Hay una andanada en medios de comunicación en contra de Enrique Peña Nieto que tiene como único beneficiario a López Obrador.
Políticos y comunicadores de izquierda, a partir de una superioridad moral que no tienen, han extendido la versión de que el mexicano es el peor gobierno del mundo y su presidente el más malo que ha pisado Palacio Nacional.
Mienten, pero han sido exitosos en crear una ola de rechazo a todo lo que venga del gobierno, a la cual se han montado, por esnobismo o convicción, analistas serios que no soportan la presión de élite “progre”.
Desde luego que este gobierno ha cometido errores, como la 'casa blanca' y una reforma fiscal inoportuna, pero el principal ha sido cederle el campo de la opinión pública al adversario y caminar como si a la crítica no hubiera que contestarle con argumentos, sino con desdén.
Pero han habido éxitos notables en medio de un mundo convulsionado por las crisis económicas y la parálisis de ideas.
La reforma que regula las telecomunicaciones es de un mérito que no se ha reconocido, lo mismo que la reforma educativa, aunque haya tres estados remisos a su aplicación. Con la reforma energética se rompió un tabú histórico, que cambió un paradigma que tiene responsabilidad en nuestro subdesarrollo.
¿No sirve Peña Nieto? Pamplinas. Ha cometido errores, pero lo demás es parte de la propaganda lopezobradorista.
Ahora López Obrador (un candidato presidencial en campaña anticipada, para el cual no hay sanciones porque le tienen miedo) nos sale con un “se los dije, las reformas nos iban a llevar al despeñadero”.
¿Qué tienen que ver las reformas educativa o energética con la baja del precio del petróleo, o con la depreciación del peso por el fortalecimiento universal de la divisa estadounidense?
Pura propaganda. Y como el gobierno no ha contestado, los neutrales se suman a la cargada anti Peña que hay en los medios de comunicación.
Fue un error el manejo y la adquisición de los terrenos contiguos a la 'casa blanca', que debieron ser devueltos a Higa y anular ese trato.
Sin embargo, el desastre de la Línea 12 del Metro incluye un daño al erario público por 47 mil millones de pesos, lo que equivale a miles de 'casas blancas', y la crítica ha dejado morir el caso porque afecta a un político de izquierda.
¿Qué superioridad moral presumen los que avalaron esos negocios, los fraguaron y se beneficiaron de ellos?
Han tenido la habilidad de posicionarse como líderes de una cargada contra Peña Nieto, cuando fueron ellos los que pusieron como candidato a Ángel Aguirre en Guerrero y a José Luis Abarca en Iguala, los padrinos de la masacre contra los estudiantes de Ayotzinapa.
Tienen el descaro de exigirle al gobierno que aparezcan con vida los 43 normalistas, que están muertos, cuando ellos solapan a las autoridades de la Normal Isidro Burgos que mandaron a los jóvenes de primer ingreso a robar camiones y dirigirse a Iguala, a morir en manos de unos bandidos que ellos hicieron candidatos y luego autoridades constitucionales.
La andanada contra Peña Nieto es exagerada, interesada y favorece a un aspirante a dictador que recibe como maná del cielo la tendencia antigobierno que se expande entre los críticos, entre ellos algunos muy lúcidos pero que en esta ocasión están equivocados.
Twitter: @PabloHiriart
Políticos y comunicadores de izquierda, a partir de una superioridad moral que no tienen, han extendido la versión de que el mexicano es el peor gobierno del mundo y su presidente el más malo que ha pisado Palacio Nacional.
Mienten, pero han sido exitosos en crear una ola de rechazo a todo lo que venga del gobierno, a la cual se han montado, por esnobismo o convicción, analistas serios que no soportan la presión de élite “progre”.
Desde luego que este gobierno ha cometido errores, como la 'casa blanca' y una reforma fiscal inoportuna, pero el principal ha sido cederle el campo de la opinión pública al adversario y caminar como si a la crítica no hubiera que contestarle con argumentos, sino con desdén.
Pero han habido éxitos notables en medio de un mundo convulsionado por las crisis económicas y la parálisis de ideas.
La reforma que regula las telecomunicaciones es de un mérito que no se ha reconocido, lo mismo que la reforma educativa, aunque haya tres estados remisos a su aplicación. Con la reforma energética se rompió un tabú histórico, que cambió un paradigma que tiene responsabilidad en nuestro subdesarrollo.
¿No sirve Peña Nieto? Pamplinas. Ha cometido errores, pero lo demás es parte de la propaganda lopezobradorista.
Ahora López Obrador (un candidato presidencial en campaña anticipada, para el cual no hay sanciones porque le tienen miedo) nos sale con un “se los dije, las reformas nos iban a llevar al despeñadero”.
¿Qué tienen que ver las reformas educativa o energética con la baja del precio del petróleo, o con la depreciación del peso por el fortalecimiento universal de la divisa estadounidense?
Pura propaganda. Y como el gobierno no ha contestado, los neutrales se suman a la cargada anti Peña que hay en los medios de comunicación.
Fue un error el manejo y la adquisición de los terrenos contiguos a la 'casa blanca', que debieron ser devueltos a Higa y anular ese trato.
Sin embargo, el desastre de la Línea 12 del Metro incluye un daño al erario público por 47 mil millones de pesos, lo que equivale a miles de 'casas blancas', y la crítica ha dejado morir el caso porque afecta a un político de izquierda.
¿Qué superioridad moral presumen los que avalaron esos negocios, los fraguaron y se beneficiaron de ellos?
Han tenido la habilidad de posicionarse como líderes de una cargada contra Peña Nieto, cuando fueron ellos los que pusieron como candidato a Ángel Aguirre en Guerrero y a José Luis Abarca en Iguala, los padrinos de la masacre contra los estudiantes de Ayotzinapa.
Tienen el descaro de exigirle al gobierno que aparezcan con vida los 43 normalistas, que están muertos, cuando ellos solapan a las autoridades de la Normal Isidro Burgos que mandaron a los jóvenes de primer ingreso a robar camiones y dirigirse a Iguala, a morir en manos de unos bandidos que ellos hicieron candidatos y luego autoridades constitucionales.
La andanada contra Peña Nieto es exagerada, interesada y favorece a un aspirante a dictador que recibe como maná del cielo la tendencia antigobierno que se expande entre los críticos, entre ellos algunos muy lúcidos pero que en esta ocasión están equivocados.
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