martes, 3 de julio de 2012

La fe católica tiene un nuevo defensor ("Simpatiza con la Teología de la Liberación")


El Papa nombró al obispo alemán Gerhard Ludwig Muller prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe

AFP, DPA, EFE y Reuters
EL VATICANO, 3 de julio.– El papa Benedicto XVI nombró ayer como nuevo prefecto de la Doctrina de la Fe, entidad encargada de corregir las desviaciones teológicas, al arzobispo alemán Gerhard Ludwig Muller, un catedrático que ha colaborado con uno de los principales teólogos de la liberación, el peruano Gustavo Gutiérrez.
Muller, obispo de Ratisbona, Alemania, de 64 años, remplaza al cardenal estadunidense William Levada, quien se jubila y pidió regresar a su país.
El nuevo prefecto, renombrado teólogo como el Papa, especialista en diálogo ecuménico y teología de la edad moderna, ocupará el puesto que por 23 años fue de Joseph Ratzinger, actual pontífice.
El puesto de prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe es clave en la Curia Romana, el gobierno central de la Iglesia, por ser el guardián del dogma y el encargado de corregir las desviaciones teológicas en la Iglesia, que cuenta con mil 200 millones de personas.
Desde el ex Santo Oficio, Muller deberá ocuparse de los asuntos más candentes del pontificado, desde la ruptura con los ultraconservadores del movimiento lefebvrista hasta las denuncias contra curas pedófilos, pasando por las monjas feministas estadunidenses.
Simpatiza con la Teología de la Liberación
Considerado un teólogo conservador en su Alemania natal, Muller, ha tenido en varias ocasiones palabras de elogio para la Teología de la Liberación y es amigo de uno de sus principales representantes, Gustavo Gutiérrez.
Muller considera que el sacerdote dominico peruano enseña en sus obras “el adecuado actuar cristiano, porque procede de la verdadera fe”, y asegura que la Teología de la Liberación, censurada en algunos aspectos por El Vaticano, “se fundamenta en una profunda espiritualidad”.
“Su sustrato es el seguimiento de Cristo, el encuentro con Dios en la oración, la participación en la vida de los pobres y los oprimidos, la disposición a escuchar su grito por la libertad y el esplendor de los hijos de Dios; es participar en su lucha para poner fin a la explotación y opresión, en su ansia por el respeto de los derechos humanos y su exigencia de participación justa en la vida cultural y política en la democracia”, afirma Muller en un discurso publicado en la web oficial de su diócesis.
En los años 80, la Congregación para la Doctrina de la Fe, dirigida en aquel entonces por Joseph Ratzinger, hoy Benedicto XVI, criticó que a pesar del compromiso radical de sus seguidores con la causa de los pobres, la aceptación por parte de la Teología de la Liberación en América Latina de determinados postulados marxistas y políticos no eran compatibles con la doctrina católica.
No obstante, Muller, ahora uno de los principales jerarcas de la Iglesia católica y vigilante de la ortodoxia doctrinal, considera que “en verdad la Teología de la Liberación bien entendida desde su concepción original es la mejor respuesta a la crítica marxista de la religión, tanto en la teoría como en la práctica”.
Gerhard Ludwig Muller califica además de “infamia de nuestra época” al capitalismo neoliberal y responsabiliza a “la mera codicia de hombres concretos” de “la actual crisis financiera mundial, cuyas consecuencias tienen que pagar una vez más los pobres y los más pobres de los pobres, con su vida, su salud, con su muerte prematura y todas las perspectivas perdidas, previstas por Dios para ellos”

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