Claudia Salazar y Martha Martínez (Mural)
Cd. de México (28 noviembre 2019).- Aunque presumen implementar medidas de austeridad en la administración pública y en la gestión del Congreso, los diputados federales se autoaprobaron un aumento de aguinaldo de 40 a 60 días.
En el presupuesto de Egresos de la Federación 2020, que la mayoría de Morena y partidos aliados aprobaron la semana pasada, los legisladores se autorizaron un incremento de 70 mil 252 pesos para el aguinaldo del próximo año, además de que no estarán obligados a pagar impuestos por esa gratificación.
Este año, los legisladores recibirán 140 mil 504 pesos de aguinaldo, correspondientes a 40 días. Sin embargo para 2020 recibirán 210 mil 756, es decir, 70 mil 252 pesos más.
En los anexos de remuneraciones de los servidores públicos del Proyecto de Presupuesto de Egresos 2020 consta el incremento en las prestaciones de los diputados.
La cifra sale al multiplicar por 60 días los 3 mil 512.60 pesos de dieta bruta que ganan los legisladores al día.
Ese mismo tabulador de remuneraciones demuestra que los diputados no consideran pagar impuestos por el aguinaldo del próximo año y estarían cobrando íntegros los 210 mil 756 pesos.
De acuerdo al pago de ISR que se reporta en los tabuladores de 2019 y 2020, los diputados pagarán de impuestos prácticamente la misma cantidad de 408 mil pesos por año.
Eso explica que los legisladores federales no están considerando un aumento en la dieta, sino en la prestación del aguinaldo.
El incremento de 20 días de aguinaldo representará una inversión adicional por 70 millones 252 mil pesos que se costeará con el dinero de los mexicanos.
Hace un año, REFORMA publicó un acuerdo del Comité de Administración para que el aguinaldo que recibirían los diputados quedara exento del pago del Impuesto Sobre la Renta (ISR) y fuera absorbido por el presupuesto de la Cámara.
Tras esa revelación, el coordinador de Morena, Mario Delgado, aseguró que se revertiría dicho acuerdo para que los diputados sí pagaran el ISR correspondiente, pero nunca se demostró que así hubiera sido.
Al asumir las riendas de la Cámara de Diputados, la fracción de Morena impulsó medidas de austeridad en San Lázaro como la cancelación del fondo de ahorro, los bonos extras de fin de año y los vales de despensa para los 500 legisladores federales.
Durante las negociaciones y debates por el Presupuesto de Egresos 2020, el aumento en el aguinaldo no fue un tema difundido, y el argumento que repitió Delgado siempre fue que en el Presupuesto del 2020 se habían acabado los moches.
https://www.mural.com/austeridad-suben-su-aguinaldo-50/ar1823395
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jueves, 28 de noviembre de 2019
martes, 26 de noviembre de 2019
Martillo comunista
JAQUE MATE / Sergio Sarmiento
26 Nov. 2019
"El comunismo no es amor. El comunismo es un martillo que utilizamos para aplastar al enemigo".
Mao Zedong
Yeidckol Polevnsky, presidenta de Morena, emitió un mensaje en Twitter este 24 de noviembre: "Un día como hoy en 1919, se fundó el Partido Comunista de México. Al cumplirse 100 años, conmemoramos y rendimos un justo y sentido homenaje a las mujeres y los hombres que desde sus filas lucharon por un mundo mejor".
No parece haber hecho Polevnsky mucha investigación. No le atinó siquiera al nombre correcto del Partido Comunista Mexicano. Tampoco se enteró de que el comunismo dejó unos 100 millones de muertos, principalmente por hambrunas provocadas por las confiscaciones de granjas privadas, asesinatos políticos y genocidio. La mayoría de las muertes se registraron en la Unión Soviética y China, pero hubo muchas también en otros países. No recordó tampoco la pérdida de las libertades individuales. A 30 años de la caída del Muro de Berlín, no entendió nunca la tragedia del comunismo.
La cabeza del actual partido de gobierno ha expresado públicamente también su admiración por Hugo Chávez, Nicolás Maduro y Fidel Castro. Ha considerado como un ejemplo el régimen de Cuba, país en el que no se permite la postulación de candidatos a cargos de elección popular a menos de que sean miembros del Partido Comunista o aprobados por este.
Polevsnky es, por supuesto, una comunista rica. Ella misma ha declarado: "Yo soy voluntaria, no tengo sueldo en Morena. Yo vengo de ser empresaria. Yo vendí las empresas para meter el dinero en el banco y vivir de la renta". En 2013 se benefició de una condonación de impuestos de 16.4 millones de pesos, que ella atribuyó a un error de su contador.
No es ella la única representante de la Cuarta Transformación en mostrar entusiasmo con el comunismo. Héctor Díaz Polanco, presidente de la Comisión de Honor y Justicia de Morena, ha expresado su admiración por el régimen venezolano. El Partido del Trabajo y su presidente, Alberto Anaya, son entusiastas acólitos del brutal Kim Jong Un de Corea del Norte. Luciano Concheiro, subsecretario de Educación Superior de la SEP, ha declarado: "Festejar el comunismo desde nuestro país nos parece esencial en este momento, si lo que pretendemos es transformar nuestra lacerante realidad, porque hay que ir más allá de la lucha contra el modelo neoliberal y más allá de una transformación democrática del régimen político".
El 22 de noviembre la Secretaría de Gobernación declaró "personas ilustres" a Valentín Campa y Arnoldo Martínez Verdugo, dos fallecidos dirigentes del Partido Comunista. Ayer los restos de Campa fueron exhumados e inhumados en la Rotonda de las Personas Ilustres. ¡Macabro homenaje! A Martínez Verdugo lo conocí y lo aprecié, pero me preocupa el mensaje de alabar al comunismo. Es como si el gobierno estuviera rindiendo homenaje a quienes formaron parte del nacionalsocialismo.
El comunismo y el nazismo se fundamentan en la idea de que el Estado es más importante que el individuo. Por eso mataron sistemáticamente a millones. Muchos afirman que los pecados del comunismo fueron consecuencia de malos dirigentes, como Stalin y Mao; pero el comunismo se fundamenta en la prohibición de la propiedad privada y de los actos de comercio, y para aplicar estas prohibiciones contra natura se requiere el uso de la fuerza.
Es importante mantener viva la memoria del comunismo y del nazismo, pero no para celebrarlos, sino para recordar su violencia y para evitar caer en ellos otra vez.
· CONSERVADORAS
Una vez más unas manifestantes encapuchadas realizaron actos vandálicos en lo que debía haber sido una marcha pacífica para protestar por la violencia contra las mujeres. Supongo que nos dirán que eran conservadoras infiltradas en la manifestación. Con razón la gente pacífica está ya aterrada ante estas marchas.
@SergioSarmiento
26 Nov. 2019
"El comunismo no es amor. El comunismo es un martillo que utilizamos para aplastar al enemigo".
Mao Zedong
Yeidckol Polevnsky, presidenta de Morena, emitió un mensaje en Twitter este 24 de noviembre: "Un día como hoy en 1919, se fundó el Partido Comunista de México. Al cumplirse 100 años, conmemoramos y rendimos un justo y sentido homenaje a las mujeres y los hombres que desde sus filas lucharon por un mundo mejor".
No parece haber hecho Polevnsky mucha investigación. No le atinó siquiera al nombre correcto del Partido Comunista Mexicano. Tampoco se enteró de que el comunismo dejó unos 100 millones de muertos, principalmente por hambrunas provocadas por las confiscaciones de granjas privadas, asesinatos políticos y genocidio. La mayoría de las muertes se registraron en la Unión Soviética y China, pero hubo muchas también en otros países. No recordó tampoco la pérdida de las libertades individuales. A 30 años de la caída del Muro de Berlín, no entendió nunca la tragedia del comunismo.
La cabeza del actual partido de gobierno ha expresado públicamente también su admiración por Hugo Chávez, Nicolás Maduro y Fidel Castro. Ha considerado como un ejemplo el régimen de Cuba, país en el que no se permite la postulación de candidatos a cargos de elección popular a menos de que sean miembros del Partido Comunista o aprobados por este.
Polevsnky es, por supuesto, una comunista rica. Ella misma ha declarado: "Yo soy voluntaria, no tengo sueldo en Morena. Yo vengo de ser empresaria. Yo vendí las empresas para meter el dinero en el banco y vivir de la renta". En 2013 se benefició de una condonación de impuestos de 16.4 millones de pesos, que ella atribuyó a un error de su contador.
No es ella la única representante de la Cuarta Transformación en mostrar entusiasmo con el comunismo. Héctor Díaz Polanco, presidente de la Comisión de Honor y Justicia de Morena, ha expresado su admiración por el régimen venezolano. El Partido del Trabajo y su presidente, Alberto Anaya, son entusiastas acólitos del brutal Kim Jong Un de Corea del Norte. Luciano Concheiro, subsecretario de Educación Superior de la SEP, ha declarado: "Festejar el comunismo desde nuestro país nos parece esencial en este momento, si lo que pretendemos es transformar nuestra lacerante realidad, porque hay que ir más allá de la lucha contra el modelo neoliberal y más allá de una transformación democrática del régimen político".
El 22 de noviembre la Secretaría de Gobernación declaró "personas ilustres" a Valentín Campa y Arnoldo Martínez Verdugo, dos fallecidos dirigentes del Partido Comunista. Ayer los restos de Campa fueron exhumados e inhumados en la Rotonda de las Personas Ilustres. ¡Macabro homenaje! A Martínez Verdugo lo conocí y lo aprecié, pero me preocupa el mensaje de alabar al comunismo. Es como si el gobierno estuviera rindiendo homenaje a quienes formaron parte del nacionalsocialismo.
El comunismo y el nazismo se fundamentan en la idea de que el Estado es más importante que el individuo. Por eso mataron sistemáticamente a millones. Muchos afirman que los pecados del comunismo fueron consecuencia de malos dirigentes, como Stalin y Mao; pero el comunismo se fundamenta en la prohibición de la propiedad privada y de los actos de comercio, y para aplicar estas prohibiciones contra natura se requiere el uso de la fuerza.
Es importante mantener viva la memoria del comunismo y del nazismo, pero no para celebrarlos, sino para recordar su violencia y para evitar caer en ellos otra vez.
· CONSERVADORAS
Una vez más unas manifestantes encapuchadas realizaron actos vandálicos en lo que debía haber sido una marcha pacífica para protestar por la violencia contra las mujeres. Supongo que nos dirán que eran conservadoras infiltradas en la manifestación. Con razón la gente pacífica está ya aterrada ante estas marchas.
@SergioSarmiento
lunes, 25 de noviembre de 2019
El hábito de mentir
PabloHiriart
En sus años de opositor Andrés Manuel López Obrador gustaba de citar a Lincoln: “Se puede engañar al pueblo parte del tiempo, pero no se puede engañar a todo el pueblo todo el tiempo”. Se le olvidó. A él y a sus compañeros de ruta.
Miente todos los días. Eso no puede durar sin consecuencias. Cuidado, porque como dice el dicho, “cuando te das cuenta de que la verdad es mentira, lo que sigue es la ira”.
Hace unos días retomó su antigua vena indigenista y ofreció pagar pensión primero a los indígenas y luego a los mestizos.
Él, que conoce palmo a palmo el país, ¿habrá dimensionado los conflictos en zonas rurales o semi rurales donde conviven indígenas y mestizos, pobres todos, luego de la discriminación que se hará evidente?
Y si en verdad le preocupan los indígenas, ¿por qué, a la fecha, hay un subejercicio de dos mil 508 millones de pesos en apoyos a ese sector en el presupuesto de este año?
¿Por qué se disminuyen, en el presupuesto recién aprobado, los recursos a Infraestructura Indígena y a Educación Indígena?
Los indígenas también se van a dar cuenta de que hay engaño.
No, no gobierna para todos como anunció en su toma de protesta y ante el entusiasmo general.
A organizaciones campesinas y legisladores de distintos partidos que pedían no quitar recursos al agro, las descalificó porque según él querían “moches y eso ya se acabó”.
Primero, no buscaban “moches”, sino presupuesto. El único “moche”, y gigantesco, está en los 318 mil millones de pesos que se destinan a programas sin reglas de operación.
El gobierno va a repartir 318 mil millones de pesos sin reglas, en efectivo y personalizado. De manera discrecional.
La gente del campo se quedó sin los recursos que –con reglas– tenían con los programas de “Apoyos a Pequeños Productores”, “Fomento a la Agricultura”, entre otros. Se van a enojar. O se van a someter a la dádiva individual del gobierno a cambio de su voto a Morena.
De los programas sin reglas de operación, ¿hacia qué estados va mayoritariamente el dinero? Sí, en efecto, el 68 por ciento de esos recursos va a los seis estados gobernados por Morena.
Ni los “moches” se acabaron ni se gobierna para todos.
Una y otra vez repitió que se revertiría el “gasolinazo” porque era “un insulto” que en Estados Unidos la gasolina sea más barata que en México. A un año de su gobierno no ha revertido nada, y la gasolina no sólo es más barata en Estados Unidos, sino que es mucho más barata.
En la Ciudad de México el litro de gasolina Magna cuesta, en promedio, 20 pesos con 74 centavos. En Texas, con todo e impuesto, 11.21 pesos el litro. Y en todo Estados Unidos, el promedio es de 13 pesos por cada litro.
Jonathan Ruiz, el periodista de El Financiero especializado en temas energéticos y directivo de este diario, escribió hace unos días que el gobierno de AMLO, de enero a septiembre, cobró al consumidor aproximadamente 4.98 pesos solamente por IEPS de cada litro de gasolina o diésel. Y en el mismo periodo de 2018, el gobierno anterior, un monto cercano a los 2.74 pesos por litro.
Clara como el agua está la mentira: este gobierno no revirtió el “gasolinazo”, sino que prácticamente lo duplicó. Doblado, pues.
Presume el Presidente que ahora el salario sí rinde y aumenta el consumo. También es falso.
Las ventas de la canasta Nielsen, que mide más de cien productos de consumo masivo (alimentos, higiene, belleza, cuidado del hogar, etcétera), cayeron 0.2 por ciento respecto al año pasado (abril-septiembre).
Indica la canasta Nielsen (ver columna del director de Economía de El Financiero, Víctor Piz, el miércoles 20) que la inflación en esa canasta básica es de seis por ciento anual: el doble de la reportada por el Banco de México, con una canasta más restringida de productos.
Es decir, no hay un poder de compra adicional de los hogares como lo presume el Presidente.
Tampoco hay más empleos, como dijo que habría. De enero a octubre de este año la creación de empleos ha caído un 30 por ciento respecto del año anterior (enero-octubre).
Mentira grande, enorme, ofensiva, fue la dicha por el presidente López Obrador el miércoles cuando presumió que se había “logrado” estabilizar el alza de la violencia en el país.
De acuerdo con las cifras dadas a conocer el martes por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, tenemos el año más violento de la historia contemporánea.
Aumentaron los homicidios respecto al año anterior (enero-octubre) en 2.1 por ciento. Aumentaron los secuestros en nueve por ciento. Se incrementó la extorsión en 35 por ciento. Los feminicidios crecieron en 12 por ciento. Las personas víctimas del delito son nueve por ciento más que en ese periodo del año pasado.
Pidió disculparse con el gabinete de seguridad por críticas formuladas al operativo en Culiacán. Momento, la crítica no fue al Ejército, sino a él y a su estrategia del avestruz en seguridad.
Esos días de crisis por el Culiacanazo, no hubo Presidente. De ahí el reclamo.
Todos los políticos mienten, es cierto. Pero López Obrador se ha excedido y eso es peligroso: ningún país hace de la mentira un hábito.
viernes, 22 de noviembre de 2019
Legislar desde Palacio
Francisco Garfias
21 de Noviembre de 2019
El tema de las recién “nombradas” consejeras de la Judicatura, Loretta Ortiz y Verónica de Gyves, estaba decidido de antemano por instrucciones de YSQ. Uno de los cambios notorios de la 4T es que ahora se legisla desde Palacio Nacional.
Lo vimos con Rosario Piedra Ibarra en la CNDH y con la elección de dos ministros de la SCJN. Lo vemos con el Presupuesto que es “facultad exclusiva” de la Cámara de Diputados, y ahora con esto.
Va el botón… el pasado 16 de noviembre, antes de que los aspirantes al Consejo terminaran de comparecer en la Comisión de Justicia, escribimos en este espacio lo que sigue:
“La 4T ya secuestró la autonomía de la CNDH. Le toca al Consejo de la Judicatura. Por el método de ‘cuotas y cuates’, que tanto denunció Morena, dos incondicionales de López Obrador se perfilan al Consejo de la Judicatura: Loretta Ortiz y Verónica de Gyves. Ambas formaron parte de las ternas que envió el Presidente para la SCJN.
“Hay decenas de aspirantes registrados. Algunos con excelentes trayectorias, pero sin las conexiones adecuadas. Es un show. No son los mejores los que son nombrados”, escribió en WhatsApp una senadora que participa en el proceso de elección.
“El tema no es menor. El Consejo de la Judicatura se encarga de la administración, vigilancia, disciplina en el Poder Judicial”.
* El “show” culminó ayer. El pleno de la Cámara alta oficializó el “nombramiento” —disfrazado de elección— a las dos mujeres mencionadas hace cinco días. No soy mago, ni tengo bola de cristal. Ya estaba decidido. Lo demás es puesta en escena.
Loretta Ortiz es esposa del titular de la Fepade, José Agustín Ortiz Pinchetti, ligado con López Obrador desde hace años. ¿Y qué decir de Verónica de Gyves, quien formó parte del equipo jurídico de López Obrador?
La oposición volvió a ser comparsa. Sólo el PAN votó en contra. “Con estos dos ‘nombramientos’ el Presidente tendrá control del Consejo de la Judicatura”, sintetizó el senador azul Damián Zepeda.
¿No que eran diferentes?
* Apareció la fuerza pública con disfraz de granaderos (oficialmente ya no existen). La jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, los sacó para impedir que los campesinos que rodean la Cámara de Diputados irrumpieran en el desfile del 20 de Noviembre, como habían anunciado.
Su presencia bastó para contener a los inconformes. No hubo enfrentamientos, ni heridos que lamentar. Bastó que se adelantaran a los acontecimientos para evitar problemas mayores.
No hubo “represión”. La nota no fueron las organizaciones campesinas, sino que se cayeron jinete y caballo durante el vistoso desfile.
Los eventos en San Lázaro eran previsibles. Estaban anunciados. Si se hubiese aplicado el mismo criterio antes del 15 de noviembre tendríamos Presupuesto en tiempo y forma.
Pero no. El vacío de autoridad llevó al impasse en el que nos encontramos. No hay condiciones para sesionar en San Lázaro. Avanza la opción de sesionar en sede alterna este viernes.
* Por fin se alzó la voz de un senador, el moreno Héctor Vasconcelos, para condenar la violencia en la UNAM y pedir el respaldo de toda la Cámara alta, más allá de colores e ideologías, para el rector Enrique Graue.
“Una agresión a la UNAM no es menos que una agresión a México”, dijo el presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado.
Desde su curul pidió a las autoridades locales lo que hasta ahora parece un milagro: “identificar y sancionar a grupos de procedencia oscura que, de tiempo en tiempo, atentan contra la máxima casa de estudios”.
Apenas hace unos días, un grupo de encapuchados vandalizaron Rectoría, asaltaron la librería, rompieron cristales, dañaron el mural de Siqueiros y hasta quemaron la bandera mexicana.
La panista Xóchitl Gálvez se sumó a la condena.
Los vándalos ya están “identificados”, dice la procuradora capitalina Ernestina Godoy. ¿Y qué esperan para detenerlos?
original: https://www.excelsior.com.mx/opinion/francisco-garfias/legislar-desde-palacio/1348884
jueves, 21 de noviembre de 2019
Crisis hecha en México
Jorge Suárez-Vélez en REFORMA 21 Nov. 2019
En su libro 1984, Orwell habla de un partido que suena a Morena. Su lema es "la guerra es paz, la libertad es esclavitud, la ignorancia es fuerza". AMLO nos impone un mundo al revés donde no crecer es deseable, los criminales son víctimas y la trampa y el fraude se valen para imponer su proyecto. Subordina la ley a su subjetivo concepto de justicia, la separación de poderes sobra y los contrapesos estorban. Pero hay otra ley, a la que también desprecia, que no podrá alterar: la de la oferta y la demanda.
La economía de México decreció 0.4% entre septiembre de 2018 y el mismo mes de 2019. Como la población económicamente activa crece alrededor de 1.4% al año, el decrecimiento per cápita es aún más grave. Arturo Herrera dice que "la incertidumbre en la economía mundial" ha afectado nuestro crecimiento. No es así. La inversión extranjera creció 7.8% entre enero y septiembre. Esto se debe a que México es, por primera vez, el principal socio comercial de Estados Unidos, rebasando a China y Canadá, porque el conflicto entre EU y el gigante asiático mueve algunas cadenas de valor hacia México, para evitar el paso por China. Estamos desperdiciando una oportunidad de oro. Comparemos con Canadá, el tercer socio norteamericano. Ellos crecieron 3.7% en el segundo trimestre, impulsados por sus exportaciones.
Nuestros problemas económicos son hechos en casa. Este estancamiento no proviene de crisis externas, sino de un shock de producción interno. La inversión, tanto pública como privada, se ha desplomado. El sexenio pasado la inversión estuvo flat, pero se esperaba que la reforma energética y el NAIM detonarían mayor inversión este sexenio. AMLO las abortó. Bajó 12.8% la inversión en maquinaria y equipo y 6.9% la construcción, medidas a julio, la peor caída en una década. Hasta nuestra tasa potencial de crecimiento se ha reducido.
Cuando nos urge infraestructura, y a pesar de la enorme ventaja competitiva que nos daba un nuevo aeropuerto en plena guerra comercial sino-estadounidense, se canceló la obra de infraestructura más grande de América Latina, desembolsando cuando menos 700 millones de dólares más para cancelarlo, de lo que hubiera costado terminarlo.
En 2020 nos asomaremos al precipicio. Este gobierno cumple su promesa de anclar su política fiscal en un superávit primario (ingreso menos gasto público, sin considerar pago de intereses por la deuda). Pero, para lograrlo, se comieron 144 mil millones de pesos, 58% de los fondos para contingencia (FEIP y FEIEF) que tomó 19 años acumular. Al agotarlos en 2020 no tendremos con qué paliar una crisis real, crecientemente probable cuando el conflicto comercial arrecie, después de las elecciones estadounidenses el próximo noviembre.
Las calificadoras están preocupadas. Primero, porque el irracional optimismo con respecto a Pemex hará que se subestimen los recursos fiscales que tendrán que inyectarle a la petrolera en los próximos años. Segundo, porque este gobierno se empeña en socavar a las instituciones. Y, por último, porque cuando las políticas públicas son impredecibles, los posibles desenlaces también lo son, y eso ahuyenta a la inversión.
Pemex perderá el Grado de Inversión en 2020, y abre la puerta a la antes impensable idea de que la deuda soberana mexicana siga ese camino. Los mercados no obedecen a los demagogos. Se agota el tiempo para rectificar. El esperado plan para inversión en infraestructura es cada vez menos ambicioso, y fuerza a AMLO a desdecirse en su severa crítica a las APPs (Asociaciones Público-Privadas). Aunque volvieran las rondas petroleras, no tendrían tiempo para incrementar la producción este sexenio, lo que hace improbable que este gobierno invierta el capital político necesario para reanudarlas.
El dogmatismo y el capricho de AMLO lo meten en un callejón sin salida. La combinación de estancamiento, creciente violencia y la soez destrucción de instituciones y contrapesos podría llevar a que Morena sufra una contundente derrota electoral en 2021. Quizá eso explica su prisa por desmantelar el INE. No podemos permitirlo.
@jorgesuarezv
En su libro 1984, Orwell habla de un partido que suena a Morena. Su lema es "la guerra es paz, la libertad es esclavitud, la ignorancia es fuerza". AMLO nos impone un mundo al revés donde no crecer es deseable, los criminales son víctimas y la trampa y el fraude se valen para imponer su proyecto. Subordina la ley a su subjetivo concepto de justicia, la separación de poderes sobra y los contrapesos estorban. Pero hay otra ley, a la que también desprecia, que no podrá alterar: la de la oferta y la demanda.
La economía de México decreció 0.4% entre septiembre de 2018 y el mismo mes de 2019. Como la población económicamente activa crece alrededor de 1.4% al año, el decrecimiento per cápita es aún más grave. Arturo Herrera dice que "la incertidumbre en la economía mundial" ha afectado nuestro crecimiento. No es así. La inversión extranjera creció 7.8% entre enero y septiembre. Esto se debe a que México es, por primera vez, el principal socio comercial de Estados Unidos, rebasando a China y Canadá, porque el conflicto entre EU y el gigante asiático mueve algunas cadenas de valor hacia México, para evitar el paso por China. Estamos desperdiciando una oportunidad de oro. Comparemos con Canadá, el tercer socio norteamericano. Ellos crecieron 3.7% en el segundo trimestre, impulsados por sus exportaciones.
Nuestros problemas económicos son hechos en casa. Este estancamiento no proviene de crisis externas, sino de un shock de producción interno. La inversión, tanto pública como privada, se ha desplomado. El sexenio pasado la inversión estuvo flat, pero se esperaba que la reforma energética y el NAIM detonarían mayor inversión este sexenio. AMLO las abortó. Bajó 12.8% la inversión en maquinaria y equipo y 6.9% la construcción, medidas a julio, la peor caída en una década. Hasta nuestra tasa potencial de crecimiento se ha reducido.
Cuando nos urge infraestructura, y a pesar de la enorme ventaja competitiva que nos daba un nuevo aeropuerto en plena guerra comercial sino-estadounidense, se canceló la obra de infraestructura más grande de América Latina, desembolsando cuando menos 700 millones de dólares más para cancelarlo, de lo que hubiera costado terminarlo.
En 2020 nos asomaremos al precipicio. Este gobierno cumple su promesa de anclar su política fiscal en un superávit primario (ingreso menos gasto público, sin considerar pago de intereses por la deuda). Pero, para lograrlo, se comieron 144 mil millones de pesos, 58% de los fondos para contingencia (FEIP y FEIEF) que tomó 19 años acumular. Al agotarlos en 2020 no tendremos con qué paliar una crisis real, crecientemente probable cuando el conflicto comercial arrecie, después de las elecciones estadounidenses el próximo noviembre.
Las calificadoras están preocupadas. Primero, porque el irracional optimismo con respecto a Pemex hará que se subestimen los recursos fiscales que tendrán que inyectarle a la petrolera en los próximos años. Segundo, porque este gobierno se empeña en socavar a las instituciones. Y, por último, porque cuando las políticas públicas son impredecibles, los posibles desenlaces también lo son, y eso ahuyenta a la inversión.
Pemex perderá el Grado de Inversión en 2020, y abre la puerta a la antes impensable idea de que la deuda soberana mexicana siga ese camino. Los mercados no obedecen a los demagogos. Se agota el tiempo para rectificar. El esperado plan para inversión en infraestructura es cada vez menos ambicioso, y fuerza a AMLO a desdecirse en su severa crítica a las APPs (Asociaciones Público-Privadas). Aunque volvieran las rondas petroleras, no tendrían tiempo para incrementar la producción este sexenio, lo que hace improbable que este gobierno invierta el capital político necesario para reanudarlas.
El dogmatismo y el capricho de AMLO lo meten en un callejón sin salida. La combinación de estancamiento, creciente violencia y la soez destrucción de instituciones y contrapesos podría llevar a que Morena sufra una contundente derrota electoral en 2021. Quizá eso explica su prisa por desmantelar el INE. No podemos permitirlo.
@jorgesuarezv
Racismo social
JAQUE MATE / Sergio Sarmiento en MURAL 21 Nov. 2019
"Si dar atención preferente a indígenas
es racismo, que me apunten en la lista".
Andrés Manuel López Obrador
Los contribuyentes pagamos impuestos para recibir servicios públicos. Quizá es correcto que, por solidaridad, una parte se utilice para ayudar a los más necesitados, pero la distribución de los recursos debe decidirse por necesidad y no por raza.
La discusión no es nueva. En el siglo XIX los pensadores liberales sostenían que todos los humanos deben ser iguales ante la ley. Los conservadores consideraban, por el contrario, que las diferencias naturales justificaban tratos diferentes: los monarcas y los nobles merecían privilegios por su alcurnia, los peninsulares y criollos debían ocupar los cargos públicos, los indígenas precisaban una protección especial porque eran, supuestamente, inferiores.
El pensamiento conservador llevó a que los pueblos indígenas fueran mantenidos en comunidades étnicas regidas por usos y costumbres sin derechos cabales de propiedad. Alexander von Humboldt, el pensador alemán que visitó México a principios del siglo XIX, escribió sobre estos tratos supuestamente preferenciales: "De todo abusa la malicia humana que pervierte en armas ofensivas contra esa miserable gente los mismos escudos destinados a su protección".
Benito Juárez, un zapoteca, entendió el daño que hacían los tratos especiales y peleó abiertamente por la igualdad de todos ante la ley. Para él y los liberales, los indígenas debían dejar el aislamiento y los usos y costumbres, integrarse a la sociedad general y gozar del derecho a la propiedad privada. Por eso la ley de desamortización de bienes en manos muertas se aplicó no solo a las propiedades de la Iglesia sino también a las tierras comunales indígenas. La propiedad privada era, para Juárez, la plataforma para la prosperidad, como lo había sido en esos Estados Unidos que tanto admiraba.
En esta añeja disputa el presidente López Obrador se ha colocado del lado de los conservadores. Por eso está impulsando programas sociales que dan a los indígenas un trato distinto al de los mestizos o personas de otras etnias. Rechaza el principio liberal de que todos somos iguales ante la ley.
No tengo duda de que los indígenas se encuentran entre los grupos más marginados de nuestro país. Pero no es un problema de raza, como afirma el Presidente: "Es vergonzoso que no se acepte el trato especial a los más pobres, a los indígenas, y se piense que eso es racismo. Es sorprendente... Los indígenas viven una situación de marginación, se envejecen porque sufren mucho".
Una política social que apoye a los más necesitados beneficiará de manera preponderante a los indígenas. Las comunidades se han venido rezagando en lo económico por muchas razones, como falta de educación, de derechos de propiedad y de inversión productiva. Es importante otorgarles apoyos. Pero el criterio de la ayuda debe ser la pobreza y no la raza. No importa lo que diga el Presidente: un gobierno que trata de manera diferente a las personas según su raza es racista.
La ayuda no debe eternizarse. La solución de fondo no es repartir caridad sino construir prosperidad. Habría que aplicar en las comunidades indígenas las medidas liberales que recomendó Juárez: eliminar los tratos especiales y los usos y costumbres, integrar a los indígenas a la sociedad, ofrecer mejor educación y reconocer derechos cabales de propiedad eliminando los bienes de manos muertas. No debemos ofrecer un trato diferenciado por raza, sino aplicar el viejo principio liberal de que todos somos iguales ante la ley.
· FUERZA PÚBLICA
Claro que hay un uso legítimo de la fuerza pública. Ayer lo demostró la 4T al encapsular a las organizaciones que querían irrumpir en el desfile conmemorativo de la revolución. Permitir que sigan bloqueando el Congreso es una decisión política.
@SergioSarmiento
"Si dar atención preferente a indígenas
es racismo, que me apunten en la lista".
Andrés Manuel López Obrador
Los contribuyentes pagamos impuestos para recibir servicios públicos. Quizá es correcto que, por solidaridad, una parte se utilice para ayudar a los más necesitados, pero la distribución de los recursos debe decidirse por necesidad y no por raza.
La discusión no es nueva. En el siglo XIX los pensadores liberales sostenían que todos los humanos deben ser iguales ante la ley. Los conservadores consideraban, por el contrario, que las diferencias naturales justificaban tratos diferentes: los monarcas y los nobles merecían privilegios por su alcurnia, los peninsulares y criollos debían ocupar los cargos públicos, los indígenas precisaban una protección especial porque eran, supuestamente, inferiores.
El pensamiento conservador llevó a que los pueblos indígenas fueran mantenidos en comunidades étnicas regidas por usos y costumbres sin derechos cabales de propiedad. Alexander von Humboldt, el pensador alemán que visitó México a principios del siglo XIX, escribió sobre estos tratos supuestamente preferenciales: "De todo abusa la malicia humana que pervierte en armas ofensivas contra esa miserable gente los mismos escudos destinados a su protección".
Benito Juárez, un zapoteca, entendió el daño que hacían los tratos especiales y peleó abiertamente por la igualdad de todos ante la ley. Para él y los liberales, los indígenas debían dejar el aislamiento y los usos y costumbres, integrarse a la sociedad general y gozar del derecho a la propiedad privada. Por eso la ley de desamortización de bienes en manos muertas se aplicó no solo a las propiedades de la Iglesia sino también a las tierras comunales indígenas. La propiedad privada era, para Juárez, la plataforma para la prosperidad, como lo había sido en esos Estados Unidos que tanto admiraba.
En esta añeja disputa el presidente López Obrador se ha colocado del lado de los conservadores. Por eso está impulsando programas sociales que dan a los indígenas un trato distinto al de los mestizos o personas de otras etnias. Rechaza el principio liberal de que todos somos iguales ante la ley.
No tengo duda de que los indígenas se encuentran entre los grupos más marginados de nuestro país. Pero no es un problema de raza, como afirma el Presidente: "Es vergonzoso que no se acepte el trato especial a los más pobres, a los indígenas, y se piense que eso es racismo. Es sorprendente... Los indígenas viven una situación de marginación, se envejecen porque sufren mucho".
Una política social que apoye a los más necesitados beneficiará de manera preponderante a los indígenas. Las comunidades se han venido rezagando en lo económico por muchas razones, como falta de educación, de derechos de propiedad y de inversión productiva. Es importante otorgarles apoyos. Pero el criterio de la ayuda debe ser la pobreza y no la raza. No importa lo que diga el Presidente: un gobierno que trata de manera diferente a las personas según su raza es racista.
La ayuda no debe eternizarse. La solución de fondo no es repartir caridad sino construir prosperidad. Habría que aplicar en las comunidades indígenas las medidas liberales que recomendó Juárez: eliminar los tratos especiales y los usos y costumbres, integrar a los indígenas a la sociedad, ofrecer mejor educación y reconocer derechos cabales de propiedad eliminando los bienes de manos muertas. No debemos ofrecer un trato diferenciado por raza, sino aplicar el viejo principio liberal de que todos somos iguales ante la ley.
· FUERZA PÚBLICA
Claro que hay un uso legítimo de la fuerza pública. Ayer lo demostró la 4T al encapsular a las organizaciones que querían irrumpir en el desfile conmemorativo de la revolución. Permitir que sigan bloqueando el Congreso es una decisión política.
@SergioSarmiento
Indígena, mestizo o mexicano
Ricardo Elias en MURAL 21 Nov. 2019
La cancelación de reformas, proyectos y programas viables de gobiernos anteriores, así como la aprobación de nuevas y cuestionables leyes y políticas públicas impulsadas por el gobierno de López Obrador, han puesto a muchos de sus seguidores en la difícil e incómoda posición de tener que defender lo indefendible, buscando por donde sea justificaciones a las pifias y dislates, hasta llegar al absurdo de decir que éstas, aunadas a la pérdida de confianza en el país, a la inseguridad y a la protección de delincuentes afines a AMLO, es el precio que tenemos que pagar para mejorar el país y sacar de la pobreza a millones de mexicanos antes olvidados.
¿Dónde estábamos los críticos cuando gobiernos anteriores cometían sus fechorías? Es lo único que a los defensores de la 4T les resta decir cuando las necedades y despropósitos son de tal manera evidentes que dejan a sus actores expuestos no solo a la crítica fundada, sino al ridículo y al implacable escarnio de las redes sociales.
¿Qué otra cosa se puede esperar cuando el Presidente de un país no es capaz de ver lo equivocado y dañino que es dividir a sus ciudadanos, ya no solo entre ricos y pobres, conservadores y liberales (whatever that means), sino ahora hasta entre mestizos e indígenas?
Para los que no lo sepan, hace unos días AMLO decidió otorgar beneficios diferenciados a los adultos mayores en función de orígenes étnico-raciales. Ahora los adultos mayores "mestizos" recibirán su apoyo a los 68 años, mientras que los "indígenas" a los 65, como si las necesidades de los mexicanos más pobres dependieran de sus usos y costumbres o del color de su piel.
Para empezar, ¿cómo se define quién es "mestizo" y quién "indígena"? ¿Harán pruebas de ADN a todos los mexicanos para encontrar los porcentajes que cada uno tenemos de ancestros indígenas, españoles o de cualquier otra parte, y de esa manera determinar quiénes tienen derecho a recibir el beneficio tres años antes o tres años después?
El Presidente dijo que "es vergonzoso que se piense que es racista darle preferencia a los indígenas".
Guste o no, bien intencionado o no, por supuesto que es discriminatorio y racista dar preferencias a una persona por razón de su origen, raza, credo, etcétera.
Entiendo y estoy de acuerdo con la motivación y la intención del Presidente de ayudar a los que menos tienen, a los marginados y olvidados de este país, pero así no.
A los indígenas pobres hay que ayudarlos porque son pobres, no porque sean indígenas, de la misma manera que hay que ayudar a los millones de pobres que no son indígenas, y que como mexicanos que también son, tienen derecho a recibir los mismos apoyos y beneficios.
Me parecen primarios, por decir lo menos, los argumentos en los que el Presidente basa esta nueva política de apoyos diferenciados a los adultos mayores, así lo dijo: "Los indígenas, por su situación de pobreza, de marginación, se envejecen pronto. (Los mestizos de 65 años) están mejor conservados que un indígena de 65 años, porque trabajan, se mal alimentan, porque tienen que caminar kilómetros. Sufren mucho", expresó.
Frente a esta lógica se queda uno sin palabras ...y yo que creía que es más sano vivir en el campo que en la ciudad, que caminar kilómetros diarios y respirar aire puro mejora la condición física, y que comer maíz y frijoles es más sano que comer comida chatarra, etcétera.
La mayoría de los ciudadanos críticos tenemos los mismos objetivos que los seguidores honestos de la 4T, los cuales resumo en solo dos cosas y en este orden de importancia: mejorar las condiciones de vida de millones de mexicanos pobres y acabar con la corrupción. En este sentido, estamos todos del mismo lado. Las diferencias no son de fines sino de métodos.
Es importante hacerle ver al Presidente que las dádivas no acabarán con la pobreza, sino con las arcas públicas; que las divisiones entre los mexicanos no ayudarán al desarrollo sino al deterioro del país; que aplicar la ley selectivamente no fortalecerá el Estado de derecho sino la impunidad.
Es tiempo de hablar claro y hacer a un lado los eufemismos. Si los objetivos del Presidente y su 4T son honestos, puede estar seguro que todos los mexicanos bien nacidos y bien intencionados queremos lo mismo que él: erradicar la pobreza y acabar con la corrupción.
"Llamar indígena, mestizo o criollo a un mexicano es racista y discriminatorio".
Yo
ricardoelias1@gmail.com
ricardoelias.mx
La cancelación de reformas, proyectos y programas viables de gobiernos anteriores, así como la aprobación de nuevas y cuestionables leyes y políticas públicas impulsadas por el gobierno de López Obrador, han puesto a muchos de sus seguidores en la difícil e incómoda posición de tener que defender lo indefendible, buscando por donde sea justificaciones a las pifias y dislates, hasta llegar al absurdo de decir que éstas, aunadas a la pérdida de confianza en el país, a la inseguridad y a la protección de delincuentes afines a AMLO, es el precio que tenemos que pagar para mejorar el país y sacar de la pobreza a millones de mexicanos antes olvidados.
¿Dónde estábamos los críticos cuando gobiernos anteriores cometían sus fechorías? Es lo único que a los defensores de la 4T les resta decir cuando las necedades y despropósitos son de tal manera evidentes que dejan a sus actores expuestos no solo a la crítica fundada, sino al ridículo y al implacable escarnio de las redes sociales.
¿Qué otra cosa se puede esperar cuando el Presidente de un país no es capaz de ver lo equivocado y dañino que es dividir a sus ciudadanos, ya no solo entre ricos y pobres, conservadores y liberales (whatever that means), sino ahora hasta entre mestizos e indígenas?
Para los que no lo sepan, hace unos días AMLO decidió otorgar beneficios diferenciados a los adultos mayores en función de orígenes étnico-raciales. Ahora los adultos mayores "mestizos" recibirán su apoyo a los 68 años, mientras que los "indígenas" a los 65, como si las necesidades de los mexicanos más pobres dependieran de sus usos y costumbres o del color de su piel.
Para empezar, ¿cómo se define quién es "mestizo" y quién "indígena"? ¿Harán pruebas de ADN a todos los mexicanos para encontrar los porcentajes que cada uno tenemos de ancestros indígenas, españoles o de cualquier otra parte, y de esa manera determinar quiénes tienen derecho a recibir el beneficio tres años antes o tres años después?
El Presidente dijo que "es vergonzoso que se piense que es racista darle preferencia a los indígenas".
Guste o no, bien intencionado o no, por supuesto que es discriminatorio y racista dar preferencias a una persona por razón de su origen, raza, credo, etcétera.
Entiendo y estoy de acuerdo con la motivación y la intención del Presidente de ayudar a los que menos tienen, a los marginados y olvidados de este país, pero así no.
A los indígenas pobres hay que ayudarlos porque son pobres, no porque sean indígenas, de la misma manera que hay que ayudar a los millones de pobres que no son indígenas, y que como mexicanos que también son, tienen derecho a recibir los mismos apoyos y beneficios.
Me parecen primarios, por decir lo menos, los argumentos en los que el Presidente basa esta nueva política de apoyos diferenciados a los adultos mayores, así lo dijo: "Los indígenas, por su situación de pobreza, de marginación, se envejecen pronto. (Los mestizos de 65 años) están mejor conservados que un indígena de 65 años, porque trabajan, se mal alimentan, porque tienen que caminar kilómetros. Sufren mucho", expresó.
Frente a esta lógica se queda uno sin palabras ...y yo que creía que es más sano vivir en el campo que en la ciudad, que caminar kilómetros diarios y respirar aire puro mejora la condición física, y que comer maíz y frijoles es más sano que comer comida chatarra, etcétera.
La mayoría de los ciudadanos críticos tenemos los mismos objetivos que los seguidores honestos de la 4T, los cuales resumo en solo dos cosas y en este orden de importancia: mejorar las condiciones de vida de millones de mexicanos pobres y acabar con la corrupción. En este sentido, estamos todos del mismo lado. Las diferencias no son de fines sino de métodos.
Es importante hacerle ver al Presidente que las dádivas no acabarán con la pobreza, sino con las arcas públicas; que las divisiones entre los mexicanos no ayudarán al desarrollo sino al deterioro del país; que aplicar la ley selectivamente no fortalecerá el Estado de derecho sino la impunidad.
Es tiempo de hablar claro y hacer a un lado los eufemismos. Si los objetivos del Presidente y su 4T son honestos, puede estar seguro que todos los mexicanos bien nacidos y bien intencionados queremos lo mismo que él: erradicar la pobreza y acabar con la corrupción.
"Llamar indígena, mestizo o criollo a un mexicano es racista y discriminatorio".
Yo
ricardoelias1@gmail.com
ricardoelias.mx
jueves, 14 de noviembre de 2019
¿De qué se ríe?
Jorge Suárez-Vélez
en REFORMA
14 Nov. 2019
Días después de la grotesca masacre de la familia LeBarón, el Presidente era todo sonrisas durante sus mañaneras. Respetuosamente, señor Presidente, le pregunto ¿de qué se ríe?
¿No le da pena que a casi un año de asumir la Presidencia, la violencia (que, en efecto, viene de antes) ha aumentado a niveles sin precedente? ¿No le indigna que una familia mexicana haya sido intencionalmente acribillada por nauseabundos criminales? ¿Puede imaginar una muerte más terrible que ser quemado vivo en un auto rodeado de sus hijos? Esperaba que reaccionara persiguiendo y castigando a los responsables con toda la fuerza del Estado. Esperaba verlo en los funerales. En vez de empatía, de lejitos, usted y su equipo ofrecen mentiras y distracción. Prefiere atacar a los medios, culpándolos por su desprestigio.
Le tengo malas noticias. La masacre ocupó las primeras planas de los diarios más importantes del mundo y todos, todos se burlaron de su lema "abrazos, no balazos". Manifestaron preocupación por la falta de estrategia para enfrentar una crisis que "pone al Estado mexicano en riesgo". No estamos para demagogia. Tampoco es inteligente dividirnos. Nos necesita unidos para pelear juntos una guerra que no distingue ideologías cuando extorsiona, secuestra o asesina.
La ineptitud de su equipo de seguridad ha sembrado crisis que crecerán si no las atiende. Hay fuerte molestia en el gobierno estadounidense por su falta de reacción, y los altos mandos castrenses están hartos de humillaciones, de ser culpados por el desastre de Culiacán, y por su propuesta de privilegiar una Guardia Nacional sin pies ni cabeza.
Le propongo un curso de acción. Seamos pragmáticos. Aproveche la indignación en Estados Unidos para convocar a una estrategia regional compartida, sólo enfocada en reducir violencia. Mark Kleiman, académico muy respetado en el estudio del narcotráfico, cuestionaba el beneficio potencial de perseguir criminales, e incluso de esfuerzos para prevenir y tratar adicciones. Él proponía orientar la aplicación de la ley y la fuerza a castigar eficazmente comportamientos violentos.
En su visión, el Estado mexicano perseguiría con todo a quienes perpetraron la cobarde matanza en el norte de México, para aplicarles un castigo de tal rigor que llevara a que otras organizaciones criminales evitaran la misma suerte. Hay que definir crímenes inaceptables: masacres, ataques a población civil como en Culiacán, emboscadas a policías o militares, etcétera.
En cuanto al consumo, Kleiman proponía enfocar la aplicación de la ley a la pequeña minoría de consumidores pesados estadounidenses que demandan el grueso de las drogas más fuertes e ilegales, y que detonan la mayoría de la actividad criminal para conseguirlas y financiar su adicción. Por cierto, Kleiman no era partidario ni de legalizar drogas fuertes, ni de descriminalizar consumo.
Llegó la hora de invertirle en serio a este problema y de adoptar soluciones sensatas. A largo plazo, necesitamos mejores ministerios públicos y capacidad de investigación, desarrollar policías locales, capacitarlas y equiparlas. ¿Quiere una Guardia Nacional? Invierta y déjese de engaños cambiándole el uniforme a militares y diciendo que ya quedó. Que sea una fuerza nacional capaz de apoyar a policías locales en situaciones críticas. Recupere a la Policía Federal. Independientemente de sus problemas, ésta era nuestra única capacidad policiaca real. La extrema ineptitud de Durazo al concebir la Guardia Nacional provocará su desaparición. Por último, haga que su sicario Santiago Nieto use sus recursos para rastrear los miles de millones de dólares de organizaciones criminales y para denunciar a políticos y empresarios que han sido aliados en lo operativo y en el lavado de dinero, en vez de dedicarlos a atacar y extorsionar a opositores y enemigos políticos. Ahí también necesitamos cooperación internacional, que sólo llegará si muestra seriedad y propósito legítimo.
Cien mexicanos mueren diario. Llegó la hora de tomar en serio un problema que, además, está devastando inversión y turismo. No es de risa.
@jorgesuarezv
Morena, ese monumento al cinismo
Pablo Hiriat, El Financiero, 14 noviembre 2019.
Morena se robó la presidencia de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos para imponer, por la vía del fraude, a una ombudsperson de su partido, gobiernista hasta la médula, que en redes sociales llamó a que “NO DESAPROBECHEMOS (sic) ESTA OPORTUNIDAD DE HACER HISTORIA” con López Obrador.
Los que en la elección de 2006 paralizaron parte del país para recontar “voto por voto, casilla por casilla” de la elección en que perdieron (y se les concedió en un buen número de secciones), ahora que ganaron con trampas no quisieron limpiar la elección en una sola urna que se instaló en el Senado.
Piedra Ibarra no alcanzó en el Senado la mayoría calificada que exige la ley para presidir la CNDH, pues tuvo 76 votos de un total de 114 senadores presentes.
Su elección fue inconstitucional. Punto.
También su candidatura fue ilegal. Había rendido protesta como consejera estatal de Morena en Nuevo León, y un requisito para presidir la CNDH es no tener cargo partidario.
Violaron la ley y se robaron la elección, con tal de satisfacer el deseo del Presidente.
Y además, espiaron, lo que también es ilegal y un abuso de poder.
Ricardo Monreal dio a conocer en una conferencia de prensa el chat de una conversación entre los panistas Marko Cortés (presidente del partido), Mauricio Kuri (líder de la bancada) y la vicepresidenta del Senado, Guadalupe Saldaña.
Ahí está la síntesis del cinismo de un partido que llevó a presidir la CNDH a una persona inelegible. Que hace fraude en la elección. Que espía a los senadores opositores a esa candidatura. Y que lo presume en conferencia de prensa.
Frente al malestar generado por su turbiedad, prometieron repetir la votación el martes. Pero como se dieron cuenta que volverían a perder, realizaron una bochornosa maroma y evitaron la elección.
Con ese fraude mataron la gran institución creada en 1990 para defender al ciudadano de los abusos del poder.
Los periodistas, a quienes el Presidente compara con perros sin bozal, ¿podrán quejarse ante la nueva titular de la CNDH por el acoso gubernamental que los expone a agresiones físicas?
Esto piensa, y escribe, Rosario Piedra Ibarra de la prensa que critica medidas de López Obrador: “MEDIOS CHAYOTEROS, YA DEJEN DE MANIPULAR LA INFORMACIÓN!!!”.
Durante el año en que más han matado periodistas en la historia, la nueva ombudsman hace como que no sabe: “¿Han matado periodistas?”.
Impuesta por el gobierno mediante el fraude, ella es la que nos va a proteger, a periodistas y ciudadanos en general, de las agresiones… del gobierno.
El presidente López Obrador reaccionó ante los reclamos de su imposición con un poco pensado “es que el PAN quiere una CNDH de florero”.
¿Cómo? ¿Ya se dio cuenta de lo que dijo? Dijo que el principal partido de oposición quiere a una CNDH que sea florero del Presidente, o sea de él.
Ese monumento al cinismo llamado Morena, que elevó a rango de delito grave el fraude electoral para que se castigue con cárcel antes de que haya una sentencia definitiva, tuvo que anular su proceso de elección de su dirigencia, por fraude.
Alrededor de cien de casi 300 asambleas distritales para elegir delegados al Congreso de donde saldría la nueva dirigencia reventaron por fraude y violencia: balazos, artefactos explosivos, riñas colectivas, sillazos, prohibición de acceso a candidatos, padrón inflado, inducción al voto.
El Tribunal Federal Electoral, de plano, les anuló el proceso que debió culminar los días 23 y 24 de noviembre.
Cuando se le enseñó a la líder del partido y candidata a presidirlo, Yeidckol Polevnsky, una foto donde los asistentes a la asamblea de Naucalpan reciben un acordeón con su nombre para que no se equivoquen a la hora de votar, ella respondió: “hay que ayudar porque algunos no saben leer”.
Y si no saben leer en la boleta, ¿cómo van a leer el papelito en que va escrito su nombre?
Al grano: ¿por qué los balazos? ¿Por qué las bombas molotov? ¿Por qué la falsificación del padrón? ¿Por qué las riñas multitudinarias?
Cuéntenle a otro que se pelean por “servir al pueblo”.
Esa lucha es entre mafias por un botín, y el botín está en el poder.
Además de cinismo, hay bandidaje en el partido que nació hace menos de cinco años.
Es el partido que está destruyendo las instituciones que son contrapeso del poder presidencial, como la CNDH.
Se trata, nada menos, que del partido gobernante.
Contra ese partido, sus mañas, sus mafias y su desprecio por la legalidad, tendrá que contender la oposición dentro de año y medio.
Morena se robó la presidencia de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos para imponer, por la vía del fraude, a una ombudsperson de su partido, gobiernista hasta la médula, que en redes sociales llamó a que “NO DESAPROBECHEMOS (sic) ESTA OPORTUNIDAD DE HACER HISTORIA” con López Obrador.
Los que en la elección de 2006 paralizaron parte del país para recontar “voto por voto, casilla por casilla” de la elección en que perdieron (y se les concedió en un buen número de secciones), ahora que ganaron con trampas no quisieron limpiar la elección en una sola urna que se instaló en el Senado.
Piedra Ibarra no alcanzó en el Senado la mayoría calificada que exige la ley para presidir la CNDH, pues tuvo 76 votos de un total de 114 senadores presentes.
Su elección fue inconstitucional. Punto.
También su candidatura fue ilegal. Había rendido protesta como consejera estatal de Morena en Nuevo León, y un requisito para presidir la CNDH es no tener cargo partidario.
Violaron la ley y se robaron la elección, con tal de satisfacer el deseo del Presidente.
Y además, espiaron, lo que también es ilegal y un abuso de poder.
Ricardo Monreal dio a conocer en una conferencia de prensa el chat de una conversación entre los panistas Marko Cortés (presidente del partido), Mauricio Kuri (líder de la bancada) y la vicepresidenta del Senado, Guadalupe Saldaña.
Ahí está la síntesis del cinismo de un partido que llevó a presidir la CNDH a una persona inelegible. Que hace fraude en la elección. Que espía a los senadores opositores a esa candidatura. Y que lo presume en conferencia de prensa.
Frente al malestar generado por su turbiedad, prometieron repetir la votación el martes. Pero como se dieron cuenta que volverían a perder, realizaron una bochornosa maroma y evitaron la elección.
Con ese fraude mataron la gran institución creada en 1990 para defender al ciudadano de los abusos del poder.
Los periodistas, a quienes el Presidente compara con perros sin bozal, ¿podrán quejarse ante la nueva titular de la CNDH por el acoso gubernamental que los expone a agresiones físicas?
Esto piensa, y escribe, Rosario Piedra Ibarra de la prensa que critica medidas de López Obrador: “MEDIOS CHAYOTEROS, YA DEJEN DE MANIPULAR LA INFORMACIÓN!!!”.
Durante el año en que más han matado periodistas en la historia, la nueva ombudsman hace como que no sabe: “¿Han matado periodistas?”.
Impuesta por el gobierno mediante el fraude, ella es la que nos va a proteger, a periodistas y ciudadanos en general, de las agresiones… del gobierno.
El presidente López Obrador reaccionó ante los reclamos de su imposición con un poco pensado “es que el PAN quiere una CNDH de florero”.
¿Cómo? ¿Ya se dio cuenta de lo que dijo? Dijo que el principal partido de oposición quiere a una CNDH que sea florero del Presidente, o sea de él.
Ese monumento al cinismo llamado Morena, que elevó a rango de delito grave el fraude electoral para que se castigue con cárcel antes de que haya una sentencia definitiva, tuvo que anular su proceso de elección de su dirigencia, por fraude.
Alrededor de cien de casi 300 asambleas distritales para elegir delegados al Congreso de donde saldría la nueva dirigencia reventaron por fraude y violencia: balazos, artefactos explosivos, riñas colectivas, sillazos, prohibición de acceso a candidatos, padrón inflado, inducción al voto.
El Tribunal Federal Electoral, de plano, les anuló el proceso que debió culminar los días 23 y 24 de noviembre.
Cuando se le enseñó a la líder del partido y candidata a presidirlo, Yeidckol Polevnsky, una foto donde los asistentes a la asamblea de Naucalpan reciben un acordeón con su nombre para que no se equivoquen a la hora de votar, ella respondió: “hay que ayudar porque algunos no saben leer”.
Y si no saben leer en la boleta, ¿cómo van a leer el papelito en que va escrito su nombre?
Al grano: ¿por qué los balazos? ¿Por qué las bombas molotov? ¿Por qué la falsificación del padrón? ¿Por qué las riñas multitudinarias?
Cuéntenle a otro que se pelean por “servir al pueblo”.
Esa lucha es entre mafias por un botín, y el botín está en el poder.
Además de cinismo, hay bandidaje en el partido que nació hace menos de cinco años.
Es el partido que está destruyendo las instituciones que son contrapeso del poder presidencial, como la CNDH.
Se trata, nada menos, que del partido gobernante.
Contra ese partido, sus mañas, sus mafias y su desprecio por la legalidad, tendrá que contender la oposición dentro de año y medio.
viernes, 8 de noviembre de 2019
Terror fiscal
JAQUE MATE / Sergio Sarmiento
en MURAL
08 Nov. 2019
"No hay terror en el golpe,
solo en su anticipación".
Alfred Hitchcock
La Cámara de Diputados está dando a la Unidad de Inteligencia Financiera poderes dignos de una dictadura. La institución tendrá amplias facultades para congelar cuentas bancarias y confiscar bienes a través de la extinción de dominio sin necesidad de acudir a un Ministerio Público o esperar el fallo de un juez. La UIF decidirá con discrecionalidad a quién despojar y a quién no. Bienvenidos nuevamente a la era del terror.
Los portavoces del gobierno nos dicen que estos poderes, que borran la presunción de inocencia y las garantías individuales, son indispensables para combatir el crimen organizado. La diputada Dolores Padierna argumentó desde la tribuna este 6 de noviembre que una ley así habría permitido congelar los bienes de El Chapo Guzmán cuando la revista Forbes lo colocó en la lista de los hombres más ricos del mundo. Forbes pudo identificar los activos de El Chapo, dijo Padierna, pero México no pudo congelar sus bienes por falta de una ley como esta.
Yo tengo otros datos. Forbes simplemente "calculó" la fortuna de El Chapo como un porcentaje de las supuestas exportaciones de cocaína de México a Estados Unidos. Nunca identificó sus activos. La nueva ley no habría ayudado en nada.
Si bien la legislación no ha sido promulgada todavía, la UIF lleva ya algún tiempo congelando cuentas. Los tribunales han cuestionado sus facultades para hacerlo en casos de personas que no han sido acusadas formalmente y mucho menos sentenciadas, pero por eso los diputados de Morena han recibido instrucciones de ampliar sus poderes.
Esta iniciativa se suma a la que convierte en miembros del crimen organizado a ciudadanos acusados de evasión fiscal. Es falso, sin embargo, que los contribuyentes, incluso los evasores, sean integrantes de bandas criminales. Se trata de personas físicas o morales que se inscriben en los padrones de contribuyentes, que sacan su firma electrónica y hacen un esfuerzo (honesto o no) por reducir su carga fiscal. No viven en el anonimato, no matan, no trafican con droga, no secuestran. Sus bienes son fáciles de identificar porque los tienen a su nombre. Por eso son víctimas perfectas para una autoridad que se convierte en depredadora.
Como la UIF no tendrá ya que acudir ante un Ministerio Público o un juez para congelar y confiscar cuentas o bienes, sus nuevas facultades podrán convertirse en una poderosa arma de acoso político. Ya lo hemos visto. A Rosario Robles se le congelan las cuentas (para impedirle pagar por su defensa) y un juez (por coincidencia sobrino de Padierna) le decreta prisión preventiva pese a que no lo ordena la ley. Al ministro incómodo de la Corte, Eduardo Medina Mora, lo critica el titular de la UIF, Santiago Nieto, por su rechazo al congelamiento de cuentas; se le investiga por operaciones financieras sospechosas y se le congelan las cuentas, las cuales se liberan después de que renuncia. Ahora el titular de la UIF desliza (¿qué pasó con el sigilo de la investigación?) que el exsecretario de Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz Esparza, está siendo investigado con la consecuente amenaza a sus cuentas. En cambio Manuel Bartlett, quien supuestamente está siendo investigado por la Secretaría de la Función Pública, no tiene que preocuparse (porque es amigo).
No aceptemos la mentira. Los contribuyentes registrados no son miembros del crimen organizado. Está bien que se castigue a los evasores y a los verdaderos criminales, pero no a los contribuyentes o a los opositores antes de que un juez los declare culpables de algún delito.
· MURO DE BERLÍN
Mañana se conmemoran 30 años de la "caída" del Muro de Berlín. La idea de que esta apertura puso fin al comunismo, sin embargo, resultó falsa. La ideología no solo no ha desaparecido, sino que se está fortaleciendo.
@SergioSarmiento
jueves, 7 de noviembre de 2019
Estamos en guerra
Jorge Suárez-Vélez
en MURAL
07 Nov. 2019
Culiacán y la masacre de los LeBarón confirman que estamos en guerra. Falta pragmatismo y sobran pretextos. Si es que existió algún momento para abrazos, estamos lejos de éste. El Estado necesitará ejercer su fuerza para recuperar territorios y aniquilar a criminales que amenazan al Estado. Basta de demagogia.
Preocupantemente, se repiten dos recetas axiomáticas: legalizar las drogas, y no decapitar a organizaciones criminales (la estrategia del kingpin). Expresaré mis dudas. Es cierto, legalizar las drogas les quitaría a organizaciones criminales cuantiosos recursos que provienen de vender un bien prohibido a precio elevado. Pero, estas Organizaciones Criminales Transnacionales también trafican humanos, secuestran, extorsionan, hacen crimen cibernético, huachicol y mucho más que narcóticos. La guerra ya es ubicua y no sólo en las rutas del narco. Ahorrémonos la absurda discusión de si la detonó Calderón. La actividad criminal viene de antes y evolucionó porque traficar cocaína les dio recursos para comprar ejércitos.
Los programas asistencialistas no alejarán a los jóvenes del crimen. No son los pobres quienes delinquen. Atrae la efímera promesa de poder y riqueza. A la larga, ayudaría tener programas ambiciosos de reintegración y mejores políticas de movilidad social.
Para que la legalización duela, tendríamos que legalizar todas las drogas. ¿Entendemos la adicción y destrucción social por legalizar fentanilo, heroína o metanfetaminas? No tenemos datos científicos, sólo opiniones y especulación.
Sabemos qué pasó con dos drogas legales, con terrible costo para el sistema de salud: el alcohol y la nicotina. Cuando se decretó La Prohibición en EU en los años 20, el mercado ilegal de alcohol fue, en efecto, una bonanza para el crimen organizado. Pero redujo a la mitad las muertes por cirrosis y 80% la violencia doméstica. Bajaron crímenes violentos y accidentes automovilísticos causados por alcohol. Entiendo, hoy el alcoholismo es sólo problema de salud pública, pero legalizarlo, y en consecuencia abaratarlo, tuvo secuela. ¿Cuál sería ésta si aumenta la disponibilidad de drogas legales? No abaratarlas con impuestos mantiene vivo el mercado negro para el que vende drogas sin impuesto, quien también fomentaría el mercado para menores. El tráfico global de cigarros ilegales de tabaco, sin impuesto, asciende al año a 50 mil millones de dólares; provee la mitad de la demanda en algunos países. Está en manos de OCTs.
La mortal epidemia de opiáceos en Estados Unidos fue originada por un mercado legal, que prescribía oxicodona como analgésico, con enorme impulso de farmacéuticas para crecer ese mercado. Los adictos ahora compran heroína ilegal, pues es más barata. ¿Qué harían los grandes laboratorios con un mercado legal de drogas "recreativas"? ¿Cuál sería su impacto social?
El beneficio de legalizar la mariguana sería mínimo en México, pues dejó de ser la fuente de cash para los cárteles, ante la legalización en California y otros estados. Estados Unidos jamás legalizará drogas como el fentanilo, así que quizá la discusión no tiene sentido.
En cuanto a la estrategia del kingpin, no entiendo la alternativa. Si dejamos de decapitar a las OCTs, las incentivamos a alcanzar una escala que les garantice inmunidad. Si la actividad criminal se concentra en una o dos. ¿Cuántas actividades monopolizarían? ¿Cuál sería su consecuente rentabilidad y poderío?
Se decapita a las grandes OCTs para atomizarlas, y poder así combatirlas y proceder judicialmente en su contra. El problema no se resuelve dejándolas en paz, sino desarrollando capacidad policiaca y eficiencia en la administración de justicia para que los criminales acaben en la cárcel. A la larga, necesitamos invertir muchas veces más que hoy para desarrollar policías locales, inteligencia, ministerios públicos, fiscalías y procuración profesional de justicia. Mientras no lo hagamos, seremos el paraíso de organizaciones criminales que seguirán matando inocentes, y que impedirán la inversión y el desarrollo de México.
Hoy, llegó la hora de enfrentarlas con tanta fuerza y aliados como haga falta para vencerlas.
@jorgesuarezv
Testa rudis
Ricardo Elias
en MURAL
07 Nov. 2019
Era solo cuestión de tiempo para que los grupos de tráfico de personas y contrabando encontraran formas simples para atravesar el hermoso "impenetrable e inescalable" muro fronterizo de Trump.
Durante los últimos meses, grupos de delincuentes han cruzado el nuevo muro de dos maneras: utilizando una sierra casera que cualquiera puede comprar por 100 dólares, con la que en unos cuantos minutos trozan los perfiles de acero rellenos de concreto que luego doblan lo suficiente para que puedan pasar personas y drogas, y colocando escaleras rígidas del lado mexicano, y una vez arriba del muro, desenrollar escaleras de soga para descender sin mayor dificultad del lado americano.
Pero para los seguidores de Trump la inutilidad de este muro y el derroche que significa no importa. Si Trump dice que hay que hacer el muro se hace, aunque no sirva para nada, de la misma manera que a los seguidores de nuestro Presidente no les importa el derroche que significa la cancelación del Nuevo Aeropuerto de la CDMX o los argumentos que demuestran la inviabilidad del proyecto de Santa Lucía o la refinería de Dos Bocas. Si AMLO dice que se construyen, se construyen, pero no porque convengan sino porque "me canso ganso", con la diferencia que a Estados Unidos no le pasa nada si tira a la basura miles de millones de dólares, y a México sí.
La testarudez y el cinismo de muchos políticos parecen no tener límites. Les cuesta mucho trabajo admitir que se equivocaron, mienten sin tapujos para esconder errores y a algunos, como Trump y AMLO, les es imposible aceptar el choque entre realidades y quimeras.
Pero el costo social de la terquedad, de sostener a toda costa sueños e ideales inviables es enorme. Un ejemplo de ello es la historia de Hugo Chávez y Maduro que han sido capaces de vender un "heroísmo" falso, basado en culpar al imperio yanqui por todas las carencias del pueblo venezolano y enfrentarlo con el mismo discurso revolucionario, bolivariano y socialista que sirvió para llevarlos al poder, pero también para llevar al país a la ruina. En el caso de AMLO su "heroísmo" se basa en culpar al neoliberalismo, a los ricos y corruptos (pero solo a los que no le son afines) y enfrentarlos con discursos mesiánicos de amor y paz, para que no le hagan ruido mientras concentra todo el poder posible.
La pregunta en el caso venezolano 20 años después de que Chávez asumiera la Presidencia, concentrara todo el poder político y económico, y desmantelara los contrapesos propios y necesarios en una democracia, es si el pueblo venezolano esta mejor que antes. La respuesta inequívoca es: no.
¿Deben pasar 20 años para hacernos en México la misma pregunta?
El beneficio de la duda se otorga solo por un tiempo razonable, y el plazo dado a AMLO no durará mucho más. A casi un año de haber asumido el poder, los beneficios a la población se basan no en un aumento generalizado de empleos bien pagados, sino en dádivas insostenibles en el largo plazo. Y en temas de seguridad, el deterioro es notable. Los únicos mexicanos que hoy se sienten más seguros que antes son los delincuentes, y cada día que pasa más personas dudan de su capacidad e intenciones o se arrepienten de haber votado por él.
Los millones de mexicanos que compraron a ciegas el paraíso que AMLO ofreció tardarán más en darse cuenta que los métodos, políticas y autoritarismo del Presidente no funcionan y en muchos casos habrán empeorado las cosas, y no es casualidad que la mayoría de sus críticos esté formada por los mexicanos más educados (lo cual no es sinónimo de privilegios mal habidos) y que por lo tanto tienen más capacidad para evaluar alternativas y medir sus consecuencias.
Pero el Presidente no escucha a los que saben. Más bien se irrita cuando alguien cuestiona sus criterios o cuando con datos duros se le demuestran errores, consecuencias negativas o la inviabilidad de muchas de sus ideas, proyectos y políticas públicas.
Es una pena, pero la testarudez -del latín testa (cabeza) y rudis (áspero, que le cuesta percibir o aprender coloquialmente "cabeza dura")-, las manipulaciones y cinismo de la 4T acabarán con la democracia y con la oportunidad histórica que el gobierno actual tiene para realmente y de forma duradera mejorar al país.
"Los cínicos florecen
cuando la verdad se entierra".
Yo.
ricardoelias1@gmail.com
ricardoelias.mx
miércoles, 6 de noviembre de 2019
Extraen Pachamama de Iglesia y la tiran al rio Tiber
CIUDAD DE MÉXICO (apro).—El Papa Francisco pidió perdón a quienes resultaron ofendidos por el robo de estatuillas de la Pachamama, de un templo cercano al Vaticano, y que luego fueron arrojadas al río Tíber.
Francisco señaló que, “como obispo de Roma”, pide perdón por este hecho, y señaló que las estatuillas eran exhibidas “sin idolatría”, como viene señalando el sector ultraconservador de la Iglesia
El pontífice pronunció estas palabras durante el Sínodo de la Amazonia que actualmente se está celebrando en el Vaticano, y en el cual se está debatiendo el tema del celibato sacerdotal y de la situación ecológica en esa región sudamericana.
El pasado 21 de octubre, varias esculturas de madera de la Pachamama, que representa a la madre tierra en algunas culturas indígenas y que se habían expuesto en varios eventos del sínodo, fueron robadas y tiradas al Tíber.
Varios medios católicos ultraconservadores difundieron un video en el que se veía a un hombre que entraba al templo de Santa María in Transpontina, cercana al Vaticano, y se llevaba estas estatuas para arrojarlas después al Tíber.
Previamente, estas tallas de madera fueron muy criticadas por el sector ultraconservador de la Iglesia, pues las consideran parte de los cultos paganos de Sudamérica, muy alejados de la ortodoxia católica.
FUENTE REVISTA PROCESO.
López Obrador y las otras ranas
Raymundo Riva Palacio, 6 de noviembre de 2019
La información corrió como la liebre. Al menos tres mujeres y seis niños miembros de la familia Le Baron de Chihuahua, miembros de la comunidad mormona de ciudadanos de México y Estados Unidos, fueron asesinados en Sonora. Fueron emboscados, acribillaron a un niño cuando corría para huir, mientras sus hermanos y su madre morían calcinados en una de las camionetas en las que viajaban. Vivimos la secuela del culiacanazo, donde los criminales están empoderados ante un gobierno federal rebasado, sin rumbo, y crecientemente aislado.
El presidente Andrés Manuel López Obrador, quiso desviar el debate sobre la operación fallida en Culiacán y desató una cacería cibernética contra periodistas, que escaló a alertar sobre la gestación de un golpe de Estado. No lo vencerán, proclamó, y utilizó como efecto de demostración la fábula de Esopo, “Las Ranas Pidiendo Rey”, que concluye con una víbora de agua enviada por Zeus, que atrapó a todas las ranas opositoras y las devoró sin compasión. El enviado de Dios -él-, contra los que piensan distinto. Fue una metáfora de poder. Pero hay otra que podría servirle más al presidente, la del paradigma.
El Paradigma de la Rana es un ejercicio en Teoría de Juegos, que consiste en colocar a un batracio en un balde de agua sobre la estufa. Gradualmente se va subiendo la temperatura, pero la rana no siente nada raro, ni se da cuenta que su entorno se está alterando. Sólo hasta que comienza a hervir el agua, comprende que algo grave sucede. Demasiado tarde; la rana se coció por dentro. Este ejercicio tiene como fin ilustrar la falta de capacidad para reconocer la alteración de los factores externos a fin de tomar medidas correctivas, y suele ser una de las razones del fracaso de gobiernos, que insensibles ante esos cambios, entran en una dinámica perniciosa.
El culiacanazo es el balde subiendo la temperatura, y el presidente no quiere darse cuenta, o es muy orgulloso para admitir que está equivocado, por lo que corregir o cambiar el rumbo, está fuera de discusión. El presidente ha insistido, tras la liberación de Ovidio Guzmán López hace 20 días, que seguirá sin enfrentar a la delincuencia organizada. Alfonso Durazo, secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, lo ratificó ayer en el Congreso, y justificó el desastre de la política de seguridad que ha instrumentado. “No podemos revertir una tendencia históricamente creciente”, dijo. “A partir de diciembre tendremos punto de inflexión”.
Una mentira más. La “tendencia históricamente creciente” es a partir de mediados de 2015 -tras cuatro años de baja sostenida-, derivada del mismo error que cometió el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto -con el mismo argumento que López Obrador-, no combatir criminales, que se combinó con la entrada en vigor del nuevo sistema penal acusatorio, que puso en la calle a miles de delincuentes. La realidad sepultó las razones morales y la ingenuidad e ignorancia del gobierno ante un fenómeno que desconocen. De ahí el no combate a las organizaciones criminales y sus subsiguientes derrotas.
El presidente vive su propio paradigma de la rana. No está escuchando lo que le grita la realidad. Lo que sucedió con la familia LeBaron mostró la calidad de violencia inhumana que se vive en México, y que no parece comprender en toda su magnitud. López Obrador está prejuiciado y envenado con los medios en México, donde sólo ve a Tezcatlipoca, el dios de la muerte. Pero si se asomara a otras latitudes, comprobaría que el registro que hace de su política de seguridad la prensa mexicana, es compartido por lo que ven fuera del país.
En sus primeros despachos sobre el asesinato de los miembros de la familia Le Baron, The New York Times publicó: “El martes, el presidente López Obrador defendió su estrategia de seguridad ante el toque de tambor de la violencia. Pero los asesinatos del lunes parecen haber alcanzado un nuevo mínimo con niños y sus madres masacrados en la carretera. Amenaza con convertirse en un momento galvanizador para los ciudadanos frustrados con la violencia y los esfuerzos del gobierno por detenerla”.
Con un lenguaje inusual, The Washington Post reportó que el asesinato de los mormones había sido “un asalto brutal que subrayó el creciente control del crimen organizado sobre algunas partes del país”. Falko Ernst, un analista sobre México del Grupo de Crisis Internacional, citado por el Post, afirmó: “Este fuerte ataque probablemente afectará la política de seguridad del país. En los próximos días yo espero que se incremente la presión en Estados Unidos sobre Trump y que esa presión se le transfiera a López Obrador”.
No conocen al presidente mexicano. López Obrador no siente estar mal, sino que todos están mal por no entender el alcance de los cambios que está haciendo en México. Descalificar a todos, no es una buena señal, pero eso sucede con él de manera más que frecuente. Trump habló por teléfono ayer con él y le rechazó la oferta de apoyo para combatir a las organizaciones criminales, aduciendo la soberanía de su gobierno, aunque públicamente se vio mancillada en Culiacán el 17 de octubre por el Cártel de Sinaloa, y anteriormente atropellada por Trump, al forzarlo, mediante chantajes comerciales, a servirle de policía migratorio en el sur mexicano.López Obrador se mantiene firme sobre su mula, a la que le impide ver un nuevo camino. No importa que su estrategia de seguridad esté desarticulada y el país, que avanza su tiñe rojo, tenga dueños regionales empoderados, mejor armados, con mejores finanzas y capaces de chantajear al presidente. Son los cárteles de las drogas que López Obrador no quiere enfrentar salvo con lecciones morales y de buena conducta. La rana se está cociendo rápidamente en Palacio Naciona
viernes, 1 de noviembre de 2019
Desleal comandante supremo
CARLOS MARÍN 01.11.2019/02:04 MILENIO.COM
Por la canija disciplina militar, comprendo que el general secretario de la Defensa, Luis Cresencio Sandoval González, honrara su profesión y, sin chistar, obedeciera la insólita orden que le dio el comandante supremo de las fuerzas armadas: revelar la identidad del jefe del Grupo de Análisis de Información del Narcotráfico.
Creado hace 24 años por el Ejército para el rastreo de bandas criminales y planeación de operaciones de captura (MILENIO de ayer), tiene entre sus logros la detención de 663 integrantes de la delincuencia organizada.
Una veintena de los cuales figura entre lo más prominente de las mafias con tentáculos y reclamos en el extranjero. Su afortunada existencia se mantenía en explicable y transexenal sigilo. Es el mismo grupo que hace tres jueves quiso capturar a Ovidio Guzmán López.
Gracias a 190 militares que realizan labores de inteligencia y 350 más fogueados en operativos de captura, en los diez primeros meses de una cuarta transformación que proclama no tener “objetivos prioritarios”, el equipo que ha quedado a la intemperie detuvo a 46 delincuentes, algunos tan peligrosos como El 20 y El 8, jefes de plaza de Jalisco Nueva Generación, o El Carrete, cabecilla de Los Rojos.
Disciplina, lealtad, honor, patriotismo, abnegación, honradez, valor y espíritu de cuerpo son valores clave en que se adiestra a los soldados. Para eso se les forma, norma y horma.
Estos atributos aplican para todos ellos, independientemente del arma de origen, el área en que presten su servicio y de su grado. Quienes infringen tales virtudes son merecedores de sanciones (administrativas y/o penales).
La piedra de toque de la disciplina es la obediencia: el acatamiento de las órdenes superiores, siempre que no contravengan las leyes y reglamentos basados en la Constitución.
Para decir el nombre del jefe de la unidad que casi nadie conocía, el divisionario titular de la Defensa, simplemente, obedeció una tan inaudita como irresponsable instrucción de su jefe máximo... que contraviene la Ley General de Transparencia y Acceso a la Información Pública en lo referente a “información reservada”, por comprometer la estabilidad y seguridad de personas y órganos del Estado. Otro de valor militar que subyace en lo de ayer es la lealtad, que se aquilata mucho más de arriba hacia abajo, de los jefes a sus subordinados. Antier y ayer, “la superioridad” fue desleal al Ejército como institución, al coronel (y su familia) balconeado, y al restante más de medio millar de soldados cuya temeraria ocupación ha librado a la sociedad de cruzarse en la calle con al menos 663 feroces criminales.
Dicho lo anterior, la irascible y gratuita embestida desde Palacio contra la libertad de prensa (so pretexto del culiacanazo) me hace tener un detalle prenavideño y nada rastrero con el Presidente: lo “importante” no necesariamente es periodístico. Y “bozal”, por cierto, es lo que debieran ponerse los “periodistas” lambiscones y paleros que tanto degradan catilinarias y soliloquios mañaneros. cmarin@milenio.com https://www.milenio.com/opinion/carlos-marin/el-asalto-la-razon/desleal-comandante-supremo
Por la canija disciplina militar, comprendo que el general secretario de la Defensa, Luis Cresencio Sandoval González, honrara su profesión y, sin chistar, obedeciera la insólita orden que le dio el comandante supremo de las fuerzas armadas: revelar la identidad del jefe del Grupo de Análisis de Información del Narcotráfico.
Creado hace 24 años por el Ejército para el rastreo de bandas criminales y planeación de operaciones de captura (MILENIO de ayer), tiene entre sus logros la detención de 663 integrantes de la delincuencia organizada.
Una veintena de los cuales figura entre lo más prominente de las mafias con tentáculos y reclamos en el extranjero. Su afortunada existencia se mantenía en explicable y transexenal sigilo. Es el mismo grupo que hace tres jueves quiso capturar a Ovidio Guzmán López.
Gracias a 190 militares que realizan labores de inteligencia y 350 más fogueados en operativos de captura, en los diez primeros meses de una cuarta transformación que proclama no tener “objetivos prioritarios”, el equipo que ha quedado a la intemperie detuvo a 46 delincuentes, algunos tan peligrosos como El 20 y El 8, jefes de plaza de Jalisco Nueva Generación, o El Carrete, cabecilla de Los Rojos.
Disciplina, lealtad, honor, patriotismo, abnegación, honradez, valor y espíritu de cuerpo son valores clave en que se adiestra a los soldados. Para eso se les forma, norma y horma.
Estos atributos aplican para todos ellos, independientemente del arma de origen, el área en que presten su servicio y de su grado. Quienes infringen tales virtudes son merecedores de sanciones (administrativas y/o penales).
La piedra de toque de la disciplina es la obediencia: el acatamiento de las órdenes superiores, siempre que no contravengan las leyes y reglamentos basados en la Constitución.
Para decir el nombre del jefe de la unidad que casi nadie conocía, el divisionario titular de la Defensa, simplemente, obedeció una tan inaudita como irresponsable instrucción de su jefe máximo... que contraviene la Ley General de Transparencia y Acceso a la Información Pública en lo referente a “información reservada”, por comprometer la estabilidad y seguridad de personas y órganos del Estado. Otro de valor militar que subyace en lo de ayer es la lealtad, que se aquilata mucho más de arriba hacia abajo, de los jefes a sus subordinados. Antier y ayer, “la superioridad” fue desleal al Ejército como institución, al coronel (y su familia) balconeado, y al restante más de medio millar de soldados cuya temeraria ocupación ha librado a la sociedad de cruzarse en la calle con al menos 663 feroces criminales.
Dicho lo anterior, la irascible y gratuita embestida desde Palacio contra la libertad de prensa (so pretexto del culiacanazo) me hace tener un detalle prenavideño y nada rastrero con el Presidente: lo “importante” no necesariamente es periodístico. Y “bozal”, por cierto, es lo que debieran ponerse los “periodistas” lambiscones y paleros que tanto degradan catilinarias y soliloquios mañaneros. cmarin@milenio.com https://www.milenio.com/opinion/carlos-marin/el-asalto-la-razon/desleal-comandante-supremo
El colapso
Salvador Camarena, El Financiero, 1 nov. 19
Desde el día siguiente del fiasco de la detención de Ovidio Guzmán, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha querido vender como un éxito, como un acierto, un episodio que muestra mucho de las limitaciones del modo de gestión del Presidente.
Hay una suma de prepotencia e ineptitud. No sólo en este caso, pero Culiacán ha llegado a cristalizar algo que se percibe en distintos ámbitos de esta administración. No en todos, pero la excepción no salva la tendencia.
La rueda de prensa de ayer, que duró una hora, pues los primeros 90 minutos fueron para los payasos, mostró a un Presidente resentido con la falta de acompañamiento acrítico de lo que él, y sólo él y unos cuantos incondicionales, ven como una virtud: el manejo de la crisis tras la fallida detención del hijo de un narcotraficante.
El presidente López Obrador, que pudo haber tomado/respaldado la decisión correcta al no insistir en una operación con riesgo de baño de sangre, no tolera que dos semanas después la prensa siga demandando información y, menos aún, que se abran espacios a quienes discrepan de la triunfalista versión oficial.
En la sesión mañanera de este jueves, no fue sino hasta que la colega de Proceso tomó la palabra que comenzaron las preguntas que interesan a la sociedad y no a la Presidencia. El modelo de las comparecencias en Palacio Nacional mostró, como nunca, sus limitaciones de diseño: los patiños intentaron maniobras de distracción, pero la prensa profesional reclamó que el ejercicio fuera real, así que acabaron preguntando a gritos. Nada de qué espantarse, mejor eso que someterse. Siempre.
Pero el Presidente no opina igual. Ante las preguntas tuvo el mal tino de comparar a los medios con la prensa porfiriana que no supo aquilatar la llegada de la democracia maderista. Y, como su pecho no es bodega (así dice él), nos advirtió que se atrevería a decirnos lo que piensa de los cuestionamientos: “muerden la mano que les quitó el bozal”, dijo al citar a Gustavo Madero.
Para ese momento, el Presidente había perdido el control de su operación de propaganda. Quiso dominar en solitario a los reporteros recurriendo a sus letanías. Pero el truco se ha desgastado. Estamos frente a una crisis y la prensa verdadera estuvo a la altura de lo que se espera de ella: no se dejó enredar por los cuentos del pasado con los que todo-todo error actual se quiere jusitificar.
Porque el 17-O de Culiacán es un poliedro de aspectos a cual más grave uno que otro. El poderío armamentístico de los criminales, su capacidad de logística, la decisión del cártel de arriesgar a la población de donde son nativos y su ruidoso triunfo representan una afrenta a la nación. Literal. Y encima el riesgo de que no sea la única organización criminal que recurra a ese modus operandi.
El gobierno, por el contrario, ha querido mostrar a la candidez como una virtud. Si fueran una orden religiosa, se entendería tal decisión. Pero son los encargados de garantizar la seguridad de la ciudadanía, de imponer la ley, de monopolizar la fuerza. Eso es lo que se les reclama. Y eso es en lo que fallaron: no pudieron hacer un operativo sin cuidar a la sociedad, y la criminalidad mostró que puede mandar. Necesitamos la señal contraria.
Al cuestionar sobre cómo pudo pasar eso, y cómo sabemos que se trabaja para que no ocurra de nuevo, el gobierno contesta en los únicos términos que son constantes de la administración lopezobradorista: nada de humildad y reconocimiento del error, menos pedirle a la sociedad que confíe en que se corregirá lo equivocado. Al contrario: desde el (todavía) secretario Alfonso Durazo al Presidente (quito de esa línea al general secretario Sandoval, más mesurado) las respuestas lindan en la altanería.
El comando del Ejército que otras veces ha sido exitoso, pudo haber tenido un fallo grave en el terreno en Culiacán. Mala tarde. Pero el concierto de incapacidades mostrada en el gobierno central, y sobre todo su incapacidad para entender que en una crisis no pueden darse el lujo de perder el apoyo popular es una señal aún más delicada.
En esta primera crisis hay espacio para rectificar estilo de mando, mecánica de toma de decisiones, perfil de colaboradores, modelo de comunicación, relación con los medios y mensaje a la sociedad. Nada de eso parece interesar.
Todo el esfuerzo del Presidente fue dispuesto, a partir de la ineptitud mostrada y desde la soberbia, en distraer de lo central y, como otras ocasiones, salir a buscar quién la pague (en este caso la prensa) y no quién la hizo: ellos mismos.
Lo peor es que, de persistir en esa actitud, la factura del colapso de este modo de gobernar que ayer se vislumbró la pagaremos todos.
Desde el día siguiente del fiasco de la detención de Ovidio Guzmán, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha querido vender como un éxito, como un acierto, un episodio que muestra mucho de las limitaciones del modo de gestión del Presidente.
Hay una suma de prepotencia e ineptitud. No sólo en este caso, pero Culiacán ha llegado a cristalizar algo que se percibe en distintos ámbitos de esta administración. No en todos, pero la excepción no salva la tendencia.
La rueda de prensa de ayer, que duró una hora, pues los primeros 90 minutos fueron para los payasos, mostró a un Presidente resentido con la falta de acompañamiento acrítico de lo que él, y sólo él y unos cuantos incondicionales, ven como una virtud: el manejo de la crisis tras la fallida detención del hijo de un narcotraficante.
El presidente López Obrador, que pudo haber tomado/respaldado la decisión correcta al no insistir en una operación con riesgo de baño de sangre, no tolera que dos semanas después la prensa siga demandando información y, menos aún, que se abran espacios a quienes discrepan de la triunfalista versión oficial.
En la sesión mañanera de este jueves, no fue sino hasta que la colega de Proceso tomó la palabra que comenzaron las preguntas que interesan a la sociedad y no a la Presidencia. El modelo de las comparecencias en Palacio Nacional mostró, como nunca, sus limitaciones de diseño: los patiños intentaron maniobras de distracción, pero la prensa profesional reclamó que el ejercicio fuera real, así que acabaron preguntando a gritos. Nada de qué espantarse, mejor eso que someterse. Siempre.
Pero el Presidente no opina igual. Ante las preguntas tuvo el mal tino de comparar a los medios con la prensa porfiriana que no supo aquilatar la llegada de la democracia maderista. Y, como su pecho no es bodega (así dice él), nos advirtió que se atrevería a decirnos lo que piensa de los cuestionamientos: “muerden la mano que les quitó el bozal”, dijo al citar a Gustavo Madero.
Para ese momento, el Presidente había perdido el control de su operación de propaganda. Quiso dominar en solitario a los reporteros recurriendo a sus letanías. Pero el truco se ha desgastado. Estamos frente a una crisis y la prensa verdadera estuvo a la altura de lo que se espera de ella: no se dejó enredar por los cuentos del pasado con los que todo-todo error actual se quiere jusitificar.
Porque el 17-O de Culiacán es un poliedro de aspectos a cual más grave uno que otro. El poderío armamentístico de los criminales, su capacidad de logística, la decisión del cártel de arriesgar a la población de donde son nativos y su ruidoso triunfo representan una afrenta a la nación. Literal. Y encima el riesgo de que no sea la única organización criminal que recurra a ese modus operandi.
El gobierno, por el contrario, ha querido mostrar a la candidez como una virtud. Si fueran una orden religiosa, se entendería tal decisión. Pero son los encargados de garantizar la seguridad de la ciudadanía, de imponer la ley, de monopolizar la fuerza. Eso es lo que se les reclama. Y eso es en lo que fallaron: no pudieron hacer un operativo sin cuidar a la sociedad, y la criminalidad mostró que puede mandar. Necesitamos la señal contraria.
Al cuestionar sobre cómo pudo pasar eso, y cómo sabemos que se trabaja para que no ocurra de nuevo, el gobierno contesta en los únicos términos que son constantes de la administración lopezobradorista: nada de humildad y reconocimiento del error, menos pedirle a la sociedad que confíe en que se corregirá lo equivocado. Al contrario: desde el (todavía) secretario Alfonso Durazo al Presidente (quito de esa línea al general secretario Sandoval, más mesurado) las respuestas lindan en la altanería.
El comando del Ejército que otras veces ha sido exitoso, pudo haber tenido un fallo grave en el terreno en Culiacán. Mala tarde. Pero el concierto de incapacidades mostrada en el gobierno central, y sobre todo su incapacidad para entender que en una crisis no pueden darse el lujo de perder el apoyo popular es una señal aún más delicada.
En esta primera crisis hay espacio para rectificar estilo de mando, mecánica de toma de decisiones, perfil de colaboradores, modelo de comunicación, relación con los medios y mensaje a la sociedad. Nada de eso parece interesar.
Todo el esfuerzo del Presidente fue dispuesto, a partir de la ineptitud mostrada y desde la soberbia, en distraer de lo central y, como otras ocasiones, salir a buscar quién la pague (en este caso la prensa) y no quién la hizo: ellos mismos.
Lo peor es que, de persistir en esa actitud, la factura del colapso de este modo de gobernar que ayer se vislumbró la pagaremos todos.
Agraviados y ofendidos, las palabras de un General
Este es el discurso con el que el General Carlos Gaytán externó sus preocupaciones sobre el rumbo del País ante mandos militares.
Discurso completo del General Carlos Gaytán Ochoa en el desayuno efectuado el pasado 22 de octubre en las instalaciones de la Secretaría de la Defensa Nacional (tomado de La Jornada / 30 de octubre 2019).
"Con su permiso mi General Secretario. Señores generales, compañeros todos.
Se me ha concedido la palabra para expresar ante ustedes algunas preocupaciones que, en virtud de la situación actual, sin duda, compartimos todos los aquí presentes.
Nos preocupa el México de hoy. Nos sentimos agraviados como mexicanos y ofendidos como soldados.
Pero es imposible olvidar las experiencias del pasado, porque en los eventos donde existió la unidad nacional, el País pudo ver sus aspiraciones satisfechas y se construyeron los objetivos nacionales.
En aquellos eventos donde dicho valor estuvo ausente, se perdieron territorio y soberanía, el pueblo resultó lastimado, la economía entró en crisis y el País tuvo que emprender su recuperación, casi desde cero.
Actualmente vivimos en una sociedad polarizada políticamente porque la ideología dominante, que no mayoritaria, se sustenta en corrientes pretendidamente de izquierda, que acumularon durante años un gran resentimiento.
Hoy tenemos un gobierno que representa aproximadamente a 30 millones de mexicanos cuya esperanza es el cambio. Un cambio que les permita subsanar lo que ellos consideran un déficit del Estado para dicho sector poblacional.
Respetando el pacto social, así llamado por el francés Juan Jacobo Rousseau, y respetando nuestra propia normatividad vigente, no podemos soslayar que el hoy titular del Ejecutivo ha sido empoderado legal y legítimamente.
Sin embargo, es también una verdad inocultable que los frágiles mecanismos de contrapeso existentes han permitido un fortalecimiento del Ejecutivo que viene propiciando decisiones estratégicas que no han convencido a todos, para decirlo con suavidad.
Ello nos inquieta, nos ofende eventualmente, pero sobre todo nos preocupa, toda vez que cada uno de los aquí presentes fuimos formados con valores axiológicos sólidos, que chocan con las formas con que hoy se conduce al País.
Aquí no estamos soslayando la situación real.
Pero estoy convencido que es mi deber irrenunciable mantener invariables los principios de honor, valor y lealtad para con el pueblo de México, ¡sí!, para con el pueblo de México.
Lo refiero porque más de uno quisiéramos soluciones mágicas, o peor, drásticas, ante un entorno histórico que lo que requiere a gritos es pacificar, educar y mantener sano a México. Tarea verdaderamente difícil, titánica si me lo permiten.
En medio de todo esto, se encuentran los soldados, que siguen ofrendando incluso el sacrificio máximo por México.
Por ello reconozco que el alto mando sostiene hoy sobre sus espaldas la muy alta responsabilidad de mantener cohesionado al País, de coadyuvar a su pacificación a la brevedad posible, de hacerlo todo con el menor costo social y la mayor eficacia.
¿Quién aquí cree que ello es fácil?, ¿quién aquí duda de que se está realizando, desde el Ejército y la Fuerza Aérea, el mejor esfuerzo?, ¿quién aquí ignora que el alto mando enfrenta, desde lo institucional, a un grupo de "halcones" que podrían llevar a México al caos y a un verdadero Estado fallido?
He hablado cuidando mis palabras. A pesar de los avatares mencionados he tratado de mantenerme dentro de la disciplina a la que estoy obligado y reitero mi lealtad irrenunciable a México.
Para terminar, reconozco que no soy quién para hacerlo ya que están presentes también mis comandantes, mis maestros y mis antiguos; pero solicito a todos los presentes el respaldo y la solidaridad para mi general secretario, Luis Cresencio Sandoval, y desde luego pongo a su entera disposición mis conocimientos, por pocos que sean, y mi experiencia acumulada durante 50 años de servicio, para lo que a bien tenga determinar".
Discurso completo del General Carlos Gaytán Ochoa en el desayuno efectuado el pasado 22 de octubre en las instalaciones de la Secretaría de la Defensa Nacional (tomado de La Jornada / 30 de octubre 2019).
"Con su permiso mi General Secretario. Señores generales, compañeros todos.
Se me ha concedido la palabra para expresar ante ustedes algunas preocupaciones que, en virtud de la situación actual, sin duda, compartimos todos los aquí presentes.
Nos preocupa el México de hoy. Nos sentimos agraviados como mexicanos y ofendidos como soldados.
Pero es imposible olvidar las experiencias del pasado, porque en los eventos donde existió la unidad nacional, el País pudo ver sus aspiraciones satisfechas y se construyeron los objetivos nacionales.
En aquellos eventos donde dicho valor estuvo ausente, se perdieron territorio y soberanía, el pueblo resultó lastimado, la economía entró en crisis y el País tuvo que emprender su recuperación, casi desde cero.
Actualmente vivimos en una sociedad polarizada políticamente porque la ideología dominante, que no mayoritaria, se sustenta en corrientes pretendidamente de izquierda, que acumularon durante años un gran resentimiento.
Hoy tenemos un gobierno que representa aproximadamente a 30 millones de mexicanos cuya esperanza es el cambio. Un cambio que les permita subsanar lo que ellos consideran un déficit del Estado para dicho sector poblacional.
Respetando el pacto social, así llamado por el francés Juan Jacobo Rousseau, y respetando nuestra propia normatividad vigente, no podemos soslayar que el hoy titular del Ejecutivo ha sido empoderado legal y legítimamente.
Sin embargo, es también una verdad inocultable que los frágiles mecanismos de contrapeso existentes han permitido un fortalecimiento del Ejecutivo que viene propiciando decisiones estratégicas que no han convencido a todos, para decirlo con suavidad.
Ello nos inquieta, nos ofende eventualmente, pero sobre todo nos preocupa, toda vez que cada uno de los aquí presentes fuimos formados con valores axiológicos sólidos, que chocan con las formas con que hoy se conduce al País.
Aquí no estamos soslayando la situación real.
Pero estoy convencido que es mi deber irrenunciable mantener invariables los principios de honor, valor y lealtad para con el pueblo de México, ¡sí!, para con el pueblo de México.
Lo refiero porque más de uno quisiéramos soluciones mágicas, o peor, drásticas, ante un entorno histórico que lo que requiere a gritos es pacificar, educar y mantener sano a México. Tarea verdaderamente difícil, titánica si me lo permiten.
En medio de todo esto, se encuentran los soldados, que siguen ofrendando incluso el sacrificio máximo por México.
Por ello reconozco que el alto mando sostiene hoy sobre sus espaldas la muy alta responsabilidad de mantener cohesionado al País, de coadyuvar a su pacificación a la brevedad posible, de hacerlo todo con el menor costo social y la mayor eficacia.
¿Quién aquí cree que ello es fácil?, ¿quién aquí duda de que se está realizando, desde el Ejército y la Fuerza Aérea, el mejor esfuerzo?, ¿quién aquí ignora que el alto mando enfrenta, desde lo institucional, a un grupo de "halcones" que podrían llevar a México al caos y a un verdadero Estado fallido?
He hablado cuidando mis palabras. A pesar de los avatares mencionados he tratado de mantenerme dentro de la disciplina a la que estoy obligado y reitero mi lealtad irrenunciable a México.
Para terminar, reconozco que no soy quién para hacerlo ya que están presentes también mis comandantes, mis maestros y mis antiguos; pero solicito a todos los presentes el respaldo y la solidaridad para mi general secretario, Luis Cresencio Sandoval, y desde luego pongo a su entera disposición mis conocimientos, por pocos que sean, y mi experiencia acumulada durante 50 años de servicio, para lo que a bien tenga determinar".
El relato del fracaso
Guillermo Velasco Barrera
en MURAL
01 Nov. 2019
Hay que reconocer que la mañanera del pasado miércoles, si no algo inédito, sí resultó un ejercicio de comunicación notable, orquestado por los gurús de la narrativa de la Cuarta Transformación, en donde el secretario de la Defensa, Luis Cresencio Sandoval, presentó un "cortometraje" para contar la versión oficial del operativo fallido en el que las Fuerzas Armadas terminaron rindiéndose ante el narcotráfico en Culiacán el pasado 17 de octubre.
El general Cresencio Sandoval no escatimó en detalles y apoyos visuales para explicar lo sucedido, a través de una amplia cronología que inició en la solicitud de extradición del presunto narcotraficante por parte del gobierno de Estados Unidos, y concluyó en la decisión colegiada por parte del gabinete de seguridad de abortar la operación y liberar al hijo de El Chapo Guzmán.
La estrategia de la referida mañanera fue muy clara: saturar con detalles, ampliar la cronología de los hechos mucho más allá del día D, para intentar que no se centrara la atención en las horas críticas y en el hecho concreto de la decisión de cancelar la operación. Fue un relato vistoso, y hasta cierto punto convincente, para justificar el resultado final del operativo: un rotundo fracaso.
La explicación parecía la del presidente de una compañía, en la que se hablaba de todas las bondades de ésta, la capacidad y entrega de los colaboradores, la trascendencia de una misión importante y los pasos para concretarla, para después explicar que algunos factores externos muy críticos que no estaban previstos obligaron a abortarla.
El presidente López Obrador salió desde luego a defender la narrativa y a criticar a todas aquellas voces que cuestionaban la decisión de replegar a las Fuerzas Armadas ante la respuesta violenta del Cártel de Sinaloa. "Hay forma de garantizar la paz, en la que podamos resolver los problemas sin violencia, que no se violen los derechos humanos, que se use de manera regulada la fuerza, que sea en legítima defensa, que no haya ese afán autoritario y fascistoide que prevalecía", señaló.
Se sostuvo en que la 4T representa un gobierno humanista y que la inseguridad no se combate con la violencia. Días después del fracaso de Culiacán, el Presidente habló inclusive del cristianismo, al que prácticamente comparó con su proyecto político, al decir que el cristianismo es amor, justicia social y humanismo. La misma "doctrina" que su gobierno, y en la cual se basó para tomar la decisión de claudicar ante la delincuencia organizada en Sinaloa.
El Presidente ataca a todo aquel que lo cuestiona por lo sucedido el 17 de octubre, acusándolo de ser poco humano, al desestimar que si el operativo se hubiera concluido hubieran muerto muchas personas. El dilema no es ese. Yo creo que ningún crítico al Presidente anhelaba un derramamiento de sangre inocente, sino eficacia y contundencia para atrapar a los criminales, más allá de discursos moralizantes y falaces.
Es la postración ante los delincuentes y la falta de una estrategia eficaz en materia de seguridad lo que seguirá suscitando miles de muertes en México, no la acción contundente de los cuerpos de seguridad, que para eso están, para poner orden y garantizar la paz en un marco de legalidad.
El Presidente sigue hablando de los muertos de Calderón y del fracaso de Peña en materia de seguridad, pero tal parece que su discurso de "abrazos, no balazos" nos ha llevado a un escenario mucho peor que el de gobiernos anteriores. Es cierto que por un operativo fallido no se puede juzgar la estrategia de seguridad de un gobierno, el problema es que en este caso no se aprecia ninguna estrategia, sí en cambio, un discurso de amor y paz que sólo tendría dos explicaciones posibles: un mesianismo delirante o un pacto de impunidad de la 4T con algunos grupos criminales.
@gvelascob
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