martes, 29 de septiembre de 2015

JAQUE MATE / Hasta la victoria

"Quien controla el pasado controla el futuro. Quien controla el presente controla el pasado". George Orwell   Una vez más el movimiento de Ayotzinapa demostró su fuerza este 26 de...

Una vez más el movimiento de Ayotzinapa demostró su fuerza este 26 de septiembre. Miles de manifestantes llenaron el Paseo de la Reforma y el Zócalo y expresaron su protesta contra el gobierno de Enrique Peña Nieto. El Presidente no estaba ahí sino que volaba a las Naciones Unidas en Nueva York.
El movimiento busca derrocar al gobierno. El sábado exigía la renuncia del presidente Enrique Peña Nieto y la detención e investigación del ex procurador Jesús Murillo Karam "por querer engañarnos". No quiere ni a priistas ni a panistas en el poder, pero tampoco a perredistas. José Luis Abarca, el presidente municipal que ordenó la detención de los normalistas en Iguala, fue postulado por el PRD. El movimiento ni siquiera cree en las elecciones con sufragio secreto. Considera que los gobernantes y funcionarios deben ser escogidos por usos y costumbres en asambleas populares.
¿Qué pasará en el futuro? ¿Podrá el movimiento derrocar al gobierno y establecer una nueva "democracia popular"? No es imposible, pero es poco probable. En el escenario más probable el gobierno continuará por su lado gobernando y Ayotzinapa por el suyo protestando.
"No importa la represión, no importan las amenazas, no importa la política fascista de un gobierno que hoy tenemos", dijo el viernes Vidulfo Rosales, abogado del movimiento. "No vamos a descansar -señaló Felipe de la Cruz, vocero de los padres- a pesar de la amenaza que Enrique Peña Nieto nos hizo ayer en la reunión, en el sentido que dice que nadie está fuera de la ley". El movimiento de Ayotzinapa no desaparecerá. Incluso será subsidiado por el gobierno, que seguirá pagando los gastos y becas de una escuela normal que ya no funciona como tal sino como centro de organización política. Pero es improbable que tumbe al gobierno.
¿Qué ocurrirá en el futuro? Los líderes del movimiento seguirán pidiendo que el gobierno entregue vivos a los 43 normalistas desaparecidos. Poco importa cuántos puedan ser identificados en los restos quemados. El número 43 es un mantra. No se le restan los identificados. No se le suman los seis ejecutados en Iguala la noche del 26, quizá porque cinco de ellos no eran normalistas o porque el homicidio no es un delito tan grave como la desaparición forzada, que nunca prescribe y que puede ser por tanto bandera política durante más tiempo.
Supongo que la marcha del 26 de septiembre se convertirá en un acto ritual en la Ciudad de México, un preludio a la anual manifestación de Tlatelolco. El lema de "Vivos se los llevaron, vivos los queremos" se mezclará con "El 2 de octubre no se olvida" en uno más de los ritos políticos de nuestro país, el cual ahora se extenderá una semana.
Al final habrá dos verdades, como suele ocurrir en México. Una será la oficial y se basará en las investigaciones de una fiscalía especial de la PGR. La otra, la alternativa, que se plasmará en libros y películas de disidentes nacionales y progres extranjeros como ha ocurrido con Tlatelolco, el asesinato de Colosio, el levantamiento del EZLN o la matanza de Acteal.
Ayotzinapa se convertirá, por lo menos en los próximos años, en La Meca de los movimientos que buscan derrocar al gobierno y al sistema capitalista en nuestro país, como antes lo fue la zona zapatista de Chiapas. El tiempo no es problema. Los revolucionarios son milenaristas: saben ser pacientes y esperar al momento en que los errores de los gobiernos espurios se acumularán y provocarán su inevitable caída. ¡Hasta la victoria siempre, compañero!

Sergio Sarmiento.

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