viernes, 11 de octubre de 2013

Correa amenaza con dimitir si el Congreso despenaliza el aborto

La legislación del aborto en la mayoría de países de América Latina es restrictiva. Siguiendo esta política, el presidente de Ecuador amenazó con dimitir si el Congreso aprobara la despenalización del aborto.

El mandatario ecuatoriano, Rafael Correa, dijo que renunciaría en caso de que el Congreso votara a favor de la iniciativa planteada por un grupo de diputados del partido Alianza País para legalizar el aborto en el nuevo Código Integral Penal que se debate en la Asamblea Nacional en segunda instancia.

Correa, que es un opositor al aborto, en una entrevista concedida el jueves al canal estatal Oromar, tildó la propuesta de miembros de su propio partido como "traición" y denunció que los diputados oficialistas "traicionaron" la conducción del partido al crear una tendencia a favor de legalizar la interrupción del embarazo.

"Si logran que un grupo de personas, muy desleales, del bloque Alianza País hagan lo que quieran, yo inmediatamente presentaré mi renuncia al cargo, porque por mis principios defenderé la vida y estoy dispuesto a renunciar y la historia sabrá juzgar", advirtió Correa.

Por otra parte, criticó la deslealtad y traición de los legisladores de Alianza País. "Que hagan lo que quieran, yo jamás aprobaré la despenalización del aborto más allá de lo que constan las actuales leyes", aseveró.

Actualmente, en países como Paraguay, Perú, Venezuela y Ecuador, el aborto es ilegal a excepción de casos en los que el embarazo ponga en peligro la vida o la salud de la mujer, mientras que en otras situaciones la ley castiga con prisión tanto a las mujeres como a los médicos que incurran en esta práctica.

tmv/nl/hnb

El Papa Francisco elogia a los judíos por mantener su fe a pesar del holocausto


El Papa Francisco I elogió a los judíos por mantener su fe a pesar del holocausto y otras “pruebas terribles” a lo largo de la historia y reafirmó al judaísmo como la “raíz sagrada” del cristianismo.

Francisco I hizo estas declaraciones en una carta abierta a Eugenio Scalfari, ateo y editor fundador del periódico liberal La Repubblica.

La carta del Papa, publicada en la primera plana de La Repubblica del miércoles, se produjo en respuesta a los editoriales de este verano escritos por Scalfari, que habían sido dirigidos directamente al Pontífice y que trataban sobre cuestiones de fe y religión.

En su respuesta a Scalfari, el Papa defendió la necesidad de un diálogo abierto con los no creyentes, que consideró “justo, adecuado y precioso”.

El Papa también respondió a la pregunta de Scalfari: “¿Qué debemos decir a nuestros hermanos judíos acerca de la promesa hecha a ellos por Dios y que se ha quedado en nada?”. “Créeme”, escribió el Papa, “ésta es una pregunta que nos desafía radicalmente como cristianos, ya que, con la ayuda de Dios, especialmente desde el Concilio Vaticano II, se ha vuelto a descubrir que los judíos siguen siendo para nosotros la raíz santa de que germinó Jesús”.

El Papa dijo que, sobre todo a través de sus estrechos vínculos con los judíos en su Argentina natal, tenía a menudo en la oración “también la cuestión a Dios, sobre todo cuando se quedó en la memoria de mi mente la terrible experiencia de la Shoah”.

Y agregó: “Lo que puedo decirle a usted es que la fidelidad de Dios a la estrecha alianza con Israel nunca falló y que, a través de las pruebas terribles de esto siglos, los judíos han mantenido su fe a Dios. Por este motivo nunca les estaremos suficientemente agradecidos por parte no solo de la iglesia sino también de la humanidad”.

Francisco opinó asimismo que los judíos sirvieron como ejemplo para los cristianos. “Precisamente por la perseverancia en la fe del Dios de la Alianza, llamaron a todos, también a nosotros los cristianos, al hecho de que siempre estamos a la espera, como peregrinos, para el regreso del Señor y, por lo tanto, que debemos siempre estar abierto a Él y nunca refugiarnos en lo que ya hemos alcanzado”.

También dijo que “un cristiano no puede ser un antisemita”, y que “para ser un buen cristiano es necesario entender la historia y las tradiciones judías”.

martes, 8 de octubre de 2013

Ganó la ultraderecha


5 DE OCTUBRE DE 2013 · COMENTARIOS DESACTIVADOS
EDICION JALISCOJALISCO
Los grupos radicales de derecha se impusieron una vez más en su cruzada contra el avance de la entidad en materia de derechos humanos, al conseguir que se desechara la iniciativa de Ley de Libre Convivencia propuesta por el perredista y descendiente de santo Toribio Romo, Enrique Velázquez González. Éste insistió en que no se tocaba la santa institución del matrimonio, pero el diputado panista Alberto Esquer dijo lo que piensan estos sectores ligados a las élites del estado: un mínimo avance puede abrirle la puerta a otros derechos civiles e incluir a los homosexuales.

 
El odio que los grupos de extrema derecha le tienen a las comunidades homosexuales y su inconformidad por que vayan ganando terreno en materia de derechos humanos volvió a manifestarse en la discusión de la iniciativa de Ley de Libre Convivencia presentada por el PRD en el Congreso local.
El 25 de septiembre, el autor de la propuesta, el diputado Enrique Velázquez González, recibió una andanada de correos electrónicos y mensajes intimidatorios en sus cuentas de Twitter y Facebook. “Te estamos siguiendo y observando”, dice uno de tantos anónimos.
En otro, que comenzó a circular esa noche, el remitente afirma que recibió instrucciones del arzobispo de Guadalajara, cardenal Francisco Robles Ortega, para contrarrestar la iniciativa y que también lo hacía para defender “el honor de la familia”. Continúa, textualmente:
“A los innombrables diputados y diputaditas, homosexuales, a quién le venga el saco que se lo ponga, al que no pos no. Tú eres el producto de un hombre y de una mujer, si tu madre hubiera sabido la ALIMAÑA que iba a parir no te hubiera parido, desgraciadamente a ti te paga el pueblo, lo único que saben hacer es fraudearlo y perjudicarlo, es mejor que sigan durmiendo en su casa, NO NOS CUESTAN. Oremos para que no aprueben mañana el matrimonio homosexual ni el aborto Que Dios, te bendiga aunque no creas en él”.
Cada legislador recibió entre 200 y 300 mensajes intimidatorios. Incluso el coordinador de los diputados del PRI, Miguel Castro Reynoso, fue insultado por llamar a la prudencia y pedir que la iniciativa se discuta en los términos de la biología y la naturaleza humana. Velázquez González señala que la base de datos pudo salir de la oficina de algún otro diputado porque sólo los asesores tienen acceso a los datos personales de los legisladores.
De cualquier forma, sostiene, los improperios nada tienen que ver con el contenido de su propuesta, sino que es una reacción ideológica de los grupos de extrema derecha, algunos ligados a las estructuras más conservadoras del PAN y de la Iglesia católica.
Entre ellos ubica a Pepe Hidalgo y a Alberto Jiménez Martínez, alias La Antena, cercanos al excandidato panista al gobierno del estado, Fernando Guzmán Pérez Peláez. Otros los ligan más con Herbert Taylor, compadre del exgobernador Emilio González Márquez.
De cualquier forma, dice el diputado perredista, esos núcleos  derechistas reaccionan “en automático, es parte de sus principios ideológicos la homofobia, como en otro tiempo fue el racismo. Si hubiera esclavos ahorita y yo propusiera el fin de la esclavitud, ellos se opondrían porque se sienten de una raza superior, porque discriminan. Velos: no es solamente contra los homosexuales, también contra los pobres y los muy morenos. Así han actuado los grupos conservadores durante mucho tiempo. Se sienten parte de una casta de élite y que nos disculpen, pero esta sociedad la hacemos igualitaria o fracasa el Estado”.
Velázquez González aclara que en su propuesta de ley se excluye la posibilidad de que las parejas del mismo sexo puedan adoptar niños y que ni siquiera menciona la palabra matrimonio, que tanto escozor ha causado a los grupos radicales, y en específico al diputado panista Alberto Esquer.
Dice que el texto a discusión se apega más bien a un marco normativo que existe en México desde la década de los cincuenta, cuando el país suscribió tratados internacionales con la ONU para reconocer los distintos modelos de familia, y ya que existen evidentes rezagos en la materia él se dio a la tarea promover un nuevo estado civil basado en la libre convivencia.
“Te pongo un ejemplo: el 10 % de la población vive en unión libre, el 25% de los hogares son encabezados por una mujer sola, ya sea divorciada, viuda o soltera; a veces viven con alguien y eso les debería otorgar derechos. El matrimonio, esa institución milenaria que respeta la Iglesia católica, nosotros no la quisimos tocar; si analizas la iniciativa te vas a dar cuenta de que en ningún momento se menciona la palabra matrimonio”, precisa.
Entre los beneficios que traería el nuevo marco legal, destaca que permitirá a las personas que viven bajo el mismo techo el acceso a crédito y a servicios de salud, es decir, a ejercer plenamente sus derechos.
Por eso, aunque admite que su propuesta puede beneficiar a la comunidad homosexual, rechaza que esté dedicada exclusivamente a ella porque cualquier persona que tenga una credencial de elector podría firmar una libre convivencia.
Opositores de oídas
 
El autor de la iniciativa relata que  instituciones educativas como la Universidad de Guadalajara y la Universidad del Valle de México la han aceptado bien.
Incluso, cuenta que unos estudiantes le platicaron que una mujer mandó golpear al novio de su hijo y éste se suicidó. Indignados, ellos le preguntaron a la señora si estaba consciente de lo que había propiciado “y ella respondió que prefería a su hijo muerto que homosexual, y ese asunto impactó mucho a los chavos de la universidad”.
Velázquez González comenta que en otros casos “sus familias los rechazan, los corren, no los reconocen y los mandan a la calle. Luego resulta que si el homosexual fue exitoso, tiene un patrimonio, tiene recursos y luego muere y llega la familia por los bienes, y quien vivió con él toda la vida se queda en la calle. ¿Eso es justo? Yo creo que no”.
A partir de que formuló la iniciativa, al legislador le han llovido críticas e insultos. En las redes sociales lo han llamado “maricón”, “activista pro gay”, “anormal”, “engendro”, “líder del lobby gay” y “libertino”, pero eso lo tiene sin cuidado.
“Esos ataques en Twitter la verdad no me asustan, no tengo ningún centímetro de miedo. Me pueden llegar, como lo hicieron, en el teléfono, en los mensajes y en las redes sociales; me pueden increpar, aventar, pero mis hijos sí me preocupan”, expone, ya que estudian en colegios católicos.
Y aunque el arzobispo de Guadalajara no lo recibió cuando pretendió entrevistarse con él para exponerle los detalles de su iniciativa, no cree que en verdad esté detrás de quienes lo acosan.
Una muestra de la actitud de los opositores a una ley como esa es la protesta que realizaron el 25 de septiembre una veintena de jóvenes afuera del Palacio Legislativo, creyendo que la iniciativa se incluiría en la sesión del pleno del día siguiente.
Entre los asistentes había estudiantes de la Universidad Autónoma de Guadalajara (Tecos) y miembros de las organizaciones Dilo Bien, Hazte Oír, y Vida y Valores, así como el diputado panista Alberto Esquer Gutiérrez, quien les ofreció apoyo y los arengó:
“No se echen para abajo, nos están maltratando. Hoy no se presenta (la iniciativa), pero la quieren presentar para el próximo jueves. ¡Más vale fortalecer el núcleo familiar, que no violenten a nuestros niños, ni al matrimonio!”.
González Velázquez precisa que ofreció platicar con ellos en su oficina, pero se negaron.En entrevista por separado, Alberto Esquer  sostiene sus afirmaciones. Aun cuando la también panista Norma Angélica Cordero Prado admite que la propuesta perredista no incluye el matrimonio entre personas del mismo sexo ni posibilita la adopción de menores por parejas homosexuales, Esquer advierte que eso abre la puerta para que obtengan estos derechos:
“El autor de la iniciativa dice que no se está tipificando la adopción. Claro que sí, porque la adopción simple se puede hacer por el vínculo de una sola persona, y si ya existe un estado civil donde dos personas del mismo sexo pueden compartir un hogar, ante la figura de la adopción simple ya van a poder meter menores al seno familiar entre la convivencia de dos personas del mismo sexo.”
El panista acepta: “Fundamentamos tres cosas: lo jurídico, lo ideológico, y proponemos hacer una consulta ciudadana porque es un tema en el cual mucha gente puede estar a favor y mucha en contra. No estoy de acuerdo que, por la ideología de 17 diputados, que son los que están de acuerdo hasta el momento en esta ley, ellos puedan decir lo que piensan millones de jaliscienses”.
El panista califica de sucio el proceso de discusión de la ley, ya que en la Comisión de Desarrollo Humano se votó el dictamen a favor mediante un madruguete a su partido. También rechaza que el correo electrónico que le llegó al perredista Velázquez González sea beligerante: “Lo que he atendido son manifestaciones sanas, de propuesta y reclamo a lo que está pasando”.
Sobre su arenga al grupo que protestaba afuera del Congreso, señala que él estaba en su oficina y le pidieron que saliera porque no les permitían entrar. Así lo hizo, dice, y formó una mesa de trabajo con seis jóvenes (“tres estudiantes y tres homosexuales”) para “discutir los errores” de la propuesta de ley.
“No soy anticatólico”
 
No puede acusarse a Velázquez González de ser anticatólico. Es descendiente de santo Toribio Romo González, un mártir de la Iglesia nacido en Santa Ana de Guadalupe, en Los Altos de Jalisco. Las medallas y estampas con su imagen se venden por millares entre los feligreses porque, además, es el patrono de los migrantes indocumentados.
“Mi mamá es sobrina directa de Santo Toribio Romo, de Santa Ana de Guadalupe, una población muy católica. Yo jamás me metería con la Iglesia católica. Esto no tiene que ver con la Iglesia, es un tema por los derechos, de los católicos también”, dice al respecto.
Y su padre, Enrique Velázquez Martín, fue fundador del Partido Comunista Mexicano (PCM) y dirigente del Partido Socialista Unificado de México (PSUM), además de abogado de los presos políticos durante la guerra sucia. “Somos una familia de izquierda, de toda la vida y luchas de a de veras. Mi papá fue perseguido. Ahorita él se ríe y dice que es un asunto light, no pasan ya esas cosas. Puedes decir lo que quieras y antes no podías”, apunta.
Por lo mismo, conoce bien a sus detractores: “Las críticas que hemos tenido es particularmente de ese sector, del Opus Dei, y por el contrario hemos tenido un apoyo impresionante de los jesuitas”.
Proceso Jalisco solicitó al vocero de la Arquidiócesis de Guadalajara, Antonio Gutiérrez Montaño, su postura sobre la versión de que los anónimos enviados contra el diputado del PRD por las redes sociales y correo electrónico tenían instrucciones del cardenal. La respuesta nunca llegó, pero el 29 de septiembre, el purpurado José Francisco Robles declaró a la prensa local:
“Yo me sorprendo cómo hay una comunidad bien organizada de fieles, de familias organizadas en este tema y otros, y más me sorprende, por ejemplo, de que están sumando otras confesiones a estas posturas.”
En cuanto al polémico cardenal emérito Juan Sandoval Íñiguez, al finalizar la misa que ofició en el rastro de Guadalajara el 29 de septiembre, les contestó a los reporteros que pidieron su opinión que la Ley de Libre Convivencia no era necesaria, pues con la Ley de la Herencia era más que suficiente.
Cuando alguien le aclaró que ésta no aplica a parejas del mismo sexo, dio por terminada la entrevista de esta forma: “Que no se necesita una nueva legislación, que con las leyes que hay basta… ¡Ya basta!, ya dije que basta con las leyes”.
Velázquez González recuerda que en la anterior legislatura hubo una propuesta similar, pero fracasó porque el Congreso estaba dominado por los diputados panistas, además de que pesaron demasiado las opiniones de Sandoval Íñiguez y Emilio González Márquez: “Cómo van a identificar derechos de homosexuales si son de otro planeta, así piensan ellos”.
Al diputado Esquer, le responde que si tanto le preocupan los niños, por qué su partido no protestó durante el sexenio de González Márquez, cuando el Consejo Estatal de la Familia consintió que se arrancaran a menores de sus familias por el único hecho de ser pobres, y los entregaran a parejas extranjeras.
Por otra parte, se dice animado porque al menos una decena de periodistas locales de renombre, así como la exómbudsman Guadalupe Morfín Otero y el académico de la UdeG Roberto Castelán Rueda apoyan la iniciativa. Lo considera “un buen termómetro”.
En cuanto a los opositores, casi está resignado: “Estos grupos nunca van a aceptar. Hay un mal de nuestros tiempos que es muy complicado y es la homofobia, pero eso se puede curar. Ya lo dijo el obispo (de Saltillo, Raúl) Vera: la homosexualidad no es una enfermedad, la homofobia sí. Entonces tenemos que buscar acabar con esos asuntos de odio y rencor”.
El miércoles 2, la Comisión de Puntos Constitucionales desechó la propuesta de ley con siete votos a favor de las bancadas del PAN y Movimiento Ciudadano (MC). Sólo su autor, el perredista González Velázquez, votó a favor.
Se esperaba que  MC respaldara la propuesta, pero su coordinador, Clemente Castañeda Hoeflich, dijo que la propeusta es un “intercambio de cartitas” entre el PRI y el PRD para aprobar el Presupuesto de Egresos de 2014 que se le ocurra al gobernador.
El dictamen de rechazo fue elaborado por el titular del Órgano Técnico de la Comisión de Puntos Constitucionales, Francisco Castillo Rodríguez, quien fue subordinado del exsecretario general de gobierno del estado y connotado derechista Fernando Guzmán Pérez Peláez

lunes, 7 de octubre de 2013

Papa Francisco en encuentro-entrevista con Eugenio Scalfari, fundador del diario La Repubblica: “Así cambiaré la Iglesia”

“En la curia puede haber cortesanos, pero en su concepción es otra cosa. Es lo que en los ejércitos se llama intendencia, gestiona los servicios que sirven a la Santa Sede. Pero tiene un defecto: Es vaticano-céntrica. Ve y atiende los intereses del Vaticano, que son todavía, en gran parte, intereses temporales. Esta visión Vaticano-céntrica se traslada al mundo que le rodea. No comparto esta visión y haré todo lo que pueda para cambiarla. La Iglesia es o debe volver a ser una comunidad del Pueblo de Dios y los presbíteros, los párrocos, los obispos que tienen a su cargo muchas almas, están al servicio del Pueblo de Dios”
3 de octubre de 2013.- (Aleteia / Camino Católico)  Por su interés, ofrecemos la traducción al español del diálogo que mantuvieron el Papa Francisco y el fundador del diario italiano La Repubblica el pasado martes 24 de septiembre en la Casa Santa Marta del Vaticano tras su intercambio de cartas, tal como lo publica La Repubblica.
Me dice el Papa Francisco:“El mal más grave que afecta al mundo en estos años es el paro juvenil y la soledad de los ancianos. Los mayores necesitan atención y compañía, los jóvenes trabajo y esperanza, pero no tienen ni el uno ni la otra; lo peor: que ya no los buscan más. Les han aplastado el presente. Dígame usted: ¿se puede vivir aplastado en el presente? ¿Sin memoria del pasado y sin el deseo de proyectarse en el futuro construyendo un proyecto, un futuro, una familia? ¿Es posible continuar así? Este, en mi opinión, es el problema más urgente que la Iglesia tiene que enfrentar”.
-Santidad, le digo, es un problema sobre todo político y económico, relacionado con los estados, los gobiernos, los partidos, las asociaciones sindicales.
-“Cierto, tiene razón, pero también está relacionado con la Iglesia, incluso, sobre todo con ella, porque esta situación no hiere solo a los cuerpos sino a las almas. La Iglesia debe sentirse responsable tanto de las almas como de los cuerpos”.
-Santidad, usted dice que la Iglesia debe sentirse responsable. ¿Debo deducir que la Iglesia no es consciente y que la incita a ir en esa dirección?
-“En gran medida esta conciencia existe, pero no basta. Yo quisiera que fuera más grande. No es el único problema que tenemos por delante pero es el más urgente y el más dramático”.
El encuentro con el Papa Francisco se dio el pasado martes en su residencia de Santa Marta, en una pequeña habitación vacía, solo con una mesa y cinco o seis sillas y un cuadro en la pared. Este encuentro fue precedido por una llamada telefónica que no olvidaré en mi vida. Eran las dos y media de la tarde. Sonó mi teléfono y se oyó la voz nerviosa de mi secretaria que me dice: “Tengo al Papa en línea, se lo paso inmediatamente”.
 
Me quedé estupefacto, mientras la voz de Su Santidad se escuchaba al otro lado del hilo telefónico diciendo: “Buenos días, soy el Papa Francisco”. Buenos días, Santidad –digo yo y después-. Estoy conmocionado, no me esperaba que me llamase. “¿Por qué conmocionado? Usted me escribió una carta pidiéndome conocerme en persona. Yo tenía el mismo deseo y por tanto le llamo para fijar una cita. Veamos mi agenda: el miércoles no puedo, el lunes tampoco ¿le vendría bien el martes?”. Respondí: ¡Perfecto!
“El horario es un poco incómodo, ¿a las 15 le va bien? Si no, cambiamos el día”. Santidad, a esa hora me va fenomenal. “Entonces estamos de acuerdo, el martes 24 a las 15. En Santa Marta. Debe entrar por la puerta del Santo Oficio”. No sé como terminar la conversación y me dejo llevar diciéndole: ¿le puedo abrazar por teléfono? “Claro, le abrazo también yo. Ya lo haremos en persona. Hasta luego”.
Ya estoy aquí. El Papa entra y me da la mano, nos sentamos. El Papa sonríe y me dice: “Alguno de mis colaboradores que lo conoce me ha dicho que usted intentará convertirme”.
Es un chiste le respondo. También mis amigos piensan que usted querrá convertirme.
Sonríe de nuevo y responde: “El proselitismo es una solemne tontería, no tiene sentido. Es necesario conocerse, escucharse y hacer crecer el conocimiento del mundo que nos rodea. A mí me pasa que después de un encuentro quiero tener otro porque nacen nuevas ideas y se descubren nuevas necesidades. Esto es importante, conocerse, escuchar, ampliar el cerco de los pensamientos. El mundo está lleno de caminos que se acercan y alejan, pero lo importante es que lleven hacia el “Bien”.
-Santidad, ¿existe una visión única del Bien? ¿Quién la establece?
-“Cada uno de nosotros tiene una visión del Bien y del Mal. Nosotros debemos animar a dirigirse a lo que uno piensa que es el Bien”.
-Usted, Santidad, ya lo escribió en la carta que me mandó. La conciencia es autónoma, dijo, y cada uno debe obedecer a la propia conciencia. Creo que esta es una de las frases más valientes dichas por un Papa.
-“Y lo repito. Cada uno tiene su propia idea del Bien y del Mal y debe elegir seguir el Bien y combatir el Mal como él lo concibe. Bastaría eso para cambiar el mundo”.
-¿La Iglesia lo está haciendo?
-“Sí, nuestras misiones tienen ese objetivo: individualizar las necesidades materiales e inmateriales de las personas y tratar de satisfacer como podamos. ¿Usted sabe lo que es el agape?”
-Sí, lo sé.
-“Es el amor por los otros, como nuestro Señor predicó. No es proselitismo, es amor. Amor al prójimo, levadura que sirve al bien común”.
-Ama al prójimo como a ti mismo.
-“Es exactamente así”.
-Jesús en su predicación dice que el agape, el amor a los demás, es el único modo de amar a Dios. Corríjame si me equivoco.
-“No se equivoca. El Hijo de Dios se encarnó para infundir en el alma de los hombres el sentimiento de hermandad. Todos somos hermanos e hijos de Dios. Abba, como Él llama al Padre. "Yo marqué el camino", dijo, "Seguidme y encontraréis al Padre y seréis sus hijos y se complacerá en vosotros". El agape, el amor, de cada uno de nosotros hacia los demás, desde el más cercano al más lejano, es el único modo que Jesús nos indicó para encontrar el camino de la salvación y de las bienaventuranzas”.
-Sin embargo, la exhortación de Jesús, la recordamos antes, es que el amor por el prójimo sea igual al que sentimos por nosotros mismos. Por tanto lo que muchos llaman narcisismo se reconoce como válido, positivo, en la misma medida del otro. Hemos discutido mucho sobre este aspecto.
-“A mí –decía el Papa- la palabra narcisismo no me gusta, indica un amor desmesurado hacia uno mismo y esto no va bien, puede producir daños en el alma de quien lo sufre y también en la relación con los demás, incluso en la sociedad en la que vive. El verdadero mal es que los más afectados por esto que en realidad es un tipo de desorden mental, son personas que tienen mucho poder. A menudo los jefes son narcisistas”.
-También muchos jefes de la Iglesia.
-“¿Sabe qué opino sobre esto? Los jefes de la Iglesia a menudo han sido narcisistas, halagados y exaltados por sus cortesanos.. La corte es la lepra del papado”
-La lepra del papado, ha dicho exactamente esto. ¿Pero qué corte? ¿Se refiere a la curia? Pregunto.
-“No, en la curia puede haber cortesanos, pero en su concepción es otra cosa. Es lo que en los ejércitos se llama intendencia, gestiona los servicios que sirven a la Santa Sede. Pero tiene un defecto: Es vaticano-céntrica. Ve y atiende los intereses del Vaticano, que son todavía, en gran parte, intereses temporales. Esta visión Vaticano-céntrica se traslada al mundo que le rodea. No comparto esta visión y haré todo lo que pueda para cambiarla. La Iglesia es o debe volver a ser una comunidad del Pueblo de Dios y los presbíteros, los párrocos, los obispos que tienen a su cargo muchas almas, están al servicio del Pueblo de Dios. La Iglesia es esto, una palabra distinta, no por casualidad, de la Santa Sede que tiene una función importante pero está al servicio de la Iglesia. Yo no podría tener total fe en Dios y en su Hijo si no me hubiese formado en la Iglesia, y tuve la fortuna de encontrarme en Argentina, en una comunidad sin la cual yo no hubiera tomado conciencia de mí mismo y de mi fe”.
-¿Usted sintió su vocación desde joven?
-“No, no muy joven. Tendría que haber tenido otra ocupación según mi familia, trabajar, ganar algún dinero. Fui a la universidad. Tuve una profesora de la que aprendí el respeto y la amistad, era una comunista ferviente. A menudo me leía o me daba a leer textos del Partido Comunista. Así conocí también aquella concepción tan materialista. Me acuerdo que me dio el comunicado de los comunistas americanos en defensa de los Rosenberg que fueron condenados a muerte. La mujer de la que le hablo fue después arrestada, torturada y asesinada por el régimen dictatorial que entonces gobernaba en Argentina”.
-¿El comunismo lo sedujo?
-“Su materialismo no tuvo ninguna influencia sobre mí. Pero conocerlo, a través de una persona valiente y honesta me fue útil, entendí algunas cosas, un aspecto de lo social, que después encontré en la Doctrina Social de la Iglesia”.
-La teología de la liberación, que el Papa Wojtyla excomulgó, estaba bastante presente en América Latina.
-“Sí, muchos de sus exponentes eran argentinos”.
-¿Usted piensa que fue justo que el Papa la combatiese?
-“Ciertamente daban un seguimiento político a su teología, pero muchos de ellos eran creyentes y con un alto concepto de humanidad”.
-Santidad, ¿me permite contarle algo sobre mi formación cultural? Fui educado por una madre muy católica. Con 12 años gané un concurso de catecismo entre todas las parroquias de Roma y recibí un premio del Vicariado, comulgaba el primer viernes de cada mes, en fin, practicaba la liturgia y creía. Pero todo cambió cuando entré en el Liceo. Leí, entre otros textos de filosofía que estudiábamos, el “Discurso del Método” de Descartes, y me afectó mucho la frase que hoy se ha convertido en un icono: “Pienso, luego existo”, el yo se convirtió en la base de la existencia humana, la sede autónoma del pensamiento.
-“Descartes, sin embargo, nunca renegó de la fe en el Dios trascendente”.
-Es verdad, pero puso la base de una visión totalmente distinta, y a mi me encaminó a otro camino que, corroborado por otras lecturas, me llevó al otro lado.
-“Usted, por lo que he entendido, no es creyente pero no es anticlerical. Son dos cosas muy distintas”.
-Es verdad, no soy anticlerical. Pero me convierto en eso cuando me encuentro con un clerical. Sonríe y me dice:
-“Me pasa a mí también, cuando tengo enfrente a un clerical, me convierto en anticlerical de repente. El clericalismo no tiene nada que ver con el cristianismo. San Pablo fue el primero en hablarle a los Gentiles, a los paganos, a los creyentes de otras religiones, fue el primero que nos lo enseñó”.
-¿Puedo preguntarle, Santidad, cuáles son los santos que usted siente más cercanos a su alma y sobre los que se formó su experiencia religiosa?
-“San Pablo fue el que puso los puntos cardinales de nuestra religión y de nuestro credo. No se puede ser un cristiano consciente sin San Pablo. Tradujo la predicación de Cristo a una estructura doctrinaria que, ya sea con las actualizaciones de una inmensa cantidad de pensadores, teólogos, pastores de almas, resistió y resiste después de dos mil años. Después Agustín, Benito, Tomás e Ignacio. Y naturalmente Francisco. ¿Debo explicarle el porqué?”
-Francisco -me sea permitido llamar al Papa así porque es él mismo el que te lo sugiere por como habla, como sonríe, por sus exclamaciones de sorpresa o de corroboración- me mira como para animarme a plantearle las preguntas más escabrosas o más embarazosas relacionadas con la Iglesia. Así que le pregunto: De Pablo me ha explicado la importancia del papel que desarrolló, pero quisiera saber entre los que ha nombrado a quien siente más cercano a su alma.
-“Me pide una clasificación, pero las clasificaciones se pueden hacer si se habla de deportes o de cosas parecidas. Podría decirle el nombre de los mejores futbolistas de Argentina. Pero los santos…”
-Se dice que se “bromea con los bribones” ¿Conoce el dicho?
-“Exacto. Sin embargo, no quiero evitar la pregunta porque usted no me ha pedido una lista sobre la importancia cultural o religiosa sino quién está más cerca de mi alma. Le contesto: Agustín y Francisco”.
-¿No Ignacio, de cuya orden proviene?
-“Ignacio, por comprensibles razones, es el que conozco mejor que los demás. Fundó nuestra orden. Le recuerdo que de esa orden venía también Carlo María Martini, muy querido para usted y para mí. Los jesuitas fueron, y siguen siendo todavía, la levadura –no la única pero quizás la más eficaz- de la catolicidad: cultura, enseñanza, testimonio misionero, fidelidad al Pontífice. Pero Ignacio que fundó la Compañía era también un reformador y un místico. Sobre todo un místico”.
-¿Piensa que los místicos son importantes en la Iglesia?
-“Han sido fundamentales. Una religión sin místicos es una filosofía”.
-¿Usted tiene una vocación mística?
-“¿A usted qué le parece?”
-Me parece que no.
-“Probablemente tenga razón. Adoro a los místicos; también Francisco por muchos aspectos de su vida lo fue, pero no creo tener esa vocación, y después es necesario comprender bien el significado profundo de la palabra. El místico consigue despojarse del hacer, de los hechos, de los objetivos y hasta de la pastoralidad misionera y se alza para alcanzar la comunión con las bienaventuranzas. Breves momentos pero que llenan toda la vida”.
-¿A usted le ha sucedido alguna vez?
-“Raramente. Por ejemplo, cuando el cónclave me eligió Papa. Antes de la aceptación pedí poder retirarme algún minuto en la sala que está al lado de la del balcón sobre la plaza. Mi cabeza estaba vacía completamente y me había invadido una gran inquietud. Para hacerla pasar y relajarme cerré los ojos y desapareció todo pensamiento, también el de rechazar esta carga, como además el procedimiento litúrgico permite. Cerré los ojos y ya no sentí ningún ansia o emotividad. En un cierto punto me invadió una gran luz, duró un segundo pero me pareció larguísimo. Después la luz se disipó y me levanté de repente y me dirigí a toda prisa a la estancia donde me esperaban los cardenales y hacia la mesa donde me esperaba el acta de aceptación. Lo firmé, el cardenal Camarlengo también y después en el balcón se dio el ‘Habemus Papam’”.
-Permanecemos un poco en silencio, después dije: hablábamos de los santos que usted siente como más cercanos a su alma y nos quedamos en Agustín. ¿Quiere decirme por qué lo siente cercano?
-“También mi predecesor tiene a Agustín como punto de referencia. Ese santo pasó por muchas cosas en su vida y cambió muchas veces su posición doctrinal. Tuvo también palabras fuertes contra los judíos, que nunca compartí. Escribió muchos libros y el que me parece más revelador de su intimidad intelectual y espiritual son las “Confesiones”; contienen algunas manifestaciones de misticismo pero no es, como opinan muchos, el continuador de Pablo. Incluso, diría que vio la fe y la Iglesia de una forma profundamente distinta a la de Pablo, quizás porque pasaron cuatro siglos entre uno y otro”.
-¿Cuál es la diferencia, Santidad?
-“Para mí dos aspectos fundamentales. Agustín se siente impotente frente a la inmensidad de Dios y a los deberes que un cristiano y un obispo deben afrontar. Sin embargo él no lo fue en absoluto, pero su alma se sentía siempre por debajo de todo lo que habría querido y debido. Es la gracia dispensada por el Señor como elemento fundamental de la fe. De la vida. Del sentido de la vida. Quien no es tocado por la gracia puede ser una persona sin mancha y sin miedo, como se dice, pero no será nunca como una persona a la que la gracia ha tocado. Esta es la intuición de Agustín”.
-¿Usted se siente tocado por la gracia?
-“Esto no puede saberlo nadie. La gracia no forma parte de la conciencia, es la cantidad de luz que tenemos en el alma, no la de sabiduría o de razón. También usted, sin su conocimiento, puede ser tocado por la gracia”.
-¿Sin fe? ¿Sin creer?
-“La gracia está relacionada con el alma”.
-Yo no creo en el alma.
-“No cree pero la tiene”.
-Santidad, se ha dicho que usted no tiene intención de convertirme y creo que no lo conseguiría.
-“Esto no se sabe, pero no tengo ninguna intención”.
-¿Y Francisco?
-“Es grandísimo porque es todo. Un hombre que quiere hacer, quiere construir, funda una orden y sus reglas, es itinerante misionero, es poeta y profeta, es místico, se dio cuenta de su propio mal y salió de él, ama la naturaleza, los animales, la brizna de hierba del prado y los pájaros que vuelan en el cielo, pero sobre todo, ama a las personas, a los niños, a los viejos, a las mujeres. Es el ejemplo más luminoso del agape del que hablábamos antes”.
-Tiene razón, Santidad, la descripción es perfecta. ¿Pero por qué ninguno de sus predecesores eligió su nombre? Y yo creo que, después de usted, ningún otro lo hará.
-“Esto no lo sabemos, no hipotequemos sobre el futuro. Es verdad, nadie antes que yo lo eligió. Aquí afrontamos el problema de los problemas. ¿Quiere beber algo?”
-Gracias, quizás un vaso de agua. Se levanta, abre la puerta y le pide a un colaborador que está en la entrada que le traiga dos vasos de agua. Me pide si prefiero un café, respondo que no. Llega el agua. Al final de nuestra conversación mi vaso está vacío pero el suyo continúa lleno. Se aclara la garganta y comienza.
-“Francisco quería una orden mendicante y también itinerante. Misioneros en busca de encontrar, escuchar, dialogar, ayudar, difundir la fe y el amor. Sobre todo amor. Y quería una Iglesia pobre que atendiese a los demás, que recibiese ayuda material y lo usase para sostener a los demás. Han pasado 800 años desde entonces y los tiempos han cambiado mucho, pero el ideal de una Iglesia misionera y pobre sigue siendo válido. Esta es, por tanto, la Iglesia que predicaron Jesús y sus discípulos”.
-Vosotros los cristianos sois una minoría ahora. Incluso en Italia, que se define como el jardín del Papa, los católicos practicantes están, según algunos sondeos, entre el 8 y el 15%. Los católicos que dicen serlo pero que de hecho lo son poco son un 20%. En el mundo existe un billón de católicos y con las otras Iglesias cristianas superan el billón y medio, pero el planeta tiene entre 6 y 7 mil millones de personas. Son muchos ciertamente, especialmente en África y en América Latina, pero siguen siendo minoría.
-“Lo hemos sido siempre pero este no es el tema que nos ocupa. Personalmente creo que esto de ser una minoría es además, una fuerza. Debemos ser semilla de vida y de amor, la semilla es una cantidad infinitamente más pequeña que la cantidad de frutos, flores y árboles que nacen de ella. Me parece haber dicho antes que nuestro objetivo no es el proselitismo sino la escucha de las necesidades, de los deseos, de las desilusiones, de la desesperación, de la esperanza. Debemos devolver la esperanza a los jóvenes, ayudar a los viejos, abrirnos hacia el futuro, difundir el amor. Pobres entre los pobres. Debemos incluir a los excluidos y predicar la paz. El Vaticano II, inspirado por el papa Juan y por Pablo VI, decidió mirar al futuro con espíritu moderno y abrirse a la cultura moderna. Los padres conciliares sabían que abrirse a la cultura moderna significaba ecumenismo religioso y diálogo con los no creyentes. Después de entonces, se hizo muy poco en esa dirección. Yo tengo la humildad y la ambición de querer hacerlo”.
-También porque –me permito añadir- la sociedad moderna en todo el planeta atraviesa un momento de crisis profunda y no solo económica sino social y espiritual. Usted, al comienzo de nuestro encuentro describió una generación aplastada por el presente. También los no creyentes sentimos este sufrimiento casi antropológico. Por esto nosotros queremos dialogar con los creyentes y con los que mejor les representan.
-“Yo no sé si soy el que mejor les representa, pero la Providencia me ha puesto en la guía de la Iglesia y de la diócesis de Pedro. Haré todo lo posible para cumplir el mandato que se me ha confiado”.
-Jesús, como usted ha recordado, dijo: ama a tu prójimo como a ti mismo. ¿Le parece que esto se ha hecho realidad?
-“Por desgracia no. El egoísmo ha aumentado y el amor hacia los demás ha disminuido”.
-Este es el objetivo que nos une: al menos igualar estos dos tipos de amor. ¿Su Iglesia está preparada para aceptar este reto?
-“¿Usted qué cree?".
-Creo que el amor por el poder temporal es todavía muy fuerte entre los muros vaticanos y en la estructura institucional de toda la Iglesia. Creo que la Institución predomina sobre la Iglesia pobre y misionera que usted quiere.
-“Las cosas están así, de hecho, y en este tema no se hacen milagros. Le recuerdo que también Francisco en su época tuvo que negociar largamente con la jerarquía romana y con el Papa para que se reconociesen las reglas de su orden. Al final obtuvo la aprobación pero con profundos cambios y compromisos”.
-¿Usted deberá seguir el mismo camino?
-“No soy Francisco de Asís, ni tengo su fuerza y su santidad. Pero soy el obispo de Roma y el Papa de la catolicidad. He decidido como primera cosa nombrar a un grupo de ocho cardenales que constituyan mi consejo. No cortesanos sino personas sabias y animadas por mis mismos sentimientos. Este es el inicio de esa Iglesia con una organización no vertical sino horizontal. Cuando el cardenal Martini hablaba poniendo el acento en los Concilios y en los Sínodos, sabía que largo y difícil fue el camino que hay que recorrer en esa dirección. Con prudencia, pero con firmeza y tenacidad”.
-¿Y la política?
-“¿Por qué me lo pregunta? Ya le he dicho que la Iglesia no se ocupará de política”.
-Pero hace poco usted hizo un llamamiento a los católicos a comprometerse civil y políticamente.
-“No me dirigí solo a los católicos sino a todos los hombres de buena voluntad. Dije que la política es la primera de las actividades civiles y que tiene un propio campo de acción que no es el de la religión. Las instituciones políticas son laicas por definición y obran en esferas independientes. Esto lo han dicho todos mis predecesores, al menos desde muchos años hasta ahora, aunque sea con matices distintos. Creo que los católicos comprometidos en la política tienen dentro valores de la religión pero también una conciencia madura y una competencia para llevarlos a cabo. La Iglesia no irá nunca más allá de expresar y defender sus valores, al menos hasta que yo esté aquí”.
-Pero no siempre ha sido así la Iglesia.
-“No, casi nunca ha sido así. Muy a menudo, la Iglesia como institución ha sido dominada por el temporalismo y muchos miembros y altos exponentes católicos tienen todavía esta forma de pensar. Pero ahora, déjeme que le haga una pregunta: Usted, laico no creyente en Dios, ¿en qué cree? Usted es un escritor y pensador. Creerá en algo, tendrá algún valor dominante. No me responda con palabras como honestidad, la búsqueda, la visión del bien común; todos principios y valores importantes, pero no es esto lo que le pregunto. Le pregunto qué piensa de la esencia del mundo, del universo. Se preguntará ciertamente, todos lo hacemos, de dónde venimos, a dónde vamos. Se las plantea hasta un niño ¿Y usted?
-Le agradezco esta pregunta, la respuesta es esta: Creo en el Ser, es decir en el tejido del cual surgen las formas, los Entes.
-“Yo creo en Dios, no en un Dios católico; no existe un Dios católico, existe Dios. Y creo en Jesucristo, su Encarnación. Jesús es mi maestro, mi pastor, pero Dios, el Padre, Abba, es la luz y el Creador. Este es mi Ser. ¿le parece que estamos muy lejos?”.
-Estamos lejos en el pensamiento, pero similares como personas humanas, animadas por nuestros instintos que se transforman en pulsiones, sentimientos, voluntad, pensamiento y razón. En esto somos parecidos.
-“Pero lo que ustedes llaman el Ser, ¿lo define como lo piensa?”.
-El Ser es un tejido de energía. Energía caótica pero indestructible y en eterno caos. De esa energía emergen las formas cuando la energía llega al punto de explosión. Las formas tienen sus leyes, sus campos magnéticos, sus elementos químicos, que se combinan casualmente, evolucionan, finalmente se apagan pero su energía no se destruye. El hombre es probablemente el único animal dotado de pensamiento, al menos en nuestro planeta y sistema solar. He dicho que está animado por instintos y deseos pero añado que tiene dentro de sí una resonancia, un eco, una vocación de caos.
-“Bien. No quería que me hiciese un resumen de su filosofía y me ha dicho bastante. Observo por mi parte que Dios es luz que ilumina las tinieblas y que aunque no las disuelva hay una chispa de esa luz divina dentro de nosotros. En la carta que le escribí recuerdo haberle dicho que aunque nuestra especie termine, no terminará la luz de Dios que en ese punto invadirá todas las almas y será todo en todos”.
-Sí, lo recuerdo bien, dijo “toda la luz será en todas las almas”, lo que, si puedo permitirme decir, da más una imagen de inmanencia que de trascendencia.
-“La trascendencia permanece porque esa luz, toda en todos, trasciende el universo y las especies que en esa fase lo pueblen. Pero volvamos al presente. Hemos dado un paso adelante en nuestro diálogo. Hemos constatado que en la sociedad y en el mundo en el que vivimos el egoísmo ha aumentado más que el amor por los demás, y que los hombres de buena voluntad deben actuar, cada uno con su propia fuerza y competencia, para hacer que el amor por los demás aumente hasta igualarse e incluso superar el amor por nosotros mismos”.
-Por tanto también la política está llamada a la causa.
-“Seguramente. Personalmente pienso que el llamado capitalismo salvaje no hace sino volver más fuertes a los fuertes, más débiles a los débiles y más excluidos a los excluidos. Hace falta gran libertad, ninguna discriminación, nada de demagogia y mucho amor. Hacen falta reglas de comportamiento y también, si fuera necesario, intervenciones directas del Estado para corregir las desigualdades más intolerables”.
-Santidad, usted ciertamente es una persona de gran fe, tocado por la gracia, animado por la voluntad de relanzar una Iglesia pastoral, misionera, regenerada y no apegada a los tiempos. Pero según habla y yo le entiendo, usted es y será un papa revolucionario. Mitad jesuita, mitad hombre de Francisco, un maridaje que quizás nunca se había visto. Y después, le gustan “Los Novios” de Manzoni, Holderlin, Leopardi y sobre todo Dostoyevski, el film “La Strada” y “Prova d’orchestra” de Fellini, “Roma cittá aperta” de Rossellini y también las películas de Aldo Fabrizi.
-“Esas me gustan porque las veía con mis padres cuando era un niño”.
-Así es. ¿Puedo sugerirle que vea dos películas estrenadas hace poco? “Viva la libertad” y las películas sobre Fellini de Ettore Scola. Estoy seguro de que le gustarán. Sobre el poder le digo: ¿sabe que a los veinte años hice un mes y medio de ejercicios espirituales con los jesuitas? Estaban los nazis en Roma y yo había desertado del reclutamiento militar. Podríamos ser castigados con la pena de muerte. Los jesuitas nos acogieron con la condición de que hiciéramos los ejercicios espirituales durante todo el tiempo que estuvimos escondidos en su casa, y así fue.
-“Pero es imposible resistir un mes y medio de ejercicios espirituales”, dice él estupefacto y divertido. 
-Lo contaré la próxima vez. Nos abrazamos. Subimos la breve escalera que nos separa del portón. Pido al Papa que no me acompañe pero él lo rechaza con un gesto.
-“Hablaremos también del papel de las mujeres en la Iglesia. Le recuerdo que la Iglesia es femenina”.
-Y hablaremos si usted quiere también de Pascal. Me gustaría saber qué piensa usted de esta gran alma.
-“Lleve a todos sus familiares mi bendición y pídales que recen por mi. Piense en mí, piense a menudo en mí”.
-Nos estrechamos la mano y él se queda quieto con los dos dedos en alto en signo de bendición. Yo lo saludo desde la ventanilla. Este es el Papa Francisco. Si la Iglesia se vuelve como él la piensa y la quiere habrá cambiado una época.