miércoles, 4 de febrero de 2015

La izquierda quiere encubrir a Ebrard

Por Pablo Hiriart.
La izquierda no aprende. No se le hizo suficiente con el quemón de Iguala, y ahora quiere impedir que se investigue a Ebrard por la Línea 12.
Aún más, lo buscan proteger con una diputación para blindarlo con fuero.
Igualito a como hicieron con Julio César Godoy Toscano, hermano del exgobernador de Michoacán y prófugo de la justicia.
Ante la magnitud de un fraude como el de la Línea Dorada, la izquierda no puede oponerse a que Marcelo Ebrard sea investigado.
Para defender lo indefendible sacan a relucir, otra vez, el caso de Monex o de la “casa blanca”.
¿No es la izquierda la que enarbola los principios de rectitud moral, de limpieza y de honestidad? Ahora que están frente a la opacidad de una obra pública multimillonaria, quieren que se oculten las cosas.
Para ocultarla, politizan. Como Ebrard fue a una reunión de la Comisión de la Línea 12 y le negaron el uso de la palabra, entonces alegan que se faltó al derecho de audiencia y al debido proceso.
Pamplinas. Ebrard va a comparecer, pero no cuando él quiera ni donde él diga. Lo hará en los próximos días ante la Comisión Legislativa y seguramente ante la Procuraduría General de la República.
El hombre de la “honestidad valiente”, López Obrador, acusó a Los Pinos de fabricarle un proceso a Ebrard.
¿De veras? ¿Quién mandó a hacer los informes a Systra para determinar las fallas de la Línea 12? ¿Los Pinos? No señor. Los mandó hacer el Gobierno del DF que encabeza Miguel Ángel Mancera.
No les interesa la honestidad ni saber dónde quedó el dinero de una obra inútil que está parada, sino cubrir a un posible infractor o cuando menos negligente.
PRD-PT-MC y Morena no aprendieron nada después de haber hecho candidato a la alcaldía de Iguala a un delincuente, José Luis Abarca, cuyo mandato terminó en el peor crimen de las últimas décadas.
También se la jugaron con Julio César Godoy Toscano para diputado por Lázaro Cárdenas, a pesar de estar involucrado con La Tuta. Lo escondieron en una camioneta y lo tuvieron refugiado en la oficina de su coordinador parlamentario, hasta que tuvo fuero y huyó.
Una línea que estaba presupuestada en 12 mil millones de pesos terminó costando 22 mil millones, de los cuales 60 por ciento fueron recursos federales.
La línea no sirve, y la izquierda se opone a que se investigue a Ebrard, a pesar de que el costo total de la obra (incluyendo los trenes que no sirven) asciende a 44 mil millones de pesos.
Sólo en estudios para determinar qué se hizo mal en la Línea 12, el Gobierno del DF se ha gastado 72 millones de pesos, más 100 millones de pesos en la renta de camiones de la Red de Transporte Público, para paliar en parte la ausencia de medios de movilización para la gente que afectó el fracaso de la Línea Dorada.
El preinforme de la Comisión dice lo mismo que los estudios de Systra: “La Línea 12 se construyó con trenes equivocados, sobre vías equivocadas y con un trazo equivocado”.
Y hay un sobrecosto de tres mil millones de pesos porque se compraron a un tipo de cambio peso-dólar muy diferente al vigente cuando se firmaron los contratos.
¿Que no se investigue? ¿Es una trampa política? Ahí está la obra parada, para atestiguar que se hizo mal, y la quieren esconder.
Twitter:@PabloHiriart

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