3. LA FALSA LUCÍA ES UNA GARANTÍA DE LA AUTENTICIDAD DEL SECRETO.
La falsa Lucía contradice muchas veces las palabras registradas de la auténtica Lucía (v. la obra citada de Morlier Cap. VIII. Vraie ou fausse Lucie) donde el autor no se reprime en calificar la actuación de ella de “supercherie monstrueuse” y exclama escandalizado “Des torrents dìniquité inonde la terre” tomando la frase de San Luis María Grignon de Monfort.
La falsa Lucía ha demostrado ser “falsa” pero también ha demostrado desconocer el “Secreto”.
Si lo hubiera conocido nunca hubiera dicho como lo hace en su libro “Llamadas… que “los paganos y los los no católicos están todos llamados a la SANTIDAD, si siguen los dictados de su conciencia”
El deber de ser santos obliga a todos, aun a aquellos que no tienen fe. Claro que en este caso sin la virtud de la Fe la santidad será sólo dictada por la propia conciencia”. O sea habría nuevos santos sin Fe. (v.”Llamadas del mensaje de Fátima”, Planeta, 2002. 3ª ed. p. 228. Consta al principio ser un libro aprobado por la Congregación de la Doctrina para la Fe. Roma).
Compárese con el pensamiento de Lucía tal como lo conocemos por sus escritos y dígase si podría salir de ella.
Pero el dogma de la Fe establece justamente lo contrario, o sea que es un requisito indispensable creer en el nombre de Jesús que es la Piedra Angular, para salvarse, y con más razón para ser santo. Luego la falsa Lucía no conoce el “Secreto”. Su posición es una verdadera apostasía del dogma de la Fe. Pero de una persona “falsa” sólo pueden esperarse falsedades.
El “Secreto” contendrá justamente lo opuesto a lo que ella ha dicho y escrito. Luego el Secreto que conocemos es auténtico al ser tan opuesto a lo que ella dice. ¿ES LA “IGREJA DA TRINDADE” LA IGLESIA QUE VIO LUCÍA? Si así fuera sería un argumento en favor de la inspiración profética de la visión. Dejo al lector que se entretenga comparando la descripción de Lucía de aquella Iglesia que le pareció tan fea con la fotografía que se contempla en el sitio indicado.
Yo no conozco,ni siquiera en fotografía, ningún templo o iglesia que se adapte tan bien a la visión descrita por Lucíahttp://es.wikipedia.org/ wiki/Archivo:Ingreja_ Santissima_Trindade_01.JPGhttp ://www.ecclesia.pt/fatima07/
LUCIA MÁRTIR DEL TERCER SECRETO
La Virgen le había preguntado maternal ¿Sufres mucho? Le había prometido que su Corazón Inmaculado sería su ayuda en los años que le quedaban de vida. Es un caso parecido al de Santa Bernadette a la que la Virgen le había anunciado una vida de sufrimientos. Lucía tardó varios meses en atreverse a publicar el Secreto, y lo hizo en medio de grandes congojas (lo cual casa muy bien con el contenido que conocemos). Sabía lo que sería su vida después de ser conocido por las autoridades. Sería una vida de intensos sufrimientos, como en efecto lo fue, en el convento de Coimbra. Pero ella cumplió con su deber, tal como le había pedido Jacinta.¡ No calles Lucía¡ Por eso entregó el secreto.
Pero la Virgen le había dicho que se quedaría en la tierra por un tiempo. La expresión nos hace pensar en no mucho tiempo. Una vez cumplido su cometido, La Virgen se la llevó al cielo, cargada de méritos después de haber sufrido el martirio que la entrega del Secreto le causaría. Su vida de sufrimientos, causados por su fidelidad a su misión, testimonia la autenticidad del secreto.
LOS PASTORCILLOS CONOCÍAN EL SECRETO.
La santidad se basaba, en Francisco, en consolar a Jesús. Sabía lo que sufría por lo que sucedería a la Iglesia: La pérdida de la piedra angular,con la apostasía del dogma de la Fe. En Jacinta predominaba la pena por la pérdida de muchísimas almas en las guerras y destrucciones que seguiran alno guardar el dogma de la Fe. Es indudable que los pastorcillos se comportaron de acuerdo al “Secreto” que ahora conocemos.
DIFICULTADES QUE OFRECE LA SIMPLE LECTURA DEL SECRETO
El tremendismo y de la dureza de las cosas que se escriben en el texto, no considero que sean una objección seria, pues concuerdan perfectamente con lo que algunos que han leído la profecía han declarado como el Card. Ciapi (Predice la apostasía que comenzará en la cabeza de la Iglesia) y Malachi Martín también lector del secreto por propia confesión incide en lo mismo. Pero aquí quiero, más en concreto, exponer mi opinión sobre una línea del Secreto que puede constituir una seria objección como ya indiqué en las glosas del secreto. Es la siguiente:
“En el reinado de Juan Pablo II la piedra angular de la tumba de Pedro debe ser removida y llevada a Fátima.”
Aquí están encerradas cinco objeciones:
1. En el reinado de JPII no ha sido removida ninguna piedra de la tumba de San Pedro.
2. Y además no sabemos que haya sido llevada a Fátima
3. Es difícil de creer que Lucía haya escrito en 1944 el nombre de Juan Pablo II. Y también es difícil de creer que la Virgen lo haya dicho en 1917.
4. Además, el nombre de Juan Pablo II en español, tal como está claramente en el “Secreto” que comentamos, implicaría que además de haberlo escrito Lucía en español, que escribe el “Secreto” en un fluído y correcto portugués, la Virgen también lo habría pronunciado en español en 1917.
5. Además es inverosímil que se haya escrito el nombre de Juan Pablo II en una profecía que debía revelarse en 1960. (Esta es la principal objeción. Si no se le da respuesta queda la autenticidad del Secreto conocido completamente arruinada)
A la primera objeción, digo que no es tan increíble si consideramos que la piedra angular se identifica en el mismo secreto con la autoridad papal o su jurisdicción. Significaría que el papa habría dejado de ser papa en el reinado de Juan Pablo II (sin prejuzgar que esto no hubiera ocurrido otras veces).
A la segunda, contesto que no es imposible que dicha piedra angular o la autoridad que representa, sería más adelante llevada a Fátima. También podría considerarse el término Fátima como un símbolo que agruparía el resto de fieles al dogma fundamental de la Fe, como serían los grupos tradicionalistas de diverso grado.
De hecho todos estos grupos coinciden en su veneración por y atención a la Profecía de Fátima. Y todos estos grupos se reclaman de la jurisdicción por haber un “estado de necesidad”
La tercera objeción supone la misma dificultad que hubo para aceptar a Nª Sª hablando de Pío XI o Pío XII. Pienso que la Reina de los Profetas también podría haber hablado de Juan Pablo II. En ese caso Lucía solo habría sido la fiel mensajera de la Sma. Virgen.
La cuarta objeción es más seria: Juan Pablo II estaría escrito en español y no con el término portugués Joâo Paulo II, porque: O bien el portugués de Lucía quedó contaminado por el español que oía a todas horas durante los años de estancia en España, desde 1928 a 1944 en que escribe el “Secreto”. O bien porque la misma Sma Virgen. lo pronunciara así en español.
Ambas hipótesis, sea la que sea la verdadera, explica que el nombre de Juan Pablo II esté en el Secreto en español. Pero las deducciones del hecho son las mismas, como explicamos un poco más abajo. Si alguien cree que esta objección arruina por entero las posibilidades de la autencidad del secreto, debería responderse sobre el por qué un falsario pondría el nombre de Juan Pablo II en español.
Ese falsificador habría escrito el secreto en un portugués impecable. Sólo habría tenido el “fallo” de escribir el nombre de JPII en español. Esto es inverosímil en un falsario portugués. Pero si ese falsificador fuera español deberían explicar por qué escribe todo el secreto en un portugués impecable (tan difícil de escribir en personas que usan lenguas hermanas y muy parecidas, pero en las que abundan los términos “faux amis”). Y comete la distracción de poner el nombre de JPII en español.
¿Pensaría el falsificador que podría pasar como auténtico el secreto escrito así, a sus contemporaneos? Se esmeró en la escritura, en el estilo, en la coherencia ideológica etc. pero fue a caer estúpidamente al poner en español Juan Pablo II.
O sea, hay que contestarse si es verosímil en un falsificador contemporáneo a nosotros o anterior a nuestros días, que es tan cuidadoso en la presentación del secreto, que cometiera ese fallo. ¿Sería pensable que un cuidadoso falsificador de una carta de Napoleón introdujera en ella el nombre de uno de sus generales franceses en español?
¿O incluso que ese falsificador de una carta de Napoleón pusiera en su boca una referencia al Mariscal Petain, que vivió más de cien años después? El falsificador del “Secreto” piensa e intenta hacernos pensar que el “Secreto” consta de un nombre español. La hipótesis de un falsificador queda automáticamente descartada por absurda. Si fuera la Sma Virgen la que pronunció el nombre en español, cosa que quizás es más improbable que pensar en un fallo de Lucía al estar contaminado su portugués por los 17 años que había vivido en España y que le hizo cometer un lapsus (¿providencial?), nos podríamos preguntar ¿porqué habló así la Sma Virgen ?
Se me ocurre que con este “lapsus” providencial de Lucía o con esta pronunciación en español del nombre de JPII por parte de la Sma.Virgen, se introdujo una garantía de autencidad del secreto para los posibles lectores de nuestro tiempo. No bastaban las garantías grafológicas que al comparar el secreto con otros escritos de Lucía demostraran que ésta fue la autora del secreto.
Ni siquiera bastaba que el secreto portara en su margen inferior derecho la huella digital de Lucía que podría compararse con las huellas de Lucía dos Santos, que sin duda existen todavía en los archivos policiales de Portugal y de España. Ni bastaban las garantías externas que hemos estudiado. Funcionaría también admirablemente esta garantía tanto en el caso de un fallo de Lucía permitido y quizás querido por la Providencia como en el supuesto de que fuera la Sma. Virgen la que lo hubiera pronunciado. La Sma. Virgen quería dejarnos también otra garantía de su autencidad como es el haber hablado de un futuro Juan Pablo II, un Papa lejano en el tiempo tanto del año 1917 como del año 1944.
Un falsificador que quisiera fabricar el “Secreto” contemporáneo nuestro, nunca hubiera puesto en boca de la Sma. Virgen el nombre de un papa futuro. Hay varias falsificaciones de “secretos” de Fátima que han circulado hasta ahora. En ninguna de ellas encontramos cosas como dar nombres de personas o eventos futuros a su publicación. Es lo que se puede esperar de un falsificador. Si no se admite posibilidad de su autenticidad, el facsímil que contemplamos es un absoluto enigma. No sería un escrito auténtico pero tampoco una falsificación.
Ni sería de Lucía con inspiración sobrenatural o sin ella. Nadie podrá dar una explicación satisfactoria de estos hechos en el caso de que se admita la falsificación. Ahora voy a exponer una consideración subjetiva mía que quizás sea sólo eso un subjetivismo sin ningún apoyo en la realidad.
El hecho de que el nombre fuera pronunciado por la Sma. Virgen en español, pienso que es como una reconvención a España y a otros países de lengua española que se han distinguido por su devoción fanática a JPII con olvido casi total de su traición al “dogma de la Fe”. En España apenas hay grupos tradicionalistas. Y la razón es su devoción a un papa a quien se ha arrebatado la piedra angular de la autoridad.
En España hemos preferido las personas concretas de los papas a su carácter de sucesores de Pedro. Papa sí pero papado no. Y la Virgen nos recuerda usando el nombre español que en el reinado de Juan Pablo II ha sido transferida la piedra angular del sepulcro de Pedro a Fátima.
Nuestra devoción papal está vacía. Es devoción a una persona carismática si se quiere, pero sin el carisma petrino, persona que ya no es piedra angular.
Es una devoción grosera al papa físico del momento, pero no al Papado de TODOS los sucesores de Pedro cuyo magisterio se desconoce, cuando no se le desprecia o se encierra en el olvido. H
ablen Uds. de la Quanta Cura” a un seminarista actual o sacerdote joven y oirán: Queeeee?
Pero la quinta objeción es aún más seria.
La Virgen nombra a un papa futuro con su nombre y además ordena que el Secreto se publique 18 años antes de la elección de JPII. De seguro la publicación del Secreto hubiera interferido en las opciones libres de los hombres. Con certeza nadie hubiera elegido el nombre de Juan Pablo una vez elegido papa. Pero si hubiera elegido ese nombre en un alarde de desprecio al secreto publicado, la reacción de las masas católicas hubiera sido decir: Ajá¡ ya tenemos al papa apóstata a quien se le va arrebatar la piedra angular esto es la autoridad…
Todo esto es absurdo. Sería una prueba evidente de que el secreto auténtico no podría constar en la línea donde Juan Pablo II es nombrado. Sin embargo, esta línea nos da la verdadera naturaleza del secreto que es ser una profecía condicional. Además con mucha más razón que lo dicho anteriormente nos asegura que NUNCA un falsificador que pretendiera que su secreto fuera tenido en cuenta, hubiera introducido esta línea. Explanaremos esto al final del artículo en nuestras conclusiones.
Pero hay que recordar que Dios Omnisciente y conocedor de los futuros libres y contingentes sabía que el secreto nunca sería publicado. Es algo parecido a lo que pasa en la realidad. Dios no retira sus gracias a quien no las va a aceptar nunca. La actuación de Dios no se deja influir por el fracaso que prevee.
Pero, si la profecía hubiera sido publicada, la gente hubiera dicho que no ha acertado, puesto que no había habido un papa llamado Juan Pablo II. Hubiera sido un fracaso predictivo semejante al de Jonás cuando dijo “Nínive será destruída”. En realidad Nínive no fue destruída. El Creador se arrepintió de su amenaza como tantas veces en la Biblia. Por último y como colofón de la crítica interna realizada, por más que intentamos no encontramos la finalidad que tendría un falsificador “fabricando” este “Secreto”. Piénsese sobre ello y se me ahorrará hacer un análisis del hecho.
Expongo a continuación los temas que brillan en el “Secreto”
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