01-09-2017 11:51 AM
Son varios los empresarios que, de manera oportunista, han lanzado guiños encubiertos al dirigente nacional de Morena y aspirante presidencial Andrés Manuel López Obrador.
Estos empresarios decidieron mantener varias velas encendidas, pensando en que si alguna o algunas se apagan, quedará otra. Y pensando en que la única vela que pudiera permanecer encendida podría ser la de López Obrador
Entre estos empresarios que coquetean tras bambalinas con el dueño de Morena están el dueño de TV Azteca, Ricardo Salinas Pliego, quien colocó a Esteban Moctezuma en el mero corazón de la honestidad valiente.
Recientemente, TV Azteca le hizo una amplia entrevista a la jefa delegacional de Tlalpan, Claudia Sheiunbaum, que más bien parecía un lanzamiento de su candidatura al gobierno de la Ciudad de México.
Por cierto, en 1999, cuando el conductor Francisco Stanley fue asesinado, Salinas Pliego salió a cuadro para pedir la renuncia del entonces jefe de Gobierno de la capital, Cuauhtémoc Cárdenas, y para condenar la transición a la democracia que le permitió a la izquierda llegar al poder en la ciudad. ¿Ya superó su fobia a las izquierdas?
Emilio Azcárraga Jean, dueño de Televisa, es otro de los empresarios que coquetean con López Obrador. Carlos Loret de Mola entrevistó a López Obrador en diciembre del 2016 y mostró hacia el eterno aspirante presidencial una actitud amistosa y complaciente.
Esa entrevista fue interpretada por analistas como el parteaguas para una mejor relación entre López Obrador y el dueño de la principal empresa de comunicación de América Latina.
Otra empresaria obradorista de closet es María Asunción AramburuzaBala, dueña de Grupo Modelo. Es del dominio público el acercamiento que la empresaria ha tenido con López Obrador a través de terceras personas.
Los acercamientos han quedado confirmados con varias declaraciones del propio López Obrador, quien tiene a Arambuzabala en su lista de empresarios “buenos” a los que estaría dispuesto a “perdonar”.
Uno más es, sin duda, el dueño de Grupo Carso, Carlos Slim. Cuando López Obrador fue jefe de Gobierno del DF favoreció de muchas formas al también dueño de Telmex, favores que e empresario no olvida.
Otro más que ha jugado con la posibilidad de que López Obrador gane las elecciones del 2018 es el dueño de Grupo Reforma, Alejandro Junco de la Vega, cuyos diarios le han dado una cobertura preferente durante los últimos años.
Y es precisamente el caso de Reforma el que ilustra lo que les puede pasar a todos los empresarios obradoristas de closet: apenas Reforma se atreve a publicar una nota crítica hacia el obradorismo, enfrenta la furia de AMLO.
En días pasados, tan solo por publicar una nota crítica hacia la encuesta fantasma que sirvió para ungir a Claudia Sheinbaum, López Obrador calificó a Reforma como “prensa fifí”.
Los empresarios obradoristas de closet se mueven con dos banderas. Apapachan en público al presidente Enrique Peña Nieto y coquetean en privado con el mesías tropical.
Si llega a ganar la Presidencia AMLO, ojalá que a los obradoristas de closet no les pase lo que a los empresarios venezolanos que respaldaron en su momento la llegada al poder de Hugo Chávez.
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