culparon al Estado de su desaparición.
Construyeron toda una leyenda con el argumento de que 'fue el Estado'.
Pero los hechos, como pudo comprobar AMLO en Nueva York, a veces se imponen a las falacias. Cuando el padre de Antonio Tizapa Legideño le preguntó en Nueva York por sus vínculos con los secuestradores de su hijo, López Obrador debió recordar la plaza de Iguala del día 12 de mayo de 2012. Ahí los asistentes le increpaban por su apoyo a la candidatura de José Luis Abarca, quien con su esposa María de los Ángeles Pineda compartía el templete con AMLO. Pidió apoyarlo. Y cuando iba de regreso a su camioneta, se le acercaron dos perredistas que le entregaron un documento con las ligas de Abarca y su mujer con el crimen organizado y el lavado de dinero.
Ellos eran Óscar Díaz Bello (diputado local) y Justino Carvajal Salgado (síndico de Iguala). López Obrador mantuvo su respaldo a Abarca, quien fue impuesto por su jefe político, Lázaro Mazón, coordinador de Morena en Guerrero y secretario de Salud de Ángel Aguirre. Meses después Justino Carvajal fue asesinado. Lo mataron por oponerse al grupo criminal Guerreros Unidos , según declaró su hermano Saúl Carvajal. Como se sabe, Guerreros Unidos es la banda asesina formada por los hermanos de María de los Ángeles Pineda, escindidos del cártel de los Beltrán Leyva.
 Y el asesinato de Justino Carvajal Salgado –el que le entregó a AMLO los documentos con las ligas criminales de su candidato Abarca–, es uno de los homicidios por los cuales la PGR consignó a José Luis Abarca. ¿Nada qué aclarar tiene López Obrador? ¿Ni siquiera al padre de uno de los 43 secuestrados y asesinados por Abarca y su brazo criminal de Guerreros Unidos en Iguala?
“¿¡Cállate!?” “¿Provocador?”.


lunes, 13 de marzo de 2017

AMLO: ¡mentiras de puño y letra

10/02/2017 03:28 AM

México
Para muchos es nuevo el fenómeno de “la verdad alternativa” o la llamada “posverdad”. Es decir, la verdad sustituida por mentiras flagrantes, propias de políticos cuyo objetivo es engañar a los ciudadanos.
Lo cierto, sin embargo, es que en México no son nuevos los fenómenos de “la verdad alternativa” o la “posverdad”. Tampoco es nuevo que políticos de todos los partidos pretenden engañar a ciudadanos y potenciales votantes, en tiempos electorales.
Más aún, las campañas electorales son —en México y el mundo— una diligente competencia de mentiras. Y, en no pocos casos, la victoria electoral es de aquel cuyas mentiras son mayores. Incluso, autores como Savater dicen que si los políticos dijeran la verdad, nadie votaría por ellos. Es decir, que a ciudadanos como a electores “nos gusta ser engañados” por los políticos.
En la historia abundan ejemplos de grandes mentirosos, como Hitler, quien escribió: “Cuando la mentira es más grande, más personas la creen”, o como Fidel CastroHugo Chávez y Nicolás Maduro. En México un mentiroso frecuente es Andrés Manuel López Obrador, quien en dos anteriores intentos presidenciales montó una montaña de mentiras, antes y después de la elección.
Sin embargo, hoy asistimos a un ejemplo extremo del político mexicano mentiroso, para quien los límites ya no existen, para el que no hay freno y al que le importa un pito que los ciudadanos descubran sus mentiras.
Nos referimos al mentiroso que, además de plasmar en letra de molde sus mentiras, las organiza en un libro, paga un tiraje considerable y hasta una costosa presentación de su colección de mentiras; engañifa convertida en libro de texto para la legión de mentirosos.
El mentiroso patológico se llama Andrés Manuel López Obrador, autor del compendio de mentiras titulado 2018: La salida, decadencia y renacimiento de México. Mentiras presentadas como promesas de campaña para 2018. Y tal el tamaño de las mentiras que, según muchos especialistas, una aventura como esa podría llevar a México a una situación como la de Venezuela.
¿Y cuáles son las mentiras de AMLO, salidas de su puño y letra?
1. No aumentar impuestos y bajar el precio de la gasolina. 2. Producir en México toda la gasolina requerida. 3. Construir dos refinerías: Campeche y Tabasco, a un costo de 420 mil millones de pesos. 4. Lograr crecimiento económico entre 4 y 6 por ciento anual al finalizar 2024. 5. Reconfigurar las refinerías de Tula, Salina Cruz y Salamanca, con inversión superior a 50 mil millones de pesos.
6. Mejorar el nivel de bienestar y cambiar el estado de ánimo de los mexicanos. 7. Erradicar hambre y pobreza extrema en México. 8. Becas, apoyos a la población y obras con costo de 550 mil millones de pesos. 9. Que la compra del voto sea solo un mal recuerdo. 10. Hacer que la delincuencia organizada esté acotada y en retirada.
Según el diario El Financiero, el costo del decálogo de AMLO es de un billón 20 mil 400 millones de pesos ($1,020,400,000,000.00). Es decir, no existe economía del mundo que lo resista. Más aún, según los economistas vinculados a AMLO, ese decálogo es totalmente inviable, tanto en su aspecto financiero como económico, social y político.
Es decir, se trata del decálogo de la mentira, escrito y firmado del puño y la letra de AMLO, quien además lo presume como la panacea: la fórmula mágica para salvar a México y al mundo.
¡Idiotas políticos, economistas y gobernantes del mundo…! ¿Cómo nunca se les ocurrió que todos los males de la humanidad se resuelven con decretos, con buena voluntad, con el deseo y la firma del iluminado que ordena hágase… y se hace?
Ya el columnista Pablo Hiriart, de El Financiero, demostró que es una idea descabellada —digna de un idiota— construir refinerías cuando en el mundo se han dejado de construir, además de que el costo-beneficio ya es obsoleto. ¡Pero es digno de un demente bajar impuestos y prometer que por ese decreto bajarán el cielo, la luna y las estrellas…!
Es copia de los decretos de Trump prometer que en México —también por decreto— la delincuencia y el crimen bajarán. ¿Recuerdan que la mayor manifestación contra la violencia se llevó a cabo en el gobierno de AMLO, en el DF? ¿Recuerdan que AMLO dijo que era “una manifestación de pirrurris”? ¿Llegará a Los Pinos un mentiroso patológico que exhibe sus mentiras, de puño y letra, en un libro?
El problema no es que un mentiroso se aviente la puntada de hacer un libro de sus mentiras. ¡El problema es que abundan los idiotas que creen esas mentiras!
Al tiempo.

¿Financia el ‘narco’ a Morena?


Ricardo Alemán 15/02/17 2:54 AM

Luego del crimen de los 43 de Iguala —en Guerrero—, preguntamos si el narcotráfico y el crimen organizado estaban vinculados con el financiamiento de la naciente Morena, de AMLO.
La pregunta era obligada —a pesar de que miles nos mentaron la madre y que abundaron las amenazas de muerte—, porque en Iguala y en Guerrero solo AMLO no sabía que los Abarca —alcalde en funciones, el esposo, y la candidata a sucederlo, la esposa— eran jefes de la más poderosa banda criminal del estado.
Y es que, como aquí documentamos —con textos, videos y audios—, en sus últimas decisiones como jefe real del PRD, López Obrador impuso a José Luis Abarca como candidato amarillo a la alcaldía de Iguala, a pesar de que parte del pueblo sabía y exigía a gritos que no metiera al narcotráfico al PRD. AMLO no escuchó. Impuso a Abarca y el resto de la historia todos la saben.
¿Por qué López Obrador no escuchó y por qué impuso a José Luis Abarca, a sabiendas de que la esposa de éste era parte de una familia criminal?
La respuesta la saben todos en el PRD, pero pocos se atreven a hablar del tema. Los Abarca fueron protegidos por López Obrador, porque financiaron el activismo de AMLO en la construcción de la naciente Morena. Y cualquiera podría preguntar: ¿Las pruebas? Y, en ese caso, la respuesta sería la misma de BejaranoLópez Obrador sabe todo, “pero no es tonto”.
Y viene a cuento el ejercicio memorioso, porque el pasado fin de semana, durante su campaña presidencial ilegal por Nayarit, el tabasqueño calificó de “una masacre” el enfrentamiento acontecido el pasado jueves en Tepic, donde un operativo de las fuerzas armadas consiguió abatir a 16 integrantes del cártel de los Beltrán Leyva, entre los que se encontraba Juan Francisco Patrón —alias El H2—, líder del grupo delincuencial.
López Obrador acusó a las fuerzas armadas de “ajusticiar” a los delincuentes en lugar de detenerlos. Además dijo que la mayoría de las “víctimas” eran jóvenes, a quienes “la política neoliberal les canceló el futuro y los empujó a tomar el camino de conductas antisociales”.
El ilegal candidato presidencial no perdió la oportunidad de transformar su defensa de los delincuentes en un acto de campaña anticipada. Prometió que cuando triunfe Morena “se acabará la guerra”. Y afirmó que, en lugar de “enfrentar la violencia con violencia”, se apoyará a los jóvenes, se impulsará el campo y habrá trabajo para todos.
El populismo al mejor estilo Trump, con idénticos recursos discursivos de Chávez y Maduro en Venezuela, de Evo Morales en Bolivia, de Cristina Fernández en Argentina y con un rancio tufo del viejo PRI. Es decir, por decreto y por un deseo divino los males se transformarán en bondades y ¡todos a vivir en el reino del amor!
Pero más allá del populismo discursivo, lo cierto es que aparecen puntos convergentes entre los afanes de AMLO por imponer a los Abarcaen Iguala y la defensa del crimen organizado en Tepic. ¿Por qué razón, de manera repentina, López Obrador aparece como defensor del crimen organizado que campea en Nayarit?
¿Por qué López Obrador inventa mentiras monstruosas sobre la supuesta muerte de niños o jóvenes por parte de las fuerzas federales? ¿Por qué el cuento de que los criminales fueron ejecutados, antes que pedirles permiso y perdón para ser detenidos, a pesar de que recibieron a balazos a los marinos?
La respuesta podría tener una explicación en un sector de la prensa local y en testimonios de periodistas regionales que, en redes y en portales, han documentado la abundancia de dinero en la campaña de Morena; la repentina aparición de modernas y costosas camionetas al servicio de Morena que recorren pueblos y rancherías regalando todo tipo de despensas y enseres.
Es decir, de un momento a otro —y de la nada— apareció en todo Nayarit un naciente partido que tiene una costosa estructura capaz de movilizar todos los recursos necesarios para ganar votos y que se llama Morena. ¿Quién, en un estado dominado por el narcotráfico, financia a ese partido? ¿Por qué la defensa incondicional de AMLO?
Parece que asistimos a la misma historia de Iguala, en donde un alcalde del PRD, impuesto por AMLO, es culpable del crimen más atroz en décadas, cometido en un estado gobernado por el PRD, y México y el mundo terminan crucificando y culpando de ese crimen al gobierno del PRI. Sería de risa loca, si no es por el fondo perverso.
La película en Nayarit es parecida y los personajes los mismos. ¿Veremos de nueva cuenta el mundo al revés? ¿La posverdad volverá a ganarle a la verdad?
Por lo pronto, Miguel Osorio, secretario de Gobernación, decidió alzar la voz. ¡Basta de mentiras y patrañas…!, dijo. Y acusó a López Obrador de usar, con fines político-electorales, la lucha contra el crimen.
¿Hasta cuándo el gobierno federal revelará si existen nexos del narco con células de Morena?
Al tiempo.

AMLO y al diablo con la seguridad


16 de Febrero de 2017
López Obrador está intentando moderar su discurso en muchos ámbitos y ha tenido aciertos indudables en la incorporación a su equipo de trabajo de personalidades como Marcos Fastlicht, connotado empresario de la comunidad judía y suegro de Emilio AzcárragaMiguel Torruco, empresario turístico y consuegro de Carlos SlimEsteban Moctezuma, exsecretario de Gobernación con Ernesto Zedillo y presidente de la Fundación Azteca. Es un ejercicio inteligente y que busca ampliar su oferta y abanico de opciones. Pero mucho de eso se pierde cuando hace declaraciones sin sentido como las que hizo sobre la masacre en Nayarit, y los niños que habrían muerto en ese hecho.
El jueves pasado, después de una larga persecución marinos abatieron en Tepic, Nayarit, a uno de los principales líderes del cártel de los Beltrán LeyvaJuan Francisco Patrón Sánchez, conocido como El H2 y responsable de innumerables actos de violencia, incluyendo la emboscada a la ambulancia del Ejército mexicano en Culiacán, en septiembre pasado, que dejó cinco soldados muertos. Los sicarios, 12, se refugiaron en una casa en donde recibieron a disparos a los marinos desde los techos. Para neutralizarlos se hizo fuego desde un helicóptero que abatió a los que disparaban desde los techos para poder ingresar a la vivienda. En ese combate fueron abatidos El H2 y sus sicarios. Todos tenían entre 46 y 30 años, menos dos hombres de 25 y 22 años. A pesar de que todo se dio en una zona urbana, no hubo una sola víctima colateral. Fue un golpe quirúrgico.
Me dicen fuentes cercanas a Andrés Manuel que esa noche, luego de haber estado de gira en Nayarit, el presidente de Morena pernoctaba a unas calles de donde se dio el enfrentamiento. Que, incluso, pensó que podían ir por él. Y que por eso su reacción. Puede ser. Pero es una absoluta irresponsabilidad acusar a la Marina de México de estar masacrando niños, cuando se trató de un combate con sicarios temibles. Un candidato presidencial tan fuerte como López Obrador no puede hacer esas declaraciones. Ni fue una masacre ni un solo niño perdió la vida. Por eso la respuesta tan dura que recibió del secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio, y del secretario de la Marina, el almirante Vidal SoberónLópez Obrador les reviró que con niños o sin niños era una masacre y que con violencia no se combatía el crimen organizado. Y demostró, por una parte, que no es capaz de rectificar un error de grueso calibre, pero también que no tiene la menor idea de cómo combatir el crimen organizado.
López Obrador nunca ha entendido los orígenes y lo que implica la inseguridad. No lo entendió cuando fue jefe de Gobierno en la Ciudad de México y ésta terminó viviendo la mayor crisis de seguridad de su historia, que provocó aquella marcha de blanco, tan recordada en estos días, en contraposición con la que se desarrolló el domingo, en la que participaron un millón de personas y a la que Andrés Manuel en una de sus más desafortunadas declaraciones calificó como “una marcha de pirruris”.
En aquella época, hechos como los linchamientos que se sucedían en distintos puntos de la ciudad, incluyendo el de unos agentes federales en Tláhuac, los explicaba López Obrador como consecuencia de usos y costumbres indígenas. En la Procuraduría capitalina casi no había computadoras, mucho menos sistemas integrados, porque el jefe de Gobierno decía que no eran necesarios. Con él estaba Nicolás MollinedoNico. El mismo cuyos familiares terminaron manejando la cárcel de Cancún, en la época del alcalde Greg Sánchez, cuando el general Enrique Tello, designado jefe de seguridad pública de ese municipio, fue secuestrado, torturado y asesinado dentro de ese reclusorio.
Llama la atención que López Obrador en su equipo de asesores no tenga no sólo algún asesor en seguridad, sino que ese tema, que es el que más inquieta a los mexicanos, no sea motivo de su interés. En las dos campañas presidenciales pasadas, y en lo que va de ésta, no ha tenido una sola propuesta concreta en el plano de la seguridad: ha dicho que el Ejército se debe retirar a los cuarteles, pero no ha dicho con qué lo piensa reemplazar; ha dicho que la violencia es responsabilidad de la desigualdad social, algo que nadie podría negar, pero que no sirve para nada en términos operativos; ha criticado siempre a todas las autoridades del sector, pero nunca ha dicho que quiere: ¿está a favor del Mando Único o no? ¿Qué tipo de policía propone? ¿Qué piensa hacer con el Ejército?¿Cómo piensa combatir a los cárteles, a los sicarios, a la delincuencia común? Es insólito que alguien que lleva 18 años buscando la Presidencia de la República jamás nos haya podido responder esas preguntas.
No se trata siquiera de no estar de acuerdo con sus propuestas, el problema es que éstas ni siquiera se presentan, como tampoco quién o quiénes son sus especialistas en el tema. En un país que sufre una ola tan grave de inseguridad es, por lo menos, desconcertante.

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