Los grupos radicales de derecha se impusieron una vez más en su cruzada contra el avance de la entidad en materia de derechos humanos, al conseguir que se desechara la iniciativa de Ley de Libre Convivencia propuesta por el perredista y descendiente de santo Toribio Romo, Enrique Velázquez González. Éste insistió en que no se tocaba la santa institución del matrimonio, pero el diputado panista Alberto Esquer dijo lo que piensan estos sectores ligados a las élites del estado: un mínimo avance puede abrirle la puerta a otros derechos civiles e incluir a los homosexuales.
El odio que los grupos de extrema derecha le tienen a las comunidades homosexuales y su inconformidad por que vayan ganando terreno en materia de derechos humanos volvió a manifestarse en la discusión de la iniciativa de Ley de Libre Convivencia presentada por el PRD en el Congreso local.
El 25 de septiembre, el autor de la propuesta, el diputado Enrique Velázquez González, recibió una andanada de correos electrónicos y mensajes intimidatorios en sus cuentas de Twitter y Facebook. “Te estamos siguiendo y observando”, dice uno de tantos anónimos.
En otro, que comenzó a circular esa noche, el remitente afirma que recibió instrucciones del arzobispo de Guadalajara, cardenal Francisco Robles Ortega, para contrarrestar la iniciativa y que también lo hacía para defender “el honor de la familia”. Continúa, textualmente:
“A los innombrables diputados y diputaditas, homosexuales, a quién le venga el saco que se lo ponga, al que no pos no. Tú eres el producto de un hombre y de una mujer, si tu madre hubiera sabido la ALIMAÑA que iba a parir no te hubiera parido, desgraciadamente a ti te paga el pueblo, lo único que saben hacer es fraudearlo y perjudicarlo, es mejor que sigan durmiendo en su casa, NO NOS CUESTAN. Oremos para que no aprueben mañana el matrimonio homosexual ni el aborto Que Dios, te bendiga aunque no creas en él”.
Cada legislador recibió entre 200 y 300 mensajes intimidatorios. Incluso el coordinador de los diputados del PRI, Miguel Castro Reynoso, fue insultado por llamar a la prudencia y pedir que la iniciativa se discuta en los términos de la biología y la naturaleza humana. Velázquez González señala que la base de datos pudo salir de la oficina de algún otro diputado porque sólo los asesores tienen acceso a los datos personales de los legisladores.
De cualquier forma, sostiene, los improperios nada tienen que ver con el contenido de su propuesta, sino que es una reacción ideológica de los grupos de extrema derecha, algunos ligados a las estructuras más conservadoras del PAN y de la Iglesia católica.
Entre ellos ubica a Pepe Hidalgo y a Alberto Jiménez Martínez, alias La Antena, cercanos al excandidato panista al gobierno del estado, Fernando Guzmán Pérez Peláez. Otros los ligan más con Herbert Taylor, compadre del exgobernador Emilio González Márquez.
De cualquier forma, dice el diputado perredista, esos núcleos derechistas reaccionan “en automático, es parte de sus principios ideológicos la homofobia, como en otro tiempo fue el racismo. Si hubiera esclavos ahorita y yo propusiera el fin de la esclavitud, ellos se opondrían porque se sienten de una raza superior, porque discriminan. Velos: no es solamente contra los homosexuales, también contra los pobres y los muy morenos. Así han actuado los grupos conservadores durante mucho tiempo. Se sienten parte de una casta de élite y que nos disculpen, pero esta sociedad la hacemos igualitaria o fracasa el Estado”.
Velázquez González aclara que en su propuesta de ley se excluye la posibilidad de que las parejas del mismo sexo puedan adoptar niños y que ni siquiera menciona la palabra matrimonio, que tanto escozor ha causado a los grupos radicales, y en específico al diputado panista Alberto Esquer.
Dice que el texto a discusión se apega más bien a un marco normativo que existe en México desde la década de los cincuenta, cuando el país suscribió tratados internacionales con la ONU para reconocer los distintos modelos de familia, y ya que existen evidentes rezagos en la materia él se dio a la tarea promover un nuevo estado civil basado en la libre convivencia.
“Te pongo un ejemplo: el 10 % de la población vive en unión libre, el 25% de los hogares son encabezados por una mujer sola, ya sea divorciada, viuda o soltera; a veces viven con alguien y eso les debería otorgar derechos. El matrimonio, esa institución milenaria que respeta la Iglesia católica, nosotros no la quisimos tocar; si analizas la iniciativa te vas a dar cuenta de que en ningún momento se menciona la palabra matrimonio”, precisa.
Entre los beneficios que traería el nuevo marco legal, destaca que permitirá a las personas que viven bajo el mismo techo el acceso a crédito y a servicios de salud, es decir, a ejercer plenamente sus derechos.
Por eso, aunque admite que su propuesta puede beneficiar a la comunidad homosexual, rechaza que esté dedicada exclusivamente a ella porque cualquier persona que tenga una credencial de elector podría firmar una libre convivencia.
Opositores de oídas
El autor de la iniciativa relata que instituciones educativas como la Universidad de Guadalajara y la Universidad del Valle de México la han aceptado bien.
Incluso, cuenta que unos estudiantes le platicaron que una mujer mandó golpear al novio de su hijo y éste se suicidó. Indignados, ellos le preguntaron a la señora si estaba consciente de lo que había propiciado “y ella respondió que prefería a su hijo muerto que homosexual, y ese asunto impactó mucho a los chavos de la universidad”.
Velázquez González comenta que en otros casos “sus familias los rechazan, los corren, no los reconocen y los mandan a la calle. Luego resulta que si el homosexual fue exitoso, tiene un patrimonio, tiene recursos y luego muere y llega la familia por los bienes, y quien vivió con él toda la vida se queda en la calle. ¿Eso es justo? Yo creo que no”.
A partir de que formuló la iniciativa, al legislador le han llovido críticas e insultos. En las redes sociales lo han llamado “maricón”, “activista pro gay”, “anormal”, “engendro”, “líder del lobby gay” y “libertino”, pero eso lo tiene sin cuidado.
“Esos ataques en Twitter la verdad no me asustan, no tengo ningún centímetro de miedo. Me pueden llegar, como lo hicieron, en el teléfono, en los mensajes y en las redes sociales; me pueden increpar, aventar, pero mis hijos sí me preocupan”, expone, ya que estudian en colegios católicos.
Y aunque el arzobispo de Guadalajara no lo recibió cuando pretendió entrevistarse con él para exponerle los detalles de su iniciativa, no cree que en verdad esté detrás de quienes lo acosan.
Una muestra de la actitud de los opositores a una ley como esa es la protesta que realizaron el 25 de septiembre una veintena de jóvenes afuera del Palacio Legislativo, creyendo que la iniciativa se incluiría en la sesión del pleno del día siguiente.
Entre los asistentes había estudiantes de la Universidad Autónoma de Guadalajara (Tecos) y miembros de las organizaciones Dilo Bien, Hazte Oír, y Vida y Valores, así como el diputado panista Alberto Esquer Gutiérrez, quien les ofreció apoyo y los arengó:
“No se echen para abajo, nos están maltratando. Hoy no se presenta (la iniciativa), pero la quieren presentar para el próximo jueves. ¡Más vale fortalecer el núcleo familiar, que no violenten a nuestros niños, ni al matrimonio!”.
González Velázquez precisa que ofreció platicar con ellos en su oficina, pero se negaron.En entrevista por separado, Alberto Esquer sostiene sus afirmaciones. Aun cuando la también panista Norma Angélica Cordero Prado admite que la propuesta perredista no incluye el matrimonio entre personas del mismo sexo ni posibilita la adopción de menores por parejas homosexuales, Esquer advierte que eso abre la puerta para que obtengan estos derechos:
“El autor de la iniciativa dice que no se está tipificando la adopción. Claro que sí, porque la adopción simple se puede hacer por el vínculo de una sola persona, y si ya existe un estado civil donde dos personas del mismo sexo pueden compartir un hogar, ante la figura de la adopción simple ya van a poder meter menores al seno familiar entre la convivencia de dos personas del mismo sexo.”
El panista acepta: “Fundamentamos tres cosas: lo jurídico, lo ideológico, y proponemos hacer una consulta ciudadana porque es un tema en el cual mucha gente puede estar a favor y mucha en contra. No estoy de acuerdo que, por la ideología de 17 diputados, que son los que están de acuerdo hasta el momento en esta ley, ellos puedan decir lo que piensan millones de jaliscienses”.
El panista califica de sucio el proceso de discusión de la ley, ya que en la Comisión de Desarrollo Humano se votó el dictamen a favor mediante un madruguete a su partido. También rechaza que el correo electrónico que le llegó al perredista Velázquez González sea beligerante: “Lo que he atendido son manifestaciones sanas, de propuesta y reclamo a lo que está pasando”.
Sobre su arenga al grupo que protestaba afuera del Congreso, señala que él estaba en su oficina y le pidieron que saliera porque no les permitían entrar. Así lo hizo, dice, y formó una mesa de trabajo con seis jóvenes (“tres estudiantes y tres homosexuales”) para “discutir los errores” de la propuesta de ley.
“No soy anticatólico”
No puede acusarse a Velázquez González de ser anticatólico. Es descendiente de santo Toribio Romo González, un mártir de la Iglesia nacido en Santa Ana de Guadalupe, en Los Altos de Jalisco. Las medallas y estampas con su imagen se venden por millares entre los feligreses porque, además, es el patrono de los migrantes indocumentados.
“Mi mamá es sobrina directa de Santo Toribio Romo, de Santa Ana de Guadalupe, una población muy católica. Yo jamás me metería con la Iglesia católica. Esto no tiene que ver con la Iglesia, es un tema por los derechos, de los católicos también”, dice al respecto.
Y su padre, Enrique Velázquez Martín, fue fundador del Partido Comunista Mexicano (PCM) y dirigente del Partido Socialista Unificado de México (PSUM), además de abogado de los presos políticos durante la guerra sucia. “Somos una familia de izquierda, de toda la vida y luchas de a de veras. Mi papá fue perseguido. Ahorita él se ríe y dice que es un asunto light, no pasan ya esas cosas. Puedes decir lo que quieras y antes no podías”, apunta.
Por lo mismo, conoce bien a sus detractores: “Las críticas que hemos tenido es particularmente de ese sector, del Opus Dei, y por el contrario hemos tenido un apoyo impresionante de los jesuitas”.
Proceso Jalisco solicitó al vocero de la Arquidiócesis de Guadalajara, Antonio Gutiérrez Montaño, su postura sobre la versión de que los anónimos enviados contra el diputado del PRD por las redes sociales y correo electrónico tenían instrucciones del cardenal. La respuesta nunca llegó, pero el 29 de septiembre, el purpurado José Francisco Robles declaró a la prensa local:
“Yo me sorprendo cómo hay una comunidad bien organizada de fieles, de familias organizadas en este tema y otros, y más me sorprende, por ejemplo, de que están sumando otras confesiones a estas posturas.”
En cuanto al polémico cardenal emérito Juan Sandoval Íñiguez, al finalizar la misa que ofició en el rastro de Guadalajara el 29 de septiembre, les contestó a los reporteros que pidieron su opinión que la Ley de Libre Convivencia no era necesaria, pues con la Ley de la Herencia era más que suficiente.
Cuando alguien le aclaró que ésta no aplica a parejas del mismo sexo, dio por terminada la entrevista de esta forma: “Que no se necesita una nueva legislación, que con las leyes que hay basta… ¡Ya basta!, ya dije que basta con las leyes”.
Velázquez González recuerda que en la anterior legislatura hubo una propuesta similar, pero fracasó porque el Congreso estaba dominado por los diputados panistas, además de que pesaron demasiado las opiniones de Sandoval Íñiguez y Emilio González Márquez: “Cómo van a identificar derechos de homosexuales si son de otro planeta, así piensan ellos”.
Al diputado Esquer, le responde que si tanto le preocupan los niños, por qué su partido no protestó durante el sexenio de González Márquez, cuando el Consejo Estatal de la Familia consintió que se arrancaran a menores de sus familias por el único hecho de ser pobres, y los entregaran a parejas extranjeras.
Por otra parte, se dice animado porque al menos una decena de periodistas locales de renombre, así como la exómbudsman Guadalupe Morfín Otero y el académico de la UdeG Roberto Castelán Rueda apoyan la iniciativa. Lo considera “un buen termómetro”.
En cuanto a los opositores, casi está resignado: “Estos grupos nunca van a aceptar. Hay un mal de nuestros tiempos que es muy complicado y es la homofobia, pero eso se puede curar. Ya lo dijo el obispo (de Saltillo, Raúl) Vera: la homosexualidad no es una enfermedad, la homofobia sí. Entonces tenemos que buscar acabar con esos asuntos de odio y rencor”.
El miércoles 2, la Comisión de Puntos Constitucionales desechó la propuesta de ley con siete votos a favor de las bancadas del PAN y Movimiento Ciudadano (MC). Sólo su autor, el perredista González Velázquez, votó a favor.
Se esperaba que MC respaldara la propuesta, pero su coordinador, Clemente Castañeda Hoeflich, dijo que la propeusta es un “intercambio de cartitas” entre el PRI y el PRD para aprobar el Presupuesto de Egresos de 2014 que se le ocurra al gobernador.
El dictamen de rechazo fue elaborado por el titular del Órgano Técnico de la Comisión de Puntos Constitucionales, Francisco Castillo Rodríguez, quien fue subordinado del exsecretario general de gobierno del estado y connotado derechista Fernando Guzmán Pérez Peláez
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