viernes, 28 de febrero de 2020

El candidato presidencial

 Raymundo Riva Palacio 28/02/2020

Ante la ausencia total de oposición política al presidente Andrés Manuel López Obrador, una conspicua figura no deja de amartillar todas las semanas la muralla que tiene enfrente. Es Gustavo de Hoyos, presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana, la Coparmex, que escoge cada domingo para iniciar su semana de activismo de oposición con un mensaje de fuerza y de temática variada. Es muy activo en redes sociales y duro en las entrevistas. De Hoyos responde a la tradición belicosa de la Coparmex, que ha tenido dirigentes que no se arredran ante el presidente en turno y que ya produjo, en Manuel Clouthier, un carismático candidato presidencial por el PAN.

De Hoyos es distinto en personalidad a Clouthier, aunque ambos vienen del noroeste del país. Comparte con él la determinación de confrontarse cuando lo considera necesario o cuando la coyuntura favorece sus objetivos, y en la estrategia para lograr la candidatura presidencial. En efecto, sin un partido que lo arrope, cuando menos por ahora, el líder patronal ha comenzado a construir su maquinaria electoral pensando en las elecciones de 2024, en un contexto donde la oposición partidista está muy debilitada.

El PRI, que tiene la mayor estructura territorial –alrededor de 18 por ciento del padrón electoral–, vive aterrorizado de que sea exhibido por actos de corrupción. El PAN, que oscila en un 14 por ciento de apoyo, está roto, sin liderazgos fuertes y con un éxodo de figuras. El PRD, el último de los partidos de oposición que pinta, tiene el 8 por ciento, pero quienes lo encabezan son políticos que públicamente están agotados. López Obrador ha ido perdiendo capital político de manera muy acelerada, pero no hay quien haya podido capitalizarlo.

Morena, que tiene un respaldo de alrededor de 24 por ciento en el país, sigue prendido del Presidente, quien tiene un nivel de aprobación considerable –alrededor de 60 por ciento en mediciones que no son públicas–, lo que le permitirá llegar, pese a mayores desgastes que pudiera tener, en una cómoda situación para las elecciones intermedias del próximo año. Los cálculos dentro del entorno presidencial es que perderán la mayoría absoluta en la Cámara de Diputados, pero serán la primera minoría y podrán llevarse un buen racimo de gubernaturas. En cualquier caso, no se ve por el momento que, dentro de las estructuras actuales de los partidos de oposición, pueda surgir una fórmula ganadora en 2024.

De Hoyos, que originalmente parecía querer la candidatura para el gobierno de Baja California, cambió la escala de su aspiración. Recientemente reclutó como estratega de comunicación a Lázaro Ríos, quien desde la fundación de Reforma fue una pieza clave en el equilibrio interno del periódico y en el funcionamiento de la empresa; se retiró del grupo editorial en diciembre de 2018. Ingeniero de formación, Ríos aceitaba todos los procesos en Reforma, y fue un directivo de mano suave y decisiones firmes.

En otra área estratégica, la de opinión pública, De Hoyos decidió no contratar a ninguna empresa demoscópica de la Ciudad de México, y optó por Ariosto Manrique, de Testa Marketing, que nació en Tijuana, pero se educó en Guadalajara, Monterrey y San Diego. Testa Marketing es quien hace las encuestas para la Coparmex –Manrique fue líder juvenil de la organización–, y trabajó encuestas electorales en Baja California, cuando De Hoyos coqueteó con la idea de la gubernatura. Pero desde hace varias semanas, de acuerdo con personas en la industria, está realizando encuestas a nivel nacional.

Coparmex es un sindicato patronal con arraigo territorial. Incorpora a 36 mil empresarios que emplean a casi cinco millones de personas y producen el 30 por ciento del PIB. De Hoyos empezó a trabajar nacionalmente en la Coparmex en 2013, y fue ungido con el voto unánime de los 65 centros empresariales en todo el país, como su presidente nacional, dos años después. Desde un principio mostró olfato político y se sumó a iniciativas populares como el salario mínimo, la Ley 3 de 3, sobre transparencia y rendición de cuentas de servidores públicos y eficiencia gubernamental. La semana pasada colocó rápidamente a la Coparmex del lado de la autonomía universitaria, criticando de esa forma la intromisión de legisladores de Morena, y en esta se sumó a la marcha y paro nacional de mujeres.

Su protagonismo beligerante surgió con la victoria de López Obrador y su Presidencia, convirtiéndose en el único crítico empresarial sin dobleces y sistemático en contra del nuevo gobierno. Entre sus pares, De Hoyos no es bien visto por su antagonismo ante el Presidente, frente a otros órganos empresariales que lo tratan con guantes de terciopelo y palabras con miel.

La estrategia de la Coparmex frente a la del Consejo Coordinador Empresarial, que es el organismo cúpula del sector privado, estuvo en las antípodas. Mientras Carlos Salazar, líder del CCE cultiva una relación personal con López Obrador para ser un interlocutor con amplio acceso a Palacio Nacional, De Hoyos no tiene ninguna relación personal con el Presidente, al que trata no como un interlocutor, sino como un opositor. López Obrador, retóricamente lo ignora o prácticamente no lo ataca, pero en los hechos lo margina, invitándolo a eventos sólo cuando es totalmente necesaria la presencia de Coparmex.

El rol de opositor que De Hoyos ha asumido dentro del empresariado, es una apuesta alta que podrá dar frutos en la medida que, en el desgaste de López Obrador, los desencantados busquen una opción para 2024. Si fuera así, la desilusión quizá busque perfiles como el suyo, y entonces se convertiría en un riesgo para el proyecto transexenal de López Obrador y un enemigo a descarrilar. La ecuación política para la contienda presidencial sólo se verá con el tiempo, pero De Hoyos comenzó su trabajo de armado con el objetivo de quitarle a Morena la silla presidencial.

lunes, 24 de febrero de 2020

Cazar al neurólogo

JAQUE MATE / Sergio Sarmiento en REFORMA 24 Feb. 2020


"El fin justifica los medios".

Napoleón Bonaparte


El propio Presidente lanzó la embestida. El 28 de enero advirtió: "Hay un director de un instituto que es el único que no quiere aceptar la propuesta de gratuidad. Yo le llamo a que recapacite". Se refería al doctor Miguel Ángel Celis, director del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía.

El subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, continuó: "Se logró aprobar la propuesta de gratuidad en todos los institutos, excepto en el Instituto de Neurología y Neurocirugía, porque tiene contratos con una empresa privada para proveer de insumos y material quirúrgico por 650 millones de pesos, y actualmente está vigente hasta noviembre de 2020".

El mismo 28 de enero el instituto se vio obligado a aceptar la gratuidad, pese a sus carencias presupuestarias. Celis declaró que no había firmado el convenio porque había estado "en una comisión". Ante las acusaciones de López-Gatell, invitó a que se revisara el contrato: "Que la investigación se haga; nosotros somos una institución transparente y estamos obligados como servidores públicos a rendir cuentas".

Aceptar la gratuidad, sin embargo, ya no era suficiente. El régimen quería venganza. El 6 de febrero llegó de improviso a Neurología una partida encabezada por el secretario de Salud, Jorge Alcocer, la secretaria de la Función Pública, Irma Eréndira Sandoval, y el titular de la Comisión Coordinadora de Institutos Nacionales de Salud, Gustavo Reyes Terán, con actuarios y un equipo de grabación de video. Encontraron lo que hoy es regla en los hospitales públicos: carencia de medicamentos e insumos. Sandoval hizo un llamado a la gente para denunciar actos de corrupción en Neurología y Pediatría, los dos institutos que resistieron las nuevas políticas del gobierno. Finalmente, Celis fue destituido este 21 de febrero por la junta de gobierno, presidida por el secretario Alcocer, con la presencia de Thalía Lagunas, oficial mayor de Hacienda.

Celis es uno de los neurólogos más reconocidos de México. Cuenta con una larga carrera en el sector público. Fue investigador del Instituto de Fisiología Celular de la UNAM. Es pionero en detección y tratamiento de cisticercosis cerebral y tiene la mayor clínica de esclerosis múltiple en México y Centroamérica.

El doctor Germán Fajardo Dolci, director de la Facultad de Medicina de la UNAM, expresó su "reconocimiento y solidaridad" hacia quien ha sido profesor de posgrado en la institución durante décadas y es un "neurocirujano de talla mundial". José Narro, exsecretario de Salud y exrector de la UNAM, aseguró que "el Gobierno Federal comete una injusticia al tiempo que atropella la dignidad de los profesionales de la salud e incuba un problema grave".

Las carencias de los institutos de salud, siempre presentes, se han venido agravando. Los recortes de presupuesto, aunados a la prohibición de cobrar cuotas de recuperación, los han dejado en condiciones de extrema precariedad. En 2019 los directores tuvieron que acudir a la Cámara de Diputados para que se les restituyeran fondos congelados por Hacienda. En septiembre, Alejandro Mohar renunció a la titularidad de la Comisión de Institutos Nacionales de Salud.

El Presidente, como siempre, justifica sus acciones por un supuesto combate a la corrupción, pero exhibe un desprecio a las entidades autónomas y a la investigación científica, razón de ser de los institutos. Ahorcarlos financieramente es la estrategia para acabar con ellos o tomar control. Poco importa si para ello es necesario linchar a una eminencia. El fin justifica los medios.


· DESDE EL PODER

"¿Quién sabe eminencia para qué?", cuestionó AMLO al doctor Celis. Supongo que la brillante trayectoria académica del mandatario le permite juzgarlo. ¿O será que utiliza la fuerza del poder simplemente para aplastar a un médico incómodo?


@SergioSarmiento

viernes, 21 de febrero de 2020

¿LEGALIZAR PARA PACIFICAR?


BY RAFAEL PRIETO CURIEL • FEB 19, 2020

Imagina que un día todas las piezas necesarias se alinearon y producir, transportar, transformar, comercializar y consumir marihuana ya son actividades legales. Es posible que ese día esté cerca, pues actualmente se castiga con cárcel la posesión de más de cinco gramos de marihuana, pero en comisiones del Senado se debate aumentar el límite hasta 28 gramos. Además se considera la creación del Instituto del Cannabis para la Pacificación y Reconciliación del Pueblo (luego llamado el Instituto Mexicano del Cannabis) buscando “fomentar la paz y la seguridad de la sociedad, disminuir la corrupción y la violencia al disminuir el mercado ilegal y, con ello, el crimen organizado”. Pero ¿estamos seguros de que legalizar la marihuana va a reducir el crimen organizado?

El impacto de legalizar la marihuana, en cuanto a la violencia, es un área sumamente gris. Aunque muchas veces se asume que la legalización traería consigo una reducción casi automática en la violencia y un proceso de pacificación, no hay muchas evidencias para asegurarlo. En algunas ocasiones se hace referencia a casos como Ámsterdam, Canadá, Portugal o Colorado, que al tener acceso legal a la marihuana (o algunas otras drogas), no tienen un índice tan alto de violencia como el de nuestro país. Sin embargo, el crimen organizado en México no es un problema comparable al de lugares en los que no tienen cárteles poderosísimos, presentes en zonas del país por décadas, que generan ingresos al país de la misma magnitud que las remesas, que tienen un intenso reclutamiento forzoso y que obliga a casi medio millón de adolescentes y niños a formar parte de sus filas, usualmente con roles de vigilantes o sicarios. Los sistemas sociales de México y de Portugal o de Canadá no parten del mismo punto y por ello, no necesariamente tendríamos los mismos resultados con la legalización. Y en Uruguay, por otro lado, se observa un aumento alarmante en sus niveles de violencia y la legalización no parece haber generado un país más pacífico. ¿Por qué en México entonces asumimos que la legalización sí es una estrategia para la pacificación?

Usualmente se hace referencia a la «legalización de las drogas» sin especificar cuáles. En Ámsterdam, por ejemplo, es ilegal consumir cocaína, LSD y heroína, además de que el consumo de marihuana es controlado (por ejemplo, entre muchas restricciones, la venta es solo para adultos, en pequeñas porciones y en establecimientos selectos, sin posibilidad de hacerle anuncios) mientras que en Portugal todas las drogas fueron despenalizadas. Hablemos de la marihuana y su legalización en México.

Hay dos maneras en las que se reduce la violencia en un país. O se reduce el número de criminales (es decir, algunas personas son aprehendidas, se incorporan a actividades legales y dejan de ser criminales o mueren y no son reemplazadas por un proceso de reclutamiento) o se reduce la violencia que genera cada criminal (es decir, la misma cantidad de delincuentes actúan, pero con menor violencia, es decir, como un «siguen robando, pero ahora roban menos»). Un proceso de pacificación significa se reduciría el número de criminales o que los mismos criminales serían menos violentos, y ninguna de las dos reducciones es obvia gracias a la legalización de la marihuana.

Los miembros del cártel toman decisiones
Pensemos qué va a suceder con un criminal cuando legalicen la marihuana. Ese día, un miembro del cártel debe de decidir, en primer lugar, si sigue en el negocio de la marihuana; y en segundo lugar, debe de decidir si deja también todas las «otras actividades» ilegales que estaban relacionadas al tráfico de marihuana, pues posiblemente ya no es necesario hacerlas (como tráfico de armas, que tal vez ya no son necesarias si la persona ya no requiere hacer uso de la violencia para realizar su trabajo).

El criminal tiene dos decisiones que tomar (comercializar o no la marihuana; y continuar o no con sus actividades ilegales) y como las dos decisiones son binarias, hay cuatro escenarios, en los cuales asumimos que el criminal hará lo posible por mantener sus ingresos. ¿Qué pasaría en cada uno de esos escenarios y qué representan?


Los cuatro escenarios que dependen de las decisiones del cártel.
Escenario 1 – el cártel sí sale del mercado de la marihuana, pero no evita otras actividades ilegales. El cártel decide salir del mercado de la marihuana, pero ve mermados sus ingresos y compensa sus pérdidas mediante actividades ilegales sobre las cuales se ha especializado, tiene conocimientos y ha formado una poderosa red de actores y vínculos, como el secuestro, la extorsión, la falsificación, la tala y minería ilegales, la industria del aguacate, el tráfico de órganos, de especies silvestres o la producción, traslado, cruce de frontera y venta de otras drogas, como el fentanilo. El fenómeno se conoce como «desplazamiento» y no implica ni una reducción en el número de miembros del cártel ni una reducción en su impacto (sino al contrario, implica tal vez más violencia al dedicarse a otros delitos que pueden resultar más violentos como la extorsión o el secuestro).

Escenario 2 – el cártel sí sale del mercado de la marihuana y sale de otras actividades ilegales. El cártel decide salir del mercado de la marihuana. Con la salida del cártel del mercado de la marihuana, decide también salir de cualquier otra actividad ilegal. El cártel compensa sus pérdidas financieras mediante otras actividades legales, por ejemplo, la persona que se dedicaba a la siembra y cosecha de la marihuana ahora se dedica a sembrar otras semillas; la persona que se dedicaba al traslado de marihuana ahora mueve otros productos; y el que era vendedor ahora abre una tienda de abarrotes o se dedica a manejar un taxi. El fenómeno se conoce como «disuasión» y aquí sí implica que hay menos criminales y, con ello, menos violencia.

Escenario 3 – el cártel no sale del mercado de la marihuana y no sale de otras actividades ilegales. Con la legalización de la marihuana, los cárteles no salen del mercado de la marihuana ni de otras actividades ilegales. Este escenario ha sido observado con la legalización en Uruguay y es muy factible si la marihuana, aunque ya sea legal, sigue representando ingresos para el cártel (si por ejemplo, tiene un costo muy alto para el consumidor y el cártel logra ofrecerla -libre de impuestos- en el mercado negro, a un precio menor). En este escenario, la motivación para formar parte del cártel sigue siendo exactamente la misma, pese a la legalización de la marihuana, así que no se reduce el número de criminales. Además, la disputa sigue siendo entre distintos cárteles para controlar territorios, para reclutar, para cruzar la frontera y el conflicto entre ellos y el estado mexicano sigue generando violencia, así que tampoco se reduce el impacto.

Escenario 4 – el cártel no sale del mercado de la marihuana, pero sí sale de otras actividades ilegales. El cártel no sale del mercado de la marihuana, pero sale de cualquier otra actividad ilegal. Este escenario es la legalización, no solo de la marihuana, sino de las actividades del cártel. Gracias a la legalización, lo que antes era una cadena de suministro basada en la violencia y el miedo, hoy se convierte en una próspera y legal industria. Los que ayer, mediante armas amedrentaban al estado y al pueblo mexicano, hoy se incorporan a la industria de la marihuana, ya sea en su cosecha, traslado y transformación, en marketing y diseño, logística o en ventas de ese sector. El que ayer era el jefe del cártel que calcinaba a sus víctimas, es hoy el CEO de esa empresa. Los que antes eran criminales, hoy dejan de serlo y con ello, hay menos delincuentes en las calles y menos violencia.


Los cuatro escenarios que dependen de las decisiones del cártel y su impacto en cuanto a violencia.
De los cuatro escenarios, solo si al legalizar la marihuana, el cártel decide dedicarse a otra actividad que sea legal y ya no dedicarse a la marihuana (escenario 2) o si deja otras actividades ilegales para dedicarse de lleno a la industria de la marihuana (escenario 4) esperamos menos violencia como resultado. Pero el problema es que, en dos de los cuatro escenarios, esperamos igual o más violencia que la que tenemos ahora. Si con la legalización, el cártel se ve motivado a dejar la marihuana, pero también a desplazar sus actividades a otras en las cuales tiene conocimiento como la extorsión y el secuestro (escenario 1), o si la legalización tiene un impacto reducido en el cártel y no los motiva ni a salir del mercado de la marihuana ni de otras actividades ilegales (escenario 3) entonces legalizar no reduce la violencia.

¿Y cuál sería el escenario para un cártel mexicano?
Es imposible saber cuál de los cuatro escenarios sucedería en caso de legalizar la marihuana en México. La situación para cada cártel es diferente pues tienen estructuras e ingresos diferentes y depende, en gran medida, de qué tanto el cártel se dedica al mercado de la marihuana y cuál es su capacidad de reemplazar ese ingreso con otras actividades. Si el ingreso del cártel no depende primordialmente de la marihuana, es posible que el escenario 1 sea más factible: la legalización tiene un impacto reducido y los cárteles salen del mercado de la marihuana pero compensan ese hueco con otras actividades ilegales. Para el cártel, adaptarse rápidamente a que la marihuana ya es legal, no representaría prácticamente ningún esfuerzo.

Por otro lado, si el ingreso del cártel depende en gran parte del mercado de la marihuana, es posible que el escenario 3 sea más factible, al menos en el corto plazo. El cártel no sale de otras actividades ilegales (por más pequeñas que sean) ni del mercado de la marihuana, pues en ello se han especializado y tienen la capacidad y la industria para competir contra los impuestos y regulaciones que se le impongan a la marihuana y seguirán cruzando sus productos sobre la frontera. Es decir, el cártel sigue formando parte del mercado negro de la marihuana, aunque fuera legal. Ahora bien, si ese día en el que la marihuana es legal, los trámites que se le impone a los marihuaneros no son muy costosos, muy lentos o muy complicados, si en el proceso se considera a los campesinos, y si vender marihuana en el mercado negro no es más redituable para el cártel y más barato -o accesible- para el cliente debido a los impuestos y fricciones que se le impongan, es posible que lentamente se transite al escenario 4, en el que hacen de la red y estructura del cártel, una empresa legal.

El escenario 2, en el que gracias a la legalización el cártel deja todas las actividades ilegales es muy poco factible bajo cualquier escenario, pues un miembro del cártel no tiene mucha experiencia o entrenamiento en actividades no delictivas, así que no es fácil compensar los grandes ingresos que deja el narcotráfico mediante actividades legales. Posiblemente solo algunos miembros del cártel, como los campesinos, tienen una actividad económicamente productiva que es similar a la siembra de la marihuana y que les puede generar ingresos similares, como la siembra de otros productos, como el aguacate.

Se estima que el tráfico de todas las drogas representa entre 25 y 30% de los ingresos de un cártel y de esos ingresos, casi la mitad corresponde a cocaína y opiáceos, es decir, que la marihuana representa menos de 10% de los ingresos de un cártel (aunque pueden llegar hasta 30% según algunos estudios), y desafortunadamente, todas las otras actividades generan mayores ingresos. Además, debido a que cada vez hay mayor oferta en Estados Unidos, el negocio de la marihuana se vuelve menos rentable e incluso ha motivado a que algunos cárteles se diversifiquen a otras actividades, incluyendo el cultivo de amapola.

Como estrategia contra la inseguridad, es posible que la legalización genere competencia y con ello más violencia y en muy limitados casos y en el mediano o largo plazo, una industria legal y formal a partir de la estructura de algún cártel y con ello, una reducción en la violencia. Sin embargo, en la mayor parte de los casos, la legalización tendrá un impacto nulo o incluso negativo en cuanto a la seguridad del país y ello, principalmente si la legalización es solo vista como una solución a la violencia, sin tomar en cuenta a los productores, la cadena de producción y suministro, y a los consumidores en ambos lados de la frontera. Y desafortunadamente ello no tiene nada que ver con el producto en sí, sino con las estructuras criminales que hoy día tenemos en nuestro país.

Entonces ¿legalizamos o no?
La legalización de la marihuana (y la de otras drogas) puede traer beneficios muy relevantes. Por ejemplo, al legalizarla, se puede hacer de la marihuana un negocio rentable, se puede garantizar su calidad y regular sus cadenas de producción y suministro, y además, cobrar impuestos. Las fuerzas de seguridad se pueden enfocar en perseguir grupos criminales y no en detener a narcomenudistas o en hacer decomisos. Además, un beneficio sumamente relevante es que se deja de criminalizar a los consumidores. En Portugal, por ejemplo, se observó una caída en los casos de sobredosis, y en infecciones transmitidas mediante inyecciones una vez que se despenalizaron las drogas. El negocio puede generar grandes (y ahora legales) industrias o incluso una paraestatal que haga de la marihuana el «oro verde» del país. Legalizar la marihuana también permitiría que se deje de criminalizar a campesinos que, en algunas ocasiones, son obligados a sembrar marihuana de manera ilegal.

Legalizar la marihuana podría también tener algunos impactos negativos, por ejemplo, podría aumentar su accesibilidad, y consumo, como sucedió en Uruguay y en Estados Unidos, particularmente su uso excesivo (aunque la legalización de las drogas en Portugal no implicó un aumento relevante en su consumo) y tener un impacto negativo en la salud de sus consumidores. La legalización puede reducir la percepción de los efectos nocivos que tiene la marihuana y con ello, hacerla más deseable para su mercado. Una mala legislación, además, podría excluir a los campesinos de la cadena de producción y dejar el negocio solo a algunas transnacionales, interesadas en el negocio y no en el proceso de pacificación.

Y al mismo tiempo, legalizar tiene también algunas áreas muy grises que vale la pena discutir y entender los retos que traería consigo. Por ejemplo, ¿cuál sería el impacto de legalizar la marihuana y cómo lo pensamos prevenir en cuanto a seguridad vial? Así como tenemos alcoholímetro, ¿tendríamos otros sistemas de detección y prevención para el consumo de marihuana de conductores? ¿Se permitiría consumir marihuana de alguna manera que no sea fumada en espacios públicos? ¿Entonces en México se podría consumir marihuana -no fumada- en la vía pública, pero no se podría consumir alcohol? ¿Qué pasaría con todas las personas que hoy están detenidas por narcomenudeo? ¿Está nuestro país preparado para luchar contra las adicciones, pese a la reducción del presupuesto? En un país en el que niños y adolescentes tienen muy fácil acceso al alcohol y al tabaco, ¿cómo pensamos restringir que ellos tengan un fácil acceso a la marihuana? ¿Qué tipo de publicidad tendría la industria de la marihuana y a quién estaría dirigida? ¿anuncios en revistas y en la TV, como veíamos hace años sobre el tabaco, o publicidad dirigida específicamente a adolescentes en Instagram? ¿habría campañas dirigidas a menores de 18, o incluso a menores de 15, para que sean los clientes cautivos en unos años, explotando su vulnerabilidad? ¿Estamos en nuestro país preparados para legislar sobre las «marihuaneras», aunque no le hemos ganado mucho terreno a las tabacaleras, refresqueras y a la industria de la comida chatarra? ¿Cómo pensamos enfrentar a poderosas transnacionales que ven la legalización un jugoso negocio y no un proceso de pacificación?.

Legalizar la marihuana tiene retos muy serios y algunos impactos sobre los cuales vale la pena escuchar a personas expertas en distintos temas, desde especialistas en salud pública, adicciones, en adolescentes, en neurociencias, ciencias sociales y más y decidir si la legalización de la marihuana tiene más beneficios que costos sociales y cómo maximizar esos beneficios. Sin embargo, respecto a seguridad, no existen evidencias para asegurar que la legalización reduce el número de criminales o que la legalización reduce el impacto de los criminales y hasta es posible que se traduzca en más violencia. La ruta para la pacificación es otra, no la legalización de la marihuana.


Agradezco las valiosas sugerencias que hicieron Jorge Álvarez Máynez, Carlos Gershenson García, Humberto González Ramírez, Lucía Magis Weinberg, Mauricio Quiñones Domínguez, Mara Torres Pinedo y Carlos Vilalta Perdomo, aunque ello no significa que necesariamente están de acuerdo con las ideas presentadas aquí.

miércoles, 19 de febrero de 2020

Las cien universidades patito de AMLO

LEO ZUCKERMANN


• Una muestra de treinta de las cien universidades demostró que no cumplen las reglas mínimas que ordena la Secretaría de Educación Pública para otorgar títulos con validez oficial de los estudios.

18 de Febrero de 2020

Queda muy claro por qué López Obrador odia a organizaciones de la sociedad civil como Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI). Como candidato, se benefició tremendamente de sus investigaciones que descubrieron varios casos de corrupción del gobierno de Peña. Pero, ahora como Presidente, no le gusta nada que esa misma organización realice estudios que ponen en evidencia las deficiencias de su gobierno.

La más reciente investigación de MCCI es sobre las cien Universidades para el Bienestar Benito Juárez García (UBBJG) que este gobierno lanzó. A continuación gloso los principales hallazgos de este estudio que puede consultarse en https://contralacorrupcion.mx/universidades-benito-juarez-en-el-limbo/



Fiel a su estilo, este gobierno se aventó como el Borras a abrir, nada menos, que cien universidades nuevas: “La intervención comenzó su primer año de operación sin contar con un documento que presentara las características básicas de su diseño y describiera sus principales procesos operativos, como reglas de operación”.



No hay datos sobre los estudiantes que están ahí cursando una dizque carrera universitaria: “se desconoce cuál es el mecanismo o los criterios empleados para la selección de estudiantes. Sumado a lo anterior, la información recopilada en la plataforma de inscripción recoge datos mínimos sobre los demandantes del servicio”.



Una muestra de treinta de las cien universidades demostró que no cumplen las reglas mínimas que ordena la Secretaría de Educación Pública para otorgar títulos con validez oficial de los estudios: “Esto implica que los actuales alumnos de las UBBJG no podrán acreditar formalmente los estudios realizados a la fecha con fines de titulación oficialmente reconocida, o para la obtención de una cédula profesional”.



Algunas de las instalaciones son, francamente, de pena ajena: “incluyen terrenos baldíos, unidades deportivas, salones municipales, oficinas de gobierno local, casas ejidales, bibliotecas municipales, locales comerciales, casas de la cultura”.



Las UBBJG no están localizadas, como se pretendía, en municipios de alta marginación ni en localidades donde no existían instituciones de educación superior en un radio de cincuenta kilómetros: “Entre los treinta planteles visitados se encontró que en 18 casos (60%) existe una o más instituciones de educación superior públicas entre uno y veinte kilómetros de distancia (en doce casos incluso se encuentran a menos de diez kilómetros), lo cual implica un tiempo de traslado de entre cuatro y 29 minutos en transporte público”.



El programa tiene un claro sesgo político a favor del partido gobernante: de las cien universidades, cincuenta se ubican en municipios gobernados por Morena y nueve más en los gobernados por algún partido de su coalición”.



Los estándares de operación son una vergüenza: “El programa habría obtenido 0.72 de cuatro puntos en la evaluación Coneval, equivalente a 18% de los requisitos para programas nuevos, es decir, se trata de un programa altamente deficiente”.



Tienen pocos alumnos y profesores: “cuatro universidades cuentan con más de 400 estudiantes. El promedio de alumnos de las otras 26 es de 94. Quince de las treinta universidades [de la muestra estudiada] cuentan con menos de cinco profesores. El promedio para las 30 universidades es de cuatro por plantel”.

Estos datos me recuerdan otra historia relacionada con AMLO. Siendo jefe de Gobierno del Distrito Federal fundó la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM). De acuerdo a un informe de Reporte Índigo, entre 2001 en que se abrió dicha universidad al 2007, sólo egresaron 28 de los 596 alumnos inscritos en ese periodo. “Este índice de egreso que existe en la UACM es casi seis veces inferior a los egresados de la UNAM […] No obstante, la UACM ha destinado más recursos por alumno que la misma UNAM”. Según este reporte, muy pocos de sus egresados logran ejercer su profesión en el mercado laboral.

En conclusión, el Presidente, efectivamente, ha cumplido con una de sus promesas de campaña: abrir cien nuevas universidades públicas. Como la UACM, todas ellas patito.

No, Presidente

FEDERICO REYES HEROLES

• Sin inversión no habrá crecimiento, tampoco recaudación y usted no tendrá para las medicinas.

18 de Febrero de 2020

¿Anécdota? No, fondo y quedará como un retrato puntual de la pequeñez que merodea. Razones para decirle no al Presidente, abundan. Pero falta definición, dignidad y carácter. No hubiera sido la primera vez. Cuando ha ocurrido, decirle no al Presidente, ha ayudado al país. Cediendo, callando, dañan a México.

No, porque el titular del ejecutivo no puede disponer de los bienes públicos como si fueran suyos. No, porque existen normatividades muy precisas para la enajenación de los mismos. No, porque el bien en cuestión, el avión, no es, por ahora, propiedad federal. No, porque rifarlo era ilegal y poner una cantidad detrás de la imagen del avión es un engaño.

No, Presidente, porque la Ley General de Responsabilidades Administrativas, en su artículo noveno, establece los criterios para evitar un conflicto de interés. No, porque usted dijo, en varias ocasiones, que la mayor corrupción de México provenía del contubernio entre empresarios y el gobierno y que por ello había que separar esos ámbitos. Comparó esa separación con la juarista entre el Estado y la Iglesia.  Así de relevante. No, Presidente, porque el cheque entregado por el fiscal debió ser devuelto al Infonavit, porque ese dinero, parcialmente, es de los trabajadores cotizantes. No, Presidente, porque el problema de abasto de medicinas no se resuelve así, con aportaciones de una sola vez. No, porque los recortes en salud en el 2019 fueron equivalentes a la cifra que se podría recaudar. Mejor asignen el presupuesto adecuado a equipo médico y medicinas. No, Presidente, porque parecería que nosotros le hacemos un favor para que usted nos haga otros. No, porque las aportaciones no van a generar un solo empleo y nuestra misión es esa.

Sin inversión no habrá crecimiento, tampoco recaudación y usted no tendrá para las medicinas. No, porque en el pasado –con Vamos México– tuvimos que cortar recursos a organizaciones filantrópicas que ayudan a los mexicanos más pobres para satisfacer aquel capricho. No, porque, jurídicamente, una aportación de esos montos debería de pasar por los consejos de administración. De no ser así, infringiríamos varias normatividades, sobre todo las empresas listadas en bolsa. No, porque si fueran aportaciones personales, se establecería de nuevo un vínculo perverso en el que usted nos debería un favor. Sería público y todo mundo pensaría que o nos van a llover contratos o nos van a perdonar adeudos fiscales. No, Presidente, porque van a imaginar que tenemos cola que nos pisen y que acudimos por miedo. No, Presidente, porque 200 empresarios –por muy importantes que sean– no representan al empresariado del país, responsable del 80% de la actividad económica. Somos poder permanente. No, Presidente, porque el diagnóstico real de la relación entre usted y el empresariado es la inversión, y esa está en el piso. Su visión y la toma de decisiones nos tienen muy nerviosos. Ya nos plegamos con el NAICM, perdió México y la aplanadora siguió. No, Presidente, porque la forma de ayudarlo no es colaborando con una hipocresía que irrita a la sociedad. No, Presidente, porque si las madres de las estancias infantiles, los padres de niños con cáncer, las mujeres de todo el país, los afectados por la violencia, las organizaciones de la sociedad civil y muchos más, le han dicho No en voz alta a varias de sus políticas públicas, nosotros no podemos claudicar. En un ambiente de tensión y miedo, un encuentro como el que usted propone mandaría señales de total sumisión y entreguismo. No, Presidente, porque ese tipo de relación corresponde a un presidencialismo desbocado que deseamos enterrar. No, Presidente, porque llevó muchas décadas y vidas como la de don Eugenio Garza Sada, para que el empresariado asumiera públicamente posiciones frente al poder político. No, Presidente, porque somos un contrapeso muy importante en este momento, la dignidad y el ejemplo deben ser nuestras monedas de cambio.

Con todo respeto, no asistiremos a la cena.

¿Es demasiado pedir?

¿Quién es culpable?

JAQUE MATE / Sergio Sarmiento en MURAL 19 Feb. 2020


"Los culpables piensan que todo
lo que se habla es acerca de ellos".

Geoffrey Chaucer


El presidente López Obrador no es culpable de la violación, tortura y muerte de Fátima. Si acaso, se le puede cuestionar por la falta de sensibilidad con la que ha reaccionado a los feminicidios.

Sí es responsable, en cambio, de politizar el tema. Su afirmación de que los gobiernos neoliberales son culpables de la actual violencia busca echar la culpa a sus predecesores. No hay, sin embargo, una correlación entre las políticas liberales y la violencia de un país. Estados Unidos, Canadá, Alemania, Singapur o Suiza aplican políticas liberales, pero sus índices de violencia son mucho menores al de México. Venezuela, en cambio, ha descartado el liberalismo, pero sufre de una violencia muy superior.

Las causas de la violencia son diversas y complejas. Suponemos que el recrudecimiento de la guerra contra el narcotráfico en el sexenio de Felipe Calderón provocó el aumento de homicidios que comenzó en 2008, pero nadie ha podido explicar la baja en el sexenio de Vicente Fox y el primer año de Calderón, que llevó a que 2007 fuera el año menos violento registrado. Tampoco conocemos la razón del descenso de 2012 a 2014, que precedió al repunte que hoy seguimos sufriendo.

Si bien 2019 fue el año más violento desde 1990, la información disponible sugiere, aunque con datos menos precisos, que los índices de homicidios eran mayores en décadas anteriores. De 1936 a 1940 se registraban cifras de 60 homicidios dolosos o más por cada 100 mil habitantes y en 1940 se alcanzó un máximo de 67 (mexicomaxico.org). Eran los tiempos de Lázaro Cárdenas, a quien difícilmente podríamos descalificar como neoliberal. En 2018, en contraste, tuvimos una cifra bastante menor, de 29.

Los homicidios de los treinta, sin embargo, eran distintos a los actuales. No había una guerra contra el narco. Cárdenas, de hecho, legalizó las drogas durante un breve periodo, hasta que las presiones de Estados Unidos lo obligaron a revertir la medida. Los homicidios eran producto de enfrentamientos cotidianos y al parecer de violencia contra las mujeres, aunque no tenemos cifras que distingan el género de las víctimas.

Alrededor de dos terceras partes de los homicidios actuales tienen que ver con el narco, pero los feminicidios son distintos. Estos proceden de una cultura de violencia contra la mujer, de la idea que el hombre tiene derecho a hacer lo que quiera con el cuerpo y la vida de una mujer.

El Presidente no es culpable de los feminicidios, pero su politizado diagnóstico no ayuda. Las libertades personales o económicas no tienen nada que ver con el problema. Los conservadores de los años ochenta y noventa explicaban los feminicidios de Ciudad Juárez con el argumento de que el problema era que las mujeres trabajaban. Hoy el senador morenista Martí Batres impulsa nuevamente este retrógrado razonamiento: "El feminicidio -escribe- es producto del neoliberalismo. Ciudad Juárez lo demuestra. Trabajadoras de las maquilas fronterizas, lejos de sus ciudades de origen y sus familias, sin red de protección social, fueron las primeras víctimas". Todo se resolvería si las mujeres se quedan encerradas en sus casas, en sus ciudades de origen.

El feminicidio no es fácil de erradicar. Surge en parte de una cultura machista que enseña a los niños que tienen más derechos que las mujeres. Pero lo más importante es acabar con la impunidad. Si más del 90 por ciento de los homicidios quedan impunes, nunca podremos frenar la violencia.


· IMÁGENES

El asesinato de una mujer más a manos de su pareja no generó gran atención en un principio. Solo las fotos del cuerpo descuartizado de Ingrid provocaron la ira. Hoy el gobierno se lanza no contra los feminicidas sino contra la divulgación de las imágenes. Quiere proteger a los feminicidas.



@SergioSarmiento

martes, 18 de febrero de 2020

Abril, Ingrid, Fátima

JAQUE MATE / Sergio Sarmiento en MURAL 18 Feb. 2020


El feminicidio "es el fruto podrido del egoísmo y de la acumulación de bienes en unas cuantas manos".

Andrés Manuel López Obrador


La jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, ya no puede decir "Ahorita no", ni el Presidente argumentar que es más importante la rifa del avión presidencial. La presumible violación, tortura y muerte de una niña de apenas siete años no lo permite.

México vive una cruel oleada de violencia. En 2019 se registraron 34,582 homicidios en el país, el nivel más alto desde que tenemos el actual sistema de estadísticas. España tuvo solo 249 en los nueve primeros meses de 2019. El 90 por ciento de las víctimas en México son hombres, pero los homicidios de mujeres y niñas están lastimando de forma muy particular a la sociedad.

Varios casos han horrorizado a los mexicanos en los últimos tiempos. Uno fue el de Abril Pérez Sagaón, asesinada a balazos en noviembre de 2019 camino al aeropuerto de la Ciudad de México y previamente víctima de violencia extrema por su exmarido, Juan Carlos García. Ingrid Escamilla fue asesinada y descuartizada por su pareja, Eric Francisco Robledo Rosas. Este 15 de febrero se encontró el cuerpo desnudo, torturado y sin vida de Fátima, la niña de siete años que desapareció días antes al salir de una escuela en Xochimilco en la Ciudad de México.

La sociedad está furiosa. No es el enojo de las manifestaciones de feministas, las que realizan actos vandálicos y promueven causas políticas o personales. Es el que surge de la impotencia y de los temores que afectan la vida y limitan las libertades de millones de mujeres y niñas.

Abril, Ingrid y Fátima se han convertido en símbolos de la violencia contra las mujeres y niñas porque han escapado del anonimato de las estadísticas. Entre las decenas de víctimas de cada día, estas tres han dejado de ser simples cifras y se han convertido en rostros reconocibles con nombre e historia.

La heroína que difundió las fotografías y la información de las golpizas que sufría Abril fue su hija, Ana Cecy, quien habló de la tragedia de "levantarse a ver la hermosa cara de tu madre ensangrentada gracias al criminal que una vez llamaste 'papá'". En el caso de Ingrid, las grotescas fotografías del cuerpo descuartizado, cuya difusión busca hoy castigar la fiscalía de la Ciudad de México, fueron las que permitieron visualizar la extrema crueldad del asesino. En el de Fátima, la clave fue la fotografía con la que se le buscó cuando desapareció.

La principal responsabilidad del Estado es proteger a los ciudadanos de agresiones y robos. Las elevadas cifras de homicidios en nuestro país son expresión de un fracaso en esta tarea en todos los niveles de gobierno. Los seres más desprotegidos, como las mujeres y los niños, son los que el Estado tiene mayor obligación de proteger; por eso irritan tanto los feminicidios y los ataques a niñas.

Un grupo plural de diputadas está considerando 23 iniciativas en materia de feminicidios, entre las que se incluye la del fiscal Alejandro Gertz Manero, que eliminaría la figura del feminicidio y utilizaría la de homicidio con agravantes en un intento por mejorar la eficacia de las acusaciones. Algunas propuestas proponen penas más altas o eliminan la prescripción de los delitos, pero no hay que perder de vista lo importante.

Los delitos se cometen porque los criminales sienten la confianza de que no recibirán castigo. Por eso debe acabarse con la impunidad en todo tipo de violencia, pero especialmente en la que afecta a mujeres y niños.



· MODELO NEOLIBERAL


Los feminicidios son producto "de un proceso de degradación progresivo que tuvo que ver con el modelo neoliberal". Este es el diagnóstico del presidente López Obrador, pero es falso. Muchos países mantienen políticas liberales y no sufren las cifras de violencia que agobian a nuestro México.


@SergioSarmiento

lunes, 17 de febrero de 2020

Gran distractor

Carlos Elizondo Mayer-Serra, 16 feb 2020 Mural.

AMLO es el gran distractor. Lo acepta con franqueza: "No quiero que los feminicidios opaquen la rifa [del avión]".

Preocupa su rechazo a no hablar de este horror: en 2019 llegamos a 1,006 feminicidios, 94 más que en 2018. En España, con una población de 46.6 millones (México tiene 129.2), en el 2018 hubo 289 asesinatos de hombres y mujeres.

El gobierno federal es el responsable último de proveer seguridad a los ciudadanos. Este gobierno con todo su poder no lo usa para enfrentar el feminicidio. No basta declararse luchador social y balbucear un enojado, condescendiente, improvisado y repetitivo decálogo contra el feminicidio, meros deseos sin acciones concretas.

AMLO no sólo nos quiere distraer. Él y su gobierno están distraídos en cosas irrelevantes como el avión presidencial.

En política, como en la vida, lo importante es evitar el primer error; después sólo queda administrar sus consecuencias. Es muy popular no usar el avión presidencial, pero es una tontería con múltiples ramificaciones.

La primera, organizar la logística de un Presidente amante de la turbosina. La segunda, el riesgo de usar avión comercial. Es irresponsable poner en juego la seguridad del jefe del Estado, vaya que su investidura se puede abollar así. La tercera, no aceptar el precio del avión en el mercado. Hoy cuesta más guardarlo que usarlo, y cada día se deprecia más. La cuarta, inventar salidas absurdas, como la rifa.

Cada nuevo capricho requiere usar la energía y el prestigio de muchos para solventar el deseo. La jefa de Gobierno de la CDMX ya había prometido condonar el impuesto local a premios y sorteos, siendo uno de los orgullos de AMLO haber prohibido en la Constitución la condonación de impuestos. Ya estaban los diputados de Morena, obsequiosos con el Presidente, dispuestos a cambiar la ley para poder rifar el avión, cuando alguien se dio cuenta que era imposible. Si yo hubiera comprado un cachito y ganado, ¿qué me llevaba: los baños o una turbina? Tardaron semanas en observar este "pequeño" detalle.

Tampoco funciona el sorteo en el que se gana un premio, no el avión. No se junta suficiente dinero dadas las promesas de AMLO. Se requiere otro financiador. La ocurrencia fue usar los dos mil millones de pesos, hábilmente recuperados por la FGR, lo cual hay que celebrar, de un sospechoso pago hecho por el Infonavit. La propuesta es depositarlo en el Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado (gran nombre) y de ahí pagar, parece, los premios. Un detalle: ese dinero es del Infonavit. Desviar recursos es peculado. Ya se dieron cuenta, no sé cuál sea la ocurrencia para salir del enredo.

La cereza del pastel: con tantos cachitos en venta, el sorteo no es viable. El riesgo de no venderlos todos era una vergüenza intolerable. La solución: pasar la charola. ¿Se imaginan cómo le explica a su Consejo de Administración, un director de una empresa que cotiza en Bolsa, gastar recursos para comprar hasta 200 millones de pesos en boletos para un sorteo?

En este triste espectáculo se refleja el estilo personal de gobernar de AMLO. Todo está al servicio de su utilidad política inmediata. Las decisiones son unipersonales. En su círculo más cercano y en su gabinete se suelen enterar de la nueva ocurrencia en la Mañanera. El gobierno tiene que avocar sus energías a hacerle realidad su último capricho. Todos los recursos políticos gastados en la ocurrencia del jefe son recursos no gastados en atender los problemas del país, los cuales no hacen más que acumularse, como las mujeres asesinadas.

El empresario que compre sus boletos seguro espera un favor a cambio. El Presidente propicia esta expectativa no revelando además los nombres de los dadivosos. Por el otro lado todos estarán menos dispuestos a invertir en un país donde no se sabe cuál será la nueva ocurrencia de ese gran sultán en el que se está convirtiendo el presidente de los Estados Unidos Mexicanos.



@carloselizondom

El clima cortesano

Jesús Silva-Herzog Márquez en MURAL 17 Feb. 2020


La reinvención de México nos ofrece lecciones diariamente. Hay oligarcas buenos. Los empresarios que hace unos días eran el emblema de la podrida relación entre poder y negocios son ahora amigos del pueblo. El Presidente los llama "empresarios con vocación social" porque se han puesto a su servicio. Hacen lo mismo que antes, se conducen como siempre, pero ahora, dice él, sirven a las buenas causas. Digo que se conducen como siempre porque aprecian, antes que cualquier otra cosa, la relación con el poder político. No hay mejor inversión en México que la amistad con el poder. Al Señorpresidente hay que acompañarlo sonrientemente aunque nos invite al precipicio. El Consejo Coordinador Empresarial se ha prestado para constituir la rama empresarial de la nueva hegemonía. Carlos Salazar, su dirigente, es el representante de un nuevo actor social y político. Pejeburguesía, la podríamos llamar. Empresarios entregados al nuevo poder, dispuestos a cualquier indignidad con tal de no arriesgar una fricción con el caprichoso que nos gobierna. Bailar al son que toquen en Palacio. Inversionistas prestos a convertirse en favoritos del nuevo régimen. Empresariado servil y acomodaticio, incapaz incluso de emplear las fuentes de su independencia para cuidar su propio decoro. No sé si en los asistentes a la cena infame haya alguna reserva cívica. Lo que llama la atención es su incapacidad para registrar y emplear su poder frente al poder. Su temor de marcar una distancia frente al absurdo al que se les convoca. Su disposición a montar espectáculo de su sumisión voluntaria, de su calculada servidumbre.

Aparecerán en las listas de los más acaudalados del mundo, pero en su encogimiento se muestran como empresarios bananeros. ¿Qué son unos milloncitos que nos pide el Presidente para salir de un enredo en el que se metió, si no nos van a subir los impuestos? Mejor mostrarle lealtad y acompañarlo en sus estrafalarias ocurrencias. Se engaña quien sugiere que el bochornoso evento haya sido una expresión de libre voluntad. Al invitarlos, el Presidente advirtió públicamente que en la asistencia, se vería quién era quién. Ya veremos qué empresarios están con nosotros y quiénes deciden apartarse. Tomaremos nota. Son libres de venir, pero, por supuesto, quedará registro de asistencia.

La charola pone de relieve una marca del régimen: la ausencia de quien plante cara al Presidente. En el entorno presidencial hay un serio vacío de verdad. Es la victoria de los cortesanos que celebran cualquier tontería presidencial como si fuera una descarga de sabiduría infinita. El Presidente puede decir, como dijo la semana pasada, una gran estupidez y su gobierno la enmarca para la historia. El decálogo que el Presidente improvisó en su letanía reciente es casi una provocación de tan absurdo y de tan bobo. Inanidad propia de un concurso de belleza: estoy en contra de la violencia, se tiene que respetar a las mujeres, no a las agresiones a las mujeres, no a los crímenes contra las mujeres. El Presidente hilaba sus sentencias como si estuviera taladrado el mármol de la conciencia humana y de su boca aparecieran súbitamente las tablas de la convivencia. Uno, dos tres... Al llegar a la frasecita número diez, preguntó fastidiado: ¿ya?

Mal momento, podríamos decir. Todos podemos reaccionar con torpeza ante un tema difícil y trataremos de cambiar pronto la página. Pero no... el gobierno actúa como si, desde el Palacio, se hubiera hecho la luz. Abraza de inmediato la lista y la define, sin ironía, como "decálogo". En carteles que difunde en los espacios oficiales, se publicita la honda sabiduría moral del Presidente. Supongo que habrá que aprenderse que el Quinto Mandamiento ordena: "Se tiene que respetar a las mujeres". Y nunca confundir el Tercer Mandamiento, que ya todos sabemos a estas alturas que indica que es una cobardía agredir a la mujer, con el Cuarto que nos recuerda que el machismo estaba bien antes, pero ahora ya no tanto: "El machismo es un anacronismo".

No parece haber nadie a su alrededor, nadie en su círculo inmediato, nadie a quien consulte que se atreva a advertir al Presidente la magnitud de sus despropósitos. Se pasea encuerado y recibe de su entorno aplausos por la belleza de su ropa. Ese es el clima cortesano: indignidad y mentira.
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http://www.reforma.com/blogs/silvaherzog/

jueves, 13 de febrero de 2020

AMLO teme la democracia

Jorge Suárez-Vélez en MURAL 13 Feb. 2020


Le damos demasiado peso a la popularidad de López Obrador como si ésta le diera un aura de invencibilidad. La gente común y corriente no vive pegada a las redes sociales y no evalúa diariamente si el Presidente les simpatiza más o menos que ayer. Les cae bien o mal, y cambiarán de opinión si algo nuevo les afecta o beneficia. La aprobación es un indicador muy rezagado con respecto a la realidad cotidiana. Muchos seguidores del Presidente se sienten por primera vez representados, finalmente alguien habla por ellos, y por eso le dan el beneficio de la duda.

Pero la popularidad de AMLO no es muy distinta a la de Fox, Calderón, e incluso Peña, a estas alturas; es perecedera y serán sus propias acciones, su propia ineptitud, las que la mermen. Es obvio que no satisfará expectativas que creó en años de campaña. En sólo un año, con un entorno internacional de ensueño, ha hecho que México sea más pobre, más desigual y más inseguro. Pemex, el objeto de sus obsesiones, produce menos y pierde más. Un sistema de salud que ya tenía enormes carencias, hoy es criminalmente deficiente. En 2019, apenas logró que los números medianamente cuadraran, echando mano de 144 mil millones de pesos (58%) de los fondos de estabilización (FEIP y FEIEF) que tomó 19 años acumular, y a pesar de ello, 2019 fue el año con menor inversión pública en la historia.

Este gobierno ya se quedó sin dinero. La recaudación fiscal bajó en 330 mil millones de pesos en 2019, y en 2020 tendrá que pagar 965 mil millones de pensiones contributivas a jubilados del gobierno federal, IMSS, ISSSTE, etc., más 139 mil millones de pensiones no contributivas, en particular al Programa de Adultos Mayores. Mientras nuestra economía decrece, el pago de pensiones crecerá 6% por encima de la inflación en 2020.

En el Presupuesto de Egresos para este año se autorizó gastar 523 mil millones en Pemex (y una pérdida de 62 mil millones, que seguramente superará) y 456 mil millones en CFE. Pemex es la empresa más endeudada del mundo. La situación en ambas empresas es crítica y, en vez de ponerlas en manos de ejecutivos experimentados -en un sector complejo- con equipos fuertes y profesionales, Pemex está en manos de un agrónomo (íntimo amigo de AMLO) que no sabe del sector mucho más que cómo se le pone gasolina a un automóvil, y CFE en las de un estatista setentero que desde hace rato debió retirarse a disfrutar de la fortuna que amasó en décadas de "servicio público" (donde sin pudor él se sirvió del público).

La extrema ineptitud que rodea al Presidente y su falta de respeto por el conocimiento y la experiencia son el yunque que hundirá su barco. La crisis de inseguridad provocó más de 34 mil víctimas en el año más violento en la historia reciente. Enfrentarla requeriría estrategias serias de expertos (y no de ineptos como Alfonso Durazo), y de muchos más recursos de los que le han asignado. Empeorará este año. Quizá por eso le teme tanto AMLO a la democracia, y sólo el gasto clientelar es intocable.

Pero la mayor amenaza proviene de la irreversibilidad con la que el Presidente nos amaga. Mucho del daño será definitivo. ¿Cómo regresaremos a un sistema de educación pública medianamente meritocrático? ¿Quién se animará a reformar las pensiones de Pemex? ¿Cómo recuperaremos la confianza de la inversión extranjera que empieza a huir? ¿Cómo regresaremos a construir procuración y administración de justicia? Más aún, ¿cómo lo haremos con una economía devastada después de este sexenio, cuando será ínfimo el presupuesto discrecional disponible?

Por eso importa preservar la posibilidad de reemplazar en las urnas a un gobierno flagrantemente inepto e irresponsable. Por eso es tan grave el ataque al INE. Empieza a arraigarse una narrativa que dice que como a ellos les "hicieron trampa" en 2006, se vale que el árbitro esté ahora en manos de Morena.

La popularidad de López Obrador no debe preocuparnos. Nos debe quitar el sueño que con tanta naturalidad quieran controlar un órgano (sin duda perfectible) cuya autonomía es vital para evitar que sus yerros se vuelvan indelebles.


@jorgesuarezv

miércoles, 12 de febrero de 2020

El nuevo apodo de AMLO y el insulto en el lenguaje populista


Además de aparecer de manera regular en el discurso presidencial, el insulto cumple diversas funciones dentro de la comunicación populista.

 Luis Antonio Espino11 febrero 2020

México es tendencia mundial en Twitter por un nuevo y ofensivo sobrenombre para el presidente López Obrador, derivado de una expresión infantil que él mismo usó en un discurso reciente. Ahí, el presidente le explicaba a su audiencia –con su estilo y palabras– que él y los integrantes de su movimiento son las únicas personas honestas en México, mientras que todos los demás son la corrupción, y por eso merecen ser considerados excremento.

Desde luego, no es la primera vez que AMLO insulta a sus críticos y opositores. Gabriel Zaid ha documentado la diversidad de los adjetivos que usa el presidente, a quien considera “un artista del desprecio y de la descalificación”. Y esto no es algo exclusivo de México. En Estados Unidos, Donald Trump insulta de forma cotidiana a tanta gente que hasta hay una entrada de Wikipedia con el catálogo completo, y se han escrito análisis a fondo de a quiénes insulta y por qué.

El insulto es una característica de la comunicación populista por varias razones:

Es un desahogo para el resentimiento. El populismo moderno es la expresión de dos emociones: el descontento y el resentimiento. El descontento nace de lo que está mal en una sociedad: corrupción, impunidad, injusticia, abuso de poder. El resentimiento surge cuando la gente cree que ha encontrado a los culpables de todo lo que está mal: son “ellos” lo que abusan de “nosotros”. El insulto permite darle salida emocional al resentimiento y sirve como un castigo simbólico a quien lo recibe.
Hace del lenguaje un poderoso instrumento de conexión emocional. Al insultar, el presidente demuestra que él siente lo mismo que muchos de sus seguidores. Eso crea una poderosa conexión emocional, que no cambiará si el presidente gobierna mejor o peor. Pasa también en Estados Unidos, donde los seguidores de Trump explican que lo apoyan simplemente porque él odia al mismo tipo de personas que ellos.
Permite al líder populista comunicar mucho en pocas palabras. AMLO repite siempre que él y los suyos son honestos y son los únicos con autoridad moral por ser quienes son. Todos los otros políticos no, por ser quienes son. Esto es la definición básica de demagogia: discutir identidades, no ideas o asuntos. El insulto es un atajo excelente para que un demagogo ponga etiquetas a los “malos” y quede claro de qué se les acusa sin tener que dar muchas explicaciones. Palabras tan cortas y aparentemente inocentes como “fifí” son insultos que encierran muchas capas de significado y desprecio.
Hace sentir superior a quien lo lanza. El presidente López Obrador ha confesado sonriente (minuto 47 de esta entrevista) que siente “gozo” cuando insulta a sus críticos y opositores, porque los considera hipócritas. Esta agradable sensación de superioridad de nuestro mandatario contrasta con el espíritu de la República, que considera que el presidente es un ciudadano “primero entre iguales” y gobernante de todos, no de una facción o partido.
Le permite al populista decirle al pueblo que él es como ellos. Un hecho de la democracia moderna es que las élites gobernantes se fueron volviendo vez más diferentes de los gobernados. El lenguaje –su tono, su acento, su pronunciación, sus significados y su léxico– se vuelve un símbolo claro de esas diferencias. De ahí que a los líderes populistas les guste “hablar como el pueblo”. Lo coloquial se hace pasar como auténtico, es decir, mostrarse tal como uno es. Y lo “auténtico” se confunde con lo “honesto”, porque dado que el líder se muestra como es, sin miedo a ser juzgado como vulgar, entonces se vuelve cercano, familiar, conocido, uno de nosotros. Y como “nosotros” somos “buenos”, el líder no puede ser malo. ¿O sí?
En cuanto al apodo del presidente, le propongo a los lectores resistir la tentación y pensar dos veces antes de utilizarlo. He visto que los críticos de AMLO se lanzaron a justificar que se insulte al insultador como un acto de justicia: el bully de la escuela tiene al fin una sopa de su propia medicina. Pero al pagarle con la misma moneda, alimentamos el ciclo del resentimiento que le da fuerza, ahondamos la división y fomentamos la distracción de los asuntos importantes –feminicidio, medio ambiente, salud, seguridad–, con lo que permitimos que eluda la rendición de cuentas. Como lo he dicho en otras ocasiones, el antídoto contra la demagogia no es la democracia, sino la decencia. No permitamos que el presidente y sus aduladores sigan sacando lo peor de nuestra sociedad.

martes, 11 de febrero de 2020

El anarquismo feminista

Francisco Martín Moreno en MURAL 11 Feb. 2020


En los últimos días, 11 planteles de la UNAM se mantenían en paro de actividades con 161 mil alumnos afectados, sin olvidar los intentos por tomar la Torre de la Rectoría a martillazos.

Se llevaron a cabo diversas marchas respaldadas por encapuchados, como Colectiva Valkirias Negras, autodenominado "feminista radical y anarquista", y por Colectiva Ácrata Feminista, del CCH Azcapotzalco para exigir acciones efectivas contra la violencia de género, acabar con la represión estudiantil y evitar la presencia de porros en los planteles.

¿Cómo hacerse escuchar en un país de machos? ¿Cómo negar el indiscutible derecho de las mujeres a ser respetadas sin ser agredidas sexualmente por cavernícolas impunes?

Los hombres debemos sumarnos a su defensa civilizada para no resolver nuestras diferencias con las manos o las armas. ¿Pero no se encuentran francotiradores encubiertos en ese justificado movimiento feminista?

El anarcofeminismo mundial, al oponerse a todas las relaciones de poder coactivas, pretende la autonomía de cada mujer, su emancipación y su realización como individuo. Aquí el lema antiguo de las anarquistas: "Ni Dios, Ni Patrón, Ni Marido", a lo que yo agregaría ni gobierno, tampoco.

Ellas se oponen con cocteles molotov y otras armas al Estado y a todo orden coercitivo, al cual identifican como parte de un patriarcado supresivo, el origen de su desigualdad.

Para las anarcofeministas, cualquier estructura jerárquica de derecha o izquierda es de extracción masculina y, por tanto, implica autoritarismo, dominación y explotación, por lo que, ante una incapacidad histórica de ser respetadas, echan mano de la violencia para imponerse en una sociedad que ignora sus derechos.

Lo anterior intenta exhibir las respuestas feministas ante la desigualdad y las agresiones padecidas por ellas, así como las herramientas panfletarias a las que recurren para conquistar sus justificados objetivos.

Llama la atención ver en el Cono Sur, así como en otras latitudes, la presencia de encapuchados vestidos de negro, como ocurrió en Chile, en donde esos personajes aprovecharon una marcha civilizada de protesta por el régimen de pensiones para incendiar buena parte de la red del Metro de Santiago, quemar iglesias, universidades, viviendas, sedes de partidos políticos y edificios gubernamentales ocasionando pérdidas de 4 mil 500 millones de dólares.

Otros encapuchados armados irrumpieron en la sede de Voluntad Popular, el partido de Juan Guaidó en Venezuela, de la misma manera en que similares comandos bien organizados, movidos por intereses extraños, atacaron plazas en Bogotá, Quito y La Paz, al igual que lo hicieron en México al destruir comercios e intentar quemar la Puerta Mariana en Palacio Nacional y el Monumento a la Independencia.

La diferencia entre AMLO y Piñera es que éste arrestó a miles de personas acusadas de vandalismo. Los "abrazos y no balazos" hubieran conducido a la desintegración de Chile.

¿Existe un plan urdido por Caracas y La Habana (¿y Moscú?) para desestabilizar a los Gobiernos aliados con Washington? ¿Ya se olvidó la intromisión electrónica de los expertos del Kremlin en los procesos electorales europeos y en el norteamericano?

El Presidente Lenín Moreno denunció una conspiración urdida por Venezuela, en tanto Piñera señaló a "infiltrados" extranjeros, en tanto Colombia y Bolivia expulsaron a venezolanos y cubanos.

Alemania prohibió desde 1985 las marchas de protesta con el rostro cubierto. ¡Gran idea! ¿Por qué en Chile arrestaron a 17 mil incendiarios y en Francia a 8 mil chalecos amarillos y en México no hay un solo detenido, mientras intentan paralizar a la UNAM y crear un conflicto mayor aprovechando un supuesto movimiento anarco-feminista?

¿López Obrador será un anarquista camuflado que propicia la destrucción de México al no aplicar la ley, liberar al "Chapito", no encarcelar a los grandes capos ni a los integrantes de la Mafia del Poder ni a los encapuchados ni a los miembros de la delincuencia organizada, además de empeñarse en desmantelar nuestras instituciones? ¿AMLO anarquista? No lo había pensado, pero es lo que parece...

jueves, 6 de febrero de 2020

Socialismo destruye'

Manuel J. Jáuregui en MURAL 06 Feb. 2020


La frase entrecomillada que da título a este artículo la pronunció el Presidente norteamericano, Donald Trump, el martes durante su tercer Informe a la Nación. Sus palabras exactas son las siguientes:

"Estamos apoyando la esperanza de cubanos, nicaragüenses y venezolanos para restablecer la democracia. Estados Unidos está encabezando una coalición de 59 naciones en contra del dictador socialista de Venezuela, Nicolás Maduro. Maduro es un líder ilegítimo, un tirano que abusa de su gente. Pero su tiranía será aplastada y quebrada.

"Aquí esta noche se encuentra un hombre muy valiente, que carga con él las esperanzas, sueños y anhelos de todos los venezolanos. Acompañándonos hoy en la audiencia se encuentra el verdadero y LEGÍTIMO PRESIDENTE (énfasis nuestro) de Venezuela, Juan Guaidó.

"Señor Presidente (dirigiéndose a Guaidó), muchas gracias, es un gran honor. Por favor, lleve con usted este mensaje: que todo el pueblo americano está unido con el pueblo de Venezuela en su legítima lucha por la libertad. Muchas gracias, señor Presidente.

"El SOCIALISMO DESTRUYE NACIONES (énfasis nuestro), pero recordemos siempre que LA LIBERTAD UNIFICA EL ALMA".

Creemos que ustedes, amables lectores, coincidirán con nosotros en que el mensaje es bastante claro, y en gran medida sorprendente, considerando el contexto, i.e.: que el Presidente norteamericano haya tomado una posición de diplomacia exterior tan clara y SÓLIDA en un Informe ante el Congreso sobre el Estado de la Unión. Mas no es ésta la razón principal por la que nos tomamos la libertad de comentarles hoy este inusual pronunciamiento. Sino para recordarles que la posición diplomática oficial de México ha sido precisamente la contraria: de un apoyo incondicional a Maduro, y a otros socialistas como Evo Morales y los hermanos Castro.

Dada la dureza y claridad de la posición fijada por el Presidente Trump les debe ser evidente, lectores, como a su servidor, que en este tema México se encuentra en una posición totalmente contraria a la diplomacia exterior norteamericana hacia América Latina. Y no sólo en contra de Estados Unidos, sino también de los otros 58 países que forman la COALICIÓN antisocialismo, antitiranismo y anti-Maduro que encabeza Estados Unidos.

Usualmente en temas de esta naturaleza, y con la promesa pública y solemne del Presidente norteamericano de APLASTAR la tiranía de Venezuela, dudamos mucho que el Gobierno simpatizante con la izquierda de la 4T pueda seguir apoyando, ni abierta ni encubiertamente, al dictador venezolano Maduro.

En numerosas ocasiones el Presidente López O. ha dicho que él "no se va a pelear con Estados Unidos". Lo cual es -de facto- una posición de prudencia que intenta salvaguardar los legítimos intereses de México ante posibles represalias comerciales tomadas de manera unilateral por el Presidente Trump, tal y como ha amenazado con hacer en varias ocasiones.

Ahora, que quede claro, hablamos de la "realpolitik", no de lo que debería ser, sino de lo que en los hechos es. No defendemos ni justificamos al Presidente Trump, hablamos de lo que ha quedado a la vista de todos: una cruda realidad. A menos que cambiemos a México de continente, mientras seamos vecinos y socios comerciales, efectivamente al Gobierno mexicano le asiste la razón práctica de que no es conveniente "pelear con Estados Unidos".

Igualmente, y de pasada, sería útil dedicar un buen rato a analizar las ramificaciones de las aseveraciones que en líneas arriba plasmamos emanadas de la boca del Presidente Trump. Por ejemplo, si no está dispuesto Estados Unidos a tolerar el socialismo en Cuba, Nicaragua (Daniel Ortega) y Venezuela, ¿ustedes creen, amigos lectores, que estaría dispuesto a tolerarlo EN MÉXICO?

Aclaramos -porque así es como amanece-: no estamos justificando ni hablando de una intervención norteamericana, NADA DE ESO, sino de la simple convivencia económica, comercial, financiera y humana entre dos naciones que comparten población, lazos familiares e intereses comunes como Estados Unidos y México.

Ni ustedes, amigos lectores, ni su servidor le tenemos que pensar mucho. Quizá los que deban evaluar sus opciones reales -y enmendar sus ideas radicales- son los comejenes de la 4T que sueñan con hacer de México una Cuba o una Venezuela.

Toca poner el alto

Jorge Suárez-Vélez en MURAL 06 Feb. 2020


Decrecimos por primera vez desde 2009. Entonces, el mundo vivía su peor crisis económica desde 1929. Hoy el escollo es hecho en casa. Por el TLCAN, estamos ligados a los ciclos de EU desde 1994. Usando su metodología, decrecimos 0.7%, cuando ellos crecieron 2.3%. Dado que nuestra población crece, per cápita decrecimos 1.7%.

No hay otros datos que valgan. Además, la producción de Pemex bajó 7.4% y sus ingresos 12% en 2019. Su producción diaria está 9% debajo de la meta de Hacienda. Peor aún, nuestro crecimiento potencial será menor. La importación de bienes de capital bajó 8.9%. En cualquier país merece atención el desarrollo de capacidad industrial, de capacitación laboral, de acceso a tecnología de punta e inversión en infraestructura. Aquello que hace a un país más productivo y con más potencial para crecer. Si no invertimos en bienes de capital, más allá de no crecer hoy, no lo haremos mañana.

Este gobierno sigue sin entender que, independientemente de sus motivos, cancelar el NAIM envió todas las señales equivocadas. Confirmó que AMLO no es ni el político brillante, ni el pragmático que sus detractores esperaban. Por dogmatismo se dio un balazo de proporciones épicas en el pie. Eso aunado a un nuevo movimiento sindical más propenso a huelgas y que obstruye distintas industrias, a la amenaza de no reconocer contratos de CFE previamente firmados para gasoductos, a la cancelación de rondas petroleras cuando Pemex no tiene recursos ni tecnología para operar en aguas profundas (donde están sus reservas), a la cancelación de actividad privada para utilizar fuentes renovables en la generación de energía a precios competitivos (y el regreso a un ineficiente monopolio estatal que amenaza con disrupciones en la oferta de electricidad e incrementos en costo), al uso de la UIF para extorsionar a un ministro de la Corte y como mecanismo de presión a quienes no se alineen, a la amenaza de terrorismo fiscal, a la posible adopción de un sistema penal punitivo que pondrá en peligro a empresarios "detractores", a la decisión de la secretaria de la Función Pública de solapar a funcionarios corruptos "amigos", a la pésima estrategia de seguridad carente de recursos para enfrentar la angustiosa crisis, al exceso de trámites y a la falta de permisos que estrangularon a la industria de la construcción, al desprecio por la experiencia-talento-inteligencia con la consecuente ineptitud de su equipo, a la falta de respeto a la investidura presidencial desde la cual AMLO miente sistemáticamente y distrae con ocurrencias vergonzosas como la "rifa" de un avión presidencial arrendado. Quizá fue un milagro no decrecer más.

No creceremos sin inversión privada. Por cada peso que "invierte" el gobierno, las empresas invierten seis. La inversión pública es la más baja en la historia, bajará más este año. Los inversionistas extranjeros ya manifiestan su escepticismo. Ferris Hussein, ejecutivo del Carlyle Group, expresó la semana pasada que "la falta de claridad y consistencia" dificulta la inversión en el sector energético. Claudia Jañez, presidenta para América Latina de DuPont, dijo que la narrativa anti-empresarial del gobierno deteriora el ambiente de negocios.

Los empresarios mexicanos tarde o temprano tendrán que enfrentarse al Presidente. Han preferido capitular ante el nuevo gobierno y mantener un perfil bajo, manifestando en privado su preocupación. Llegó la hora de dejar claro que no invertirán hasta que el gobierno muestre disposición a cambiar rumbo y tono. Decir que lo harán y después no hacerlo es el peor escenario posible. Cuando la situación se deteriore, y lo hará, serán un chivo expiatorio perfecto.

El crecimiento importa. Sin crecimiento no hay desarrollo posible. Nada incrementa más la desigualdad que no crecer. Quienes tienen activos se siguen beneficiando de su renta, pero sufre quien vive al día. Es absurdo discutir si en México puede haber más bienestar sin crecimiento. En un pastel más chico y con más comensales, hay muchos comiendo menos; y, con certeza, no los más ricos.

Vamos mal, iremos peor.



@jorgesuarezv

miércoles, 5 de febrero de 2020

Tope a pensiones

JAQUE MATE / Sergio Sarmiento en MURAL
05 Feb. 2020


"En el caso de las pensiones,
nada más que no nos confundan:
no somos iguales. ¡Cómo vamos
a bajar nosotros las pensiones
de los trabajadores? Eso sí calienta".

Andrés Manuel López Obrador


La Suprema Corte de Justicia no tiene obligación ni facultad de modificar o mejorar las leyes, solo de aplicarlas, resolver sus contradicciones y definir su constitucionalidad. Por eso no asombra la tesis de jurisprudencia 164/2019 de la Segunda Sala del 24 de enero, que determinó que el tope de pensiones del Seguro Social para quienes se retiren según la ley de 1973 es de 10 salarios mínimos como lo establece la propia ley.

La decisión ha generado cuestionamientos y angustias. Algunos han acusado al gobierno de Andrés Manuel López Obrador de haber pedido a la Corte que emitiera una tesis para reducir las pensiones. Falso. La contradicción de tesis de tribunales inferiores obligaba a la Corte a emitir jurisprudencia. No es la primera vez, por otra parte, que lo hace en este tema. También lo hizo en 2010 cuando afirmó lo obvio: que la ley de 1973 se aplica a quienes se retiran bajo la ley del 73. La Corte no modificó los topes del sistema de pensiones. No lo puede hacer. Solo ratificó la aplicación de la ley del 73 para quienes se pensionan al amparo de dicha ley.

Desde hace años hemos tenido dos sistemas de pensiones del IMSS que confluyen en un llamado régimen de transición. La Ley de 1973 establecía el derecho a una pensión indefinida con un máximo de 10 salarios mínimos tras cotizar un mínimo de 500 semanas; la de 1997 exige 1,250 semanas de cotización con un tope de 25 salarios mínimos... mientras haya fondos en la cuenta individual.

La enorme mayoría de quienes se han pensionado desde 1997 lo han hecho bajo la ley de 1973. Conviene más. La de 1973 es una pensión ilimitada en el tiempo, no restringida por los ahorros en una cuenta individual. Sin embargo, ningún gobierno se atrevió a topar las pensiones en 10 salarios mínimos, pese a que lo decía la ley.

No parece que esto vaya a cambiar. Zoé Robledo, director general del IMSS, señaló ayer que "nosotros vamos a seguir calculando las pensiones que están en este modelo de transición... en 25 salarios mínimos". El presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que "son derechos adquiridos". La SCJN apuntó que la jurisprudencia no modifica "las políticas públicas que decida tomar e implementar el IMSS en materia de pensiones por jubilación".

Entiendo la razón política. Reducir los ingresos de los pensionados puede tener un costo político enorme. Solo hay que preguntarle al presidente francés, Emmanuel Macron, quien ha enfrentado una costosa rebelión de los sindicatos por su intento de subir dos años la edad de jubilación. A nadie le importa si el sistema está quebrado.

Robledo afirma que la jurisprudencia solo es obligatoria para los tribunales, pero no para el IMSS o el gobierno federal. No estoy tan seguro. Alguien podría demandar a los funcionarios por pagar más del tope legal. Por otra parte, quienes reciben pensiones de más de 10 veces el salario mínimo no son los más pobres. Los 10 mínimos representan hoy 37,460 pesos mensuales, pocos pensionados los reciben. Los 25 mínimos alcanzarían 93,650 pesos.

Supongo, además, que si se redujeran las pensiones, los afectados demandarían al gobierno con el argumento de que se les estarían aplicando resoluciones en su perjuicio de manera retroactiva. El asunto llegaría a la Corte y lo más probable es que los ministros les dieran la razón.



· PENSIONES FUTURAS

La discusión sobre las pensiones actuales y pasadas debería obligarnos a revisar las pensiones futuras. El sistema de cuentas individualizadas rescató al IMSS de una quiebra segura, pero con las aportaciones que se están haciendo los trabajadores actuales recibirán solo 28.5 por ciento de su sueldo final cuando se retiren.


@SergioSarmiento

El Presidente es mezquino

Raymundo Riva Palacio , 4 feb. 2020, El Financiero

Estrictamente Personal
¿Se puede afirmar que el presidente Andrés Manuel López Obrador ejerce un poder mezquino? Definitivamente sí. La definición de mezquino, de la Real Academia Española, incluye ser “falto de generosidad y nobleza de espíritu”. El Presidente lo ha sido de manera clara y sistemática. No es generoso, salvo con sus fieles y sus clientelas electorales, por lo que ha polarizado el país como lo hizo en Tabasco en los 90, en la Ciudad de México a principio de siglo, y en 2006 a nivel nacional, tras perder la elección presidencial, derrota que nunca admitió.

López Obrador ha sido consistente, pero de corta visión. No era lo mismo dividir a una sociedad tras haber perdido una elección para gobernador, o luchar contra un desafuero infame, o incluso partir las emociones durante una campaña electoral visceral –que dividió a familias incluso– y un conflicto postelectoral tormentoso, que hoy, que es el jefe del Estado mexicano, con responsabilidad política con la tercera parte del país que lo apoyó –53 por ciento de quienes acudieron a votar–, sino también con el resto que votó en contra. López Obrador es Presidente, no jefe de una tribu, como se comporta.

A algunos les parecerá que la palabra mezquina es dura. Lo es, aunque la pregunta es si también es injusta. La valoración depende de varios factores como la ideologización, la capacidad de autocrítica, el entorno, niveles de información, aptitudes para poder separar entre lo bueno y lo malo del Presidente y de sus antecesores, o de aspectos que tocan la razón y el estómago, como si los agravios de gobiernos anteriores son todavía superiores a lo que están experimentando en el país.

La reflexión es libre, como también descubrir o rechazar si la mezquindad se ajusta a la actitud del presidente López Obrador. Como botones de muestra:

1.- El fin de semana llegaron a México 52 estudiantes mexicanos que estaban en China, en vuelos comerciales. El gobierno federal no los ayudó. El gobierno de Guanajuato cubrió los gastos. Otros 10 mexicanos fueron evacuados de Wuhan por el gobierno francés, y llegaron a un aeropuerto militar en el sur de Francia, donde estarán en cuarentena durante dos semanas por el coronavirus. Los primeros entraron sin recibir ninguna atención de la Secretaría de Salud; los filtros sanitarios se los hicieron al salir de China y en los aeropuertos donde hicieron sus conexiones.

La semana pasada, el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, dijo que sólo seis personas habían solicitado el regreso a México, y advirtió que no todas podrían ser repatriadas. ¿Por qué? Las razones no son claras, pero en medio de toda esta falta de información, lo que tenemos hasta ahora es de alrededor de 70 que ya dejaron el país o están en ese proceso, y el 90 por ciento aproximado, sin apoyo federal. Ebrard dijo que no se justificaba enviar un avión por ellos.

Sí se justificó enviar un avión Boeing 737-800 de la Fuerza Aérea por las cenizas de José José, que tiene capacidad para 162 pasajeros. De haberlo utilizado, tendría que haber hecho varias escalas, como los vuelos comerciales, que no habrían resultado necesarias con el avión presidencial que se rifará o rematará, por el cual mejor se sigue pagando un millón de pesos mensuales por tenerlo estacionado, porque, como es un símbolo de corrupción para el Presidente, es intocable. La seguridad de los mexicanos no basta para que cambie de opinión.

2.- El 12 de enero se reunió el Presidente con miembros de la familia LeBarón-Langfod, en Bavispe, tras sufrir el asesinato de tres madres y seis menores, y días después que la familia buscó entrevistarte con el presidente Donald Trump. López Obrador propuso levantar un memorial para las víctimas –algo que no ha hecho con ninguna otra víctima, como los masacrados en Minatitlán y Coatzacoalcos–, y prometió que habrá justicia. Ocho días después, los LeBarón, junto con el activista Javier Sicilia, encabezaron una caminata para pedir justicia y paz, y fueron agredidos en el Zócalo por simpatizantes de López Obrador, y hubo actitudes xenófobas contra los LeBarón, que tienen la doble nacionalidad estadounidense-mexicana, como su nieto, por cierto. López Obrador se negó a deslindarse de esa turba violenta, minimizando las agresiones e insultándolos por reclamar el fin de la violencia y pedir justicia para sus víctimas.

3.- El problema del desabasto de medicinas llevó al extremo comprensible a los padres de niños con cáncer, que tomaron acciones radicales para llamar la atención a la situación en la que se encontraban, donde sus hijos están entre la vida y la muerte. La reacción del Presidente fue relegar el problema y enfocarse en acusaciones de corrupción, señalando a directores de hospitales infantiles de conspirar contra el gobierno, y amenazar a funcionarios con meterlos a la cárcel, acusándolos de sabotaje con las medicinas.

En estos tres ejemplos, el Presidente no ha mostrado empatía, pero sí ha dejado claro que todo aquello que está fuera de su agenda electoral, es visto como un virus político que hay que erradicar. El caso de la familia LeBarón es lo más diáfano: cuando creció la presión en la opinión pública y por parte de Estados Unidos por esa matanza, y ante la eventual injerencia de Trump, entró rápido a controlar daños. Cuando esa presión bajó, los insultó. El maltrato a los padres de los niños con cáncer entra en esa categoría, y la doble moral política en el caso de los mexicanos que buscaban ser evacuados de China, ignorados por su gobierno, se compara con la manera como se desplegaron todos los recursos y un avión militar para ir por Evo Morales a Bolivia, a quien le otorgaron un asilo que no solicitó y le dieron trato de jefe de Estado.

¿Mezquino? Por supuesto.