LA MENTALIDAD
POPULISTA
Son 5 las desviaciones que configuran la mentalidad populista:
(Mao, Stalin, Castro, Chávez, Evo Morales, Cristina Kirchner,
López Obrador)
l. DESPRECIO POR LA LIBERTAD INDIVIDUAL Y UNA CORRESPONDIENTE
IDOLATRÍA DEL ESTADO.
Políticamente el populismo suele encarnarse en el líder
carismático, un redentor que viene a rescatar a los sufrientes y asegurarles un
espacio de dignidad en el nuevo paraíso que este creara.
El populista lleva a cabo su programa utilizando las categorías de
"pueblo" y "anti pueblo", donde Él dice encarnar al
"Pueblo" y por tanto quien esté en contra de sus intenciones y
pretensiones esta siempre, por definición, en contra del "Pueblo". Y
del lado del "anti Pueblo".
La figura populista fomenta el odio en la sociedad dividiéndola
entre buenos y malos, utiliza al decir del Che Guevara: "el odio como
factor de lucha, el odio intransigente al enemigo, que lo convierte en una efectiva
violencia, en una selectiva y efectiva máquina de matar.
En lo fundamental la estrategia del populismo es la misma que la
del socialismo o comunismo, siendo la inserción del odio en la sociedad el
primer paso hacia la toma del poder.
El segundo paso consiste en eliminar la libertad económica,
anulando lo más posible el derecho de cada individuo a gozar del fruto de su
trabajo, dando paso a un estado gigantesco que se mete y controla todo, que
impone altísimos impuestos y regulaciones que obligan a los privados a asumir
roles fiscalizadores que no les corresponden. Sumemos a esto altas tasas de
inflación producto de la monetización del gasto estatal, control de capitales
para evitar que salgan los dólares del país; discrecionalidad total del
gobierno en el gasto público, una burocracia enorme e ineficiente, una deuda
estatal creciente: caída de la inversión privada, incremento del desempleo,
corrupción galopante, deterioro del derecho de propiedad y de la seguridad
pública, privilegios especiales a grupos de interés, creación de
"colectivos" paramilitares que reprimen cualquier manifestación de
desacuerdo y creación de empresas estatales totalmente ineficientes que se
convierten en agujeros sin fondo y establecer un sistema de educación gratuito
controlado totalmente por el Estado, entre otras acciones.
Finalmente, el motor último, el cultivo del odio y la destrucción
del Estado de derecho, aunado a un desprecio total por la libertad y las
instituciones que la resguardan, anclada en una adoración febril del poder del
Estado.
Las promesas de campaña de utilizar el poder del Estado para
"elevar al pueblo" son siempre todo lo contrario: se deben según el
populista, estatizar las empresas, terminar con la independencia de la banca
central, deben subirse dramáticamente los impuestos y al mismo tiempo
desarrollar una red asistencialista gigantesca que tenga a millones de personas
dependiendo del Estado.
Ideológicamente gente como Stalin, Mao y Castro, tuvieron la misma
trayectoria de un Chávez, Allende, Maduro, Morales, Correa, López Obrador,
Krischner y Bachelet, estamos hablando con estos últimos de los promotores de
un Socialismo del siglo XXI.
II. COMPLEJO DE VICTIMA, SEGÚN EL CUAL TODOS NUESTROS MALES HAN
SIDO SIEMPRE CULPA DE OTROS Y NO DE NUESTRA INCAPACIDAD PARA DESARROLLAR INSTITUCIONES
QUE NOS PERMITAN SALIR ADELANTE.
El rasgo esencial de la mentalidad populista ha sido siempre el
culpar de todos los males de la sociedad a otros: a los ricos, a los gringos,
al capitalismo, a la CIA, al Neoliberalismo, a la Mafia del Poder, etc.
El líder populista (socialista del siglo XXI) fomenta sobre esa
base el odio de clases y el resentimiento en contra de algún supuesto enemigo
interno y/o externo que conspira para mantenernos en la pobreza y el
subdesarrollo.
En pocas palabras siempre somos víctimas y necesitamos de un
"salvador' que ponga fin a las conspiraciones de las oligarquías
internacionales y a las mafias nacionales.
Los populistas se inspiran en ideas como las del francés Michel de
Montaigne quien sostenía en el siglo XVI que, "el mercado es un juego de
suma cero, donde lo que uno gana se debe a que otro lo pierde" donde
"el beneficio de unos, es el perjuicio de otros", según estos
populistas ningún provecho ni ventaja se alcanza sin el perjuicio de los demás
y esta tesis alimenta la idea de que la riqueza de los ricos es la causa de la pobreza
de los pobres (los que integran la Mafia del poder se roban 500 mil millones de
pesos al año, por eso los mexicanos somos pobres...López Obrador)
Todo el Programa de la Comisión Económica para América Latina y el
Caribe (CEPAL) se basó en la idea de que los latinoamericanos éramos victimas
económicas de las potencias desarrolladas y que por tanto debíamos practicar el
proteccionismo comercial y el estatismo desenfrenado para salir adelante.
En otras palabras, no era verdad que todos se beneficiaban igual
del libre comercio ni del libre mercado, la solución era cerrar nuestras
economías a las importaciones y desarrollar una política industrial dirigida
desde el Estado, además de una masiva redistribución de la renta y la propiedad
a través de reformas agrarias. El resultado de estas políticas estatistas fue
desastroso para América Latina.
III. PARANOIA ANTILIBERAL, SEGÚN LA CUAL EL NEOLIBERALISMO O
CUALQUIER COSA RELACIONADA CON EL UBRE MERCADO ES EL ORIGEN ULTIMO DE NUESTRA
MISERIA.
Si antes, con la CEPAL y la teoría de la dependencia, la culpa de
todo era del Imperialismo Yanqui y el Capitalismo Internacional que nos
condenaba al subdesarrollo, hoy en todas partes de la región el
"neoliberalismo" es el demonio al que se suele responsabilizar de
todos nuestros males.
Chávez, diría por ejemplo en 2002 que "el neoliberalismo es
el camino al infierno", y Evo Morales sostendría que "el responsable
de los problemas en Bolivia es el neoliberalismo". En México, en tanto,
Andrés Manuel López Obrador llego a afirmar que el país estaba
"podrido" producto de 30 años de neoliberalismo, sistema que según el
generaba "esclavitud" y por tanto debía ser superado de una vez por
todas.
El famoso Foro de Sao Paulo que con el patrocinio de Cuba reunió
prácticamente a todas las organizaciones y movimientos de izquierda de América
Latina luego que cayera el Muro de Berlín, declaro que el origen de todos los
males era y es el "neoliberalisrno" y la salvación solo puede ser el
"socialismo del siglo XXI"
Mientras tanto Rafael Correa Presidente de Ecuador afirma que una
"larga y triste noche neoliberal" sacrifico a la clase trabajadora
ecuatoriana al introducir flexibilidad laboral y baja inflación, mayor espacio
comercial y apertura a los mercados" (sic). Y que el libre mercado solo
puede beneficiar a países de similar desarrollo.
Esta tesis de Correa en la que creen todos los populistas se viene
abajo con el simple ejemplo de la República de Chile, que se abrió
unilateralmente al libre comercio desde los años setenta en adelante y es hoy
uno de los países más abiertos al mundo y el país más próspero de América
Latina.
Liberalizar es precisamente lo que el populista y el totalitario
no quieren porque desean mantener el control de la población en sus manos. Nada
hace más dependiente a la gente que
el control sobre sus ingresos, sus trabajos y sus propiedades.
Todos los populistas critican el llamado
"neoliberalismo", lo que hacen es utilizar un concepto trampa para
justificar moralmente su de otro modo indefendible ambición de poder,
la cual pasa por reducir las libertades de las personas lo más posible
incrementando el control del Estado, es decir de ellos mismos sobre estas
personas, pues si se depende del poder no se le puede desafiar.
Suceden dos cosas curiosas; que a pesar del rotundo fracaso del
socialismo a nivel mundial no se desprestigien ni las ideas populistas ni
quienes las promueven y que la defensa de las mejores ideas en la región en el
mejor de los casos, es muy débil y la hegemonía intelectual está del lado de
quienes buscan el poder.
¿Qué hacer ante esto? Evidentemente no se puede defender a eso que
llaman "neoliberalismo" por la razón de que ya de entrada el concepto
tiene una carga valorativa y emotiva de inmoralidad que hace imposible defenderla.
Lo que se debe hacer es hablar y apoyar un sistema de libre emprendimiento y de
la dignidad de pararse sobre los propios pies, pues solo un sistema basado en
valores permite generar las oportunidades y espacios de libertad para que las
personas en los distintos niveles sientan el orgullo de proveer para sí mismos
y para sus familias.
El capitalismo no es un sistema económico perfecto pero las
posibilidades de superar toda esa miseria de algunos pueblos es teniendo
libertad, según el premio Nobel de economía de 2015 Angus Deaton los estándares
de vida de hoy son mucho más altos que hace un siglo y más gente escapa de la
muerte en la infancia y vive lo suficiente para experimentar esa prosperidad y
esto se ha dado solo en el sistema capitalista.
Los latinoamericanos podemos adquirir bienes (cosa que no sucede
actualmente en Venezuela porque hay escasez de los bienes más básicos para
vivir) por nuestra capacidad de producir otro bien, recibir un salario y tener
entonces poder adquisitivo para comprar aquello que ha sido producido en un
esquema de colaboración donde han existido millones de transacciones.
El sistema de libertades que describe Sala-i-Martin es el de
libertades económicas que no son más que libertades personales, de poder emprender,
adquirir bienes y venderlos, trabajar, contratar, despedir, tener propiedad sin
que sea amenazada, libertad de competencia, ausencia de privilegios arbitrarios
entregados a grupos de interés, moneda estable, apertura comercial, impuestos
moderados, gobierno limitado y regulaciones razonables. Esto es lo que se debe
promover frente al populismo que busca todo lo contrario.
Esto es lógico y se explica porque una sociedad con libertades
económicas genera riqueza y espacios de libertad que dan a los ciudadanos
independencia de los gobernantes, permitiéndoles exigir respeto a sus derechos
y a desafiar el poder establecido si este respeto no es garantizado.
Y es por esto que los populistas de nuestro continente buscan
destruir la libertad económica, pues saben que así logran convertir a segmentos
importantes de la población en personas dependientes del poder político y de
las prebendas que estos les reparten con lo cual neutralizan toda posibilidad
de resistencia a sus planes.
Solo tres países de un total de 152, que son Chile (11), Perú (22)
y Uruguay (43) están entre los 50 países con mayor libertad económica del mundo
y curiosamente estos tres países son los que más han avanzado en la región.
México se encuentra en el lugar 94 y Venezuela en el lugar 152, el último de la
lista.
Los primeros países más avanzados de la lista son Hong Kong,
Singapur, Nueva Zelanda, Suiza, Finlandia, Canadá, Australia, Estados Unidos,
Alemania, Dinamarca, Estonia, Irlanda, Suecia y Noruega. Todos ellos cuentan
con instituciones y un Estado de Derecho que les garantizan una sólida
protección de los derechos de propiedad, bajos niveles de inflación, economías
abiertas al mundo, seguridad pública, servicios públicos, y gobiernos
respetuosos de las reglas del juego.
Nota de la redacción: El
Presidente Donald Trump ha decretado una disminución de impuestos a los
empresarios en estados Unidos de un 35% a un 15% para motivar y fortalecer la
economía del País.
IV. PRETENCIÓN DEMOCRÁTICA CON LA QUE EL POPULISMO SE REVISTE PARA
DARLE LEGITIMIDAD A SU PROYECTO DE CONCENTRACIÓN DEL PODER
No existe ningún líder populista,
caudillista o socialista en la región que no haya llevado a cabo su programa de
demolición institucional sin ponerle la etiqueta de democrático, incluso en los
casos más recientes como el de Venezuela.
Chávez llego al poder ganando limpiamente las elecciones en 1998 y
de ahí en adelante todo su programa se concretó en mantener la fachada
democrática para consolidar una dictadura, creo una nueva constitución que
también sometió a referéndum y que sirvió de base para liquidar la
independencia de los poderes de Estado, especialmente el judicial, hoy
completamente alineado con el Régimen que encabeza Maduro. Ahora el Gobierno se
impone por decretos, como en toda dictadura y la Asamblea Nacional paso a ser
un mero buzón de las propuestas de Chávez.
Lo distinto de estos populistas socialistas es que a diferencia de
otros como Castro o el Che es que Chávez no tuvo que hacer la guerra armada
como los anteriores, pues este llego a través del voto ciudadano.
Por su aparente carácter
democrático, el nuevo socialismo es mucho más peligroso, especialmente dado lo
vago y amplio del concepto en la región. Cuantas veces escuchamos a Chávez
decir que hacia lo que hacía porque "era lo que el Pueblo quería", la
decisión del pueblo es sacrosanta y quien se opone es un traidor, golpista o
anti democrático.
La persecución de opositores se
hará a través de las milicias del Pueblo, ahora llamadas "colectivos"
bajo el pretexto de que la mayoría democrática apoya al régimen, los ataques a
la libertad de expresión y prensa son justificados argumentando que el gobierno
responde a lo que la gente dice no a lo que publican los medios, las
confiscaciones a la propiedad se ampara en que es en beneficio de las mayorías
que los eligieron y así sucesivamente irán justificando todas sus acciones en
nombre del Pueblo y de la Democracia.
Evo Morales expresaría de manera elocuente lo que entienden por
democracia los populistas: "Estoy convencido de que la democracia no
termina solo en el voto, es permanente, es debatir con el pueblo las políticas…Es
importante gobernar obedeciendo al pueblo Boliviano, gobernar "con la
voluntad del pueblo"
Y ¿qué pasa si el supuesto "pueblo" quiere destruir los
derechos de los demás, de los que son minoría, el derecho a la vida, a la
propiedad, a la libertad de expresión?
Pues nada, porque en la definición del populista, la democracia es
un medio para extender y no para limitar el poder del gobernante que dice
representar al "pueblo", Él es el "pueblo".
Sería también Evo Morales quien mejor expresaría lo que entienden
por democracia totalitaria: "Por encima de lo jurídico es lo político.
Cuando algún jurista me dice, Evo te estas equivocando jurídicamente, lo que
estás haciendo es ilegal, aun así, yo le meto por más que sea ilegal, después
les digo a los abogados...si es ilegal, legalícenlo ustedes, ¿para qué han estudiado.?
Lo que Evo nos está diciendo de manera muy clara (que a veces no
queremos ver) es que, para él, democracia y dictadura son la misma cosa. En
efecto, pues si él encarna al pueblo, y debe hacerse todo lo que el pueblo
quiere, entonces debe hacerse todo lo que él quiere...así de simple.
Y esto demanda que no exista límite para el populista, que no
exista límite a su poder, pues limitando su poder se limita el poder del
pueblo, lo cual según Evo seria antidemocrático.
V. OBSESIÓN IGUALITARISTA QUE SE UTILIZA COMO PRETEXTO PARA
INCREMENTAR EL PODER DEL ESTADO Y ASÍ ENRIQUECER AL GRUPO POLÍTICO ABRIENDO LAS
PUERTAS DE PAR EN PAR A UNA DESATADA CORRUPCIÓN PEOR QUE LA QUE DICEN COMBATIR.
En América Latina, dada la
aplastante influencia marxista, el discurso populista derivado de ella ha
puesto siempre el énfasis central en la idea de la igualdad material. Siempre
se alega que hay un grupo que tiene demasiado y otro muy poco y por lo tanto
debe confiscarse al que tiene más para repartir, sin distinguir si esa riqueza
fue bien o mal habida.
El populista afirma que llega al
poder para hacer "más iguales" a todos, pero lo que hace es
concentrar el poder en sus manos incrementando la desigualdad y condenando a la
población a una mayor miseria material.
Cuba es el ejemplo más patológico
de esto, considerando que Fidel Castro, el profeta de la igualdad por
excelencia en la región, fue según la revista Forbes uno de los políticos más
ricos del mundo con un patrimonio valuado en 900 millones de dólares.
Confirmando la verdadera forma de pensar de Castro uno de sus guardaespaldas
escribió un libro sobre la vida secreta de este dictador y añadía que
"Castro nunca considero que estaba obligado por su discurso a llevar una
vida austera de buen revolucionario".
Los populistas tanto de izquierda
como de derecha, hacen como Fidel, de la igualdad su gran bandera de lucha
mientras se llenan los bolsillos. La respuesta la daría George Orwell en su
célebre libro "Rebelión en la Granja". Al final —dice Orwell- los
predicadores de la igualdad que lideran la revolución, en realidad, lo que
quieren no es abolir los privilegios, sino transferírselos a sí mismos y
asegurárselos para siempre. Entonces el régimen que viene a instaurarse es
mucho más radical y crudo que el anterior. Nadie que haya hecho una revolución
en la historia ha llegado al poder para después dejarlo.
Venezuela es actualmente un caso
aún más delirante sobre los resultados del socialismo del siglo XXI y de
políticas populistas. Lo cierto es que en Venezuela la corrupción está
completamente desbocada, tanto así que en el famoso Rankin de Transparencia
Internacional que mide el nivel de corrupción en 174 países, en 2014 Venezuela
obtuvo el lugar 161 por debajo de Zimbawe, a niveles de Haití, Angola,
Afganistán y Corea del Norte. Bolivia y México ocupan el lugar 103. Los únicos
países destacados de América Latina fueron Chile y Uruguay con el lugar 21.
La corrupción es un problema
regional y no es nuevo, ya lo sabemos, pero claramente en los países del
socialismo del siglo XXI esta llega a niveles extremos, producto del
intervencionismo estatal en todo ámbito de cosas.
A lo sumo se puede decir que el
populismo socialista ha logrado cierta igualdad, pero en la miseria. Lo más
reciente e impactante es el caso Venezuela. El régimen se está quedando sin
dinero para importar lo que necesita para cubrir sus necesidades y pagar sus
deudas. Hay escasez de bienes básicos, de leche, de harina, hasta champú y
papel higiénico y pañales desechables, Colas, a menudo de varios centenares de
personas se forman cada día fuera de los supermercados. Diez pacientes del
Hospital Universitario de Caracas murieron durante la navidad a causa de la
escasez de válvulas del corazón.
Un sistema estatista y populista
no puede generar riqueza en el mediano plazo porque los esfuerzos e incentivos
están puestos para saquear al resto y no para innovar o crear valor. Por eso
los países con más libertad económica tienen mayor calidad de vida en todos los
indicadores y menos corrupción. No es entonces el "liberalismo" sino
su opuesto — el estatismo, socialismo o populismo — el que corrompe los países
y los condena a la miseria.
El profesor de la Universidad de
Chicago Luigi Zingales, analizando como la expansión del estado ha ido
corrompiendo el sistema político económico en Estados Unidos sostiene que
"cuando el gobierno es pequeño y relativamente débil, la forma más
eficiente de ganar dinero es comenzar un negocio exitoso en el sector privado.
Pero mientras más se amplía la esfera de gasto del gobierno, más fácil es ganar
dinero desviado los recursos públicos". Por esto lo que hay que hacer es
acotar al Estado y reducirlo a sus funciones fundamentales, de modo que los
incentivos de comprar a políticos y burócratas sea menor que el dedicarse a
actividades productivas.
Extracto del Libro El Engaño Populista Autores: Axel Káiser y Gloria
Álvarez
Edit. Ariel junio 2016 marzo 2017