miércoles, 25 de febrero de 2015

Un Papa nunca habla a título personal

Rubén Cortés
 
El Papa es Jefe del Estado Vaticano y sus misivas son las de un Jefe de Estado. Así que, aunque haya sido “privada”, fue de un Jefe de Estado la que dice que espera que Argentina esté “a tiempo de evitar la mexicanización”, al referirse “al crecimiento sin pausa del narcotráfico”.
Al final, el Canciller José Antonio Meade consiguió en 24 horas de tejido fino que el Vaticano enviara el texto “Aclaración sobre las palabras ‘evitar la mexicanización’ usadas por el Papa en un mensaje privado e informal”.
Sin embargo, sigue siendo inquietante el comportamiento del Papa porque, eso de “privado e informal”, lo puede aceptar Meade porque es el encargado del arte de lo posible para la aldea global en la actual administración.
Pero un Jefe de Estado lo es de tiempo completo mientras ejerza el cargo, que en el caso de los Papas es hasta la muerte, salvo siete ocasiones en dos mil años. Francisco fue descuidado al expresarse del segundo país con más católicos del mundo, después de Brasil.
Porque en su afán populista de recuperar la humildad perdida por la Iglesia debido a la corrupción moral y económica, ha caído en lo que su antecesor, Benedicto XVI, censuró como “relativización”:
“Relativización es dejarse llevar a la deriva por cualquier viento y parece ser la única actitud adecuada en los tiempos actuales, porque se va constituyendo una dictadura del relativismo que deja como última medida sólo el propio yo y sus antojos”.
Francisco olvidó que representa una diplomacia que no sólo por sus dos mil años es la más sólida y pulida del planeta, sino porque es la más buscada para resolver conflictos. Apenas en diciembre pasado logró el único acercamiento de alto nivel entre Cuba y Estados Unidos desde 1959.
Así que no nos llamemos a engaños: Francisco usó a conciencia el término “mexicanización” porque es un Papa alejado del actual gobierno mexicano, ante el cual tomó clara distancia porque cree que aquí “la cosa es de terror”, a partir de lo que, admite, le dicen obispos mexicanos.
Es un problema del Vaticano con el PRI. En 12 años de gobiernos panistas ni pío dijo, a pesar de que el ex presidente Felipe Calderón se encuentra denunciado ante la Corte Penal Internacional de La Haya por delitos de lesa humanidad.
Pero el PAN, que reproduce en sus bases la definición católica de vida y muerte (“el embrión humano es persona”), es el partido preferido del Vaticano, que jamás denunció, por ejemplo, cuando fueron asesinados a sangre fría 72 migrantes, justo a manos del narcotráfico que le preocupa.
Sí, Meade apagó el fuego, pero eso no tapa la realidad:
Francisco no quiere a este gobierno.
ruben.cortes@razon.com.mx
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 @ruben_cortes

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