viernes, 31 de julio de 2020

Se solicita consulado


La 4T es la era de Bartlett y Rocío Nahle. ¿Que se multiplican los apagones? ¿Que la CFE ya está en números rojos?...

Julio Patan Columna Malos Modos

 JULIO 31, 2020 · 3:00

Es increíble la mezquindad conservadora, señor Presidente. Con su permiso, quisiera decir esto:

Malditos golpistas comórbidos, miserables comegansitos, cocacoleros antidemocráticos: ¿cómo pueden minar así la autoridad del doctor López–Gatell? ¿Por qué la costumbre de compararnos con otros países? ¿Cuántas veces van a recordarnos que Vietnam tiene 90 millones de habitantes y cero muertes por COVID-19, y que hacen todo lo que no hace nuestro zar antipandemia? ¿Cuándo van a entender, pinches (perdón, pero me gana el coraje) diabéticos irresponsables que hay que bajarle al Paketaxo? ¿Sí saben que el cubrebocas es nada más un auxiliar, sin importar lo que digan los surcoreanos o los indios?


Menos mal que tenemos a los moneros jornaleros para hacer chistes sobre los niños gordos: tantita dignidad-sin-maíz-no-hay-país, tantita izquierda con pollos en el patio, entre tanto neoporfirismo polinsaturado, caray. (De todas maneras, compañeros, no tarden en regresar a las caricaturas sobre Felipe Calderón, que se extraña ese carácter irreductible de ustedes, esa autonomía de vuelo, esa rebeldía. Tigres.)

Lo mismo va para ustedes, neo pinochetistas-anti-pueblo bueno que andan de fijados, fachas maiceados, militaristas chayoteros: ¿van a seguir con que liberamos a Ovidio, con que el cártel Jalisco ya tiene una división de vehículos blindados? ¿Van a seguir con las cuentitas: que los muertos se multiplican, que los feminicidios cada vez son más? ¿Otra vez de quisquillosos con que el huachicoleo goza de cabal salud? ¿Van a seguir negándose a aceptar que lo que necesitamos aquí es amor y cristianismo?

Para no hablar de ustedes, ventiladoristas neoconservadores, solar-panelistas machuchones, ambientalistas mamucos, eco-fifís.

La 4T es la era de Bartlett y Rocío Nahle. ¿Que se multiplican los apagones? ¿Que la CFE ya está en números rojos? ¿Que Pemex perdió 606 mil y pico millones de pesos en el primer semestre, sumables a los 35 mil millones de dólares del año pasado? Pues sí. ¿Y?

Esta es una época viril-nacionalista de refinerías y carbón. Una era fósil, pues.

Por último: ¿en serio piensan seguir con la monserga del PIB, con que se van a multiplicar los pobres por millones, con que el desempleo, con que a sesenta y pico millones de mexicanos ya no les alcanza para la canasta básica? Párenle ya, cuenta dólares rastreros, escribe-números sin corazón.

Párenle. Estamos trabajando por los pobres, que van primero, y no lo hacemos como los neoliberales, con matematiquitas. Punto.

Espero que lo satisfagan mis palabras, señor Presidente. Estamos para servirle.

Aprovechó la ocasión, con el respeto infinito que le profeso, para hacerle una consulta: ¿consideraría asignarme a un consulado? No soy exigente. Cualquier rinconcito de Europa occidental me parece bien.

POR JULIO PATÁN
JULIOPATAN0909@GMAIL.COM
@JULIOPATAN09

miércoles, 29 de julio de 2020

¿Por qué fallecen tantos jóvenes por Covid-19 en Ciudad de México?

En CDMX hay miles de pacientes por Covid-19 en estado crítico que no padecen asma, diabetes u obesidad, y la mayoría de ellos nunca recibe tratamiento con ventiladores.
Coronavirus Medidas extremas de sanidad en funeraria
Mientras México, junto con Brasil, Estados Unidos y Reino Unido, es uno de los países más afectados por el esparcimiento global del nuevo coronavirus que causa Covid-19, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha sido ridiculizado alrededor del mundo por la lenta respuesta para reconocer la severidad de la crisis y su obstinado rechazo a utilizar mascarilla. El 24 de julio de 2020, mientras visitaba uno de los estados más pobres del país, López Obrador dudó públicamente de los beneficios que supuestamente ofrecen los cubrebocas.


Así es como Morena busca modificar las comisiones bancarias
El vocero de la Secretaría de Salud, el subsecretario Hugo López-Gatell también enfrenta un aumento en críticas por su disposición a tergiversar sus declaraciones para satisfacer los caprichos de su jefe. La imagen del Dr. Anthony Fauci, con mascarilla, lanzando la primera bola de un partido de béisbol profesional en un estadio semivacío de Washington D.C. se contrapone con la imagen ampliamente difundida del Dr. López-Gatell corriendo hacia una abarrotada conferencia de prensa, pasando frente a un grupo de reporteros con una gran sonrisa dibujada en su rostro sin mascarilla.

Mientras el Dr. Fauci se ha molestado por la incompetencia de Donald Trump, y ha trabajado para construir un mensaje que ayude a educar al público para minimizar el daño causado por los contagios de Covid-19, el Dr. López-Gatell, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, ha priorizado propaganda partidista y su lealtad al presidente López Obrador sobre su obligación a educar al público mexicano sobre los riesgos presentados por el Covid-19. Tanto López Obrador como López-Gatell continúan culpando a la deficiente salud de los mexicanos por el duro golpe que el virus ha dado al país.


El 23 de julio de 2020, López-Gatell advirtió al público que, además de la pandemia, México está lidiando con otras “emergencias nacionales de salud”, relacionadas con la diabetes y la obesidad. El tuit, fijado al principio del perfil de Twitter de López-Gatell, que cuenta con más 1 un millón de seguidores, no es una advertencia sobre los beneficios del distanciamiento social y el uso de mascarillas. Más bien, es un manifiesto sobre la necesidad del país de prevenir enfermedades crónicas mediante el mejoramiento de las conductas individuales, promoviendo el ejercicio, el no consumo de tabaco y el mejoramiento de los hábitos alimenticios. Durante sus largas conferencias de prensa de todos los días, López Obrador y López-Gatell repiten el mensaje de que el sistema de hospitales de México no ha colapsado y aún tiene capacidad para recibir pacientes, y que los mexicanos tienen parte de la culpa de la letalidad del virus, porque las personas que padecen diabetes, obesidad y otros problemas de salud subyacentes son más propensas a fallecer por Covid-19.

No obstante, la información pública que ofrece la base de datos del Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica (SINAVE) de México parece contradecir el mensaje de que los hospitales en la ciudad de México proveen tratamiento adecuado y debilitar la idea de que las personas están falleciendo por la prevalencia de condiciones de salud subyacentes. Al revisar los datos del SINAVE hasta la fecha del 22 de julio de 2020 encontré que, mientras las personas mayores de 61 años conforman la mayoría de las muertes confirmadas por Covid-19 en la Ciudad de México (53%), las personas relativamente jóvenes, entre 41 y 60 años, conforman el 39% del total. Además, 2,450 personas de entre 35 y 55 años de edad han fallecido por Covid-19 en la Ciudad de México, equivalente casi a un tercio del registro oficial de fallecimientos.

Hay poca evidencia para sustentar la narrativa de que estos pacientes relativamente jóvenes han fallecido por no estar sanos. Casi la mitad de los pacientes entre 35 y 55 años de edad que han fallecido por Covid-19 en la Ciudad de México (1,171 de 2,450) NO PADECÍAN asma, diabetes ni obesidad. Entre estos pacientes relativamente sanos que no tienen diabetes, obesidad o asma, hay una característica que sobresale: tres cuartas partes fallecieron antes de ser conectados a un ventilador.


Casi la mitad de los pacientes fallecidos entre 35-55 años con Covid-19 en CDMX NO padecían de diabetes, asma u obesidad. Sólo 25% de estos pacientes, relativamente saludables y jóvenes, se conectaron a un ventilador antes de fallecer. Nathaniel Parish Flannery.
En total, en la Ciudad de México, dos tercios de los pacientes que fallecieron por Covid-19 nunca fueron intubados antes de morir. Además, de los 2,782 pacientes que sí fueron conectados, 2,018 fallecieron, el índice es de más del 72%. Mientras algunos hospitales de Estados Unidos logran salvar a la mayoría de sus pacientes críticos mediante el tratamientos con ventiladores, en la Ciudad de México la mayoría de los pacientes nunca recibe la oportunidad de averiguar cómo responderían a la intubación. En total, sólo hay dos pacientes en la base de datos registrados como “curados” después de recibir tratamiento con ventiladores en los hospitales de la Ciudad de México.

“En lugar de culpar a la población y sus estilos de vida poco saludables por los fallecimientos de Covid-19, el Presidente López Obrador y sus asesores deberían construir un mensaje más claro para ayudar a reducir el impacto de la pandemia”.

Parte del problema es que el presidente de México, López Obrador, ha alentado al público a cuidar de sus familiares con síntomas de Covid-19 en casa, para evitar que colapsen los hospitales. En marzo, al principio de la pandemia, dijo que las familias podrían depender de la ayuda de sus hijas en casa. “Tenemos millones de enfermeras, porque esta crisis, esta pandemia, no la vamos a resolver en los hospitales, la tenemos que resolver en los hogares”, explicó.

“La tradición en México es que las hijas cuidan a los padres”, repitió a finales de junio.

Pero, ya que López-Gatell no le ha recomendado a los pacientes con síntomas conseguir oxímetros baratos para monitorear sus niveles de oxígeno en casa, la mayoría de las personas no acuden a los hospitales hasta que están en condiciones críticas. En promedio, los pacientes que oficialmente fallecieron por Covid-19 en la Ciudad de México, murieron después de sólo nueve días en el hospital, y el 27.1% falleció después de estar menos de tres días en el hospital.

Coronavirus Iztapalapa Panteón de San NicolásEn el panteón de San Nicolás Tolentino de la alcaldía de Iztapalapa, se hacen filas con carrozas funérea para poder pasar el primer filtro de seguridad a la entrada del Panteón. Ciudad de México, 11 de mayo de 2020. Foto: Gerardo Luna / Notimex
Aunque es cierto que los mexicanos en general padecen niveles altos de enfermedades crónicas, es engañoso culpar tales condiciones de salud por las muertes de personas por un virus en específico, especialmente cuando muchos de los jóvenes que han fallecido por Covid-19 eran relativamente sanos. Mientras el 30% de los pacientes de entre 35 y 55 años de edad que murieron padecían diabetes, el 70% no padecía. Mientras el 29% tenía asma, el 71% no tenía. Mientras el 31% fueron catalogados como obesos, el 69% no lo fue. (Más aún, sólo el 10% eran fumadores y el 27% padecía hipertensión).

La mayor parte de los pacientes entre 35-55 años con fallecimiento confirmado por Covid-19 no eran obesos ni tenían diabetes. Nathaniel Parish Flannery
El desplazamiento de  la culpa de las instituciones públicas a los individuos es un componente clave del modelo “neoliberal” que López Obrador ha criticado durante toda su carrera política. En la Ciudad de México, sin embargo, hay miles de pacientes por Covid-19 en estado crítico que no padecen asma, diabetes u obesidad, y la mayoría de ellos nunca recibe tratamiento con ventiladores.

Mientras Claudia Sheinbaum, Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, advierte que las hospitalizaciones han aumentado con la reapertura económica, en general el recuento oficial de muertes confirmadas se ha estabilizado. Aún hay cientos de pacientes falleciendo cada semana en la Ciudad de México y una cifra desconocida de portadores asintomáticos y pacientes no críticos circulando en la población general. La pandemia está muy lejos del final. Todavía existe la oportunidad de reducir el impacto de la enfermedad si se alienta el distanciamiento social y el uso de mascarillas según los lineamientos de la Organización Mundial de la Salud. 

La mayoría de los pacientes de 35 a 55 años de edad que fallecen por Covid-19 se concentra en las delegaciones de clases trabajadores como Iztapalapa, Gustavo A. Madero y Álvaro Obregón. Muchos de los pacientes fallecidos de este rango de edad trabajaban como conductores (158 o 6.4% del total), como comerciantes en mercados (294 o 12% del total) o como jornaleros (495 o 20.2% del total). Los habitantes de las zonas marginadas de la Ciudad de México fallecen desproporcionadamente por Covid-19. En lugar de culpar a la población y sus estilos de vida poco saludables por los fallecimientos de Covid-19, el Presidente López Obrador y sus asesores deberían construir un mensaje más claro para ayudar a reducir el impacto de la pandemia.

Hablé con el Dr. Óscar San Román, un médico mexicano que actualmente cursa una maestría en salud pública en la New York University. Él asegura que, al observar los problemas de la Ciudad de México, no se trata de culpar a los hospitales con equipo insuficiente o a los doctores sobrecargados con trabajo, sino de mejorar la estrategia de comunicación del gobierno, y educar al público sobre los riesgos de partículas aerotransportadas y de pasar mucho tiempo en espacios confinados, y de promover la importancia del uso de mascarillas y del distanciamiento social.

Me dijo: “En México no hay un mensaje coherente. Si el presidente hiciera algo tan sencillo como ponerse un cubrebocas, impactaría a millones de sus seguidores. Pequeños mensajes y acciones simples pueden servir para tratar y resolver la pandemia”.

El autor es un analista político especialista en temas de América Latina. Su libro Searching for Modern Mexico se publicó en 2019. Además de Forbes, ha colaborado con artículos y editoriales sobre negocios, crimen organizado y política en The Atlantic, Foreign Affairs, Americas Quartertly, Fortune, entre otras.

Contacto: @NathanielParish

martes, 21 de julio de 2020

Los insaciables Ackerman

21/07/2020 - Pablo Hiriart

Detrás del berrinche de John Ackerman porque no pudo poner incondicionales en la lista de aspirantes a consejeros del INE, hay una precandidatura presidencial.

Ese equipo que ganó la presidencia y asumió el poder en diciembre de 2018, ya se cuartea en grupos. Van a terminar como enemigos.

Los Ackerman-Sandoval son insaciables y no conocen de reglas. Menos de democracia. Van por todo y tienen un equipo fuerte y visible.

Hace unas semanas John Ackerman demandó “la remoción inmediata” de Ricardo Monreal al frente de la coordinación de Morena en el Senado, porque en una entrevista con Carlos Loret le dijo que lo respetaba.

¿Quién es Ackerman para exigir la remoción de alguien en el Poder Legislativo?

Nadie. Sin embargo habla por una corriente al interior de Morena, en la que se alinean los sectores radicales de esa heterogénea amalgama partidista que se formó al cobijo del liderazgo de López Obrador.

Quieren a Martí Batres como coordinador en el Senado, porque es de su equipo y están alineados tras la misma candidatura presidencial.

Batres se refirió en estas páginas a que “pronto habrá presidentas de la República progresistas, sin presidente honorario del DIF ni primer caballero”.

El que sepa leer, que lea.

Ackerman quiere reventar la selección de candidatos a cuatro plazas de consejeros del INE, porque no salieron sus incondicionales.

Ese grupo insaciable también quiere controlar el órgano electoral autónomo.

Sesenta y seis diputados de la corriente a la que pertenece Ackerman presionan para que “se reponga el proceso”.

¿Por qué razón?

“No huelen a pueblo” los seleccionados, dice Ackerman.

No les importa que el Comité Técnico haya elegido, por unanimidad, a nueve de diez hombres y ocho de diez mujeres. Hubo un encomiable profesionalismo entre los integrantes del cuerpo de selección, porque son gente honorable.

En San Lázaro, Dolores Padierna –vicecoordinadora de Morena– y otros 65 legisladores se hicieron eco de la demanda de Ackerman, y buscan anular el proceso de selección porque en las listas no hay peones suyos, como esperaban.

Cuatro días antes Irma Eréndira Sandoval se quiso colgar la medalla de la repatriación de Emilio Lozoya. Se dijo orgullosa de haber participado en ponerlo ante la justicia.

¿Qué tuvo que ver ella? La investigación la hizo la UIF y la negociación de testigo protegido fue obra de la FGR.

El cuñado de Ackerman –hermano de la secretaria de la Función Pública, Pablo Amílcar Sandoval– realiza un proselitismo grosero e ilegal para ser candidato a gobernador de Guerrero.

Ocupa el puesto de (súper) delegado del gobierno de AMLO para operar los programas sociales de la Federación en esa entidad, y sus empleados hacen que la gente necesitada repita y memorice su nombre.

Se ve en un video al empleado de Pablo Amílcar Sandoval, en una asamblea con gente humilde, decirles quién es el benefactor de lo que reciben.

Parece una escena de la China en época de Mao. Y este Mao es el cuñado de Ackerman y hermano de Irma Eréndira.

Les dice a los beneficiarios:

“El responsable de todos los programas sociales de los cuales ustedes se han dado cuenta que hoy existen en el estado de Guerrero: adultos mayores, programa de discapacidad, programa de jóvenes construyendo el futuro, el programa de fertilizantes, del cual el responsable directo es nuestro, nuestro, NUESTRO DELEGADO ESTATAL (alza la voz), que se llama Pablo Amílcar Sandoval Ballesteros. Él es el responsable de los programas sociales aquí en Guerrero”. Y pregunta a voz en cuello:

-¿Ahora sí ya saben quién es?

Público: “Sí”.

-¿Cómo se llama?

Público: “Pablo”.

-Ok, de acuerdo. Él es el responsable directo, y de mi parte está verificar más que nada...

Según el Presidente eso es un delito.

¿Qué pasó con el “guardián” de la limpieza electoral?

Ahí van los Ackerman-Sandoval. Por todo.

Fingen recibir golpes de los 'conservadores', campañas de desprestigio, persecución de empresarios y de compañeros suyos de partido para hacerse las víctimas y recibir solidaridad.

López Obrador aún no cumple dos años en Palacio Nacional y dentro de Morena ya el grupo radical tiene candidata para cuando se vaya.

O saben algo que nosotros no sabemos, o están adelantadísimos en la lucha por el poder que AMLO, algún día y enhorabuena, va a dejar.

En la disputa que se está dando en la Cámara de Diputados por la composición del INE se enfrentan las fracciones de Morena. O los menos precipitados de ese partido frenan la maquinaria de la que Ackerman forma parte.

No es una maquinaria menor. Ahí están el primer presidente del partido, Martí Batres, el actual dirigente nacional Alfonso Ramírez Cuéllar, Bertha Luján, la secretaria del Trabajo Luisa María Alcalde, la secretaria del Bienestar, el titular de Semarnat, Rocío Nahle de Energía, más el cuadro completo del Instituto de Formación Política de Morena, con Paco Ignacio Taibo II, El Fisgón, Pedro Miguel.

Periódico ya tienen. Basta leerlo para entender cuál es su candidata y qué quieren para México.

Su proyecto es socialista y no democrático como el que muchos desean, sino dictatorial. Simulan que hay conspiraciones golpistas contra AMLO, para endurecer el régimen.

Impulsaron la instauración de los Ciudadanos Alertadores Internos y Externos de la Corrupción, firmado por Irma Eréndira Sandoval en el Diario Oficial.

Son, como se ha explicado, una réplica de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) de Cuba.

Eso, sin contrapesos democráticos que inhiban la arbitrariedad, significa el control de la población, de sus bienes y de su libertad por parte de los gobernantes y sus soplones.

Por todo van los Ackerman y su candidata presidencial.

¿Irma Eréndira es la candidata?

Recuerdo cuando en 1987 el presidente De la Madrid autorizó que comparecieran “cinco distinguidos priistas” ante la dirigencia para de ahí elegir al candidato a sucederlo.

Le pregunté a uno de ellos cómo interpretaba la presencia de Ramón Aguirre Velázquez en ese grupo.

-Mira, Ramón es como el gallo que usan para picar a otros, pero no es el que va a pelear.

miércoles, 15 de julio de 2020

México, intoxicado por su Presidente

15 julio 2020, Pablo Hiriart

La polarización galopa en México con el impulso que cada mañana le imprime el presidente de la República, para forjar lo que será lo peor de su legado: un país donde sus habitantes odian al que piensa diferente.

¿Con qué derecho el Presidente ataca a dos columnistas, a los que llama a “enfrentar”, porque son voceros del antiguo régimen?

¿Enfrentar? Con ideas sería muy enriquecedor, pero su convocatoria es al odio.

Así lo interpretan sus alfiles en Palacio y fuera de él, que en un coro polifónico copan las redes con deseos y frases de tan elevado humanismo como ver rodar cabezas por las redacciones, chayotero, amargado, muérete, lárgate del país, que termines sentado en ...tu miserable existencia.

El discurso tóxico de López Obrador permea a los habitantes en su vida cotidiana, se expresa, se aplica e incluso contamina las relaciones familiares y de trabajo que eran buenas, normales.

El desprestigio personal del otro es la divisa.

Según él, las protestas contra su gobierno “son de una minoría clasista y racista”.

A Trump no le dice nada cuando hace ostentación del muro porque “no me quiero enganchar”, pero a quienes cuestionan con argumentos sus políticas internas llama a “enfrentarlos” porque son “voceros del antiguo régimen”.

Además, les dice, son “clasistas y racistas”.

Eso es lo que replican sus seguidores en redes sociales y en medios de comunicación tradicionales. No tardaremos en ver el encono expresado en las calles.

La polarización y la intolerancia que emanan del Presidente tienen la poderosa fuerza de sacar lo peor de nosotros, y en ese lodazal estamos.

No hay cabida para el diálogo: o estás conmigo o estás contra mí.

José Woldenberg lo explica en un solo párrafo lleno de contenido: “El Presidente cree que su visión no es sólo la correcta, sino la única, por lo que otras voces no son más que ilegítimas y mentirosas” (El Universal de ayer martes).

Ahí está la nuez del problema. Y ante las agresiones del extremismo presidencial surgen voces y grupos tan radicales como él, pero en sentido opuesto.

Ofenden a niños, piden golpes de Estado, descalifican a articulistas y a políticos por su apariencia física, por sus preferencias, rezuman una festiva ignorancia y ánimos de guerra.

Pero, ojo, que no nos vengan con que esas reacciones son producto del derrumbe “del viejo régimen”.

No, lo que se derrumba es el país.

Se desploman la economía, el empleo, la salud, la pluralidad como el sostén de una nación equilibrada, la solidaridad con el sufrimiento ajeno.

Y en Palacio Nacional manda un político que envenena la convivencia entre sus gobernados. Todos los días, sin faltar uno.

Si escuchara, el futuro de México sería promisorio, porque su aceptación popular es elevada y parte de su diagnóstico es correcto.

Pero ni la tolerancia ni la apertura se cuentan entre sus virtudes.

El discurso beligerante del Presidente hacia la mitad de la población es tóxico y su desenlace es de pronóstico reservado.

El mexicano no es un pueblo malo, claro que no.

Los alemanes tampoco son un pueblo malo. Nos han dado un arte extraordinario, el Romanticismo, a Beethoven, y a los mejores gobernantes del mundo en la postguerra. Europa se ha beneficiado de la eficiencia y el humanismo de los alemanes. Los migrantes también.

Claro, un líder extremista y demagogo sacó lo peor de ellos, se abrazaron a él y llevaron al mundo a sus peores momentos de horror y de crueldad.

Los judíos no son un pueblo malo. De entre los suyos han salido varias de las mentes más brillantes, para bien de la especie humana. Políticos de la sagacidad de Ben Gurión, un ateo, fundador del estado de Israel. Los judíos son, en buena medida, los creadores del american way of life, porque son los padres de Hollywood. Difícil encontrar un pueblo con mayor sentido de la solidaridad que ése.

Pero su lado obscuro brota con líderes beligerantes y extremistas que, ahora, quieren despojar a los palestinos incluso de una parte de Cisjordania, después de haberlos arrinconado como parias en su tierra.

Los líderes que se sienten poseedores de la verdad absoluta, y tratan a las visiones distintas –como dice Woldenberg– de ilegítimas y mentirosas, suelen llevar a la tragedia social o económica a los pueblos que los hicieron ídolos.

Hacia allá vamos, intoxicados con la perseverancia polarizadora de López Obrador.

martes, 14 de julio de 2020

El gobierno está en quiebra


13/07/2020 Alejo Sánchez Cano

Desde San Lázaro - ElFinanciero_Mx
El gobierno de la 4T está sin recursos para enfrentar por lo menos el gasto corriente y los principales programas de política asistencial, además claro, las tres obras insignia: Santa Lucía, Dos Bocas y Tren Maya, por lo que resta del año.

Así que ante la mayor crisis que ha enfrentado el país, producto del Covid-19, sólo tienen la morralla, pero ninguna partida de envergadura para atender la crisis médica y económica.

De los 400 mil millones de pesos que dijo el presidente que se tenían guardados, no se sabe nada sobre su existencia y sí en cambio se conoce que el consumo se ha caído; el IVA se desplomó 36.5 por ciento (comparado con 2019); el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) a combustibles –que se había convertido en el pivote para sostener los ingresos tributarios no petroleros– cayó 26.9 por ciento, mientras que los ingresos petroleros bajaron 65.3 por ciento.

El gobierno ya tomó 21 mil millones de pesos del Fideicomiso del Aeropuerto de la Ciudad de México (impuesto por TUA/Tarifa de Uso Aeroportuario); cuatro mil 800 millones de pesos del Fideicomiso de Estabilización de Entidades Paraestatales. Usó también 24 mil millones de pesos que Hacienda no dice con claridad a qué fondo o ámbito pertenecen y se han gastado ya, casi cien mil millones de pesos del Fondo de Estabilización Presupuestaria; del petróleo, del Fondo de Estabilización de Participaciones Estatales.

Diversas instituciones públicas estiman que (tan sólo para mayo) la caída de los ingresos presupuestados estará girando en 120 mil millones de pesos y en junio, serán más de 30 mil millones de pesos. Por lo tanto, hablamos de un déficit de casi 150 mil millones de pesos.

Se sabe que ya ingresaron a las arcas públicas dos mil 200 millones de dólares, producto de los cinco préstamos del Banco Mundial, sin embargo, el gobierno no ha dado información precisa, ya que mientras este organismo internacional informó que los recursos prestados se deberán destinar para paliar los efectos de la pandemia, el gobierno de López Obrador lo está destinando a otros programas.

Lo cierto es que los últimos cinco meses del año serán tormentosos para AMLO en virtud de que no se tendrán los ingresos suficientes para cubrir el Presupuesto por lo que resta del año.

Ante este déficit, el Partido de la Revolución Democrática en la Cámara de Diputados propondrá la elaboración de un 'presupuesto alternativo' en lugar del 'ajuste' que el presidente Andrés Manuel López Obrador pretende realizar al recurso aprobado para este año, pues se ha quedado sin recursos para cubrir los cinco meses que restan del año.

Para ello, está urgido de otro periodo extraordinario de sesiones para modificar la Constitución y le confieran con ello, facultades de alterar la cuenta pública sin necesidad de pasar por el Congreso.

El legislador perredista Antonio Ortega Martínez afirmó que el gobierno de López Obrador ya gastó los fondos y fideicomisos destinados a encarar vicisitudes como la que estamos pasando por el Covid 19 y ahora “busca dinero hasta debajo de las piedras”.

La economía no crece sólo con deseos, ni por decretos, es más ni por economías mal entendidas. Se crece por la confianza que tienen los inversionistas en el país, y ésta se ha deteriorado desde que inició el sexenio, con la cancelación de la construcción del aeropuerto de Texcoco y subsecuentes decisiones en detrimento del Estado de derecho y los compromisos contraídos con empresas extranjeras.

El injusto derecho a la vivienda


Antonio Cuéllar

La complejidad de la relación del hombre en sociedad y la interacción de ésta y las vicisitudes de la economía, provocan complejos cuestionamientos de justicia social alrededor de los derechos del individuo a gozar de un mínimo vital, a gozar de prerrogativas que le faciliten el acceso a un techo. Sin poner en tela de juicio la innegable obligación del Estado de favorecer un sistema social que facilite la construcción de una vivienda digna para el trabajador ¿verdaderamente tiene nuestra sociedad una obligación moral y económica de facilitar una vivienda para todos?

La pregunta viene a colación, después de que la semana pasada se presentara en el Congreso de la Ciudad de México una iniciativa que replantea la naturaleza misma de la figura del arrendamiento inmobiliario para casa habitación, y el derecho de los arrendatarios para servirse del inmueble en condiciones que desequilibran esa relación autónoma e igualitaria que debería de existir frente al arrendador.

En el análisis de la cuestión no pueden tomarse en cuenta los extremos porque no son constantes. Es verdad que existe el caso de arrendadores abusivos que explotan inmoralmente el estado de necesidad de sus inquilinos, como también existen arrendatarios morosos e incumplidos que abusan del cobijo que les ofrece la ley para obtener un beneficio cuantificable en dinero a costa de su casero. Eliminemos las dos hipótesis de nuestra ecuación.

La fortuna patrimonial de contar con un inmueble adicional que se pueda dar en arrendamiento para obtener una renta que haga más vasta la solvencia para soportar cómodamente la vida, obedece muchas veces a la suerte misma de haber heredado el esfuerzo emprendido por generaciones anteriores; o representa también una alternativa de inversión que realizan muchas personas de clase media, para preservar el fruto del trabajo por medio de la disciplina en el gasto y el ahorro. Un arrendador es, la mayoría de las veces, un trabajador ordenado y ahorrativo con su dinero.

Esta visión intermedia que refleja una amplia realidad, debiera ser el rasero desde el cual se expidieran las normas para gobernar la figura del arrendamiento inmobiliario para casa habitación. Asumir al arrendatario como un usuario cumplido de sus obligaciones, así como al arrendador como justo oferente de un bien a cambio del cual pretende el pago de un precio.

La semana pasada se hizo pública una iniciativa que presentan dos legisladoras locales de Morena, por medio de la cual impulsan un proceso parlamentario para reformar el Código Civil de la Ciudad de México, con el propósito de transformar significativamente las condiciones legales de conformidad con las cuales se regula el arrendamiento de casa habitación. En su proyecto proponen que al arrendamiento de vivienda se le entienda como “un contrato específico de arrendamiento por medio del cual la relación entre las partes cumple con el objetivo social de coadyuvar al cumplimiento del derecho humano a la vivienda de la parte arrendataria a cambio de un rédito a favor del arrendador”.

Con independencia de las observaciones y reflexiones que pueden existir con relación a la iniciativa en toda su integridad, que son muchas, nos ha llamado significativamente la atención el escaño en el que se ubican los derechos del arrendatario a partir de la definición misma del propio contrato para el uso de un inmueble. Se asume la protección del derecho humano a la vivienda como un objetivo social al que todo propietario de un inmueble debe coadyuvar, y por cuyo esfuerzo queda exclusivamente legitimado para cobrar un “rédito”.

La visión de los derechos del inquilino frente al arrendador están indebidamente situados en el universo de los Derechos Humanos. Es errado pensar que el Derecho Humano a la vivienda sea oponible o exigible al arrendador. Todo Derecho Humano produce un interés legítimo del individuo para exigir al Gobierno del Estado, solamente a la autoridad, el cumplimiento de una obligación concomitante. Los Derechos Humanos no se pueden trasladar a la esfera de derecho privado, entre particulares. Es el Gobierno a través de sus distintos ámbitos de desenvolvimiento y órdenes jerárquicas, que está conminado a velar por la observancia de la ley en materia de vivienda, así como para facilitar las condiciones que favorezcan la construcción y puesta a disposición de casa habitación para las personas, a cambio de una retribución de quien se favorezca de ella. En ningún país, en ningún momento de la historia, a los seres vivos se les ha regalado una casa. Ni siquiera en Cuba o en Venezuela se ha llegado a premiar la holgazanería.

Apreciar al arrendamiento como un derecho humano para cuyo cumplimiento debe coadyuvar un particular, el arrendador conduce a imponer una carga económica, social y moral a un individuo, por oposición a otro que puede exigirla legítima y proporcionalmente. Concebir de esa manera al arrendamiento concede al arrendatario un derecho de exigencia y permanencia al arrendador, por el hecho de tener más que él.

La pretensión resulta abominable, no por menospreciar el derecho de toda persona a recibir un trato justo al momento de arrendar un inmueble, sino por imponer una carga social a uno de los individuos involucrados en la relación jurídica.

La intención legislativa que perturba este equilibrio en la relación arrendaticia es peligrosa, si se aprecia la disminución a la que se conducen los derechos inmediatos del arrendador: a recibir un rédito.

Un rédito es una utilidad o un interés por el dinero. Eso quiere decir que el valor de su patrimonio y el esfuerzo implícito que lleva adquirirlo, es equiparable al monetario líquido que en misma proporción existiera en cualquier institución bancaria o financiera. En esas condiciones, la previsión normativa permitiría, en un hipotético caso, que si la extensión del derecho del arrendador abarca el pago de un rédito proporcional por el valor económico de su propiedad, cualquier fluctuación de los mercados con relación al interés por el dinero, podría idéntica y proporcionalmente reflejarse en el pago de la “renta” por el uso de su inmueble.

Evidentemente que la norma no lo dice expresa y tajantemente, pero la posibilidad inserta en el texto de la iniciativa, de que ante situaciones extraordinarias de emergencia, el monto de la renta deba disminuirse, arroja la posibilidad de que la intervención judicial pueda llegar a ser de tal magnitud y gravedad, que dicha renta disminuya al mismo rango que los bancos pagan por concepto de interés a cambio de un valor similar al del inmueble. ¿Una prueba más grave de la reforma? ¿Sabe cuál ha sido el valor considerado por la Tesorería para calcular su impuesto predial? Ahora haga el cálculo de los ingresos mensuales que recibiría por ese mismo dinero si lo deposita en el banco, con vencimientos cada veintiocho días.

La propuesta parlamentaria se debe de tomar en serio. La mera definición del contrato de arrendamiento tiene aparejadas muchas implicaciones. Quizá las legisladoras pasaron por alto las previsiones que contempla la Convención Americana sobre Derechos del Hombre firmada en San José en 1969, que en su artículo 21, sobre el Derecho a la Propiedad Privada, establece con toda claridad: Toda persona tiene derecho al uso y goce de sus bienes. La ley puede subordinar tal uso y goce al interés social. Tanto la usura como cualquier otra forma de explotación del hombre por el hombre, deben ser prohibidas por la ley.

En la ecuación existente entre arrendador y arrendatario, la norma debe perseguir la construcción de un equilibrio justo y beneficioso para ambas partes.

A la buena de Dios

14/07/2020 -Pablo Hiriart

La soberbia, esa mala consejera que nubla la mente y envenena el alma cuando se requiere ecuanimidad, es la causante de la muerte de miles de seres humanos en México por el Covid.

Hugo López-Gatell se equivocó en el diagnóstico y en el método para enfrentar la pandemia, y en lugar de su renuncia exhibe soberbia y recurre a la mentira para justificar lo injustificable.

Treinta y cinco mil muertos, según él, y alrededor de 50 mil de acuerdo con la extrapolación de datos del Registro Nacional de Población.

Estamos a la espera de un milagro para que el número de contagios, y de muertes, comience a descender de manera sostenida, porque estrategia no hay.

Nunca la hubo, y ahí están los resultados.

De acuerdo con el portal de Naciones Unidas (Noticias ONU), México es el quinto país con más muertes por coronavirus. Eso no lo inventó un periódico ni un columnista.

Los datos no mienten.

¿No es correcto comparar defunciones en países altamente poblados, como México, con otros de menor población?

De acuerdo con ourworldindata, si se toman a los 20 países con mayor población en el mundo, México ocupa –actualmente– el tercer lugar en muertes al día por millón de habitantes.

Entre el 3 y el 10 de junio, cada dos minutos murió un mexicano de coronavirus, y 14 personas se contagiaron (Reforma, 12 de julio).

Hasta la semana pasada, veintitrés por ciento de los contagiados corresponde a personal médico, quizá la tasa más alta del mundo.

Los ahorros y el desprecio por la ciencia han matado personas que deberían estar vivas.

El doctor López-Gatell tuvo tres meses para preparar una estrategia y no se hizo.

Cierto, ha habido una irresponsabilidad general en el aumento de contagios, pero la principal recae en el gobierno.

El jueves de la semana antepasada el subsecretario López-Gatell dijo con aplomo:

“El viernes 13 de marzo identificamos que se habían triplicado los casos de días anteriores... y en ese momento, con tan sólo 12 casos, doce casos, ya habíamos identificado con anterioridad que era muy importante cerrar las actividades, hacer una medida masiva que llamamos Jornada Nacional de Sana Distancia, antes de que comenzara a subir rápidamente la curva epidémica”.

Falso, no lo hicieron. La Jornada de Sana Distancia inició el 23 de marzo. Por eso la propagación del virus y las muertes.

Al día siguiente de ese cierre inexistente (13 de marzo) se celebró en la CDMX el festival Vive Latino, con más de 100 mil personas.

A mediados de marzo –cuando según López-Gatell ya habían cerrado las actividades–, el gobierno federal imprimió un volante que difundió masivamente, en abierto desdén por la gravedad de la pandemia.

Decía: “No hay necesidad de cancelar eventos masivos, actividades escolares y sociales... Recuerda: la enfermedad causada por el coronavirus Covid-19 NO ES GRAVE”.

¿No es grave? Treinta y cinco mil muertes según López-Gatell.

Y no hay para cuándo porque no existe estrategia de contención.

Los países asiáticos lograron bajar drásticamente los contagios porque tuvieron confianza en la ciencia.

Aquí quedamos en manos del trébol de la buena suerte y de un médico que se equivocó por completo y debió haber corregido o renunciar. Se obstinó en la estrategia de mitigación y no de contención.

Qué bueno que al fin haya más respiradores y camas, pero ninguna de esas medidas frena el coronavirus.

Se desechó la contención y por cada infectado hay 1.79 pruebas. Nada, si de prevenir, confinar y dar seguimiento a casos se trata, de acuerdo con lo que explica la doctora Laurie Ann Ximénez-Fyvie, jefa del Laboratorio de Genética Molecular de la UNAM.

Esa es la realidad. Perdimos la guerra contra el Covid por soberbia de un funcionario.

Se equivocó, y seguirá muriendo gente por la falta de estrategia. Y no hay ningún dato serio que nos diga que la pandemia va para abajo.

Estamos, pues, a la buena de Dios.

sábado, 4 de julio de 2020

María Antonieta - La gran arpía

03/07/2020 Pablo Hiriart

La persona más insultada de Francia antes y al inicio de la Revolución no fue Luis XVI, sino su esposa, María Antonieta.

Con algunos rasgos de sencillez en su vestimenta y afinidad con la vida rural, pero profundamente antipática para los franceses, María Antonieta catalizó la furia del pueblo y la intelectualidad en la época de escasez de cereales, hambre y arcas vacías.

Su falta de sensibilidad y empatía con las necesidades de la población es histórica.

También es histórico su pecado capital: diseñar intrigas en Palacio contra funcionarios del reino y ejercer una gran influencia política sobre su marido, el soberano.

Hasta entrada la Revolución, Luis XVI gozó de legitimidad, incluso entre los revolucionarios, que lo querían como “padre de los franceses y rey de un pueblo libre”.

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A María Antonieta, en cambio, la detestaban. Era “la gran arpía”.

En la escasez de pan (derivada del granizo en invierno y sequía posterior), el 5 de octubre de 1788 una manifestación de mujeres marchó desde París a Versalles a exigir respuesta a una pregunta: ¿cuándo tendremos pan? Pasaron por encima de la Guardia Nacional y llegaron a la antesala de la recámara de la reina. Fue ahí cuando habría dicho: “si no tienen pan, que coman brioche”.

No hay una sola evidencia histórica de que lo haya dicho. Lo más probable es que sea un infundio, como tantos otros añadidos a su avinagrada actitud, que periódicos como Le Pére Ducherne se encargaban de aumentar hasta el escarnio y la crueldad. Y libelos, que pululaban a manera de 'red social' de la época.

Mientras eso ocurría en París, en el Palacio de Versalles María Antonieta conspiraba y le hacía la vida imposible a los consejeros y ministros más sensatos de su marido, especialmente a Necker. El ginebrino Jacques Necker era querido hasta la adoración por el pueblo francés debido a su insistencia en abolir privilegios, emparejar la carga fiscal, y poner racionalidad a las onerosas e inútiles obsesiones de obra pública de Luis XVI, como un dique en el Atlántico (todo esto se encuentra en la gran crónica de la Revolución francesa, Ciudadanos, de Simon Schama, un libro de mil páginas que vale la pena leer dos veces).

Guardadas las proporciones y circunstancias históricas, aquí la esposa del Presidente, Beatriz Gutiérrez Müller, se ha encargado de despertar una antipatía despiadada hacia su persona, por razones esencialmente similares a las que llevaron a María Antonieta a ser llamada, con exageración, “la gran arpía”.

La historia, a veces, se lee como un cuento ajeno a nosotros, pero no se asimila. Por eso la repetimos.

En estos días las redes sociales se han nutrido de reacciones a un mensaje de la señora Gutiérrez Müller de suma dureza ante el dolor ajeno.

Le preguntaron en Twitter cuándo atendería personalmente a los padres de niños con cáncer que reclaman medicinas para sus hijos.

Su respuesta fue para dejar helado a cualquiera: “No soy médico, a lo mejor usted sí. Ande, ayúdelos”.

La insensibilidad exhibida por la esposa del Presidente suscitó una lluvia de reacciones, varias de ellas groseras.

Quiso componer el mal sabor que dejó su primer mensaje y puso otro, tan ofensivo como el anterior: “Están muy inquisidores los adversarios de mi esposo. ¡Por algo será! Si mi expresión ‘No soy médico’ ofendió a alguien ofrezco disculpas. En cuanto a mí, sólo expresarles que soy profundamente humana y deseo el bien para todos, ahora y siempre”.

No se retractó. La lucha de esos padres no es contra el marido de la señora Beatriz, sino contra el cáncer que padecen sus hijos. La disculpa fue a un abstracto, alguien que pudo ofenderse.

Por instinto natural la respuesta al error cometido debió ser más humana. Invitar a esos padres, escucharlos y ofrecer su cercanía con el Presidente para que no les falten medicinas.

Con los niños estuvieron, y no una sola vez, Margarita Zavala, e incluso Angélica Rivera. La señora Beatriz nos dice con su actitud que es diferente. Sí, en efecto, ya lo vimos.

Desde que su marido fue declarado Presidente electo, ella ha tenido expresiones de hostilidad hacia millones de personas. Esa foto en que nos pinta 'caracolitos' la marcó.

Ha dejado saber que tiene un alma dura.

Su hostilidad hacia los que piensan distinto a su marido la hace manifiesta. Bloquea al por mayor en redes sociales. Algunos se ofenden, reaccionan de mala manera y la insultan.

El incidente en el avión –en primera clase, ¿para qué?– es reprobable. No es correcto encararla, resulta indebido, es la esposa del Presidente, tengamos la opinión que tengamos de su trabajo. Sin embargo sus seguidores rompieron esa indispensable barrera de civilidad cuando hostigaban a Margarita Zavala en el aeropuerto y otros sitios públicos, con ofensas preparadas, debido a la gestión de su marido.

Miren lo que sembraron, miren lo que cosechan.

El activismo palaciego de la señora la expone al escarnio en un país polarizado.

Trasciende esos muros que ella contribuyó a crear un mal ambiente a Carlos Urzúa, un solvente –y que tenía la personalidad para decirle que no al Presidente– encargado de las finanzas públicas del país.

A la señora se le atribuye una labor soterrada contra el canciller Marcelo Ebrard. Obviamente se piensa hasta dónde llegará su influencia para poner piedras o tejer en favor de una candidatura presidencial.

El imaginario colectivo es muy frondoso y seguramente se le añaden injerencias que no tiene. Los indicios, sin embargo, ahí están.

Su marido, desde joven, ha tenido cercanía con los grupos indígenas, pero esta acentuada vena antiespañola no es suya, es nueva.

Mandar una carta al rey Felipe VI para que viaje a México a disculparse por lo ocurrido hace 500 años es un despropósito que se ha extendido a fobia contra las empresas españolas. Lo mismo quiso hacer con el papa Francisco. Que vengan los dos a pedir perdón.

Su activismo palaciego se percibe, y no le hace bien al país.

Su dureza de corazón trasciende al ambiente público, de por sí contaminado por la polarización que con éxito alienta su marido.

No es bienvenido un motivo más de encono.

La prudencia es indispensable.

miércoles, 1 de julio de 2020

La oposición se equivoca


Perdidos en la carrera del tuit más veloz y la competencia por likes, la oposición no está haciendo política electoral

POR: FERNANDA CASO
 JULIO 1, 2020 · 2:38


Siempre es tentador subestimar al contendiente para sentirse seguro del futuro propio. Entusiasma construir alrededor del contrincante una imagen de derrota, mostrarlo cada vez más solo y sin apoyos. Los críticos se reúnen para burlarse de él y se reafirman entre ellos la idea de que su presencia no significa ninguna competencia. En la arena electoral, esta narrativa se reafirma cacareando encuestas en las que el de enfrente pierde puntos de aprobación, mostrando mil y una veces ese video de la protesta en su contra y alardeando cada vez que hay un desertor entre sus filas.

Sin embargo, la desaprobación de un bando no es suficiente para asegurar un triunfo del contrario. En México, la oposición electoral parece estar cayendo justo en ese juego: dedicándose a vencer al gobierno en los medios y olvidando la batalla de las urnas.


Mientras la oposición se desgasta criticando cada ocurrencia explosiva del Presidente en las conferencias mañaneras, Morena ya tiene opciones de candidatos competitivos en los 15 estados en los que hay elección a gobernador en 2021 y cuenta con ventajas en al menos 13 de ellos. Además, Morena ha construido una coalición con el PT y el Partido Verde que se convertirá en millonarios recursos y spots para los candidatos del gobierno. Sumado a esto, cuatro de los siete nuevos partidos que competirán por primera vez en 2021 son satélites de Morena y se sumarán a la embestida contra la oposición que se encuentra diezmada y desorganizada. Según las encuestas, el PRI está en la ruta perfecta para perder ocho estados que actualmente gobierna y el PRD, perdería el único que tiene (Michoacán).

En los estados sin elección a gobernador, es esperable una baja participación electoral. La experiencia señala que las elecciones intermedias sin concurrencia de gubernatura generan poco interés en la población. Más aún si los partidos de oposición no tienen una agenda clara de contraste que emocione.


En esos estados, estaremos viendo una elección entre estructuras y, en trabajo de tierra, no hay ninguna organización con la solidez de Morena.

Hace mal la oposición en caer en las distracciones de la Presidencia y perderse en la coyuntura de la nota periodística. Perdidos en la carrera del tuit más veloz y la competencia por los likes, los partidos de oposición no están haciendo política electoral.


Se están encerrando en la dinámica legislativa, pero no están armando coaliciones hacia afuera, no están yendo por jóvenes y líderes sociales para encabezar sus listas, no están proponiendo una agenda que logre sacar a votar a quienes se han decepcionado del gobierno.

La oposición se equivoca si cree que la simple caída de aprobación de López Obrador en las encuestas será suficiente para derrotar a su aparato electoral. De hecho, el escenario que hoy pinta es exactamente el contrario… podríamos estar viendo en 2021 a Morena más fuerte que nunca.

AMLO: Todo ha cambiado, pero todo sigue igual


1 DICIEMBRE, 2019

Ma. Amparo Casar

“No somos iguales a los anteriores. No somos lo mismo”. Es una de las frases de colección del presidente López Obrador desde que llegó al cargo.

Lo dijo cuando el Instituto Nacional Electoral (INE) pidió que se aclararan los actos de promoción personalizada y el uso indebido de recursos públicos en el levantamiento del Censo del Bienestar y entrega de beneficios de programas sociales: “Vámonos respetando, no somos iguales, que no me confundan porque eso sí calienta”.

Lo dijo también cuando se le cuestionó por el caso de la ampliación del mandato del gobernador de Baja California: “Ya no hay influyentismo, el presidente no se mete en estos asunto como antes … no nos confundan porque no somos iguales”.

Lo volvió a decir cuando la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) decidió mandar a reserva por cinco años la información sobre el proyecto de Santa Lucía: “No somos iguales a los conservadores”.

Lo repitió cuando en la Ley de Austeridad Republicana se aprobó un artículo que daba amplios poderes para gastar discrecionalmente y por decreto del Ejecutivo los ahorros que resultaran de la aplicación de la ley: “Se acaba de autorizar la ley de austeridad y están inconformes y están diciendo que se va a manejar de manera discrecional por el presidente y eso es equivalente a la partida secreta que manejaba Carlos Salinas, les diría yo [que] no me comparen, respeto, por favor”.


En todos estos casos las cosas sí han sido iguales. Hay evidencia gráfica y documental de que bien entrado el 2019, los Servidores de la Nación portaban chalecos con su fotografía y la leyenda AMLO-Presidente. Su silencio respecto al caso de la ampliación de dos a cinco años del hoy gobernador de Baja California fue ampliamente comentado y posteriormente convalidado con la presencia de la secretaria de Gobernación en el acto en el que se arropaba lo que ella misma —en su calidad de ministra en retiro— había llamado inconstitucional. Consta en documentos del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (Inai) que se “confirma y declara formalmente como información reservada la totalidad de la información relacionada con el proyecto de construcción de un aeropuerto mixto militar/civil de capacidad internacional, en la Base Aérea Militar de Santa Lucía…”. Cualquiera puede revisar el artículo 61 de la Ley de Austeridad Republicana que establece: “… dichos ahorros se destinarán a los programas previstos en el Plan Nacional de Desarrollo o al destino que por decreto determine el titular”.

Estas son algunas de las ocasiones en que ha repetido la frase de “no somos iguales” y que revelan que siguen persistiendo muchos de los vicios tradicionales de la política mexicana. Esos que todos los candidatos critican y prometen erradicar, pero que cuando llegan al poder se resisten a abandonar porque descubren que son muy útiles a la hora de gobernar y porque no hay quien les ponga un alto.

Un año de gobierno permite revelar otras muchas prácticas que, aunque hoy quieran justificarse en aras de un bien mayor, del interés del pueblo o de que “las circunstancias son distintas”, hermanan al gobierno actual con los anteriores en muchas de las formas del ejercicio del poder.


Ilustración: Víctor Solís

Como todos los anteriores, este gobierno reinventa los programas sociales para ponerles su sello personal. Si cabe la situación ahora es peor porque antes se registraba una cierta continuidad en programas para aliviar la pobreza o crear oportunidades —en ocasiones con cambio de nombre— que recibían el aval del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) por sus efectos positivos sobre la población objetivo y ahora hasta estos son cancelados.

Las prácticas clientelares muestran una continuidad respecto a sexenios anteriores cuando no una nueva intensidad. Cada uno de los programas sociales ha sido inaugurado con una ceremonia de entrega en la que el presidente de la república aparece concediendo el beneficio a un conjunto de personas representativo del sector de la población al que va dirigido el recurso.

A pesar de las fuertes críticas al llamado Fondo Moches (ramo 23) y de que en los lineamientos de austeridad y lucha contra la corrupción se estableció que desaparecerían las partidas entregadas a los diputados y al gobierno federal para ser utilizadas de manera discrecional, éstas persisten. El presupuesto 2019 se programó en ceros para siete de los diez fondos del ramo 23. Sin embargo el 3.er informe trimestral de Hacienda revela que el fondo de capitalidad (Ciudad de México) recibió un presupuesto de 2587 millones de pesos (mdp; Ricardo Alvarado, Ramo 23: de la discreción al abuso, México, 2019).

A pesar de la promesa de que no habría más contratos por adjudicación directa o, como se corrigió posteriormente, solamente cuando lo ameritara una emergencia, la mayoría de ellos se sigue entregando por ese método. Al 1.º de noviembre, el gobierno de López Obrador había roto el récord de adjudicaciones directas y superó a todos los anteriores: el 78.3 % de los contratos se asignaron por adjudicación directa contra sólo el 14 % por licitación pública.

Igual discrecionalidad ronda en el “reacomodo presupuestal”. Todos los presidentes han utilizado la bien consabida maña de, una vez aprobado el presupuesto, cambiar el destino de los recursos haciendo reajustes. La marca se la llevó, según documenta Leonardo Núñez en ¿Y dónde quedó la bolita? (Penguin Random House, 2017), Peña Nieto en el 2016 con una reasignación igual al 15 % de los recursos aprobados. En lo que va de 2019, el gobierno federal ha cambiado ya el 10 % del presupuesto con respecto a lo originalmente aprobado. Esta cifra es equivalente a 1.1 billones de pesos.

Otra de las costumbres de los gobiernos del PRI y del PAN era la de obviar las reglas de operación de los programas de subsidios. La ausencia de éstas incrementa los riesgos de corrupción e ineficiencia. Pues bien, en el Paquete Presupuestal 2020, “decepciona que la gran mayoría del gasto en programas de subsidios sea para programas sin reglas de operación (ROP) (64 %), y únicamente 36 % para programas sujetos a ROP. En 2020 se propone gastar 402 000 mdp en programas de subsidios sin ROP. Es decir, 45 % de los recursos que tiene el gobierno, después de hacer sus pagos obligatorios, se va a ir a programas que no están obligados a regular su diseño, mientras que en 2019 fue de 40 %” (Ausencia de Reglas de Operación: mala práctica de manual, México Evalúa, 2019).

La publicidad pagada por el gobierno federal que, en efecto se ha reducido a la mitad, sigue repartiéndose a voluntad del Ejecutivo. En el Pacto por México de Peña Nieto se adquirió el compromiso de elaborar criterios y reglas para la distribución de la publicidad gubernamental. La promesa no se cumplió. A un año de gobierno de la presente administración tampoco. La práctica perdura. Para muestra un botón: todos los contratos de la Lotería Nacional han ido a un solo medio de comunicación.

Información es poder. La transparencia, de la que se ha hecho tanta ostentación, deja mucho que desear al igual que en las administraciones precedentes. No sólo se clasificó la información del Plan de Negocios 2019-2013 de Pemex referente a grandes proyectos y oportunidades de negocios o la de las licencias, constancias, uso de suelo, autorizaciones, permisos, registros y estudios de impacto ambiental de la refinería Dos Bocas, sino que, de acuerdo con datos del Inai, en el nuevo gobierno ha aumentado hasta tres veces el rechazo de solicitudes de información pública por parte de las instituciones. El índice de recurrencia de negación a solicitudes de información pública ha crecido del 3.4 % en el sexenio pasado al 15 % (Inai).

Se afirma que el gobierno actual ha cambiado la estrategia de seguridad, pero al mismo tiempo se informa que esta práctica sigue vivita y coleando. No se trata sólo del operativo fallido de Culiacán, sino de la cifra entregada por el propio gobierno de que en lo que va del sexenio se ha perseguido y atrapado a 63 cabecillas del crimen organizado.

En materia de justicia sigue también el mismo hábito de liberar a los detenidos por violaciones al debido proceso, por expedientes mal integrados o por corrupción en el poder judicial. Al igual que el expresidente Calderón, el actual se queja de que él detiene a los delincuentes, pero los jueces los sueltan.

Mucho se habla de que la Fiscalía es autónoma y que debe terminarse con la costumbre del fiscal carnal no sólo a nivel federal, sino en los estados, pero ante el inminente nombramiento de la fiscalía de Ciudad de México el propio presidente afirma que: “Y si se dice, como es, la fiscal carnal, está muy bien dicho eso porque son compañeras. Yo también: es mi fiscal carnal porque somos compañeros del mismo equipo, hemos luchado durante mucho tiempo y para mí es un orgullo que esté Claudia Sheinbaum de jefa de Gobierno, es un timbre de orgullo, y también Ernestina Godoy”. Y, al ser cuestionado porque eso sucedía en el pasado y Peña Nieto intentó dejar a su procurador como fiscal, agrega que le parece desproporcionada la comparación y que “ahora son situaciones distintas”.

Todos los gobiernos anteriores han intentado, con bastante éxito, capturar o partidizar los  consejos, organismos autónomos, órganos reguladores, poderes, etcétera, con el fin de tener más influencia sobre sus decisiones. Esta modalidad persiste de manera agravada gracias al control del poder legislativo por Morena. De ministros de la Suprema Corte de Justicia a la Fiscalía General de la República, de la Comisión Reguladora de Energía a la Comisión Nacional de Hidrocarburos, del desaparecido Instituto Nacional de Evaluación de la Educación (ahora Centro para la Mejora Continua de la Educación) al Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social. Otro nombramiento afín gracias a la mayoría del partido del presidente en la Cámara de Diputados fue el del titular del órgano interno de control del INE (abril 2019) y, también, el de la presidenta de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (7 de noviembre). Este último nombramiento se da dos días después de que el presidente López Obrador afirmara en la conferencia matutina que los titulares no tendrían por qué ser profesionales de los derechos humanos: “Prefiero más a la gente que ha padecido, que ha sufrido en carne propia violaciones de derechos humanos; entregarles a ellos la encomienda porque los que han estado ahí, con todo respeto, que vienen de los institutos jurídicos y currículums, maestrías, seminarios y cuántos años así que se ha hecho”. Y vienen las designaciones de cuatro integrantes del Consejo de la Judicatura este mismo año, más cuatro consejeros del INE, un comisionado de la Comisión Federal de Competencia Económica, uno del Instituto Federal de Telecomunicaciones, uno del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales y uno de la Comisión Nacional de Hidrocarburos en el 2020.

Estas son algunas de las continuidades más evidentes que no se avienen bien a la idea de un cambio de régimen y, aunque incomode, todas están documentadas. A ellas habría que agregar los mismos usos y costumbres en el partido-movimiento que llevó a López Obrador al poder y cuyo comportamiento está lejos de romper con la tradición política mexicana: padrones adulterados, elecciones internas amañadas, disciplina frente a la línea presidencial o dedazos en designaciones. Todo comenzó con el nombramiento del líder de la bancada de Morena en el Senado con quien según las propias palabras de López Obrador había adquirido un compromiso político que tenía que cumplir mas no una instrucción.



Ma. Amparo Casar
Investigadora del CIDE, analista política y presidenta ejecutiva de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad.