miércoles, 13 de marzo de 2019

La “señora de…” ya es ministra de la SCJN

Francisco Gardias, Excelsior
13 de Marzo de 2019
Lo que ni el PRI se atrevió a hacer con Raúl Cervantes, sí lo hizo Morena: imponer un “ministro carnal” en la SCJN, a pesar de que hay un claro conflicto de interés. 
Como lo adelantamos aquí el pasado jueves, Yasmín Esquivel Mossa, esposa del empresario proamloísta José María Riobóo, es la sucesora de la jubilada ministra de la Corte, Margarita Luna Ramos. Otra vez se impuso la habilidad negociadora de Ricardo MonrealEsquivel logró ampliamente la mayoría calificada que la elección requería. La nueva ministra obtuvo 95 votos a favor de 121 posibles.
Y sin embargo, fueron necesarias dos rondas de votaciones para su elección, no se logró la mayoría calificada en la primera, en la que obtuvo 66 votos; Loretta Ortiz, 14 votos, y Celia Maya, cero votos. Se declaró un receso para negociar. La condición del PRI para apoyar a Esquivel fue que Morena no impusiera a sus candidatos en las elecciones que se vienen en el Senado: la de los magistrados de las salas regionales del TEPJF; y de los integrantes de la CRE, cuya terna salió reprobada en comisiones.
Yasmín fue la primera de la terna en hablar ante el pleno. La mujer, que ha dedicado 35 años al servicio público, nada dijo del cacareado conflicto de interés ni de su marido constructor. Ni siquiera repitió la pegadora frase “no soy la señora de…”, como lo hizo en comisiones. Dijo, eso sí, que la SCJN debe ser el dique que contenga excesos de cualquiera de los poderes, y se comprometió, como lo hacen todos, a “defender la autonomía e independencia judicial, presupuesto indispensable en un Estado Constitucional de Derecho”.
Esquivel ha sido cuestionada por su papel como magistrada del Tribunal de lo Contencioso Administrativo frente al caso de la famosa “Supervía” en tiempos de Marcelo Ebrard.
La organización Greenpeace y los vecinos de la zona sur de la ciudad le pidieron que se abstuviera de votar en su calidad de magistrada. No lo hizo, a pesar de que su marido era el mero mero de una de las constructoras que hacían la obra.

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