Guillermo Velasco Barrera
Mural, 15 Mar. 2019
Uno de los temas recurrentes en la narrativa del Presidente López Obrador, desde los tiempos de campaña, ha sido la promesa de someter a una consulta popular, a mitad del sexenio, si debe o no continuar al frente del gobierno en virtud de sus resultados. "El pueblo pone, el pueblo quita", sostiene.
Tal "consulta popular", para la denominada revocación de mandato, será la madre de todas las consultas en la gestión de López Obrador, y como en todas las anteriores, el resultado ya lo conocemos, pues se trata igualmente de una estrategia que consiste en arropar en la supuesta voluntad del pueblo sabio, decisiones previamente tomadas. Una simulación más.
Pero el peso de esta maniobra del Presidente en su estrategia electoral es determinante. Los legisladores de Morena están planteando una reforma constitucional para que la consulta de revocación de mandato se realice el 6 de junio de 2021, misma fecha en que tendrán lugar las elecciones para renovar la Cámara de Diputados. Lo anterior significa que López Obrador estará en la boleta en el próximo proceso electoral.
Los grupos opositores a Morena exigen que la referida consulta se lleve a cabo en diciembre de 2021, justo cuando López Obrador estaría llegando a la mitad de su mandato. Lo anterior no sucederá, desde luego, pues empatar la elección intermedia con la "revocación de mandato", significa incidir de forma determinante con la marca AMLO en el rumbo de los próximos comicios.
El Presidente arrasó en la pasada elección y se convirtió en una verdadera locomotora, logrando victorias para su partido en lugares en donde prácticamente no existía o no tenía la suficiente fuerza. López Obrador subió al "carro ganador" a candidatos a puestos de elección popular que jamás hubieran ganado, de no ser por el fenómeno político que significó el abanderado de la coalición "Juntos Haremos Historia".
Además, la popularidad del Presidente se ha consolidado, no tanto en virtud de su resultados, sería muy temprano para una valoración al respecto, sino debido a la enorme conexión que logra con millones de personas que se identifican con el discurso de polarización y resentimiento que ha construido, discurso que va acompañado de dádivas y entrega de recursos que, sin dejar de reconocer que son paliativos para una indiscutible situación de injusticia que prevalece en el País, fidelizan a millones de votantes con el caudillo que "atiende al pueblo" sin intermediarios.
Y tal popularidad, que al parecer no menguará pronto, será un factor que podría incidir de forma importante en la intención de voto de las elecciones de 2021, máxime cuando el personaje más conocido de Morena estará en la boleta. Mucha gente no sabrá nada respecto a los perfiles que van a contender por posiciones en el Congreso, pero el mensaje subyacente de la consulta de revocación de mandato será: "vota por los candidatos de Morena".
De la mano de este espaldarazo a los candidatos del partido oficial en 2021, la consulta de revocación de mandato será en la práctica un refrendo presidencial que podría ser el primer paso para modificar la Constitución a efecto de dar paso a la reelección consecutiva del Presidente.
Simplemente hay que seguir su narrativa para comprender hacia donde apunta la estrategia trazada por el Gobierno. El Pueblo es el amo y señor, el pueblo es sabio y el pueblo manda, el pueblo pone y el pueblo quita, nada sin la voluntad del pueblo. Y el "pueblo" decidirá en 2021 que López Obrador debe continuar hasta el final del sexenio, y posiblemente más.
De esta forma, la eventual reelección del Presidente será, no la obstinación de López Obrador por aferrarse al poder, sino el respeto irrestricto a la decisión del pueblo. Por lo pronto, habremos de reconocer una gran consistencia en la estrategia política de la nueva clase gobernante para intentar construir una hegemonía política verdaderamente inamovible.
@gvelascob
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