Guillermo Velasco Barrera
20
May. 2016
Señor Presidente,
Al inicio de su gobierno planteó una serie de reformas estructurales, sin duda necesarias para el desarrollo de nuestro país. Había claridad en la ruta trazada, expectativa, y un amplio sector de la sociedad dispuesto a sumarse a cambios de fondo, por encima de criterios partidistas.
El nivel de aceptación a su gobierno era razonablemente bueno y en el ámbito internacional se hablaba de un momento clave para México. Hubo incluso quien se creyó la historia de un nuevo PRI encarnado en el Presidente de la República. Ese feliz momento duró bastante poco por diversas causas que sería largo enumerar, pero podríamos resumir en dos palabras lo que ha caracterizado a su gobierno, generando su estrepitosa caída y graves consecuencias para el país: corrupción e impunidad.
En medio de este escenario incierto, de un México de grandes injusticias, de violaciones a los derechos humanos, de aumento de asesinatos, secuestros y desapariciones, de pobreza y sufrimiento para muchos, usted envió una iniciativa al Congreso para que en la Constitución se reconozca el "matrimonio igualitario" por una supuesta ampliación de derechos.
Hace mucho que no se le veía a usted tan pletórico al hacer un anuncio, y hace mucho que no recibía tantos aplausos por parte, no de la opinión pública, pero si de buena parte de la opinión publicada, que no es lo mismo. La prensa internacional lo ha calificado en términos generales como un político progresista y de vanguardia. La ONU califica sus medidas como un reconocimiento al principio de universalidad de los derechos humanos.
La clase política, sobre todo la izquierda, ha cambiado su discurso crítico hacia su persona dejando de lado muchos temas de la agenda política para reconocerle su compromiso con la ampliación de derechos y la no discriminación. Incluso afirman con orgullo que usted finalmente hizo suyas las propuestas por las que tantos años han luchado. Y desde luego el lobby gay internacional y sus colectivos en México, lo consideran hoy el mejor presidente de Latinoamérica.
Usted debe estar muy contento. Después de todo es un respiro tener un momento de "gloria" luego de que ha logrado convertirse en el presidente con menores niveles de aprobación de los que se tenga registro en México. Usted consiguió, al menos por unos días, cambiar el tema de conversación. Parece haberse olvidado de momento la fuga de El Chapo, la casita blanca de Las Lomas e incluso el caso Ayotzinapa, sin duda el principal ariete contra su gobierno.
¿Pero usted dimensiona, Presidente Peña, las implicaciones de la iniciativa que acaba de enviar? ¿Es algo que usted impulsa por convicción personal o terminó por imponerse la agenda ideológica de algunos colectivos? ¿O lo convencieron de que lanzar esta iniciativa tendría un impacto positivo para su partido en las siguientes elecciones?
Usted en el nombre del progreso pretende reinventar una institución anterior a cualquier legislación, desconociendo la esencia del matrimonio. Usted, con el argumento de la ampliación de derechos, busca equiparar cualquier clase de unión con lo que ha sido la base de todas las civilizaciones y la permanencia de las mismas.
Y lo más grave, usted afectará gravemente a la niñez mexicana, pues con su agenda "progresista" el paso siguiente será transformar la mentalidad de los menores para adecuar la realidad a patrañas ideológicas. Usted abrirá la puerta a la adopción de niños, como si fueran un trofeo, por parte de cualquier clase de unión que ahora se llamará matrimonio, olvidando que es el niño el que tiene derecho a vivir en el mejor entorno familiar posible, que sin duda lo brinda la familia natural.
Usted ni siquiera ha convocado a un debate amplio para revisar todas las implicaciones de su iniciativa. Quiero pensar que lo suyo es ignorancia y una enorme necesidad de reconocimiento tras tantos vapuleos, pero señor Peña Nieto, no tenga la menor duda, usted será recordado como el presidente que le dio la espalda a la familia en México, la que ha sido sin duda nuestra principal fortaleza.
@gvelascob
Al inicio de su gobierno planteó una serie de reformas estructurales, sin duda necesarias para el desarrollo de nuestro país. Había claridad en la ruta trazada, expectativa, y un amplio sector de la sociedad dispuesto a sumarse a cambios de fondo, por encima de criterios partidistas.
El nivel de aceptación a su gobierno era razonablemente bueno y en el ámbito internacional se hablaba de un momento clave para México. Hubo incluso quien se creyó la historia de un nuevo PRI encarnado en el Presidente de la República. Ese feliz momento duró bastante poco por diversas causas que sería largo enumerar, pero podríamos resumir en dos palabras lo que ha caracterizado a su gobierno, generando su estrepitosa caída y graves consecuencias para el país: corrupción e impunidad.
En medio de este escenario incierto, de un México de grandes injusticias, de violaciones a los derechos humanos, de aumento de asesinatos, secuestros y desapariciones, de pobreza y sufrimiento para muchos, usted envió una iniciativa al Congreso para que en la Constitución se reconozca el "matrimonio igualitario" por una supuesta ampliación de derechos.
Hace mucho que no se le veía a usted tan pletórico al hacer un anuncio, y hace mucho que no recibía tantos aplausos por parte, no de la opinión pública, pero si de buena parte de la opinión publicada, que no es lo mismo. La prensa internacional lo ha calificado en términos generales como un político progresista y de vanguardia. La ONU califica sus medidas como un reconocimiento al principio de universalidad de los derechos humanos.
La clase política, sobre todo la izquierda, ha cambiado su discurso crítico hacia su persona dejando de lado muchos temas de la agenda política para reconocerle su compromiso con la ampliación de derechos y la no discriminación. Incluso afirman con orgullo que usted finalmente hizo suyas las propuestas por las que tantos años han luchado. Y desde luego el lobby gay internacional y sus colectivos en México, lo consideran hoy el mejor presidente de Latinoamérica.
Usted debe estar muy contento. Después de todo es un respiro tener un momento de "gloria" luego de que ha logrado convertirse en el presidente con menores niveles de aprobación de los que se tenga registro en México. Usted consiguió, al menos por unos días, cambiar el tema de conversación. Parece haberse olvidado de momento la fuga de El Chapo, la casita blanca de Las Lomas e incluso el caso Ayotzinapa, sin duda el principal ariete contra su gobierno.
¿Pero usted dimensiona, Presidente Peña, las implicaciones de la iniciativa que acaba de enviar? ¿Es algo que usted impulsa por convicción personal o terminó por imponerse la agenda ideológica de algunos colectivos? ¿O lo convencieron de que lanzar esta iniciativa tendría un impacto positivo para su partido en las siguientes elecciones?
Usted en el nombre del progreso pretende reinventar una institución anterior a cualquier legislación, desconociendo la esencia del matrimonio. Usted, con el argumento de la ampliación de derechos, busca equiparar cualquier clase de unión con lo que ha sido la base de todas las civilizaciones y la permanencia de las mismas.
Y lo más grave, usted afectará gravemente a la niñez mexicana, pues con su agenda "progresista" el paso siguiente será transformar la mentalidad de los menores para adecuar la realidad a patrañas ideológicas. Usted abrirá la puerta a la adopción de niños, como si fueran un trofeo, por parte de cualquier clase de unión que ahora se llamará matrimonio, olvidando que es el niño el que tiene derecho a vivir en el mejor entorno familiar posible, que sin duda lo brinda la familia natural.
Usted ni siquiera ha convocado a un debate amplio para revisar todas las implicaciones de su iniciativa. Quiero pensar que lo suyo es ignorancia y una enorme necesidad de reconocimiento tras tantos vapuleos, pero señor Peña Nieto, no tenga la menor duda, usted será recordado como el presidente que le dio la espalda a la familia en México, la que ha sido sin duda nuestra principal fortaleza.
@gvelascob
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