Yuriria Sierra 05/03/2015 02:48
Valientes revolucionarios! ¡Valientes maestros! Pero, sobre todo, ¡valientes impostores! No se cansan de inventar versiones que les den gasolina para incendiar Guerrero (y a México con él). De pedir lo imposible (“vivos se los llevaron, vivos los queremos de regreso”) y, ahora, ante la imposibilidad de cobrar carísimo a su “muertito” (mismo que, se demostró, falleció por el atropellamiento que ellos mismos, los cetegistas, cometieron contra los asistentes a la marcha de Acapulco), inventando supuestas violaciones (sí, sexuales) en contra de tres supuestas “maestras” presentes en esa misma marcha. Violaciones de las que aseguraban tener pruebas contundentes. Pero, más bien, la mentira impúdica parece haber terminado por convertirse en estandarte de “combate” para seguir sangrando al estado... y al Estado.
A la muerte del profesor jubilado —que ya se documentó, fue provocada por el autobús que transportaba a los cetegistas—, los miembros de esa nada honorable Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación se ensalsaron su papel de mártires, ése que tanto les gusta jugar. Pero el colmo no fue que utilizaron la muerte del maestro para beneficio de aquella personificación del chantaje, sino que, además, usaron la muerte de otra persona: dijeron que tras el enfrentamiento del 24 de febrero, Nancy Carolina Ayala Cortez, de 22 años, había muerto por los golpes y la violación que había sufrido por policías. ¡Falso!
Ayer, la madre de la joven concedió una entrevista a mi compañera Adela Micha y lo dijo así: “Mi hija muere en un accidente, la trasladamos a un hospital y ahí le da un infarto, se golpeó muy fuerte, pero al trasladarla al hospital me dijeron que había sangrado interno (...) Ella no tenía nada que ver con la CETEG, mi hija estudió cocina, el día del enfrentamiento nosotras no estábamos en Acapulco, nos encontrábamos en Coyuca de Benítez...”.
¡Y es que la CETEG dijo que era maestra! ¿Les dará su falta de escrúpulos para desmentir a la propia madre de la joven que ni era maestra ni fue violada ni estaba presente en la manifestación de Acapulco? Evidentemente, sí: “Yo no conozco a nadie de la CETEG, jamás tuve un cambio a ciudad, siempre fui maestra rural, pero renuncié tras la muerte de mi esposo para dedicarme a la casa (...) Ya dejen descansar a mi hija, por más que les he dicho que quiten esas publicaciones, no lo hacen”, dijo también María del Carmen Cortez del Río en la misma entrevista.
La torpeza disfrazada de orgullo de la CETEG no les da para reconocer su error ni su alevosía. Y es que cómo lo harían si ello significa que dejarían de nutrir su figura de mártir. Es por demás detestable que esta organización siga operando como lo hace, es terrible que aún haya quienes les crean; aunque peor aun es que haya autoridades que sean capaces de caer en sus trampas, que es más bien extorsión y eso, en cualquier parte del mundo, es un delito.
ADDENDUM. Y aquellos de la CETEG, seudotrabajadores de la educación, son sólo uno de tantos lastres que este rubro sufre en el país. Recordemos lo dado a conocer por Mexicanos Primero: de cada 100 pesos del presupuesto educativo, 84.30 pesos son para pagar salarios y maestros, 4.4 pesos para becas a estudiantes, 7.4 pesos para el pago de servicios y 70 centavos (sí, centavos) para la compra de material escolar, entiéndase libros. Casi 85% del dinero destinado a la educación del país se va para pagar el salario de maestros que no dan clases, pero que sí salen a las calles a provocar enfrentamientos con la policía. Por fortuna no son todos, por fortuna aún hay maestros que están dispuestos a dar su vida por la enseñanza en las aulas. Pero, tristemente, pensaremos que nos hacen falta muchos más como ellos y menos como los otros que se encargan de exprimir una nómina que no logran justificar con su trabajo. Una nómina que equivale a 85% del presupuesto educativo del país. Qué tristeza.
A la muerte del profesor jubilado —que ya se documentó, fue provocada por el autobús que transportaba a los cetegistas—, los miembros de esa nada honorable Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación se ensalsaron su papel de mártires, ése que tanto les gusta jugar. Pero el colmo no fue que utilizaron la muerte del maestro para beneficio de aquella personificación del chantaje, sino que, además, usaron la muerte de otra persona: dijeron que tras el enfrentamiento del 24 de febrero, Nancy Carolina Ayala Cortez, de 22 años, había muerto por los golpes y la violación que había sufrido por policías. ¡Falso!
Ayer, la madre de la joven concedió una entrevista a mi compañera Adela Micha y lo dijo así: “Mi hija muere en un accidente, la trasladamos a un hospital y ahí le da un infarto, se golpeó muy fuerte, pero al trasladarla al hospital me dijeron que había sangrado interno (...) Ella no tenía nada que ver con la CETEG, mi hija estudió cocina, el día del enfrentamiento nosotras no estábamos en Acapulco, nos encontrábamos en Coyuca de Benítez...”.
¡Y es que la CETEG dijo que era maestra! ¿Les dará su falta de escrúpulos para desmentir a la propia madre de la joven que ni era maestra ni fue violada ni estaba presente en la manifestación de Acapulco? Evidentemente, sí: “Yo no conozco a nadie de la CETEG, jamás tuve un cambio a ciudad, siempre fui maestra rural, pero renuncié tras la muerte de mi esposo para dedicarme a la casa (...) Ya dejen descansar a mi hija, por más que les he dicho que quiten esas publicaciones, no lo hacen”, dijo también María del Carmen Cortez del Río en la misma entrevista.
La torpeza disfrazada de orgullo de la CETEG no les da para reconocer su error ni su alevosía. Y es que cómo lo harían si ello significa que dejarían de nutrir su figura de mártir. Es por demás detestable que esta organización siga operando como lo hace, es terrible que aún haya quienes les crean; aunque peor aun es que haya autoridades que sean capaces de caer en sus trampas, que es más bien extorsión y eso, en cualquier parte del mundo, es un delito.
ADDENDUM. Y aquellos de la CETEG, seudotrabajadores de la educación, son sólo uno de tantos lastres que este rubro sufre en el país. Recordemos lo dado a conocer por Mexicanos Primero: de cada 100 pesos del presupuesto educativo, 84.30 pesos son para pagar salarios y maestros, 4.4 pesos para becas a estudiantes, 7.4 pesos para el pago de servicios y 70 centavos (sí, centavos) para la compra de material escolar, entiéndase libros. Casi 85% del dinero destinado a la educación del país se va para pagar el salario de maestros que no dan clases, pero que sí salen a las calles a provocar enfrentamientos con la policía. Por fortuna no son todos, por fortuna aún hay maestros que están dispuestos a dar su vida por la enseñanza en las aulas. Pero, tristemente, pensaremos que nos hacen falta muchos más como ellos y menos como los otros que se encargan de exprimir una nómina que no logran justificar con su trabajo. Una nómina que equivale a 85% del presupuesto educativo del país. Qué tristeza.
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