Rubén Cortés |
AMLO, como líder de las 52 mil firmas contra el nuevo ministro de la Corte, Eduardo Medina Mora, ya encontró la pepita: “Hay un acuerdo entre el PRI y el PAN, porque van a sustituir a tres ministros de la Corte, dos para el PRI y uno para el PAN”. Formado en la escuela totalitaria de Luis Echeverría, el líder del Morena y de los guardias rojos de Twitter tuvo, con su “descubrimiento”, lo que en sicología llaman “proyección”: cuando alguien atribuye a otros deseos que no acepta como propios porque le generan angustia o ansiedad. Es decir, la angustia de ya no contar con ministros en la Corte, como antes a Genaro Góngora y Juventino Castro y, por lo mismo, la ansiedad de volver a tener, aunque en su caso la idea es poseer toda la Corte, como sus afines ideológicos Nicolás Maduro, Rafael Correa, Daniel Ortega o Evo Morales. Sin sonrojos, Góngora se incorporó al Morena en 2011, al pasar a retiro como ministro por razones de edad; al igual que antes, en 2006, hizo Castro al entonces PRD de AMLO, partido del cual era diputado cuando murió a los 93 años el 8 de abril de 2012. AMLO no sólo tuvo dos ministros en la Suprema Corte: más todavía, uno de ellos, Góngora, fue presidente del máximo tribunal del país y en estos momentos, sin el menor rubor, es consejero nacional de Morena. Claro, es por eso que al AMLO le resulta fácil hablar de acuerdos entre el PRI y el PAN para intercambiar o sustituir a miembros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación: total, si él ya pastoreó a dos y después de que se retiraron se los llevó a sus proyectos políticos. Por mucho trauma que provoque en 52 mil firmantes y otras conciencias, es acertada la decisión del Senado de designar ministro a Medina Mora: la Corte contará con un abogado de perfil novedoso, por sus conocimientos de la investigación y seguridad nacional, la procuración de justicia y la diplomacia. Los dichos de AMLO, en cambio, son propios de un político de formación caciquil que ve los compadrazgos como algo inherente a la política, tal cual demuestra con Morena, que más que partido parece una Sociedad Anónima de su propiedad. Sus hermanos Pío y Ramiro encabezan la estructura en Chiapas, su hijo Andrés la dirige en Tabasco, su sobrina Helena es Tesorera en Campeche, su chofer Nico colocó a su primo Rafael Fernando Marín Mollinedo como el líder en Quintana Roo, Layda Sansores a su esposo como el líder en Campeche... Además, designó por inspiración divina a todos los candidatos del partido a las elecciones de junio. Yo, el supremo, pues. ruben.cortes@razon.com.mx Twitter: @ruben_corte |
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jueves, 12 de marzo de 2015
AMLO extraña a sus ministros
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