jueves, 21 de noviembre de 2019

Crisis hecha en México

Jorge Suárez-Vélez en REFORMA 21 Nov. 2019


En su libro 1984, Orwell habla de un partido que suena a Morena. Su lema es "la guerra es paz, la libertad es esclavitud, la ignorancia es fuerza". AMLO nos impone un mundo al revés donde no crecer es deseable, los criminales son víctimas y la trampa y el fraude se valen para imponer su proyecto. Subordina la ley a su subjetivo concepto de justicia, la separación de poderes sobra y los contrapesos estorban. Pero hay otra ley, a la que también desprecia, que no podrá alterar: la de la oferta y la demanda.

La economía de México decreció 0.4% entre septiembre de 2018 y el mismo mes de 2019. Como la población económicamente activa crece alrededor de 1.4% al año, el decrecimiento per cápita es aún más grave. Arturo Herrera dice que "la incertidumbre en la economía mundial" ha afectado nuestro crecimiento. No es así. La inversión extranjera creció 7.8% entre enero y septiembre. Esto se debe a que México es, por primera vez, el principal socio comercial de Estados Unidos, rebasando a China y Canadá, porque el conflicto entre EU y el gigante asiático mueve algunas cadenas de valor hacia México, para evitar el paso por China. Estamos desperdiciando una oportunidad de oro. Comparemos con Canadá, el tercer socio norteamericano. Ellos crecieron 3.7% en el segundo trimestre, impulsados por sus exportaciones.

Nuestros problemas económicos son hechos en casa. Este estancamiento no proviene de crisis externas, sino de un shock de producción interno. La inversión, tanto pública como privada, se ha desplomado. El sexenio pasado la inversión estuvo flat, pero se esperaba que la reforma energética y el NAIM detonarían mayor inversión este sexenio. AMLO las abortó. Bajó 12.8% la inversión en maquinaria y equipo y 6.9% la construcción, medidas a julio, la peor caída en una década. Hasta nuestra tasa potencial de crecimiento se ha reducido.

Cuando nos urge infraestructura, y a pesar de la enorme ventaja competitiva que nos daba un nuevo aeropuerto en plena guerra comercial sino-estadounidense, se canceló la obra de infraestructura más grande de América Latina, desembolsando cuando menos 700 millones de dólares más para cancelarlo, de lo que hubiera costado terminarlo.

En 2020 nos asomaremos al precipicio. Este gobierno cumple su promesa de anclar su política fiscal en un superávit primario (ingreso menos gasto público, sin considerar pago de intereses por la deuda). Pero, para lograrlo, se comieron 144 mil millones de pesos, 58% de los fondos para contingencia (FEIP y FEIEF) que tomó 19 años acumular. Al agotarlos en 2020 no tendremos con qué paliar una crisis real, crecientemente probable cuando el conflicto comercial arrecie, después de las elecciones estadounidenses el próximo noviembre.

Las calificadoras están preocupadas. Primero, porque el irracional optimismo con respecto a Pemex hará que se subestimen los recursos fiscales que tendrán que inyectarle a la petrolera en los próximos años. Segundo, porque este gobierno se empeña en socavar a las instituciones. Y, por último, porque cuando las políticas públicas son impredecibles, los posibles desenlaces también lo son, y eso ahuyenta a la inversión.

Pemex perderá el Grado de Inversión en 2020, y abre la puerta a la antes impensable idea de que la deuda soberana mexicana siga ese camino. Los mercados no obedecen a los demagogos. Se agota el tiempo para rectificar. El esperado plan para inversión en infraestructura es cada vez menos ambicioso, y fuerza a AMLO a desdecirse en su severa crítica a las APPs (Asociaciones Público-Privadas). Aunque volvieran las rondas petroleras, no tendrían tiempo para incrementar la producción este sexenio, lo que hace improbable que este gobierno invierta el capital político necesario para reanudarlas.

El dogmatismo y el capricho de AMLO lo meten en un callejón sin salida. La combinación de estancamiento, creciente violencia y la soez destrucción de instituciones y contrapesos podría llevar a que Morena sufra una contundente derrota electoral en 2021. Quizá eso explica su prisa por desmantelar el INE. No podemos permitirlo.


@jorgesuarezv

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