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lunes, 30 de septiembre de 2019
Violentos fifís
JAQUE MATE / Sergio Sarmiento
30 Sep. 2019
"El lenguaje político -y con variaciones esto es verdad de todos los partidos políticos, de los conservadores a los anarquistas- está diseñado para hacer que las mentiras suenen veraces y el homicidio respetable, y para darle una apariencia de solidez al mero aire".
George Orwell
Ya lo dijo el Presidente. En la manifestación de Ayotzinapa del 26 de septiembre, los encapuchados que hicieron pintas en monumentos históricos, destrozaron vidrieras de hoteles, restaurantes y comercios, prendieron fuego a la Librería Gandhi y arremetieron contra la puerta Mariana y los muros de Palacio Nacional, donde pintaron "Estado asesino", "43" y la "A" encerrada en un círculo del anarquismo, no eran anarquistas.
"Ayer hubieron excesos [sic] -explicó López Obrador al día siguiente-. Dicen algunos, y respeto desde luego, es un punto de vista, que son anarquistas. No, el anarquismo es un movimiento muy profundo en ideales, productivo, propositivo. No es anarquismo lo de ayer. Ahora sí que lo diga mi dedito. Esa es una variante del conservadurismo, de tantas variantes que tiene el conservadurismo. 'magínense, 'magínense, ¿cómo van a ser anarquistas los que destruyen una librería?, o sea, eso no tiene que ver con el movimiento de izquierda, con el movimiento progresista. Eso se acerca más a otras cosas, al conservadurismo, que tiene varias manifestaciones, expresiones".
Los conservadores prendieron fuego a la librería Gandhi de avenida Juárez coreando "Leer es de burgueses". ¿Cómo podrían ser anarquistas?, si los anarquistas son gente buena como Ricardo Flores Magón, "un hombre con ideales, con principios, [que] casi se quedó ciego de tanto leer y de mantener sus principios con dignidad. ¡Qué van a ser anarquistas esos que quieren quemar una biblioteca, perdón, una librería!". En redes sociales estos perversos conservadores afirmaban, incluso, que no hay nada de sagrado en una librería como Gandhi, porque es una empresa capitalista y explotadora.
Los conservadores volvieron al ataque el 28 de septiembre. Un grupo de ellos, o más bien de ellas, encapuchadas, participó en la manifestación para exigir la legalización del aborto. Estas conservadoras hicieron nuevamente pintas en monumentos y quemaron la puerta de la Cámara Nacional de Comercio de la Ciudad de México. Pintarrajearon columnas y rejas de la catedral y arrojaron papel encendido al interior, el cual, sin embargo, fue sofocado. Las encapuchadas coreaban lemas típicos conservadores como: "Saquen sus rosarios de nuestros ovarios" o "Si no hay aborto legal, el desmadre que se va a armar".
El progresista gobierno de la Ciudad de México resistió la tentación de usar la fuerza pública contra los conservadores. En la manifestación del 26 de septiembre los policías se mantuvieron a una prudente distancia y cuando los conservadores atacaban comercios y vandalizaban monumentos históricos les decían "¡Fuchi!" y "¡Guácala!" y les pedían que pensaran en sus mamacitas. Pero los conservadores, violentos y agresivos como son, no hacían caso. Unos comerciantes de las calles de Motolinía y 5 de Mayo sí tomaron palos y cerraron el paso a los conservadores, quienes se replegaron y se fueron a atacar otros objetivos.
Este próximo 2 de octubre los conservadores fifís saldrán nuevamente a las calles para protestar por la matanza de Tlatelolco. El gobierno recomienda a los comerciantes y a los monumentos que les griten "¡Fuchi!" y "¡Guácala!", pero ahora con más fuerza, y que les recuerden que sus mamacitas los pueden dejar sin merendar si siguen haciendo desmanes.
· JOSÉ JOSÉ
Un video del cineasta Luis Peagui que se viralizó en redes sociales mostraba este sábado a los pasajeros en un microbús coreando la letra de El triste. El video se convirtió en símbolo del cariño de los mexicanos al fallecido José José.
@SergioSarmiento
lunes, 23 de septiembre de 2019
El avión presidencial y el cuento de los 500 mil millones
Pablo Hiriart, 23 sep. 19, El Financiero.
Cada vez que el Presidente debe abordar un asunto complejo de su gobierno le es preciso decir, como José Alfredo, otra mentira.
Si los habitantes de Zacualtipán, Hidalgo, le piden agua potable (como ocurrió la semana anterior), les dice que se esperen a que se venda el avión presidencial.
Le preguntan de dónde sacará dinero para financiar el Plan de Desarrollo Integral de Centroamérica, y contesta que de la venta del avión presidencial.
Ese avión se ha convertido en un talismán para solucionar todas las demandas de recursos que le planean al Presidente.
Pero el avión no es del gobierno de México, sino de Boeing, porque no se ha terminado de pagar. Y estamos gastando millones de pesos por tenerlo estacionado en Estados Unidos.
Cada vez que se le preguntaba a López Obrador de dónde sacaría dinero para cumplir sus enormes ofrecimientos, respondía lo mismo: de lo que nos ahorraremos en corrupción: 500 mil millones de pesos al año.
¿Y? ¿Dónde están esos 500 mil millones de pesos?
El gobierno de la 4T vive de lo que le dejaron sus antecesores porque de riqueza ha creado 0.0 por ciento.
Y prometió crecer a una tasa del cuatro por ciento.
En el Presupuesto se indica que la inversión pública caerá 5.4 por ciento el próximo año.
Se trata de una baja enorme, cuando se debería estar creciendo fuerte en infraestructura.
López Obrador había sostenido que la economía crecería con base en gasto público, concretamente en infraestructura.
Sonaba ideal para los que le creían y para alguien que no lo conociera.
Entusiasmaba al decir, como el 4 de abril del año pasado, que “bastará con honestidad en el gobierno y con una reducción en el costo de la administración para aumentar la inversión pública y utilizarla como capital semilla para financiar proyectos productivos con la participación de la iniciativa privada y del sector social”.
¿Qué pasó? Para abajo la inversión del gobierno.
Sin crisis externa, sin estampida de capitales ni el boicot de nadie, el gobierno está enredado entre sus promesas, sus atavismos ideológicos y la ineficacia que es inherente al populismo.
A la Secretaría de Comunicaciones y Transportes le bajaron casi el 20 por ciento de su presupuesto.
¿No que habría más inversión pública? Ya corrieron a miles de empleados y funcionarios. Para el próximo año van a despedir a 10 mil más. Así y todo, no tienen dinero para gobernar.
¿Qué pasó con los 500 mil millones de pesos que se ahorraron este año de la corrupción? ¿Dónde están?
El empleo lo iban a subir como nunca antes, y sólo en agosto la creación de puestos de trabajo formales en el país cayó 68 por ciento, de acuerdo con cifras del IMSS.
¿Con qué tropezaron para faltar a sus compromisos?
Tropezaron con que se les cayó la economía, la recaudación, y tropezaron con su demagogia.
Actualmente el país vive de las exportaciones, logradas por un Tratado de Libre Comercio (TLCAN), que AMLO boicoteó para evitar su firma. Acusó a sus negociadores y firmantes de “traidores a la patria”.
El Presupuesto está en pie gracias a los recursos del 'gasolinazo', que le dejaron al gobierno actual más de 300 mil millones de pesos anuales.
Dijo, sostuvo, gritó, que echaría para atrás el 'gasolinazo'.
¿A ver? ¿Por qué no lo ha hecho? No ha habido otros, pero nadie dijo que los habría. Él se comprometió a revertirlo y no ha cumplido porque se le cae el Presupuesto.
Otra mentira, pues.
Este año presupuestal lo van a terminar gracias al dinero del Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios (FEIP), diseñado para emergencias, y que se fortaleció gracias al entonces secretario de Hacienda, José Antonio Meade (de quien AMLO se burló y llamó “ternurita”, “burócrata”, “insensible”, “neoliberal”) y a su subsecretaria Vanessa Rubio, hoy senadora de oposición.
Echaron mano de 120 mil millones de pesos de un recurso ahorrado para usarlo en contingencias graves.
¿Y por qué no usan los 500 mil millones de pesos que iban a disponer gracias a la baja en la corrupción?
Culpó de la violencia en el país al gobierno de Felipe Calderón por sacar al Ejército a las calles y anunció que “va a llevar unos seis meses regresar al Ejército” a sus cuarteles.
Ahora tenemos muchas más tropas en las calles. Los delitos se han disparado y hay más violencia que antes, cuando criticaba a quienes la combatían.
Prometió apoyar al campo luego del “abandono a que lo sometió el neoliberalismo”.
¿Sí? Para este año el presupuesto en Agricultura cayó 30 por ciento.
Ahí están los hechos, no en el bla-bla-bla de las mañanas.
Íbamos a tener un sistema de salud extraordinario, a la atura de los países escandinavos, y cientos de mexicanos se mueren entre vómitos de sangre porque el gobierno no compró pesticidas ni larvicidas para fumigar. Ni vacunas contra el sarampión, material para quimioterapias...
¿Y los 500 mil millones? ¿Y los recursos de la venta del avión presidencial?
Lo cierto es que con López Obrador, enredado en sus dogmas y ocurrencias, el país se dirige hacia un empobrecimiento general e inexorable.
Cada vez que el Presidente debe abordar un asunto complejo de su gobierno le es preciso decir, como José Alfredo, otra mentira.
Si los habitantes de Zacualtipán, Hidalgo, le piden agua potable (como ocurrió la semana anterior), les dice que se esperen a que se venda el avión presidencial.
Le preguntan de dónde sacará dinero para financiar el Plan de Desarrollo Integral de Centroamérica, y contesta que de la venta del avión presidencial.
Ese avión se ha convertido en un talismán para solucionar todas las demandas de recursos que le planean al Presidente.
Pero el avión no es del gobierno de México, sino de Boeing, porque no se ha terminado de pagar. Y estamos gastando millones de pesos por tenerlo estacionado en Estados Unidos.
Cada vez que se le preguntaba a López Obrador de dónde sacaría dinero para cumplir sus enormes ofrecimientos, respondía lo mismo: de lo que nos ahorraremos en corrupción: 500 mil millones de pesos al año.
¿Y? ¿Dónde están esos 500 mil millones de pesos?
El gobierno de la 4T vive de lo que le dejaron sus antecesores porque de riqueza ha creado 0.0 por ciento.
Y prometió crecer a una tasa del cuatro por ciento.
En el Presupuesto se indica que la inversión pública caerá 5.4 por ciento el próximo año.
Se trata de una baja enorme, cuando se debería estar creciendo fuerte en infraestructura.
López Obrador había sostenido que la economía crecería con base en gasto público, concretamente en infraestructura.
Sonaba ideal para los que le creían y para alguien que no lo conociera.
Entusiasmaba al decir, como el 4 de abril del año pasado, que “bastará con honestidad en el gobierno y con una reducción en el costo de la administración para aumentar la inversión pública y utilizarla como capital semilla para financiar proyectos productivos con la participación de la iniciativa privada y del sector social”.
¿Qué pasó? Para abajo la inversión del gobierno.
Sin crisis externa, sin estampida de capitales ni el boicot de nadie, el gobierno está enredado entre sus promesas, sus atavismos ideológicos y la ineficacia que es inherente al populismo.
A la Secretaría de Comunicaciones y Transportes le bajaron casi el 20 por ciento de su presupuesto.
¿No que habría más inversión pública? Ya corrieron a miles de empleados y funcionarios. Para el próximo año van a despedir a 10 mil más. Así y todo, no tienen dinero para gobernar.
¿Qué pasó con los 500 mil millones de pesos que se ahorraron este año de la corrupción? ¿Dónde están?
El empleo lo iban a subir como nunca antes, y sólo en agosto la creación de puestos de trabajo formales en el país cayó 68 por ciento, de acuerdo con cifras del IMSS.
¿Con qué tropezaron para faltar a sus compromisos?
Tropezaron con que se les cayó la economía, la recaudación, y tropezaron con su demagogia.
Actualmente el país vive de las exportaciones, logradas por un Tratado de Libre Comercio (TLCAN), que AMLO boicoteó para evitar su firma. Acusó a sus negociadores y firmantes de “traidores a la patria”.
El Presupuesto está en pie gracias a los recursos del 'gasolinazo', que le dejaron al gobierno actual más de 300 mil millones de pesos anuales.
Dijo, sostuvo, gritó, que echaría para atrás el 'gasolinazo'.
¿A ver? ¿Por qué no lo ha hecho? No ha habido otros, pero nadie dijo que los habría. Él se comprometió a revertirlo y no ha cumplido porque se le cae el Presupuesto.
Otra mentira, pues.
Este año presupuestal lo van a terminar gracias al dinero del Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios (FEIP), diseñado para emergencias, y que se fortaleció gracias al entonces secretario de Hacienda, José Antonio Meade (de quien AMLO se burló y llamó “ternurita”, “burócrata”, “insensible”, “neoliberal”) y a su subsecretaria Vanessa Rubio, hoy senadora de oposición.
Echaron mano de 120 mil millones de pesos de un recurso ahorrado para usarlo en contingencias graves.
¿Y por qué no usan los 500 mil millones de pesos que iban a disponer gracias a la baja en la corrupción?
Culpó de la violencia en el país al gobierno de Felipe Calderón por sacar al Ejército a las calles y anunció que “va a llevar unos seis meses regresar al Ejército” a sus cuarteles.
Ahora tenemos muchas más tropas en las calles. Los delitos se han disparado y hay más violencia que antes, cuando criticaba a quienes la combatían.
Prometió apoyar al campo luego del “abandono a que lo sometió el neoliberalismo”.
¿Sí? Para este año el presupuesto en Agricultura cayó 30 por ciento.
Ahí están los hechos, no en el bla-bla-bla de las mañanas.
Íbamos a tener un sistema de salud extraordinario, a la atura de los países escandinavos, y cientos de mexicanos se mueren entre vómitos de sangre porque el gobierno no compró pesticidas ni larvicidas para fumigar. Ni vacunas contra el sarampión, material para quimioterapias...
¿Y los 500 mil millones? ¿Y los recursos de la venta del avión presidencial?
Lo cierto es que con López Obrador, enredado en sus dogmas y ocurrencias, el país se dirige hacia un empobrecimiento general e inexorable.
Secuestrados
Denise Dresser
23 Sep. 2019
Penoso ver a prominentes líderes de la "Cuarta Transformación" vitorear la nueva reforma educativa, cuando tantos de ellos envían a sus hijos a escuelas privadas. Lastimoso escuchar a importantes morenistas celebrar el renovado control sindical sobre las aulas públicas, cuando sus niños nunca han estudiado ni estudiarán ahí. Aplauden el supuesto rescate del sistema educativo del cual ellos mismos desconfían porque saben que no provee movilidad social, ni educación de calidad, ni maneras de entender o relacionarse con el mundo. Las élites de la 4T acaban siendo tan fariseas como las élites peñanietistas que reemplazaron; hablan de una manera pero viven de otra. Censuran lo que practican y practican lo que censuran. Los lopezobradoristas avalan una contrarreforma educativa que no afectará a sus niños parapetados en institutos privados, mientras se desentienden de los millones en escuelas públicas, raptados.
Secuestrados por la CNTE y el binomio SEP/SNTE y un sistema educativo indefendible. Raptados por una historia de progresivo deterioro, inclusión tardía, reprobación y deserción. Una catástrofe conocida que ha producido generaciones heridas. Hoy más de la mitad de los jóvenes mexicanos están por completo fuera de la escuela. Seis de cada diez alumnos no concluyen secundaria con conocimientos básicos de matemáticas. Cuatro de cada diez tampoco los obtienen en español. Millones de mexicanos maleducados, y por eso, marginados.
Sin duda la "mal llamada reforma educativa" del 2013 tenía defectos de diseño y de instrumentación. Fue aplicada con arrogancia y percibida como punitiva; fue impuesta desde arriba y no consensuada desde abajo; fue interpretada como una campaña de odio contra los maestros y no como un vehículo para revalorarlos. El peñanietismo gastó más en publicitar la reforma que en remodelar las escuelas. Satanizó a los maestros para imponer la evaluación sin socializarlos sobre sus méritos. Pero su espíritu fundacional era el correcto: urgía empujar al magisterio a actuar y a pactar de otra manera, con otros incentivos y mejores resultados. Era imperativo rechazar la resignación ante escuelas pobres para pobres, canalizadoras de ciudadanos de segunda. Había que convertir al maestro en un profesional digno, y que dejara de ser un peón de apoyos políticos. Lamentablemente, después de Nochixtlán, la reforma quedó atrapada entre el maximalismo intransigente de la CNTE y la imposición torpe de la SEP. Y AMLO, en lugar de corregir y mejorar, optó por suspender y sepultar.
De golpe, la 4T nos regresa a ese lugar de donde queremos y debemos salir para crecer y competir. A ese país atávico donde, en la escuela pública, se aprende poco de ciencia pero se aprende mucho de simulación; se aprende poco de álgebra pero se aprende mucho de cumplimientos mediocres, negociaciones injustas y beneficios inconstitucionales. A ese añejo pacto político basado en la anuencia sindical a cambio de la dádiva gubernamental; construido sobre la subordinación corporativa y no sobre la evaluación o el desempeño o la profesionalización. A ese arreglo primigenio basado en el "derecho adquirido" de vender, heredar o intercambiar una plaza de maestro por favores sexuales. Otra vez, el nuevo gobierno retorna a la vieja práctica de concebir a la educación pública como una estrategia de pacificación, más que como un vehículo de empoderamiento. De usar a los maestros para ganar elecciones en vez de educar niños. De apostarle al petróleo y al gas en vez de apostarle a la gente, al capital humano, a aquello que es genuinamente renovable, multiplicador y transformador.
Lástima que el lopezobradorismo haya usado su gran legitimidad y su mayoría legislativa para condenar a los niños de México a la mediocridad permanente. Lástima que siga apuntalando un modelo político y económico que privilegia el mantenimiento del corporativismo por encima del crecimiento económico; que premia clientelas en vez de educar ciudadanos; que promueve la sumisión en vez de la educación; que permite el cautiverio sindical a costa de la autonomía magisterial. Sobre todo cuando las filas de Morena están llenas de hipócritas que "hablan como ángeles pero viven como hombres", en palabras de Samuel Johnson. Lopezobradoristas que mantienen a sus hijos en escuelas privadas, mientras permiten que los hijos de otros languidezcan en escuelas públicas, secuestrados.
23 Sep. 2019
Penoso ver a prominentes líderes de la "Cuarta Transformación" vitorear la nueva reforma educativa, cuando tantos de ellos envían a sus hijos a escuelas privadas. Lastimoso escuchar a importantes morenistas celebrar el renovado control sindical sobre las aulas públicas, cuando sus niños nunca han estudiado ni estudiarán ahí. Aplauden el supuesto rescate del sistema educativo del cual ellos mismos desconfían porque saben que no provee movilidad social, ni educación de calidad, ni maneras de entender o relacionarse con el mundo. Las élites de la 4T acaban siendo tan fariseas como las élites peñanietistas que reemplazaron; hablan de una manera pero viven de otra. Censuran lo que practican y practican lo que censuran. Los lopezobradoristas avalan una contrarreforma educativa que no afectará a sus niños parapetados en institutos privados, mientras se desentienden de los millones en escuelas públicas, raptados.
Secuestrados por la CNTE y el binomio SEP/SNTE y un sistema educativo indefendible. Raptados por una historia de progresivo deterioro, inclusión tardía, reprobación y deserción. Una catástrofe conocida que ha producido generaciones heridas. Hoy más de la mitad de los jóvenes mexicanos están por completo fuera de la escuela. Seis de cada diez alumnos no concluyen secundaria con conocimientos básicos de matemáticas. Cuatro de cada diez tampoco los obtienen en español. Millones de mexicanos maleducados, y por eso, marginados.
Sin duda la "mal llamada reforma educativa" del 2013 tenía defectos de diseño y de instrumentación. Fue aplicada con arrogancia y percibida como punitiva; fue impuesta desde arriba y no consensuada desde abajo; fue interpretada como una campaña de odio contra los maestros y no como un vehículo para revalorarlos. El peñanietismo gastó más en publicitar la reforma que en remodelar las escuelas. Satanizó a los maestros para imponer la evaluación sin socializarlos sobre sus méritos. Pero su espíritu fundacional era el correcto: urgía empujar al magisterio a actuar y a pactar de otra manera, con otros incentivos y mejores resultados. Era imperativo rechazar la resignación ante escuelas pobres para pobres, canalizadoras de ciudadanos de segunda. Había que convertir al maestro en un profesional digno, y que dejara de ser un peón de apoyos políticos. Lamentablemente, después de Nochixtlán, la reforma quedó atrapada entre el maximalismo intransigente de la CNTE y la imposición torpe de la SEP. Y AMLO, en lugar de corregir y mejorar, optó por suspender y sepultar.
De golpe, la 4T nos regresa a ese lugar de donde queremos y debemos salir para crecer y competir. A ese país atávico donde, en la escuela pública, se aprende poco de ciencia pero se aprende mucho de simulación; se aprende poco de álgebra pero se aprende mucho de cumplimientos mediocres, negociaciones injustas y beneficios inconstitucionales. A ese añejo pacto político basado en la anuencia sindical a cambio de la dádiva gubernamental; construido sobre la subordinación corporativa y no sobre la evaluación o el desempeño o la profesionalización. A ese arreglo primigenio basado en el "derecho adquirido" de vender, heredar o intercambiar una plaza de maestro por favores sexuales. Otra vez, el nuevo gobierno retorna a la vieja práctica de concebir a la educación pública como una estrategia de pacificación, más que como un vehículo de empoderamiento. De usar a los maestros para ganar elecciones en vez de educar niños. De apostarle al petróleo y al gas en vez de apostarle a la gente, al capital humano, a aquello que es genuinamente renovable, multiplicador y transformador.
Lástima que el lopezobradorismo haya usado su gran legitimidad y su mayoría legislativa para condenar a los niños de México a la mediocridad permanente. Lástima que siga apuntalando un modelo político y económico que privilegia el mantenimiento del corporativismo por encima del crecimiento económico; que premia clientelas en vez de educar ciudadanos; que promueve la sumisión en vez de la educación; que permite el cautiverio sindical a costa de la autonomía magisterial. Sobre todo cuando las filas de Morena están llenas de hipócritas que "hablan como ángeles pero viven como hombres", en palabras de Samuel Johnson. Lopezobradoristas que mantienen a sus hijos en escuelas privadas, mientras permiten que los hijos de otros languidezcan en escuelas públicas, secuestrados.
viernes, 20 de septiembre de 2019
Más allá de los símbolos
CARLOS ELIZONDO MAYER-SERRA
19 de Septiembre de 2019
AMLO tiene claro su lugar en la historia mexicana. Ahí está el logo del gobierno, con sus héroes favoritos. Sólo falta uno más: él.
Está obsesionado por los símbolos. Logra transmitirlos muy bien. Viajar en avión comercial, vivir en Palacio Nacional, hacer desfilar a las pipas de Pemex.
Es admirable el tesón de AMLO para llegar al poder. Sin embargo, su triunfo no fue el resultado de una gesta heroica. Compitió tres veces por la Presidencia. En su última oportunidad terminó ganando por un amplio margen. Siempre financiado por los recursos del Estado que, por ley, llegan a los partidos políticos. No es, por ejemplo, un Nelson Mandela, quien pasó 27 años en la cárcel.
El que AMLO haya llegado al poder no garantiza, al menos como él lo entiende, su lugar en la historia. Para ello tendría que resolver de fondo, por lo menos, alguno de los grandes problemas de México: bajo crecimiento económico, inseguridad, corrupción, desigualdad…
AMLO tiene legitimidad, popularidad (las muestras de afecto durante el Grito y el desfile son notables) y un poder en el Congreso que le permitirían transformar, de raíz, al país. Bastaría con cumplir su promesa de terminar con la corrupción o, por lo menos, disminuirla de forma importante, para que los mexicanos del futuro celebrasen su paso por la Presidencia.
Sin embargo, la única lucha genuina contra la corrupción requiere la construcción de instituciones autónomas, con funcionarios bien remunerados y seleccionados por su capacidad. Con el poder que tiene, AMLO podría nombrar a los mejores candidatos para formar parte de un órgano autónomo sin tener que negociar con la oposición. Ese estire y afloja en muchos de los nombramientos en los órganos de este tipo fue uno de los grandes vicios del pasado.
Pero a AMLO no le interesa la capacidad de los funcionarios, sino la lealtad. Quiere tener discrecionalidad para dar y quitar. Poder castigar a los enemigos (Rosario Robles) y perdonar a los amigos (Manuel Bartlett). La lógica del priismo clásico.
No parece estar interesado en enriquecerse. Esto es una gran ventaja frente a la historia reciente del país. Pero no es suficiente.
Además, la corrupción no sólo consiste en robarse dinero, sino también en gastarlo mal, en decidir por capricho. El semiabandonado Tren Interurbano México-Toluca es una muestra de la corrupción peñista, sin saber si hubo moches en su construcción. El mero hecho de gastar dinero en un tren tan poco necesario, habiendo tal insuficiencia de transporte eficiente en las grandes ciudades del país, es una forma de corrupción. En la historia quedarán esas columnas que estrechan la carretera México-Toluca, donde los usuarios enfrentarán atorones recurrentes. Así corren el riesgo de pasar a la historia las obras de infraestructura de AMLO, gran símbolo de su interés por desarrollar el sureste del país, pero que pueden terminar en concreto enterrado.
AMLO, el gran transformador, es, en tantos ámbitos, muy parecido a los dirigentes del pasado, pero con más poder. Por eso, en lugar de una Ley de Seguridad Nacional como la propuesta de Peña Nieto para legalizar la participación militar en funciones de seguridad, hoy tenemos una reforma constitucional que otorga funciones policiacas a las Fuerzas Armadas bajo el logo de la Guardia Nacional.
Simbólicamente, AMLO es un Presidente transformador. Sin embargo, si no es capaz de construir instituciones que lo trasciendan, corre el riesgo de pasar a la historia un poco como Ruiz Cortines después de Miguel Alemán. Un respiro después de tanta corrupción, pero no un cambio de fondo en el combate a ese gran vicio del país ni en el uso discrecional del poder por parte del Presidente.
Ésta es mi última columna en Excélsior. Quiero agradecer a este diario el espacio que, por más de cinco años, me otorgó para expresar mis opiniones con absoluta libertad. Igualmente, agradezco a los lectores de mi columna su acompañamiento en estos años.
19 de Septiembre de 2019
AMLO tiene claro su lugar en la historia mexicana. Ahí está el logo del gobierno, con sus héroes favoritos. Sólo falta uno más: él.
Está obsesionado por los símbolos. Logra transmitirlos muy bien. Viajar en avión comercial, vivir en Palacio Nacional, hacer desfilar a las pipas de Pemex.
Es admirable el tesón de AMLO para llegar al poder. Sin embargo, su triunfo no fue el resultado de una gesta heroica. Compitió tres veces por la Presidencia. En su última oportunidad terminó ganando por un amplio margen. Siempre financiado por los recursos del Estado que, por ley, llegan a los partidos políticos. No es, por ejemplo, un Nelson Mandela, quien pasó 27 años en la cárcel.
El que AMLO haya llegado al poder no garantiza, al menos como él lo entiende, su lugar en la historia. Para ello tendría que resolver de fondo, por lo menos, alguno de los grandes problemas de México: bajo crecimiento económico, inseguridad, corrupción, desigualdad…
AMLO tiene legitimidad, popularidad (las muestras de afecto durante el Grito y el desfile son notables) y un poder en el Congreso que le permitirían transformar, de raíz, al país. Bastaría con cumplir su promesa de terminar con la corrupción o, por lo menos, disminuirla de forma importante, para que los mexicanos del futuro celebrasen su paso por la Presidencia.
Sin embargo, la única lucha genuina contra la corrupción requiere la construcción de instituciones autónomas, con funcionarios bien remunerados y seleccionados por su capacidad. Con el poder que tiene, AMLO podría nombrar a los mejores candidatos para formar parte de un órgano autónomo sin tener que negociar con la oposición. Ese estire y afloja en muchos de los nombramientos en los órganos de este tipo fue uno de los grandes vicios del pasado.
Pero a AMLO no le interesa la capacidad de los funcionarios, sino la lealtad. Quiere tener discrecionalidad para dar y quitar. Poder castigar a los enemigos (Rosario Robles) y perdonar a los amigos (Manuel Bartlett). La lógica del priismo clásico.
No parece estar interesado en enriquecerse. Esto es una gran ventaja frente a la historia reciente del país. Pero no es suficiente.
Además, la corrupción no sólo consiste en robarse dinero, sino también en gastarlo mal, en decidir por capricho. El semiabandonado Tren Interurbano México-Toluca es una muestra de la corrupción peñista, sin saber si hubo moches en su construcción. El mero hecho de gastar dinero en un tren tan poco necesario, habiendo tal insuficiencia de transporte eficiente en las grandes ciudades del país, es una forma de corrupción. En la historia quedarán esas columnas que estrechan la carretera México-Toluca, donde los usuarios enfrentarán atorones recurrentes. Así corren el riesgo de pasar a la historia las obras de infraestructura de AMLO, gran símbolo de su interés por desarrollar el sureste del país, pero que pueden terminar en concreto enterrado.
AMLO, el gran transformador, es, en tantos ámbitos, muy parecido a los dirigentes del pasado, pero con más poder. Por eso, en lugar de una Ley de Seguridad Nacional como la propuesta de Peña Nieto para legalizar la participación militar en funciones de seguridad, hoy tenemos una reforma constitucional que otorga funciones policiacas a las Fuerzas Armadas bajo el logo de la Guardia Nacional.
Simbólicamente, AMLO es un Presidente transformador. Sin embargo, si no es capaz de construir instituciones que lo trasciendan, corre el riesgo de pasar a la historia un poco como Ruiz Cortines después de Miguel Alemán. Un respiro después de tanta corrupción, pero no un cambio de fondo en el combate a ese gran vicio del país ni en el uso discrecional del poder por parte del Presidente.
Ésta es mi última columna en Excélsior. Quiero agradecer a este diario el espacio que, por más de cinco años, me otorgó para expresar mis opiniones con absoluta libertad. Igualmente, agradezco a los lectores de mi columna su acompañamiento en estos años.
Oposición
BENCHMARK / Jorge A. Meléndez Ruiz
20 Sep. 2019
"Están moralmente derrotados nuestros adversarios".
El Presidente está obsesionado con sus opositores. Todas las semanas los menciona. Se esfuerza por recordarnos un día sí y otro también que está luchando contra "la hipocresía neoliberal".
Su lista de insultos es legendaria y creciente (relee "¡Eres un #$%&!/!!"). Insulta como parte de su estrategia populista para dividir al País entre "el pueblo sabio" y una oposición que busca que todo siga igual.
Es innegable que México necesita cambiar. Es cierto que la corrupción nos carcome. La deuda social con los que menos tienen es inobjetable. Y también es cierto: muchos defienden el statu quo y no quieren cambiar para defender intereses mal habidos.
Pero no son todos. También hay una oposición distinta.
Porque oponerse a la estupidez nunca será malo. Porque criticar lo que está implementado con las patas nunca estorba. Porque objetar incentivos mal aplicados nunca está de más. Porque denunciar las ocurrencias nunca generará dolores de cabeza.
Oponerse a lo malo siempre será algo bueno.
Por ejemplo:
- Me opongo a que no se evalúe a los maestros y en cambio se alíen con rijosos que tanto daño le han hecho a la educación.
- Estoy en desacuerdo con darle dinero a PEMEX sin atorarle primero a su obesidad, ineficiencia y falta de tecnología.
- Refuto renunciar a la inversión privada en aguas profundas.
- Objeto elefantes blancos como Dos Bocas o el Tren Maya (ve "Los 3 retos de Dos Bocas" y relee "Viralizar la razón").
- Apoyo la austeridad, pero estoy absolutamente en contra de aplicarla sin ningún análisis. Los pecados de omisión también pueden ser graves. Relee "Omisiones que matan".
- Resisto que se cancele un aeropuerto moderno, avanzado y necesario, y que se cambie por un plan vacilón que generará dolores de cabeza para los pasajeros e inhibirá la inversión.
- Apruebo que se apoye a los que menos tienen, pero me opongo a programas de capacitación mentirosos que se prestan a la trampa, mientras que crean votantes cautivos.
- Me rebelo a cancelar por razones dogmáticas tecnologías que han sido probadas, como fracking o las semillas mejoradas.
- Me niego a aceptar que la CFE sea único productor en México cuando sus plantas generan electricidad mucho más cara que las de una empresa privada. Relee "Back to the past".
- Aplaudo el combate a la evasión, pero repruebo totalmente el terrorismo fiscal y entramados legales que puedan ser abusados para perseguir a cualquiera que incomode al régimen.
- Denuncio como falsas todas las curas rápidas y fáciles a problemas añejos y complejos.
Y ahí le paro porque ejemplos sobran y no acabaría.
Por cierto, esto de oponerse a lo malo no es privativo de la política. Es perfectamente aplicable a los negocios y la vida.
En una empresa siempre hay que oponerse a la arrogancia, a los jefes sabelotodo, a la grilla, a los lambiscones profesionales, a callar al talentoso que piensa distinto, a ignorar a los clientes, a ignorar a la competencia, a no prestarle atención a los avances tecnológicos y a defender la vaca lechera sin invertir en nuevos becerritos, entre otros.
Y en la vida por lo menos hay que estar en contra del gasto excesivo, del desorden, de los gritos, del egoísmo, del desamor, del permisivismo excesivo con los chavos, de privilegiar pantallas sobre relaciones, de no hacer la tarea, de no escuchar, de dejar de aprender, de olvidar divertirse, del estrés permanente y del materialismo.
Te propongo que aquel que te advierta en la política, los negocios o la vida de lo que haces mal no es un opositor, es un aliado.
Charles Darwin, uno de los científicos más influyentes de la historia, basó su éxito no sólo en su capacidad, sino es su método de trabajo.
Darwin le daba más peso a todo aquello que contradijera su teoría predilecta. Evadía el sesgo de confirmación, ese peligrosísimo y tan común reflejo de aceptar sólo lo que concuerde con nuestras ideas.
Veía todo lo que se oponía a su pensamiento como fuente de mejora.
Sin duda, un gran consejo para cualquiera... y, claro, invaluable para la 4T. Yo, por lo pronto, me apunto como ese tipo de opositor, ¿y tú?
Posdata. Excelente noticia: volverían las subastas eléctricas. Ojalá. Porque lo mismo dijeron de las rondas petroleras y todavía están en veremos.
EN POCAS PALABRAS...
"No sobrevive el más fuerte, sino el más inteligente".
Charles Darwin
benchmark@mural.com
Twitter: @jorgemelendez
20 Sep. 2019
"Están moralmente derrotados nuestros adversarios".
El Presidente está obsesionado con sus opositores. Todas las semanas los menciona. Se esfuerza por recordarnos un día sí y otro también que está luchando contra "la hipocresía neoliberal".
Su lista de insultos es legendaria y creciente (relee "¡Eres un #$%&!/!!"). Insulta como parte de su estrategia populista para dividir al País entre "el pueblo sabio" y una oposición que busca que todo siga igual.
Es innegable que México necesita cambiar. Es cierto que la corrupción nos carcome. La deuda social con los que menos tienen es inobjetable. Y también es cierto: muchos defienden el statu quo y no quieren cambiar para defender intereses mal habidos.
Pero no son todos. También hay una oposición distinta.
Porque oponerse a la estupidez nunca será malo. Porque criticar lo que está implementado con las patas nunca estorba. Porque objetar incentivos mal aplicados nunca está de más. Porque denunciar las ocurrencias nunca generará dolores de cabeza.
Oponerse a lo malo siempre será algo bueno.
Por ejemplo:
- Me opongo a que no se evalúe a los maestros y en cambio se alíen con rijosos que tanto daño le han hecho a la educación.
- Estoy en desacuerdo con darle dinero a PEMEX sin atorarle primero a su obesidad, ineficiencia y falta de tecnología.
- Refuto renunciar a la inversión privada en aguas profundas.
- Objeto elefantes blancos como Dos Bocas o el Tren Maya (ve "Los 3 retos de Dos Bocas" y relee "Viralizar la razón").
- Apoyo la austeridad, pero estoy absolutamente en contra de aplicarla sin ningún análisis. Los pecados de omisión también pueden ser graves. Relee "Omisiones que matan".
- Resisto que se cancele un aeropuerto moderno, avanzado y necesario, y que se cambie por un plan vacilón que generará dolores de cabeza para los pasajeros e inhibirá la inversión.
- Apruebo que se apoye a los que menos tienen, pero me opongo a programas de capacitación mentirosos que se prestan a la trampa, mientras que crean votantes cautivos.
- Me rebelo a cancelar por razones dogmáticas tecnologías que han sido probadas, como fracking o las semillas mejoradas.
- Me niego a aceptar que la CFE sea único productor en México cuando sus plantas generan electricidad mucho más cara que las de una empresa privada. Relee "Back to the past".
- Aplaudo el combate a la evasión, pero repruebo totalmente el terrorismo fiscal y entramados legales que puedan ser abusados para perseguir a cualquiera que incomode al régimen.
- Denuncio como falsas todas las curas rápidas y fáciles a problemas añejos y complejos.
Y ahí le paro porque ejemplos sobran y no acabaría.
Por cierto, esto de oponerse a lo malo no es privativo de la política. Es perfectamente aplicable a los negocios y la vida.
En una empresa siempre hay que oponerse a la arrogancia, a los jefes sabelotodo, a la grilla, a los lambiscones profesionales, a callar al talentoso que piensa distinto, a ignorar a los clientes, a ignorar a la competencia, a no prestarle atención a los avances tecnológicos y a defender la vaca lechera sin invertir en nuevos becerritos, entre otros.
Y en la vida por lo menos hay que estar en contra del gasto excesivo, del desorden, de los gritos, del egoísmo, del desamor, del permisivismo excesivo con los chavos, de privilegiar pantallas sobre relaciones, de no hacer la tarea, de no escuchar, de dejar de aprender, de olvidar divertirse, del estrés permanente y del materialismo.
Te propongo que aquel que te advierta en la política, los negocios o la vida de lo que haces mal no es un opositor, es un aliado.
Charles Darwin, uno de los científicos más influyentes de la historia, basó su éxito no sólo en su capacidad, sino es su método de trabajo.
Darwin le daba más peso a todo aquello que contradijera su teoría predilecta. Evadía el sesgo de confirmación, ese peligrosísimo y tan común reflejo de aceptar sólo lo que concuerde con nuestras ideas.
Veía todo lo que se oponía a su pensamiento como fuente de mejora.
Sin duda, un gran consejo para cualquiera... y, claro, invaluable para la 4T. Yo, por lo pronto, me apunto como ese tipo de opositor, ¿y tú?
Posdata. Excelente noticia: volverían las subastas eléctricas. Ojalá. Porque lo mismo dijeron de las rondas petroleras y todavía están en veremos.
EN POCAS PALABRAS...
"No sobrevive el más fuerte, sino el más inteligente".
Charles Darwin
benchmark@mural.com
Twitter: @jorgemelendez
La fuerza de la sociedad
Guillermo Velasco Barrera
20 Sep. 2019
La participación organizada de la sociedad ha sido muchas veces determinante para definir el futuro de las naciones. En diversos países del mundo, los ciudadanos se han movilizado por diferentes motivos: repudio al terrorismo, reclamo contra la inseguridad, protesta contra el desempleo y rechazo al aumento de tarifas en servicios públicos, por citar sólo algunos.
La movilización social ha logrado poner en jaque a gobiernos autoritarios y ha incidido en el marco jurídico en congresos, parlamentos y en políticas públicas que impactan de forma importante en la vida de las personas. Un ejemplo de lo anterior son diversas manifestaciones pro vida que han tenido un impacto importante en los últimos años en Europa, Estados Unidos y algunos países de América Latina.
El año pasado, la acción organizada de diversas organizaciones pro familia en Argentina impidió la legalización del aborto en el Senado de aquel país, y en 2016, la movilización de la sociedad mexicana, reflejada en gran medida en las multitudinarias marchas bajo el lema "No te metas con mis hijos", detuvieron una iniciativa del Presidente Peña Nieto que, entre otras cosas, buscaba modificar la Constitución para equiparar el matrimonio a la unión entre personas del mismo sexo, e incluir contenidos en los libros de texto para adoctrinar a niños y adolescentes en la ideología de género.
El ex Presidente tuvo que dar marcha atrás a su "progresista" iniciativa, luego del rechazo generalizado de la sociedad mexicana. Posteriormente tuvo el cuestionamiento de los colectivos que en su día aplaudieron frenéticamente su paquete de apoyos a la "diversidad sexual", quienes se sintieron traicionados.
Después de tres años, el contexto ha cambiado mucho. En 2016, la popularidad de Peña iba en picada, así que la marcha pro familia de aquel año, si bien fue una muestra indiscutible de rechazo a la dictadura ideológica que representaba la iniciativa presentada por el Presidente, se volvió en la práctica una expresión muy contundente de desaprobación hacia su persona.
Hoy gobierna López Obrador, y si bien a casi un año del inicio de su gobierno el saldo es negativo en casi todos los rubros, goza aún de un amplio respaldo popular. Además, consciente de la polémica que generan algunos temas en la opinión pública, tales como la legalización del aborto, el Presidente ha sido ambiguo y se ha salido, como siempre, por la tangente con el discurso de que se debe consultar al pueblo.
Sin embargo, una parte muy importante de los legisladores de Morena están completamente apostados por la agenda de los eufemísticamente llamados "derechos reproductivos" -que por cierto son inexistentes-, a pesar del costo político que pueda representar la defensa a ultranza de esta agenda, sobre todo en tiempos electorales.
Coinciden en esta agenda no solamente legisladores morenistas, sino también priistas y emecistas, pero a diferencia de hace tres años, cuando Peña Nieto presentó una sola iniciativa que incluía una serie de reformas, en esta ocasión legisladores de Morena, PRI Y Movimiento Ciudadano presentarán en este periodo legislativo diversas iniciativas, por separado, pero todas orientadas a la construcción de un andamiaje jurídico que atenta contra la vida, la familia y las libertades.
La presentación escalonada de iniciativas hace menos ruido, y por lo tanto resulta algo más eficaz para quienes pretenden modificar las leyes a espaldas de la sociedad. Son más de 20 iniciativas las que se presentarán a lo largo de las próximas semanas, destacando la que permitiría la adopción por parte de parejas homosexuales, y disposiciones legales que pretenden adoctrinar a los niños y arrebatar el derecho de sus padres a educarlos.
Las marchas que tendrán lugar mañana en diversas ciudades del País, convocadas por el Frente Nacional por la Familia, marcarán una pauta fundamental del debate que se dará en los próximos meses en torno al derecho a la vida y la defensa de la familia. No olvidemos que la sociedad organizada puede marcar el rumbo, y lo que está en juego con estas iniciativas es literalmente un tema de vida o muerte.
@gvelascob
viernes, 6 de septiembre de 2019
Los datos reales de López Obrador
Raymundo Riva Palacio, 6 sep. 19 El Financiero.
Desde hace varios días las mañaneras se han convertido en un rehilete de distracción. El espionaje en el comedor de Palacio Nacional, con una cámara a la vista de todos, sin sonido, que no transmite y para la cual hay que sacarle la memoria para ver qué grabó. El tema de su salud, donde inventar una afirmación inexistente en esta columna le regaló 48 horas de diversión a las redes sociales. La suspensión del fiscal de Veracruz, Jorge Winckler, le ayudó en este esfuerzo distractor, como también el indeseado agandalle de Morena en la Cámara de Diputados para retroceder la ley electoral –que finalmente logró a partir de 2021– más de 22 años. López Obrador es un maestro en comunicación política y con un posgrado en plantar temas en la opinión pública para que se entretenga y no voltee a ver los asuntos que sí importan. El circo mediático ocultó la realidad de la economía nacional en vísperas de la entrega del presupuesto este domingo, que, para describirlo gráficamente, es como un motociclista atropellado que llega a la sala de emergencias donde se apuran a evitar que entre en shock.
El presupuesto que llevará el secretario de Hacienda, Arturo Herrera, a la Cámara de Diputados el domingo por la tarde, está siendo altamente esperado por los inversionistas, los analistas y todos los que tomarán decisiones estratégicas a partir de los números que presente. De cómo establezca la tasa de crecimiento, el ingreso por recaudación, la plataforma petrolera, el superávit fiscal, el gasto y la deuda, por citar algunos de los datos más relevantes, dependerá si la misma noche de ese día los mercados se vuelven locos porque no le creen al planteamiento del gobierno, o le dan el beneficio de la duda porque la información en el presupuesto les parece razonable. Esto es lo que anticipa Herrera será el paquete que entregará; otra cosa es lo que, en esta última etapa, decida el presidente López Obrador.
Los analistas se muestran ligeramente escépticos sobre lo que pueda suceder. Un análisis de la consultora Eurasia a sus clientes, señala que Hacienda tiene poco margen de maniobra ante la caída de las finanzas públicas para mantener el superávit fiscal –ofrecido por el Presidente en su informe el domingo pasado– de 1.3% del PIB, al tiempo de disponer de los recursos para sus programas sociales. Varios bancos y calificadores internacionales están advirtiendo a sus clientes la probabilidad de que se baje el grado de calificación de Pemex –porque no convenza su plan financiero–, con lo cual arrastraría la deuda soberana de México. Si esto se diera, probablemente comenzarían a irse inversiones del país, con una creciente pérdida de confianza. Los análisis técnicos tienen fundamento en los indicadores de la economía durante los primeros siete meses de este año:
• Los ingresos petroleros cayeron 18.2%, de 567 mil 700 millones de pesos a 483 millones 300 mil.
• Los ingresos tributarios cayeron 7.5% en términos reales ante la desaceleración en recaudación de ISR, IVA y IEPS.
• El impuesto sobre la renta creció 0.0%, de mil 10 millones, a mil 51.
• El IVA se redujo 1.7%.
• La deuda interna creció de siete mil millones 36 mil pesos, a siete mil millones 227 mil.
• La deuda externa se elevó 9.5%, de 202 mil 400 millones de dólares, a 211 millones 100 mil.
• El indicador Global de la Actividad Económica, que muestra la evolución del sector real de la economía, ha crecido en el año 0.2%, que significa una caída de 1.4% de cómo recibió la economía del gobierno anterior.
• Las ventas al menudeo dejaron de crecer y cayeron de 2.2% a 1.7%.
• El desempleo creció de 3.4% a 3.5%.
• El impuesto a las gasolinas, que es un impuesto indirecto que se cobra a los clientes, creció de 98 millones a 170 millones de pesos.
Estos son los datos reales de la economía de los primeros siete meses de gobierno de López Obrador, aunque el Presidente afirme tener otros datos. La información no surge de las mañaneras, como él mismo ya califica su comunicación circular de todas las mañanas en Palacio Nacional, sino de los reportes de la Secretaría de Hacienda, el Banco de México y el INEGI. Los acentos en el presupuesto estarán en la recaudación de ingresos. El presupuesto deberá contener cifras de ingreso conservadoras en petróleo y gas, contra lo que sugiere el gabinete energético, si se busca que el presupuesto sea creíble. La recaudación por la vía fiscal es lo que viene reforzado.
El gobierno está trabajando con el Congreso para generar ingresos. Morena presentó una iniciativa para cobrar el IVA a las plataformas digitales que dan servicios de alojamiento, transporte y comida, que no será suficiente. También estará la elevación del delito de defraudación fiscal a delincuencia organizada y seguridad nacional, y el combate contra las facturas falsas, por donde se evaden 300 mil millones de pesos anuales. En la cocina, sin saberse aún si se presentará, es un cambio de régimen en la venta de medicinas, para que pasen del sistema del IVA a exención de impuestos. Para el consumidor no significa nada, porque de cualquier forma no pagaría impuestos, pero ese cambio de régimen significaría alrededor de 80 mil millones de pesos anuales menos, que se entregan anualmente a las empresas farmacéuticas.
Nuevas medidas de austeridad, señaló Eurasia, son probables y “mostrarán desesperación” del gobierno para encontrar recursos adicionales. Tampoco considera, pese a las señales de la semana pasada, que el Presidente modifique su oposición a inversión privada en el sector energético, que le daría recursos frescos. Su pronóstico es pesimista y ve que los riesgos políticos hacen probable un mayor deterioro económico de las finanzas públicas en 2020.
jueves, 5 de septiembre de 2019
Sobre las becas para jóvenes que ni estudian ni trabajan
05 de Septiembre de 2019, Excelsior.
Jóvenes Construyendo el Futuro (JCF) es uno de los principales programas sociales del gobierno actual. Se trata de transferirles, en efectivo, tres mil 600 pesos al mes, durante un año, a jóvenes entre 18 y 29 años. Reciben este pago mientras trabajan en alguna empresa, institución pública u organización social con el fin de capacitarse y desarrollar habilidades. Esta experiencia debe ayudarlos a integrarse de manera definitiva al mercado laboral. El programa está a cargo de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), que está inscribiendo, por un lado, a los muchachos y, por el otro, a los lugares donde trabajan mientras reciben su beca.
La organización civil Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) llevó a cabo una investigación sobre JCF. ¿Qué encontraron?
1. Un padrón inverosímil. Se observan patrones difíciles de creer. Prácticamente todos los días se inscribieron la misma proporción de becarios, de hombres y mujeres, de niveles educativos y de edades. Esta información, por tanto, es improbable, incompleta e inverificable.
2. En la Ciudad de México no encontraron la localización o existencia en dos mil 881 centros de trabajo equivalentes al 53% de los casos que revisaron.
3. En 646 centros de trabajo identificaron una dirección o teléfono, pero no hallaron su ubicación.
4. En 140 casos se logró contactar el centro de trabajo registrado en el padrón, pero, al hacer la visita, les informaron que no se inscribieron en el programa.
5. 214 centros de trabajo declararon que solicitaron becarios (algunos hace más de cuatro meses), pero aún no les han llegado candidatos.
6. 413 centros de trabajo sí tenían becarios, pero encontraron anomalías como falta de pago, despido de empleados y sustitución con becarios, ausentismo, discordancia entre becarios registrados y becarios capacitándose, becarios utilizados para actividades que no aportan nuevas capacidades, becarios en actividades distintas a las que el centro de trabajo registró, becarios con vínculo familiar directo con el centro de trabajo, retención de parte de la beca que paga el gobierno, amenaza de “baja” del programa por solicitar cambio de centro de trabajo.
7. Desde hoy se prevé que, a final de 2019, habrá un subejercicio de por lo menos 15 mil 641 millones de pesos, equivalentes al 39% de lo aprobado para este programa; dinero que, de acuerdo a la nueva legislación, podrá reasignar el Poder Ejecutivo sin la aprobación de la Cámara de Diputados.
La investigación de MCCI sobre JCF termina haciéndose varias preguntas que reproduzco:
¿Por qué el padrón reportado creció de una manera poco creíble?
¿Por qué no ofrecer información completa de los centros de trabajo en los padrones y sólo “simular” transparencia?
¿Por qué el programa no pasó por la evaluación de “nuevos programas” establecido por el Coneval?
¿Por qué se “cerró” el programa si aún hay tantas vacantes disponibles y recursos de sobra?
¿Por qué hay desertores y ausentismo?
¿Por qué no hay control y verificación sobre las labores asignadas a los becarios?
¿Por qué la sobrepresupuestación de JCF?
En el sitio de MCCI aparece una larga carta donde la STPS aclara dudas y refuta algunos hallazgos de la investigación. Argumenta, por ejemplo, que “todos los días hay variaciones en la cantidad de becarios vinculados al programa. También hay variaciones diarias en la proporción de hombres y mujeres, edades y niveles educativos”. MCCI, a su vez, presenta su respuesta a la misiva de la STPS. En el caso mencionado apuntan que, con la salvedad de 4 días, “el resto del tiempo la tasa de mujeres comparada con hombres se mantiene prácticamente constante, con una correlación de 98%. Esta observación es sorprendente, atípica y estadísticamente inverosímil”.
En la carta de la STPS destaca el compromiso de mantener sus puertas “abiertas al diálogo, la crítica y las recomendaciones con miras a fortalecer el programa. La STPS continuará monitoreando los procesos de capacitación para, en caso de identificar malas prácticas, reorientar a los aprendices a mejores capacitaciones. Nos hemos comprometido a que 2.3 millones de jóvenes que no estudian y no trabajan sean apoyados por el gobierno con una beca para capacitarse en el trabajo hasta por un año. A todos esos jóvenes les queremos decir una cosa: no les vamos a fallar”.
Felicito a MCCI por esta nueva investigación. En una democracia liberal es muy importante que organizaciones civiles hagan este tipo de ejercicios de rendición de cuentas. Felicito, también, a la STPS por su compromiso de participar en un diálogo constructivo que fortalezca a un programa tan importante como JCF.
Twitter: @leozuckermann
Jóvenes Construyendo el Futuro (JCF) es uno de los principales programas sociales del gobierno actual. Se trata de transferirles, en efectivo, tres mil 600 pesos al mes, durante un año, a jóvenes entre 18 y 29 años. Reciben este pago mientras trabajan en alguna empresa, institución pública u organización social con el fin de capacitarse y desarrollar habilidades. Esta experiencia debe ayudarlos a integrarse de manera definitiva al mercado laboral. El programa está a cargo de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), que está inscribiendo, por un lado, a los muchachos y, por el otro, a los lugares donde trabajan mientras reciben su beca.
La organización civil Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) llevó a cabo una investigación sobre JCF. ¿Qué encontraron?
1. Un padrón inverosímil. Se observan patrones difíciles de creer. Prácticamente todos los días se inscribieron la misma proporción de becarios, de hombres y mujeres, de niveles educativos y de edades. Esta información, por tanto, es improbable, incompleta e inverificable.
2. En la Ciudad de México no encontraron la localización o existencia en dos mil 881 centros de trabajo equivalentes al 53% de los casos que revisaron.
3. En 646 centros de trabajo identificaron una dirección o teléfono, pero no hallaron su ubicación.
4. En 140 casos se logró contactar el centro de trabajo registrado en el padrón, pero, al hacer la visita, les informaron que no se inscribieron en el programa.
5. 214 centros de trabajo declararon que solicitaron becarios (algunos hace más de cuatro meses), pero aún no les han llegado candidatos.
6. 413 centros de trabajo sí tenían becarios, pero encontraron anomalías como falta de pago, despido de empleados y sustitución con becarios, ausentismo, discordancia entre becarios registrados y becarios capacitándose, becarios utilizados para actividades que no aportan nuevas capacidades, becarios en actividades distintas a las que el centro de trabajo registró, becarios con vínculo familiar directo con el centro de trabajo, retención de parte de la beca que paga el gobierno, amenaza de “baja” del programa por solicitar cambio de centro de trabajo.
7. Desde hoy se prevé que, a final de 2019, habrá un subejercicio de por lo menos 15 mil 641 millones de pesos, equivalentes al 39% de lo aprobado para este programa; dinero que, de acuerdo a la nueva legislación, podrá reasignar el Poder Ejecutivo sin la aprobación de la Cámara de Diputados.
La investigación de MCCI sobre JCF termina haciéndose varias preguntas que reproduzco:
¿Por qué el padrón reportado creció de una manera poco creíble?
¿Por qué no ofrecer información completa de los centros de trabajo en los padrones y sólo “simular” transparencia?
¿Por qué el programa no pasó por la evaluación de “nuevos programas” establecido por el Coneval?
¿Por qué se “cerró” el programa si aún hay tantas vacantes disponibles y recursos de sobra?
¿Por qué hay desertores y ausentismo?
¿Por qué no hay control y verificación sobre las labores asignadas a los becarios?
¿Por qué la sobrepresupuestación de JCF?
En el sitio de MCCI aparece una larga carta donde la STPS aclara dudas y refuta algunos hallazgos de la investigación. Argumenta, por ejemplo, que “todos los días hay variaciones en la cantidad de becarios vinculados al programa. También hay variaciones diarias en la proporción de hombres y mujeres, edades y niveles educativos”. MCCI, a su vez, presenta su respuesta a la misiva de la STPS. En el caso mencionado apuntan que, con la salvedad de 4 días, “el resto del tiempo la tasa de mujeres comparada con hombres se mantiene prácticamente constante, con una correlación de 98%. Esta observación es sorprendente, atípica y estadísticamente inverosímil”.
En la carta de la STPS destaca el compromiso de mantener sus puertas “abiertas al diálogo, la crítica y las recomendaciones con miras a fortalecer el programa. La STPS continuará monitoreando los procesos de capacitación para, en caso de identificar malas prácticas, reorientar a los aprendices a mejores capacitaciones. Nos hemos comprometido a que 2.3 millones de jóvenes que no estudian y no trabajan sean apoyados por el gobierno con una beca para capacitarse en el trabajo hasta por un año. A todos esos jóvenes les queremos decir una cosa: no les vamos a fallar”.
Felicito a MCCI por esta nueva investigación. En una democracia liberal es muy importante que organizaciones civiles hagan este tipo de ejercicios de rendición de cuentas. Felicito, también, a la STPS por su compromiso de participar en un diálogo constructivo que fortalezca a un programa tan importante como JCF.
Twitter: @leozuckermann
¿Soros, vía el cártel de Sheinbaum, detrás del vandalismo?
PUBLICADO EL
Por Jorge Santa Cruz (*)
Los actos de vandalismo cometidos en la rectoría de la UNAM este martes 3 de septiembre tienen el mismo modus operandi de los que lastimaron a la Ciudad de México en agosto pasado. Y también, el mismo origen: el activismo desestabilizador de George Soros.
El pretexto para provocar desmanes —lo mismo en la Procuraduría General de Justicia local que en las instalaciones de la Secretaría de Seguridad en las calles de Florencia en plena Zona Rosa, que en la estación Insurgentes del Metrobús o la Columna de la Independencia— es el mismo: el de los feminicidios.
Este planteamiento ideológico sirve de fachada, sin embargo, a la frustración del cártel que encabeza la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum. Tal frustración obedece a:
- El estrepitoso fracaso de Sheinbaum Pardo como jefa de gobierno de la Ciudad de México, que compromete sus ambiciones presidenciales.
- La pérdida de la presidencia del Senado de la República.
- La pérdida de la rectoría de la UNAM.
Antes de continuar, señalemos una vez más a los otros integrantes visibles de esta mafia política patrocinada por Soros:
- John Ackerman, becario de Open Society —la fundación de Soros que promueve la anarquía y la agenda LGBTTTQ en el mundo— y fallido candidato a rector de la UNAM.
- Martí Batres Guadarrama, senador ligado a la iglesia de La Luz del Mundo, cuyo líder, Naasón Joaquín García, está bajo proceso en California, Estados Unidos, acusado de diversos delitos sexuales. Batres fracasó en su intento por reelegirse como presidente del Senado de la República.
- Alejandro Frank Hoeflich, operador en México del cártel nuclear que se opone al rescate petrolero de México, porque quiere hacer grandes negocios con las “energías limpias”. Frank controla las facultades de Ciencias y de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM.
- Beatriz Gutiérrez Müller, esposa del presidente Andrés Manuel López Obrador y muy cercana a Claudia Sheinbaum con quien comparte la agenda LGBTTTQ de Soros.
- Carlos Ímaz, ex esposo de Sheinbaum y agitador permanente dentro de la UNAM.
- Eugenio Ímaz, hermano de Carlos, ex director del desaparecido Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN) y vinculado a la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos (CIA).
- Paco Ignacio Taibo II, español republicano y director impuesto del Fondo de Cultura Económica.
- Elvira Daniel Kabbaz Zaga, directora general del Centro Nacional de Control del Gas Natural, pareja sentimental del director general de Pemex, Octavio Romero Oropeza, y contacto de Sheinbaum Pardo con el cártel inmobiliario sionista.
- Octavio Romero Oropeza, director general de Pemex, cuyas políticas chocan con las de la secretaria de Energía, Rocío Nahle, promotora de la recuperación petrolera.
La Fiscalía General de la República debería atraer los casos de vandalismo y terrorismo urbano (dado que afectaron a la UNAM y a la Columna de la Independencia). De hacerlo, muy probablemente se encontraría con que los grupos de choque involucrados tienen una misma cabeza en México y un mismo financiamiento externo.
(*) Periodista mexicano
miércoles, 4 de septiembre de 2019
El presidente ya perdió el piso
Pablo Hiriart, 3 sep. 19, El Financiero.
Presentarlo como el Tercer Informe confirma que una cosa es la que el Presidente ve o quiere, y otra es la realidad.
Las cifras ajenas a la verdad que dio a conocer en –decimos los mortales– su Primer Informe de Gobierno, y las estrategias para salir de las diferentes crisis en que se encuentra el país, nos dicen de una manera preocupante que a nueve meses de iniciado su mandato el presidente López Obrador ya perdió el piso.
A pesar de los serios problemas en que sus obsesiones y falta de conocimientos han metido al país, la mayoría de la sociedad lo respalda. Su aceptación es del 67 por ciento. Eso lo mareó. Lo pagaremos todos.
Preparémonos para la resaca.
Logró bajar el crecimiento económico de 2.5 anual a cero.
Dice una barbaridad monumental: no hay crecimiento, pero hay mejor distribución. Sin crear riqueza, ¿qué va a distribuir?
Muy sencillo, porque así lo hacen todos los populistas: quitar a unos para dar a otros.
No piensa en desarrollo, ni habla de reforma fiscal.
Dijo en su Informe, equivocadamente, que ha habido ahorros (subejercicios) por 145 millones de pesos. No es así, esos “ahorros” son de 198 mil millones de pesos.
Los ahorros se van a un fondo que el Ejecutivo reparte discrecionalmente, y son prácticamente inauditables por la ASF.
Lo dijo en su Informe: cinco de cada diez familias reciben apoyos del gobierno. Individualizado, personalizado.
Eso es formar clientelas que lo tienen en el 67 por ciento, aunque no haya crecimiento económico y la inseguridad se desboque.
La receta es esa: quitar a unos para dar a otros. No importa el desarrollo sino el respaldo electoral.
Quitan dinero a los enfermos de los hospitales públicos, despiden enfermeras y médicos, y el secretario de Salud dice que “los pacientes con cáncer pueden esperar, no hay ninguna prisa”.
El Presidente le trató de componer la plana a su secretario y dijo que si no hay medicamentos en los centros de salud, que los compren las enfermeras o los médicos.
Para afuera Prospera, Seguro Popular, las guarderías infantiles... Las lealtades se adquieren con dinero personalizado.
Y así en el resto del sector público: recortar, recortar, recortar. Para crear una de las más poderosas maquinarias de control político en el continente.
Sí es necesario que el gobierno apoye a los más débiles porque su situación es dramática, pero sacrifica el dinero para el desarrollo en granjearse el respaldo de cinco de cada diez familias.
En el área de seguridad (inseguridad) es donde más se muestra un Presidente ajeno a la realidad.
Es feroz contra sus críticos y quienes piensan diferente a él los declara “moralmente derrotados”, en lugar de hacerlos sus interlocutores como en cualquier democracia. Algo bueno le pueden aportar. Nadie es dueño de la verdad absoluta. Salvo AMLO, según él.
Contra la bandas criminales del narco, ninguna condena en su Informe.
Otra vez los rencores políticos por encima de la seguridad y de la economía.
En los primeros ocho meses de este gobierno van 19 mil 642 homicidios dolosos (la cifra más alta de la historia).
Dijo que es un reto. ¿Y? ¿Cómo lo va a resolver?
Según él, atendiendo las causas que la generan: la pobreza, la falta de empleo, etcétera, lo cual no está mal.
Pero la pobreza no va a bajar, va aumentar con el crecimiento cero.
La caída del empleo desde diciembre ha sido brutal, casi 70 por ciento menos que hace un año. El Presidente lo ve bien. Cuidado.
A los grupos armados, que son los que matan, secuestran y tirotean lugares donde hay gente indefensa, ninguna recriminación en su Informe. Reconoce que no hay avances, pero no cambia de estrategia.
Está desmembrando a las Fuerzas Armadas en una Guardia Nacional que no sirve, porque tienen orden de no actuar y cada uno de los cuerpos que la integran tiene diferente vocación y formación.
Los soldados no pueden tocar a los narcos y sus pandillas locales. Tienen que aguantar los golpes y la humillación porque el Presidente “no va reprimir”.
Y a los que agreden a las Fuerzas Armadas se les premia con recursos.
Prometió el Presidente indagar otra vez la matanza de los 43 normalistas. Bien. Que sigan, pero...
¿No van a investigar a los causantes de la muerte de 150 muertos quemados en Tlahuelilpan?
El gobierno fue responsable de esa tragedia, porque se enteró con horas de anticipación de la fuga, fueron, vieron, se regresaron a sus oficinas y no hicieron nada.
Esos muertos son del gobierno del presidente López Obrador.
Faltó a la verdad al decir que con el arreglo con las constructoras de gasodutos CFE “se ahorró cuatro mil 500 millones de dólares”.
El costo es el mismo y no cambiaron ninguna de las dos cláusulas que el gobierno impugnó.
Eso es engañar a le gente, y le creen.
Dice que el poder adquisitivo del salario subió. ¿Entonces cómo explica que el consumo haya caído?
También dijo que el huachicol cayó en 94 por ciento “y nos permite recuperar 50 mil millones de pesos”.
Entonces, por qué bajaron las ventas de gasolina legal.
Ya no hay huachicol y aumentó el poder adquisitivo del salario. ¿Qué pasó?
No dijo la verdad el Presidente al hablar de los “ahorros” en la cancelación del NAIM.
Falso que se hayan pagado todos los contratos y bonos.
Quedan cuatro mil doscientos millones de dólares por pagar a tenedores de bonos. Se recompraron mil 800 millones de dólares de un total de seis mil millones colocados.
Destruir el NAIM va a costar más caro que terminarlo.
Festejó el Presidente que los paisanos manden remesas “como nunca antes”.
En sus palabras, eso era una vergüenza nacional cuando gobernaban otros. ¿Ya lo vio? Récord. Y lo presume.
Con una economía estancada, caída en la creación de empleos, más van a emigrar a Estados Unidos para ser apaleados y perseguidos por Donald Trump.
Por último, se colgó las medallas de los atletas que no tuvieron respaldo de su gobierno, ni para uniformes.
Sí, el Presidente perdió el piso. Él tiene otra realidad
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