Tres de estudiantes

Roberta Garza

2012-05-15 • ACENTOS
1. Peña Nieto no merecía esa recepción. Merecía mucho más que insultos estériles, gritos tumultuarios y una andanada de eslóganes reduccionistas: merecía señalamientos acuciosos de los cuales no hubiera podido escaparse escondiéndose en el baño; merecía críticas implacables a sus cifras alegres frente a la tenebrosa realidad de un estado líder en corrupción; merecía recordársele que las estructuras corporativistas, punitivas, improductivas y electoreras que tienen al país en el hoyo se las debemos a sus próceres, a sus orígenes de los cuales nadie lo ha visto deslindarse en los hechos. Y, sin duda, no merecía salir de allí con una coartada que no por improbable es menos perfecta: como la víctima de un compló de reventadores al servicio del señor López.

Algo que no parece comprenderse en México es que no toda protesta es inteligente, ni toda civilidad es cobardía: lo que hicieron los estudiantes de la Ibero, además de divertirse un resto y sentirse próceres por un día, fue demostrar nulas habilidades de pensamiento crítico, desnudando de paso la inutilidad de nuestras instituciones educativas, púbicas y privadas. Peña Nieto sin duda representa lo más granado de las innumerables vejaciones sufridas por el país a manos de su particular camarilla, pero la estulticia del discurso estudiantil desde laIbero representa, a su vez, los rasgos vivos de una sociedad que incuba y gesta los comportamientos que dice repudiar en sus autoridades.

2. En Guerrero y en Michoacán los estudiantes bloquean la vía pública, extorsionan y vandalizan a plena luz. Cuando son detenidos, son calificados por algunos de pobres estudiantes reprimidos, como si no se pudiera ser a la vez estudiante, reprimido (nadie defiende los métodos de algunas de nuestras autoridades, pero ese es otro asunto) y delincuente.

3. Nota de un ex alumno: “Estaba en DF dando clases a chavos de 2do año de Medicina de una universidad pública. Cuando le dije al profesor encargado del curso que había que reprobarlos porque eventualmente iban a fallar el examen nacional de residencias, y sobre todo porque iban a ser un peligro para sus pacientes, la respuesta fue: ‘para ti es muy fácil decirlo, vienes del Tec, si los repruebas arruinas sus carreras, a ellos les cuesta más trabajo estudiar’. Eventualmente fueron aprobados con 90 para que no perdieran sus becas”.

¿Albricias porque algún profesor compadecido acotó el capitalismo académico salvaje? Hombre, claro; falta ver qué opinan de esto los futuros pacientes.

Twitter.@robertayqu