viernes, 30 de julio de 2021

Más que una farsa

Guillermo Velasco Barrera en MURAL

30 Jul. 2021

El próximo domingo se llevará a cabo la "consulta ciudadana" para juzgar a los ex presidentes, lo que fue una promesa de campaña de López Obrador como parte de su falaz discurso de terminar con la corrupción en México. Si bien tal ejercicio es, de entrada, aberrante, en virtud de que la legalidad y la justicia no es algo que pueda someterse a consulta, hay más de fondo en esta farsa que vale la pena analizar.

A pesar del "acarreo" que hará Morena para llevar gente a las urnas, el nivel de participación no será el que estimaba el Presidente, y desde luego no se alcanzará el porcentaje que marca la ley para que el resultado de la consulta sea vinculante, es decir, que la respuesta de los ciudadanos tenga consecuencias. En todo caso nunca las tendría.

Parte del desastre para la convocatoria a esta consulta, a pesar de la apuesta que está haciendo la 4T, es la profunda división que se vive al interior de Morena, no sólo en torno a esta "puesta en escena", sino en torno al proceso de sucesión presidencial al que, de forma muy anticipada, dio banderazo de salida el propio Presidente.

Pero el propósito de López Obrador con la consulta es muy claro: responsabilizar al Instituto Nacional Electoral del fracaso de la misma, para seguir con su intento de desaparecerlo, al calificarlo como una institución antidemocrática que responde a intereses neoliberales y que no respeta la voluntad del pueblo.

No nos equivoquemos, la consulta es para López Obrador un mero pretexto para seguir en su apuesta de reinstauración del viejo régimen, lo que implica minar el trabajo de las instituciones que han significado contrapeso y autonomía respecto a la verticalidad y al autoritarismo del viejo sistema político mexicano, uno de cuyos exponentes más notables es el actual presidente de México.

Por ello, Mario Delgado y otras voces incondicionales a López Obrador han centrado su discurso en el INE, criticando su trabajo para esta "consulta", y dejando de lado el discurso de la corrupción de los ex presidentes, lo que supuestamente sería la razón para haber llevado a cabo la consulta.

Por tanto, el verdadero riesgo de esta farsa no es la consulta en sí misma, sino el pretexto que tendrá el Presidente para seguir con su ataque contra la autoridad electoral, con el argumento de que ésta boicoteó la voluntad del pueblo que buscaba llevar a la cárcel a los políticos corruptos del pasado.

Y mientras buena parte de la población se "traga" esta farsa, y el Presidente sigue atacando a las instituciones democráticas, el pacto de impunidad con quienes permitieron el arribo al poder de López Obrador se sigue afianzando. De entrada, el ex presidente Peña Nieto no parece estar muy preocupado con la consulta que tendrá lugar el domingo, y que supuestamente tendría como objetivo juzgarlo. En las fotos que publicó recientemente su novia, con motivo de su cumpleaños, se le ve muy contento y tranquilo.

Un hecho reciente exhibe nuevamente este pacto de impunidad. Luego de que trascendiera que el gobierno de Peña espió a López Obrador y a varios de sus colaboradores, el Presidente dijo que no se emprenderían acciones legales contra esta práctica ilegal, pues él no es vengativo. En fin, ningún ex presidente será tocado, mucho menos su antecesor.

Así que es fácil anticipar cuál será el discurso del Presidente en la noche del próximo domingo, más allá de los resultados que arroje la consulta: el gran villano será el INE, quien limitó la expresión del pueblo sabio. Y como siempre, López Obrador, metido en esta narrativa de buscar culpables y señalar enemigos de su proyecto transformador, dejará de lado los graves y grandes problemas por los que atraviesa el país: inseguridad, falta de medicamentos para niños con cáncer, crisis económica y un repunte preocupante del Covid. Es importante denunciar esta farsa, y sobre todo, no ser parte de la misma. El tema de fondo es el ataque al INE.

@gvelascob

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