Jorge Suárez-Vélez en MURAL 05 Mar. 2020
Me llama la atención el decidido apoyo que los jóvenes estadounidenses le han dado al populista Bernie Sanders quien, de hecho, se parece mucho a AMLO. Como dice David Brooks (https://nyti.ms/2TqJrim) "no es un político que busque poder a partir de construir alianzas, de trabajar dentro del sistema constitucional, y que busque compromiso dentro de una sociedad plural y compleja. Él cree en la pureza ideológica y en que una vez que se gana una elección, la mayoría debe arrasar y dominar; él personifica la rabia, la amargura y la polarización como medios para manifestar su odio por quien cree se le opone". Brooks dice que "un líder populista no puede cambiar de opinión porque la omnisciencia del líder carismático jamás debe ser puesta en duda. Si los hechos no encajan con el dogma, éstos deben ser ignorados". Como dice The Economist, Sanders "cree que está moralmente en lo correcto, por lo que pone el fin por encima de los medios", es "un mojigato divisivo... que cree que todos los males en el mundo se deben a los billonarios y hombres de negocio...". Su larga carrera en el Senado fue infecunda justo por la misma incapacidad para construir alianzas que le costó una amarga derrota en la primaria demócrata del Súper Martes.
Sanders ha encandilado a los jóvenes inventando su propia realidad, donde la salud, la educación universitaria son gratis. Cree necesario expandir el Estado, regular más la inversión privada y forzar a que 20% del capital de las empresas se les regale a los trabajadores; está contra el libre comercio; la energía nuclear y el fracking, a pesar de que éste hizo a EU el mayor productor de energéticos del mundo, y ha permitido reducir gases invernadero más que en Europa, gracias al uso masivo de gas natural.
Sanders, como lo ha hecho Morena, pone a los países escandinavos como ejemplo "socialista" de provisión universal de salud y educación. Pero, selectivamente ignora hechos importantes. Como dice Fareed Zakaria (https://wapo.st/3atngPz), Suecia y Noruega tienen más billonarios per cápita que Estados Unidos. Hoy, esos países son incuestionablemente capitalistas. Uno de los principios esenciales de su modelo parte de un mercado laboral f lexible, donde se puede despedir a un trabajador sin liquidación o litigio. No hay salario mínimo como tal. Creen en el libre comercio, redujeron carga regulatoria y se enfocaron en aumentar la competitividad de sus empresas. Y sí, hay una amplia red de apoyo estatal de servicios, salud y educación, pero se paga con impuestos elevados. En Dinamarca, la tasa máxima de ISR es de 55.9%, y se alcanza a partir de 1.3 veces el ingreso promedio nacional (eso equivaldría como a 7 mil pesos mensuales en México). El peso de la recaudación recae en la población menos af luente y en la clase media, pues la tasa promedio de IVA en el norte de Europa es 25%. 1/5 de la recaudación total proviene de éste. Según la OCDE, el 10% más rico de los estadounidenses pagaba 45% de la recaudación total en 2008, en los países nórdicos 26%.
Sanders insiste en la creciente polarización del ingreso en Estados Unidos, pero estudios recientes (https://bit.ly/2VLXRwk) muestran que si se incluyen las reservas del Seguro Social, la desigualdad (alta e indeseable, sin duda) ha permanecido sin cambio por 30 años.
Quienes no apoyamos el sueño de opio de políticos como AMLO o Sanders recibimos inmisericordes ataques por nuestra falta de compasión. Se cree que no deseamos menos desigualdad, o que creemos en una ley de la selva donde sólo el más apto sobrevive. Nada menos cierto. Anhelamos lo mismo, pero creemos en la aritmética. Sabemos que cuando se expande el Estado o se crean nuevos programas (algunos clientelares, pero muchos con intenciones correctas), alguien cubre el costo. Sabemos que el Estado administra mal, pues los incentivos del político no se alinean con propósitos de eficiencia; que cada peso que gasta el Estado sale de un causante que lo generó con esfuerzo o de una empresa cuya capacidad de generar riqueza y empleos se limita.
Es políticamente rentable ofrecer el cielo, prometiendo que lo pagará un tercero, pero la realidad siempre nos despierta de ese sueño.
@jorgesuarezv
No hay comentarios:
Publicar un comentario