Julián Andrade |
La CETEG apuesta por el conflicto. Lo necesita para mantener las movilizaciones y obtener recursos. La lamentable muerte del profesor Claudio Castillo Peña les había dado la coyuntura para armar un escándalo de grandes proporciones, pero ocurrieron dos cosas que pueden dar al traste con sus planes: La necropsia y la división interna que se va profundizando. El maestro jubilado murió por el aplastamiento del tórax; las imágenes en poder de las autoridades y los análisis de los médicos revelaron que no presentaba heridas en la cabeza. Lo más probable es que haya sido atropellado por el camión que se utilizó para embestir a los elementos de la Policía Federal. La búsqueda de mártires es un ejercicio que caracteriza a la CNTE (la CETEG es su versión guerrerense). En Oaxaca, en tiempos de la APPO, fue asesinado Brad Will, un ciudadano estadounidense, y la Procuraduría concluyó que murió por un disparo a quemarropa. A esa distancia sólo estaban sus compañeros de lucha. Los líderes magisteriales y diversas ONG lo han negado, pero los peritajes están ahí. Ahora en Guerrero la lógica es similar y por ello difundieron la versión de que el maestro jubilado había fallecido por la golpiza policial en su contra. Pero en la CETEG las cosas ya no van bien. La tarde del miércoles integrantes de esa organización acusaron a su dirigente Antonia Morales de haberlos metido en una trampa y de propiciar el enfrentamiento con la policía. Morales, quien encabeza la corriente más radical, sabía que el subsecretario de Gobernación, Luis Miranda, no estaría en Acapulco para la reunión de ese día en la que se discutirían atrasos en el pago de la nómina. Omitió esa información y azuzó a los contingentes para acudir al Centro de Convenciones y posteriormente a los alrededores de la sede del Abierto de Tenis. Esto es, hubo una apuesta mal intencionada para crear un conflicto, mintiéndole a los propios profesores y haciendo que el enojo aumentara. Las policías están obligadas a actuar con profesionalismo y cualquier exceso debe ser investigado y en su caso sancionado, pero la actitud de la CETEG es una verdadera provocación en la que arriesgan a sus propios agremiados. Ése es el tema de riesgo en Guerrero, donde un grupo apuesta, ya sin matices, por la subversión y que por lo visto no tendrá reparos en acción alguna que le permita “demostrar” que se enfrenta a un gobierno malvado y represor. Y sí, Castillo Peña es un mártir, de sus propios colegas. julian.andrade@razon.com.mx Twitter: @jandradej |
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jueves, 26 de febrero de 2015
CETEG: la búsqueda del mártir
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