jueves, 17 de junio de 2021

Pobres por siempre

 Sergio Sarmiento en MURAL

17 Jun. 2021

"El dinero es mejor que la pobreza,

aunque solo sea por razones financieras".

Woody Allen

 Si la clase media es egoísta y aspiracional, si no es solidaria y se niega a votar por el partido en el poder, hoy tenemos por lo menos una buena noticia: la pobreza ha avanzado, lo que significa que se está reduciendo esa clase media que no sabe ser agradecida.

Si 52.4 millones de mexicanos vivían en situación de pobreza en 2018, para fines de 2020 eran ya 62.3 millones. En marzo de este 2021 el total alcanzó 67 millones. Esto significa que la pobreza general pasó de 42 por ciento de la población en 2018 a 51 por ciento en 2020 y a 54 por ciento en marzo de 2021.

Es un incremento muy fuerte, pero el de la pobreza extrema ha sido todavía mayor. En 2018, 9.3 millones vivían en esta condición, la cual alcanzó a 16.4 millones en 2020 y a 18.3 millones en marzo de 2021. De un 7 por ciento de la población en 2018, los mexicanos que viven en la miseria llegaron a 15 por ciento en el primer trimestre de 2021.

Estos cálculos los ofrece el Instituto de Investigaciones para el Desarrollo con Equidad (Equide), un centro de estudios de la Universidad Iberoamericana, que parte de las cifras disponibles del Coneval y de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares del INEGI. Si bien no son datos oficiales, coinciden con lo que están previendo la mayoría de los estudiosos de la pobreza en nuestro país.

La pandemia es la principal responsable de este brutal aumento de la pobreza, pero el proceso empezó antes. México ha sufrido los efectos de una prolongada contracción económica que empezó en el segundo trimestre de 2019, casi al inicio del gobierno de Andrés Manuel López Obrador. La inversión fija bruta, motor del crecimiento, empezó a caer antes incluso del inicio del gobierno. Es verdad que en este 2021 se espera un rebote, que podría alcanzar 6 por ciento o más, pero será insuficiente para recuperar el nivel de vida que teníamos en 2018, al terminar el sexenio de Enrique Peña Nieto.

El presidente López Obrador no está preocupado. Piensa, por el contrario, que "vamos bien, vamos muy bien". La razón es que han aumentado los subsidios que se entregan directamente a millones de familias. Para los más pobres recibir 2,550 pesos al bimestre en una pensión para adultos mayores o 5,000 pesos mensuales para sembrar y cuidar árboles en predios rurales representa un apoyo enorme. Esta es una de las razones por las cuales los partidos del Presidente, Morena y el PT, tuvieron tan buenos resultados en los comicios del pasado 6 de junio a pesar de las muertes por la pandemia o del aumento de la pobreza.

Las dádivas gubernamentales compran votos y ayudan a paliar el sufrimiento de quienes viven en la pobreza, pero no pueden generar riqueza. No parece ser tampoco lo más importante para el Presidente, quien ha señalado que enseñar a los pobres a pescar, en lugar de simplemente regalarles pescado, es una visión neoliberal. A los pobres se les tiene que dar alimento, como a los animalitos, dijo en su mañanera del 29 de marzo de 2019, pero "en la concepción neoliberal todo eso es populismo, paternalismo".

Desde un punto de vista político, quizá tenga sentido mantener a la gente en la pobreza y darle subsidios para que vote por los partidos en el poder. El problema es que esta estrategia condena al país a mantener sus actuales niveles de pobreza. Los pobres, sin embargo, tienen derecho a aspirar a una vida mejor y a ingresar a la clase media, aunque sea más difícil después obtener su voto.

·ORGULLO

 AMLO ha cambiado el Reglamento de la Ley de Adquisiciones para facilitar las adjudicaciones directas. Al mismo tiempo promete que ya habrá, la semana próxima, medicamentos para niños con cáncer. Lo paradójico es que la escasez la provocó él mismo al cancelar las compras consolidadas del IMSS. Su orgullo le impide dar marcha atrás.

@SergioSarmiento

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